Del 18 al 31
de noviembre de 2006
Querida amiga
este viaje te va a llegar bastante después de haberlo hecho. Por
motivos varios no pude redactarlo inmediatamente después de hacerlo y
además la redacción sufrió múltiples interrupciones. Por otro lado, lo
encontrarás raro pues se me ocurrió contarlo como un monólogo conforme ocurrían
los hechos. No sé lo que habrá salido. Como dice el refrán popular si con
barbas, San Antón y si no…El destino es Matalascañas en Huelva y vamos a través
del IMSERSO.
Todo ha empezado hoy sábado 18.
¡Oh, no! ¿Ya suenas desgraciado? ¿Ya son las
siete? ¡Qué sueño, señor! Y digo yo ¿Cuándo se nos apagará la fiebre de viajar?
En realidad, yo no estoy tan febril. Y míralo, ahí durmiendo porque él no tiene
que hacer otra cosa que vestirse y salir a tomar café.
Bueno, arriba que hay que desayunar y …si hay suerte…Pues
me va a dar tiempo a vaciar el lavavajillas. Mejor porque si no al volver olerá
a demonios. Ahora hago las camas y me visto. Ya vuelve el abuelo culoinquieto.
_Sí, sí, ya estoy lista.
Cogemos las maletas, cogemos los bolsos, repasamos las
luces…Ahora viene lo de ¿tú crees que cabrá todo en el maletero? - pues claro. -Pero
ya sabes que a casa de mi hermana no subimos las maletas. -No hijo, no. Está
todo previsto. Solo subirá este maletín marrón que lleva lo de aseo y poco más.
_ ¿Qué es esto, y mi cojín?
_ Es que tu hija te ha dejado el elevador de la nena
para que veas si te va bien y si funciona te compro uno.
_Pero si yo voy bien con mi cojín que me eleva lo
justo para que el cinturón no me seccione la yugular.
_Bueno, tú prueba.
_Sí, yo pruebo. ¡Jolín! No la dejan a una ni decidir
su vida. Ya sé. La intención es buena y bla-bla-bla, pero, hombre…
Salimos. Mira
qué bien. Son las ocho y media y no hay que parar a echar gasolina. ¡Ay, cielos,
qué mareo! Yo no puedo ir aquí empingorotada. Me siento como una gallina en el
palo de un gallinero. Peor porque estoy fatal. Me lo quito. ¡Fuera! En la
primera parada recuperaré mi cojincito.
¡Qué cosas, qué recurrentes somos! Ya estamos dando vueltas
a los temas de siempre: su familia, mis padres, los hijos, su infancia, mi
infancia… ¡Qué largo se me hace este tramo hasta Puerto Lumbreras! Claro que al
regreso es peor. Bueno, pero a lo tonto, tonto ya estamos en Vélez Rubio. ¡ay!
Si Pepi supiera que paso por su pueblo y no le digo nada. Voy a ver cómo me las
arreglo para venir a verla y sacarle la promesa de que me devuelva la visita.
¡Qué bien viene
esta paradita! Y qué rico está el bocadillo de jamón con tomate, o sea una
especie de catalana (pan amb tomaca) en Andalucía, y luego despotricamos (algunos)
de los catalanes porque quieren hablar catalán. Para beber agua natural, o no
hay quien se la beba. Qué manía de endosar siempre agua fría. - Espérame que vuelvo
enseguida.
