Como todos los
años no resisto la tentación de comentar, aunque sea someramente, l leído durante
el verano. Por regla general, son lecturas que no me invitan a hacer estudios
profundos. No es que no los merezcan. Tal vez sea efecto del calor. O que suelo
leerlas en el e-book y ahí me resulta incómoda la tarea de subrayar y buscar
luego. O que me centro en un tipo de Literatura que no me invita al estudio y
análisis.
La primera que
he leído este verano del 2019 ha sido “El Jardín de la Oca” de Toti Martínez de Lezea.
Una novela en que se mezcla lo histórico, (los cátaros, los judíos, mudéjares,
la inquisición y los Templarios) como en casi toda su producción, con las
leyendas, mitos (Amari la diosa madre, la vida.) y costumbres vascas y
navarras. No falta la historia de amor, complicada, que junto con un misterio
que habrá que descubrir, el que encierra el jardín de la Oca, contribuye a crear interés en el lector.
La acción se
desarrolla en la primera mitad del siglo XIII. Se inicia en 1250; en el
capítulo dos se indica otra fecha 1252; y más adelante: 1254, León. No hay más
reseñas exactas de fechas.
Personajes:
Ezequiel, un médico judío; Robert Lepetit, misterioso, loco y cruel, gran
inquisidor; Bertrand de Garlando, maestre templario; el maestro de construcción
Henry o Enrique; Hadi al-Suri el herbolario árabe; Y Eder, el protagonista y su
amada Alazaïs Gauti que pertenecen como otros personajes al mundo de los
cátaros. No olvidemos a Ugo, uno de los más curiosos. Otra larga serie de
personajes recorren la obra.
Son bastantes
los lugares por los que transcurre la acción.: Empieza en Bozate, Valle del
Baztán, y seguirá por Nájera; Burgos,
León, Ponteferrato, Compostela, Finisterre, y un sinnúmero de poblaciones,
caseríos etc. por los que pasarán unos y otros de los personajes que,
curiosamente van huyendo unos de otros o persiguiéndose. Eder y Alazaïs volverán
al Baztán, al punto de partida. Un viaje circular para ellos dos.
Construye una
historia en la que la amistad y la voluntad de entendimiento unen a personajes
de religiones y creencias distintas (cátaros, judíos, mudéjares y los
templarios)
Describe con
maestría y bastante minuciosidad lugares y
espacios tanto exteriores como interiores; personajes y costumbres.
Además de crear un entramado lleno de misterio y juego casi policíaco, con
intrigas, persecuciones, personajes misteriosos, etc.
Una novela que
como todas las de la autora se lee con agrado y de la que se aprende algo sobre
el ser humano.
No es fácil
sustraerse al recuerdo de novelas del estilo de Los Pilares de la Tierra” o “Un
mundo sin fin”, sobre todo.
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La segunda
obra con la que me he recreado es “Tus pasos en la escalera”. La última, creo,
de Muñoz Molina. La acción en Portugal, Lisboa. En el año del atentado de Nueva
York
Casi toda la
novela transcurre en el interior de una casa. Una casa que se está montando,
decorando etc. como una copia exacta de otra que los protagonistas tenían en
Nueva York.
El
protagonista un hombre próximo a los sesenta, recién jubilado, que se encarga
del traslado de la casa a Portugal y de que quede exactamente como le gustaría
a su mujer, Cecilia, a la que dicho sea de paso no veremos jamás a lo largo de
novela. Siempre esperando que aparezca, algo así como esperando a Godot. Está
siempre presente pero solo en la mente del hombre. Casi se podría pensar que no
existe en realidad o que no va a volver a su lado que lo del traslado ha sido
un pretexto para abandonarlo de una forma sutil.
El carácter
del protagonista es un tanto especial. Poco decisivo, solo obsesionado con la
llegad de Cecilia, con que todo esté a su gusto cuando llegue pero acaba
embelesado por una mujer a la que conoce casualmente y que la recuerda algo físicamente. Tanto es
así que al final no queda claro qué mujer es la que, parece ser, está en la
escalera.
La obsesión
por que la casa quede igual lleva a ir, a veces, de una a otra, es decir de la
que acaba de dejar a la que está instalando, de manera que en algún momento
puede producirse una confusión.
La mayor parte
del texto es descriptivo. Se describe con todo lujo de detalles todo el
interior de la casa, donde queda un cuadro o un espejo, la situación de la cama
respecto a las ventanas o la de la mesa de trabajo respecto a la luz. La
cocina, la terraza donde se puede cenar, el salón con el sillón de lectura del
protagonista. Todo con la riqueza de léxico del autor.
Casi un personaje más es el perro.
Tiene bastante
de relato psicológico. En realidad es la mente del protagonista lo que, a fin
de cuentas, interesa. Esa obsesión constante, el encierro en sí mismo aunque
cree que es en ella en quien está centrado, el hecho de que casi toda la acción
se desarrolle en interiores y ese final impreciso que deja al lector libertad
para decidir quien hay en la escalera. Si es que hay alguien.
Se lee con gusto y es breve.