Hoy he desempolvado otra de las historias de viajes de mi buena
Constanza. Me cuenta un bonito, y como siempre con alguna anécdota sustanciosa,
viaje a León.
Como me lo contó lo cuento.
(Abril 2010)
Pues señor, hemos decidido ir de San Sebastián a Madrid pasando por
León. ¿Por qué no? Hemos salido a las 9 en un tren Arco. Estoy aprendiendo toda
una gama de trenes. Hace tiempo aprendí que los TALGO tenían nombre propio, casi siempre de
vírgenes. Ahora son nombres, ARCO, ALVIA, etc. que como TALGO
Y TER tienen un
significado. Eso, sí. No sé cuál es.
Durante el viaje, dormito a ratos pues
hemos madrugado. Luego leo. El libro que llevo en este viaje es LA
UNIVERSAL de Toti
Martínez de Leza. Es la historia de un grupo de personas que se las apañan como
Dios les da a entender para sobrevivir en el Madrid de principios del S.XX. A
diferencia de LA ABADESA,
novela histórica y que encierra unas vidas trágicas, ésta es de corte
realista-costumbrista y goza de un toque de humor que nos mantiene durante casi
toda la lectura con una sonrisa en los labios.
Llegamos hacia las dos. Para tomar un taxi
hemos de esperar casi 10 minutos. Por fin en el Hotel. Es el INFANTAS
DE LEÓN. Está muy bien.
Hay que salir a comer. No vamos a seguir nuestra costumbre de hacer las cosas
fáciles comiendo en el restaurante del mismo hotel, que suele tener unos
precios asequibles y nos evita andar buscando como locos a una hora en que el
estómago aúlla. No. Esta vez vamos a cambiar la rutina y salimos a buscar un
restaurante.
Hubo ciertas diferencias entre Tomás y yo, sobre la dirección que
deberíamos tomar. Por fin tomamos una, a ojo. Topamos con un restaurante que no
sirve comidas por enfermedad del cocinero pero, al preguntarle yo, dónde podríamos encontrar algún sitio próximo
para comer, nos indica “el barino de ahí enfrente”. ¡Caramba, se sigue hablando asturleonés!
Lo cierto es que se come bien y nos ponemos, como vulgarmente se dice,
moraos.
Entre la comida y el postre abro el plano de la ciudad y el camarero muy
atento pregunta:¿Os habéis perdido? Y yo: Todavía no pero todo se andará.
Porque sabido es que es lo que suele ocurrirnos; normalmente no miramos los
planos cuando debemos. Y lo peor, que si los miramos no les hacemos caso. Entonces me ayuda a localizar el hotel y a
partir de ahí nos indica cómo llegar a la zona de la Catedral que está a dos
pasos.
Mientras comemos: − Esta noche podemos
empezar a ver la nueva serie y luego nos pasamos a ACUSADOS. Él con cara de “claro te falta riego” − Esta noche tenemos AGUILUCHO. Yo con cara de “¿por qué nunca te enteras de nada?” − EL
AGUILUCHO ha terminado. −
Seguro? − Pues sí, hijo.
Dedicamos la tarde a entrar en contacto con la ciudad. León la Legio Septima Gemina Pia Felix de los
romanos. ¡Ahí es nada! Al salir del hotel para dirigirnos al centro histórico
de la ciudad hemos de cruzar un amplio espacio dedicado a aparcamiento público
y ¿qué aparece ante mis ojos? Entre árboles y tejados se vislumbra la Catedral
Queremos localizar los sitios que no debemos
dejar de visitar y fotografiar, así como algún restaurante para la comida del
día siguiente y algún sitio adecuado para la merienda-cena. De momento parece
que los restaurantes han desaparecido. No obstante al día siguiente aparecen
como hongos. ¡Menos mal! En cuanto a la cena damos con una cafetería-confitería
que nos servirá para toda la estancia en la ciudad. HOJALDRES
ALONSO. Para mí, comer es muy importante y si
encuentro algo dulce, mejor que mejor. ¡A propósito! Los dulces típicos de León
son los Nicanores; muy ricos. Sí señor. Como es natural, compro.
