Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

lunes, 30 de septiembre de 2013

Lo que mueve el mundo



     Novela de Kirmen Uribe. 
   Dividida en tres partes como El Quijote, La Divina Comedia, o una obra dramática con su planteamiento, nudo y desenlace. Tres partes de extensión distinta y número de capítulos variable también en extensión y en número. Cada capítulo, sin título, está, a su vez, dividido u organizado en una serie de secuencias señaladas por espacios en blanco.

     La primera parte funciona a modo de introducción de personajes, situaciones y lugares. Algo así como el planteamiento de una obra dramática.

     La segunda es la más extensa; Empieza con el casamiento de Robert, el héroe, y acaba con su muerte.

     La tercera muy breve, solo tres capítulos. Acaba hablando el autor de sí mismo. Nació su hija, perdió a un amigo  que precisamente le había dicho: "tienes que contar la historia de un héroe". Para mí no existen los héroes, contestó,…Los héroes me dan miedo….te hablo de la gente corriente, continuó su amigo, los héroes están ahí mismo, antes y ahora, aquí y en el ancho mundo; pequeños héroes que se dedican a ayudar a la gente…
   La última frase del capítulo y el libro es:"Ea, aquí tienes la historia de un héroe, mi amigo del alma."

   El relato no sigue rigurosamente la línea del tiempo; hay anticipaciones, vueltas al presente y retrocesos a través de los recuerdos de las personas que van relatando la historia. Por ejemplo, al principio se habla de los niños de la guerra, se interrumpe su relato para hablar de Robert y Herman y luego volver a la niña Karmentxu y a Robert. O cuando el protagonista va camino del campo de concentración, se interrumpe el relato para hablar de cómo eran esos lugares y hacer un poco de historia.

   Constantemente se van intercalando los tiempos, la historia de los personajes, los acontecimientos. Es un constante ir y venir de unos a otros. A veces hay algún tipo de hilo conector entre una secuencia y otra o entre los capítulos. Por ejemplo cuando los tres amigos, Robert, Herman y Robert Brise hablan de Beethoven y en la secuencia siguiente se intercala una página del diario de Vic fechado el  16 de marzo de 1945., años después del momento en que se mantiene esa conversación, que precisamente habla del compositor.
   No será esta la única digresión que encontremos en la novela. Se intercalan varias páginas de dicho diario, poemas, textos de obras escritas por alguno de los personajes, reflexiones, frases textuales…..

   Así pues, oiremos varias voces a lo largo del relato pues el autor, a veces, cede la palabra a algún personaje o reproduce lo dicho por ellos de forma que muchas veces a lo largo de la lectura podemos dudar acerca de la voz del narrador. Sigue aquí Uribe, en cierto modo, la misma técnica de Bilbao-New York- Bilbao: un diario, cartas, recuerdos….

   La obra se inicia hablando de los niños de la guerra, aquellos niños que fueron sacados de España al principio de la guerra civil para librarlos de ella. Concretamente se trata del grupo que salió del País Vasco, de Bilbao. Da la impresión de que la niña Karmentxu  Cundín Gil va a ser la protagonista, pero pronto comprendemos que es solo el pretexto para introducir al héroe de la historia y para hacer algo de crítica histórica.
   Esta niña es recogida en Gante por Robert  Mussche. Se ha valido el autor de ella para presentarnos a su héroe. Después iremos teniendo alguna noticia de la niña que en realidad convive más con los padres, el padre sobre todo, de Robert que con él. Él se ocupará de manera más o menos constante de un grupo de estos niños dándoles alguna clase, llevándolos a visitas culturales etc. pero no pasa de ahí. Eso sí, la presencia de la niña le sirve al autor para darnos uno de los primeros detalles sobre la personalidad de Robert: "El sueño de Robert era andar libre por el mundo….le tenía incluso miedo a ser padre…..En cualquier caso la pequeña Karmentxu….disipó todos sus temores…y le ayudó a crecer como persona".