Viernes 16
¡Mi gozo en un pozo! Ha amanecido lloviendo. Salimos, pues, paraguas en
ristre. Desayunamos, originales y adictos a los cambios nosotros, en HOJALDRES
ALONSO. Ya sabemos que va
a ser barato y bueno. Después, sin cantar pero bajo la lluvia, nos encaminamos
hacia la Real Colegiata de San Isidoro, a ver si mientras deja de llover. Pues
no. Por tanto hago las fotografías del exterior protegiéndome con el paraguas
sobre el cual hemos vuelto a tener nuestra habitual discusión: que menudos
paraguas me compro, de marca y todo, en el Corte Inglés y que es una kk. Y yo,
ya al borde de un ataque de nervios, que no, que el dichoso paragüitas, he
dicho mil veces, es un regalo de los de Yves Rocher.
A lo que íbamos. Hago mis fotos, fachada entera, puerta a puerta,
detalles. Muy bonita.
San Isidoro Puerta del Perdón |
Dice la pequeña guía que llevo que se
trata de “una joya del arte románico hispánico”. Románico, seguro y una
maravilla también. Joya, se dice de otros muchos monumentos pero no vamos a
quitarles a los leoneses ese placer cuando además, sigue la guía,” En el
espacio que ocupan estos venerables muros se resume de forma admirable la
historia de León en la Edad Media, cuando era el reino más poderoso de España
en lucha contra los musulmanes y sus monarcas se hacían titular IMPERATOR
HISPANIARUM”. Pues no sé cómo no están ya pidiendo la independencia o mejor aún ser el
Imperio actual.
En fin, dejemos estos pequeños detalles con los que debió
disfrutar el redactor del texto y pasemos al interior donde por suerte puedo
hacer fotografías, alguna de las cuales pasará a ilustrar este texto.
La nave central impresiona por sus altas
bóvedas.
Me
interesan mucho los capiteles.
¿Qué decir de estos magníficos capiteles? |
A ambos lados del crucero, arcos
lobulados de tradición musulmana. En el altar mayor, retablo del S.XVI. De aquí
pasamos al Panteón Real. Es una maravilla, con magníficas pinturas románicas, entre
las que destaca el Cristo en majestad rodeado de tetramorfos y diferentes
escenas bíblicas y paganas. Curiosa esta mezcla. Pero no se pueden hacer
fotografías. Por último, pasamos al claustro donde hago algunas de mis
fotografías favoritas, esas en las que recojo una torre o una esquina a través
de un arco.
Claustro con la llamda Torre del gallo,al fondo |
Salimos
y sigue lloviendo.
Nos dirigimos ahora a San Marcos (el Hostal, Parador de turismo, antes
monasterio, hospital y también cárcel en la que estuvo en el siglo XVII D.
Francisco de Quevedo) en el otro extremo de la ciudad. La fachada, de grandes
dimensiones, es difícil fotografiarla entera. Consta de un zócalo y planta baja
con ventanas arqueadas y la principal con balcones. Está catalogada como una de
las más suntuosas del arte español del siglo XV. Formidable ejemplo de
Plateresco iniciado por la orden de Santiago. Por ello y por encontrarse en el
llamado “camino de Santiago” decora la parte superior central de la fachada un
relieve con la imagen del Santo.. Adornan, además, la fachada medallones,
ménsulas, frisos, jambas, entrepaños, etc.
En el mismo cuerpo de fachada, a la
derecha del espectador, la iglesia de S. Marcos.
Muy cerca, sobre el río Bernesga, se
encuentra el famoso puente de S. Marcos.
Nos paseamos por toda la orilla del río,
incluso bajamos al paseo que lo bordea buscando los mejores enfoques para las
fotos.
El magnífico puente de S.Marcos |
Es un paseo delicioso. Y
tiene como curiosidad una serie de reproducciones de animales colocados sobre
las zonas verdes de los que me traje un buen
recuerdo .No sé qué habrán
pensado de mí las personas que me vieron tan afanada intentando inmortalizar
aquella extraña fauna a la que ellos seguro no dan la menor importancia.
Un simpático ejemplar de la fauna ribereña |
Iniciamos el regreso con la intención de ir a comer, como ya se dijo, al
hotel. Pero ¡oh maravilla! Como hongos aparecen por doquier restaurantes con
una pinta chulísima. Nos
decidimos por ESTRELLA GALICIA.
Comemos muy bien: ensalada mixta (muy completa), filete de ternera
lechal gallega a la plancha con patatas fritas (se me ocurrió que era el sitio
ideal para comerla y Tomás se apuntó. Fue un éxito), flan y café. Total: 22€.
Ya dije que en esta ciudad se come barato. Ahora comprendo la peregrina idea
que tenía Zapatero sobre el precio de un café.