   A Robert lo vamos conociendo a través de tres vías o tres voces: la del narrador que actúa en esos casos  como omnisciente, la de su hija Carmen que le ofrece su biblioteca y le cuenta lo que recuerda; y la de Herman, su mejor amigo. Al final, incluso el hijo de Herman aportará algún detalle sobre la personalidad de Robert.
   El narrador nos cuenta como un accidente de su padre le cambia la vida y acaba con sus sueños: "He sabido lo de tu padre……la cuestión es que alguien tendrá que llevar a vuestra casa el pan de cada día…….El director del Banco Nacional de Bélgica ha solicitado jóvenes capaces y diligentes. Tú serías muy apropiado para ese trabajo…"  "Cuando salió del despacho, Robert lloró de rabia…". También reproduce una conversación con su amigo Herman que remite al título de la novela:"¿Qué es lo que mueve el mundo?...Según Nietzsche el poder; para Marx, la economía; según Freud es el amor…" Herman está de acuerdo con Nietzsche y Robert cree que es el amor."¡Lo que nos hace vivir es el amor!"
   Se sabe que ha participado en la guerra de España pero no está clara esta participación. En mayo de 1938 Robert viaja a Cataluña, a Granollers. El 31, le sorprende un bombardeo en plena calle; tuvo algún tipo de relación con Ernest Hemingway y André Malraux. Escribió un artículo sobre García Lorca. Tuvo noticia de la historia del euskera, de cómo aquella pequeña lengua había sobrevivido durante miles de años.
   En un momento dado se deteriora su amistad con Herman a causa de una novela Aurora en que Herman dice cosas que aluden directamente a Robert y lo dejan en bastante mal lugar. Hasta tal punto es así que Robert no le comunicará su boda pero el amigo al enterarse escribe una carta de arrepentimiento y todo vuelve a su cauce.
    Demasiado, pues una vez más, Herman influirá en la vida de Robert. Cuando éste ya ha encontrado el equilibrio, es feliz en su matrimonio y tiene una hija, le propone unirse a los grupos de resistencia contra Alemania, Robert no sabe negarse lo que le  lleva  a la clandestinidad y finalmente a la muerte.
   Todo lo ocurrido en esta última etapa de la vida del héroe lo cuenta el autor pero tras ir recibiendo información de Carmen, la hija de Robert.
   Herman es el contrapunto de Robert:" Herman aprecia  la firmeza de carácter de Robert…. Herman es más caótico….creía que Robert y él eran complementarios……"
   Herman piensa: "Yo, como mucho, soy Verlaine. Robert es Rimbaud. Tiene una increíble facilidad para captar las cosas esenciales de la vida".
   En la amistad entre Herman y Robert, sobre todo por parte del primero, hay algo equívoco: "A Herman  le gusta el olor de Robert. No es aún el de un hombre adulto, es más suave. Con el dedo corazón le acaricia los hombros….estrecha contra sí el pecho de Robert…..se acelera el latido de su corazón….…A los diecisiete años su amor  de verdad, el más íntimo es para Robert…" "Las tardes de otoño paseaban cogidos de la mano por la  orilla del río Lys, por los canales de Gante…"


Canal en gante en 2004

   Por otro lado se puede observar que aun apreciando la firmeza de carácter de Robert pretende, siempre, dominarlo. Cuando se entera de que se está enamorando de la amiga inglesa le dice que ni lo piense pues es suya; cuando tiene una novia los acompaña a todas partes y, tal vez, contribuye con sus comentarios a la ruptura; cuando lo sabe feliz casado y padre lo envía a la clandestinidad y a la muerte. Robert "nunca supo decirle no incluso cuando había logrado el equilibrio y la felicidad…." comentará  Evert Thiery, el hijo de Herman.
   En algún momento, pensando en Robert, Herman reflexiona: "¿Cuántas oportunidades nos da la vida en lo que se refiere a los amigos? ¿Cuántos de ellos sentimos que son de verdad?....Puede que solo uno"
   Pero en las novelas de Herman el deseo es un tema recurrente. Y en la vida, el mismo de siempre se presenta en casa de la viuda,  Vic, de manera inesperada. Se nos dice que siente deseos de abrazar a la mujer de su perdido amigo. Ella le recrimina el que todos desaparecieran cuando pudo necesitarlos.
   Después de este encuentro, escribe unas palabras de desahogo dirigidas a Robert donde vuelve a elogiar su forma de ser y todo lo que siempre le gustó de él.

   Termina el que es el último capítulo y la segunda parte con unas palabras de un poema chino:"Si dos personas se quieren mucho, si han estado muy unidas y una de las dos muere, la que muere en realidad es aquella que sigue andando."
   Con esta idea puede enlazar la reflexión que sobre el héroe hace Evert: "Robert fue un héroe según todos los indicios…….Pero ser un héroe  tiene también su cara oculta, su reverso….el reverso de ser un héroe es precisamente ese, todo el sufrimiento que deja tras de sí".
   En la tercera y última parte quedan aclarados algunos puntos de la obra, como quien es el narrador y el origen, la razón de ser, de esta novela.


  Kirmen Uribe nació en Ondarroa (Vizcaya), en 1970. Licenciado en Filología vasca y con estudios de posgrado sobre Literatura Comparada.
Cuenta con algunos premios y colabora en varios medios de comunicación.
   Otras obras: BILBAO- NEW YORK-BILBAO y el libro de poemas BITARTEAN HELDU ESKUTIK ( Mientras tanto dame la mano).

viernes, 20 de septiembre de 2013

Quijotes en el aula I


..."Tiene que gustarte lo que haces y saber que en esta profesión no te puedes dejar el trabajo en la oficina”
He recuperado un texto, o parte de él, que escribí hace algún tiempo y que versa sobre un tema que, aun hoy fuera ya del aula, me sigue interesando.
−Cómo me gusta encontrar alguien que piense como yo; que sea igual de iluso y soñador, que crea en el ser humano, en la juventud, etc.
−Y ¿dónde está ese mirlo blanco? ¿Es real o imaginario?
− Es Antonio Marfil, director del Instituto Portada Alta de Málaga, al que entrevistan en el suplemento especial principio de curso de EL PAÍS. (Domingo 14 de septiembre de 2008).     
   Este señor tiene la idea de que los alumnos no son unos monstruos sino unas criaturas a las que hay que comprender y ayudar. Ha conseguido formar un grupo de profesores con los que va trabajando de manera algo distinta a la tradicional. Consigue que se unan al grupo, sobre todo los profesores nuevos que llegan al Centro.

Una de las novedades es que informan a los padres no sólo de los actos negativos de sus hijos sino también de los buenos. Dice:" Hemos aprendido que no sólo hay que informar cuando hay problemas" .A este respecto recuerdo haber oído quejas de profesores porque el padre de algún buen alumno se pasaba con frecuencia por el Centro a hablar de su hijo. Si su hijo no tiene problemas, decían,  ¿a qué viene,a que le deleitemos los oídos? Pues sí. Tiene derecho a saber y comprobar que su hijo va bien y que se le tiene en cuenta, que los profesores lo conocen y valoran.
Muchas veces no nos damos cuenta del daño que podemos hacer a un alumno con algún comentario peyorativo, incluso antes de conocerlo bien, Recuerdo que tuve un alumno, no muy bueno, algo desganado pero no era de los que más  incordiaban, era educado (al menos en mi clase); terminó el bachiller elemental y se marchó del Instituto. Unos años después apareció un hermano suyo. Lo reconocimos por el apellido, también lo recordaba algo físicamente. La reacción de la mayoría de los profesores fue preguntarle si no sería tan trasto como su hermano, que a ver si procuraba ser mejor que su hermano y otras observaciones por el estilo. La pobre criatura, llegó a su casa triste y asustado, contó todo eso así como que la única que no le había dicho nada en contra de su hermano, que solo le había preguntado cómo se encontraba y   qué hacía, había sido yo. La respuesta de la madre fue acudir a mi casa a darme las gracias.

Y es que tanto alumnos como padres necesitan saber que nos preocupamos por ellos, que los tenemos en cuenta. En su libro El Elemento comenta Ken Robinson  comenta que los alumnos pueden mejorar si notan que alguien les hace caso, intenta comprenderlos etc. En este sentido también tengo ejemplos de mis muchos años de enseñante. Era frecuente, a principios de curso que nos pasáramos información sobre los alumnos que nos habían tocado en suerte. Recuerdo un caso concreto. Al ver mis compañeras de Departamento el nombre de determinado alumno en mi lista de clase me avisaron. Menudo te ha tocado. Es un caradura, insolente, insoportable…. Nadie puede imaginar lo encantador que resultó ser aquel chico; jamás se me enfrentó, me trataba con cariño, y fue de los que mejor llevaban mi asignatura. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que no lo marginé, no lo califiqué de antemano. Es uno de los alumnos que recuerdo con más cariño.
Infinitos ejemplos como este podría agregar. 
     