Nos vamos al hotel a descansar un ratito pero como ha cesado la lluvia y
ha salido el sol, aprovecho para hacer las fotografías del exterior de la Catedral y una especial en una puerta,
localizada la tarde ante anterior, pensando en mi hijo. ¡No se quejara el
muchachito.
La Catedral merece detenernos en ella. Es una auténtica joya del gótico,
quizá el más perfecto templo gótico de España. ¡Una maravilla! De influencia
francesa. Iniciada en el siglo XIII; conocida como la Pulchra Leonina. Está construida sobre lo que fueron unas termas
romanas; más tarde, durante la Reconquista, palacio real y cuando Ordoño II
venció en San Esteban de Gormaz a los árabes lo cedió para que se construyera
la primera catedral. La que vemos hoy es la tercera.
Se caracteriza por haber llevado la
reducción de los muros a su mínima expresión para ser sustituidos por vitrales
coloreados, las famosas vidrieras consideradas entre las mejores vidrieras
medievales del mundo. Solo por contemplarlas, vale la pena entrar a la
Catedral. Lo malo es la dificultad que ofrece fotografiarlas. Se puede hacer,
sí, pero si se entra en el momento y hora adecuados, por la situación de la luz;
y no es ese el caso de esta tarde.
Tiene tres fachadas. La occidental es
la principal. Consta de un triple pórtico ojival sobre el que se sitúa el gran
rosetón con vidrieras del siglo XIII. Se halla flanqueada por torres góticas de
diferente altura y forma debido al diferente momento de su construcción.
Fachada principal de la Catedral |
La torre norte o de las campanas
acabada en el siglo XIV es más sobria y
maciza y termina en una aguja cerrada.
La sur o del reloj concluida a finales
del XV es de estilo flamígero y termina en una aguja calada.
La torre del reloj |
Las puertas cuentan con decoración
escultórica. En las jambas, el apostolado; en los tímpanos, escenas del juicio
final y en el parteluz, imagen de la Virgen Blanca.
La fachada sur también con tres puertas.
La de la izquierda llamada “de la muerte”. La central o “del sarmental”
decorada con un pantocrátor rodeado del tetramorfos y con San Froilán en el
parteluz. Y la de la derecha o de San Froilán
El ábside es la parte más antigua y su
vista es impresionante pues en esta zona es donde los arbotantes alcanzan su
mayor espectacularidad Como nota curiosa cabe señalar que en los pináculos
anidan durante casi todo el año las cigüeñas.
Un detalle del ábside |
Otra zona destacad de la Catedral es
el claustro de estilo plateresco
. Otros monumentos dignos de mención:
aparte de iglesias y conventos varios como el de la Concepción, el Palacio de
los Guzmanes, hoy Diputación Provincial; El Ayuntamiento ,la Casa de los
botines construida por Gaudí…..
La casa de los Botines |
Sigue lloviznando y nos refugiamos un
ratito para merendar en “donde siempre”. Luego vamos a la estación de autobuses
para comprobar el tiempo que necesitamos para llegar pues al día siguiente, ya
que León ciudad está vista, al menos lo más importante, pensamos visitar
Astorga..
Luego la merienda-cena, para variar,
donde siempre: chocolate con tostada ¡qué rico!.Y ¡A dormir que hay que
madrugar.
Sábado 17
Nos levantamos muy temprano pues el autobús que debemos tomar sale a las
nueve y antes, de paso hacia la estación, hay que desayunar. Encontramos
abierto un bar bastante majete y desayunamos muy bien. Como el autobús va
pasando por dos o tres pueblecitos (tienen pinta de puebluchos pero no es cosa
de ofender) y la carretera no es una línea recta, empiezan mis problemas y hago
un viajecito horroroso. Al llegar, apenas cruzar la carretera un señor se
ofrece a indicarnos el camino para entrar a la ciudad. Muy amable la gente
leonesa, sí señor, todo hay que decirlo.
Lo primero que me llama la atención porque no la recordaba, es la
muralla romana.
Magnífica muralla de Astorga |
Vamos, primero, recorriendo el
exterior de la Catedral y del Gaudí para pasar, por último a visitar los
interiores.
Empezamos
por la catedral, gótica, asentada sobre una primitiva románica de la que sólo quedan
noticias. Tiene tres naves y tres estilos: gótico, plateresco y el retablo
mayor, barroco.