Y más adelante agrega algo que muchos profesores no le perdonarán:" Nuestro problema no es de medios, sino de motivación." Y esto otro" El problema es que, además, hay que tener voluntad. Los profesores tienen que hacer un esfuerzo para que su discurso conecte con cada uno de los niños....Eso requiere un esfuerzo grande por nuestra parte. No todo es cuestión de recursos."...."Tiene que gustarte lo que haces y saber que en esta profesión no te puedes dejar el trabajo en la oficina"  
¡Cuántos problemas me ha acarreado a mí pensar así. Porque, además, al ser mujer, esposa, madre y ama de casa, por un lado yo quería llevarlo todo bien y por otro se me "pedía" que no me trajera el trabajo a casa, que al llegar aquí desconectara. Es verdad que en ésta como en todas las profesiones cuando un grupo se reúne a tomar un café, comer, etc., no se sabe salir del tema del trabajo, pero no es menos verdad que la mayoría de las veces en eso queda todo. Sobre todo en quejarse de lo malos que son los alumnos, pero espíritu de auténtico cambio de actitud....ahí, poca cosa. Con honrosas excepciones, como es natural.
Y continúa:"ser maestro es ayudar a la construcción de una persona, y eso no se hace de ocho a una. Eres docente las 24 horas del día todo el año. ...¿Es el sueldo suficiente? ...Hay mucha gente que trabaja más y gana menos" ¡Bueno!, aquí sí que veo a más de uno con ganas de tirársele a la yugular, como me sucedió a mí un día, reunida con las amigas, que ante las quejas furibundas sobre de los alumnos, quise romper una lanza a favor de los buenos y normales (la mayoría por otro lado) y se me ocurrió empezar mi alegato así: Sí, pero los angelicos…No pude seguir, por poco me devoran. − ¿Los angelicos? Fierras es lo que son, salvajes, mal educados…..

"La gente se socializa en el juego" dice a propósito de la integración lingüística de los alumnos extranjeros. No cree oportuno separarlos del resto para que aprendan el idioma. Tampoco a mí me ha gustado nunca esa manía de los últimos años de hacer grupitos atendiendo a criterios como capacidades, nivel dentro de un mismo curso etc.

Le gusta la idea de permanecer muchos años en un mismo Centro porque "lo que yo quiero es contribuir a hacer buena gente" "El mundo lo soluciona el día a día de la gente. Me gustaría pensar que he ayudado a construir gente que sea buena en el sentido machadiano. Que la gente venga tres años después y te cuente, y te salude por la calle...."
 Parece que me hayan hecho a mí la entrevista. Qué cantidad de coincidencias. ¡Cuántas veces he vuelto a casa feliz porque me he encontrado un antiguo alumno o alumna que me ha llamado porque yo no me había dado cuenta, o me ha parado. Nunca se limitan al saludo. Se paran, me abrazan y besan, me cuentan su vida. Unas veces son los que eran buenos; otras, los más trastos de la clase. Y no olvidemos mi relación con algunas alumnas con las que estoy en continua  relación, nos llamamos, nos mensajeamos con el correo, comemos juntas, me piden opinión sobre libros, o me hacen consultas lingüísticas  O la otra con la que suelo hablar en fechas señaladas y que me comunica todas las incidencias de su vida (casi podría hacer una novelita con ellas) Ahora ha ganado una oposiciones para TVE y está feliz y nos comunicamos también por correo electrónico. Otras de las que, aunque sea una vez al año, tengo una carta. Eso para un profesor es importantísimo. No hace falta haber pasado por ser la mejor profesora del Centro, es más bonito esto.
¡Ah! También  defiende los grupos heterogéneos. Claro. Tiene más razón que un santo. Yo siempre que salía el tema de hacer un grupo de elegidos me oponía rotundamente. Pero había bastante gente a favor.
Me sentí feliz con el descubrimiento de este texto al  ver que no estoy sola, que no soy tan utópica ni soñadora; ni la loca e la autopista, ni D. Quijote con faldas. Que ¡puede ser!, como, más o menos, diría Segismundo. Y no me he podido resistir a transmitirlo, aunque siento que ya no sirve para nada lo que yo piense.
También en lo que a la didáctica se refiere habría que hacer muchas innovaciones de las que hablaré otro día. Aunque no sé si con la nueva “reforma”…. otra vez nos quiere llevar a lo memorístico y otros sistemas de antaño, podrá hacerse algo. No obstante, mientras haya algún profesor con ilusión, con una visión de la enseñanza como la de Antonio Marfil, habrá esperanzas.
Podría acabar con esta otra frase, aplicable también a los padres: “La educación es el desarrollo en el hombre de toda la perfección de que su naturaleza es capaz. 
(Kant)
Como siempre,espero algún enriquecedor comentario.