No entramos al claustro. Esto de que
en los claustro instalen museos diocesanos y cobren ya harta un poquito. Y no
perdamos de vista una cosa, en las iglesias no hay entradas especiales para
jubilados ni cuentos ¡Con la iglesia hemos dado, amigo Sancho!
Entramos luego, pagando, al Gaudí que
encierra en cada planta un museo, entre otros el llamado “de los caminos” sobre
las peregrinaciones a Santiago. A mí todos los Gaudí me gustan porque parecen
castillitos de cuentos de hadas. Está rodeado por un foso porque la intención
inicial fue conjugar castillo y palacio.
Dos detalles del Palacio Gaudí |
Consta de tres plantas. Estilo
neogótico, planta de cruz latina y ¿cuatro fachadas?, un ábside y cuatro
torreones. La entrada es un pórtico con tres arcos abocinados, separados entre
sí por contrafuertes inclinados, rematado con un frontón. El ábside está
rodeado por tres pequeños absidiolos.
En el interior, destaca el segundo
piso cubierto por altísimas bóvedas, donde se encuentra ubicado el salón del
trono. También es una maravilla la capilla toda repleta de vidrieras, frescos,
azulejería (de Zuloaga) y cerámica vidriada.
No acaba la riqueza arquitectónica de
Astorga. Varias iglesias. Nos dirigimos ahora hacia la Plaza Mayor y el
Ayuntamiento, edificio del siglo XVII, magnífico ejemplo del barroco de la provincia,
coronado por el “Reloj de los Maragatos”
Después paseamos por la muralla, sobre
la que hay un bonito paseo que sirve de mirador hacia el infinito llano y casi vacío
de la llanura castellana .
De vuelta hacia el centro, buscando dónde comer, vemos unos interesantes
restos romanos, al aire libre y cubiertos con una especie de marquesina
transparente para que puedan ser admirados por cualquier transeúnte. Hay,
incluso, un bonito mosaico.
Comemos en Cervecería-taberna LOS HORNOS. Pedimos el menú del día pero el primer plato diferente para cada uno y así
nos intercambiamos y nos hacemos un plato variado.
Después de comer nos sentamos un
ratito en el paseo de la muralla. Cuando empieza a amenazar lluvia, nos vamos
para la estación pero antes me compro mantecadas y chocolate. Resulta que la
elaboración de chocolate fue una de las principales industrias de esta comarca
en los siglos XVIII y XIX. Hoy, vemos en una de cada dos puertas una tienda que
vende chocolate y mantecadas. De hecho, todas se llaman fábrica de…
Ya en la estación cae un buen chaparrón del que nos hemos escapado por
pelos.
Esta vez cogemos un autobús directo que sólo tarda media hora y va por
la autovía.
En este viaje de vuelta, en el asiento
de atrás, ocurre algo, más bien escucho algo, que me inspira un relato que titulé “Un
invidente con mucha vista” .
Al volver a León ya casi es hora de la merienda-cena. Nos vamos pronto
al hotel pues he de rehacer las maletas que el domingo sale el tren para Madrid
a las 7`13.
Nos levantamos a las 6, a las 6`30 nos
piden un taxi y en la estación desayunamos pues tampoco en este tren que es un
Regional Exprés nos dan desayuno.
El tren sale de esta estación por lo que está ya en la
vía cuando llegamos, así es que apenas desayunar subimos y nos colocamos
cómodamente. Pero aún daría este viaje pie para otra travesura literaria. De
pronto veo en la rejilla de equipajes de la izquierda una cajita negra que no
se sabía bien de quién era ni cuando había aparecido allí. Total que se me
ocurre otro cuento. Podríamos haber
titulado éste como “Viaje literario”.
Llegados a Madrid, tomamos un tentempié pues son las 11´30, el siguiente
tren sale a las 12`30 y se supone que hasta pasada la una no nos darán de
comer, poquito, por otro lado.
Viaje cómodo y tranquilo.
Hemos cruzado toda Castilla. Inmensa y
casi perfecta llanura sólo rota a trechos por los promontorios que forman los
pueblos y pueblecitos (¿pueblitos?) de los que indefectiblemente se destacan
las torres de sus iglesias. Antiguas las más de las veces pero con demasiada
frecuencia torpemente remozadas con toques modernos.
Antes de las 5 estamos en casa.
Las maletas quedan esperando el
próximo viaje.
Y yo espero que la paciencia de los seguidores del blog no decaiga y que todos disfruten,como mi amiga Constanza en estos viajes.
Hasta el próximo.