En marcha de
nuevo. A ver si toma la rotonda como debe. Sí, por la derecha, cariño, la
segunda. ¡Muy bien! ¡Estos hombres! O este hombre, no sé. Hay que aplaudirles todo,
hasta que hagan bien lo que no tiene vuelta de hoja. La verdad es que este mío,
aunque conduce bien, tiene algunos despistes peligrosos. Menos mal que hasta
ahora siempre los hemos solventado bien. Pero digo yo que cada vez tendremos
más problemas. Porque veamos: él con lentillas no ve ¿de cerca o de lejos? Da
igual. No ve porque solo mira la raya de la carretera y el retrovisor. “En la
conducción es tan importante ver lo que tienes delante como lo que viene por
detrás”. Vale, pero delante están las señales, los letreros y eso son cosa mía;
al menor descuido nos pasamos. Y aún me dice que me duerma. Imposible,
acabaríamos en las antípodas. Mira tú, este viaje lo estamos haciendo sin
música, hablando todo el tiempo, aunque yo vaya a dos bandas, o como se suele decir
en la procesión y repicando; es decir, que le sigo la conversación y al mismo
tiempo llevo mi particular monólogo. Lo que yo digo, no les da tiempo a mis
neuronas a oxidarse.
_ ¡Mira! Sierra Nevada ya tiene nieve.
_ ¡Es verdad, ¡qué bonita! Estate alerta que pronto
tenemos la salida para Jaén.
_Aún falta. Hay que hacer la subidilla.
_Ya, pero a ver si te pones a adelantar camiones y….
_De eso nada. ¿No sabes que vas con un virgo?
_Pues por eso lo digo, cariño. Y ahora a callar y
mirar los indicadores que es mi trabajo de copiloto.
Ya estamos en
la parte del viaje que más me gusta, entre Guadix y la Venta de la Nava. Es un
trayecto digno de hacerlo a pie, fotografiando cada árbol, cada cuadro de
tierra con esa mezcla de colores. Es un paisaje distinto en cada estación
(bueno, como todos) y siempre con una belleza impresionante.
Ya nos vamos acercando. A ver lo que nos encontramos.
_Quedamos en que no sacas las maletas del coche.
_No. solo el maletín marrón con los pijamas y las
cosas de aseo.
Ahora interrumpo el relato pues lo que sigue no viene
a cuento, y vuelvo
Bueno, Ya continuamos viaje. Llevamos
orientación, pero ya se sabe. Mi chico va recitando carteles, me tengo
que andar lista para que no tome la dirección contraria… ¡Señor qué complejo de
Luis Molla (copiloto de Carlos Sainz) Tenemos por delante 272 km. No, sigue
recto. Hemos de llegar a Bailén. No sé cómo se apaña cuando alguna vez ha de
viajar solo. Ahora atento ¿ves? Córdoba. Sí, ya, pero antes de Sevilla hemos de
pasar por Córdoba, majo. Ya te pone también Sevilla. Bien, ahora to tieso como
diría M.ª Ángeles. Hay que ver qué cosas. A veces la muletilla o una frase
coyuntural de alguien cae en gracia y se convierte en cita clásica. La verdad
es que M.ª Ángeles tendría que reclamarnos los derechos de autor.
¡Ay qué bien!
Vamos a parar un poquito. Yo además de …mi cortado descafeinado- que sean dos. ¡Qué
tonta! Se me ha olvidado tomar el nombre del área de servicio. Esto supondrá un
vacío en el relato del viaje. -por aquí, hombre. ¿No ves el letrero? -Claro,
pero tú deberías ir atenta; no sé en qué vas pensando. No tienes otra cosa que
hacer; yo bastante hago con estar atento a la carretera y al espejo retrovisor
porque no sé si sabrás que en la conducción tan importante es mirar para delante
como para atrás, porque… ¿Cuántas veces me habrá repetido esto? Atento a la carretera. Y luego dice que me duerma. Bueno voy a concentrarme que dentro de nada llegamos
a Écija “sartén de Andalucía”.
Cuando
al regreso escriba el viaje tendría que hacerlo a dos columnas. En una lo que
vamos hablando y en la otra lo que voy pensando. - ¡Atento! Ya empieza a
aparecer Écija. Por la primera salida que encontremos nos metemos. Qué contrasentido
meternos por una salida. Ya hemos llegado. Ahora la cuestión es encontrar
aparcamiento- ¿Me echo por aquí? -Sí. Mira un hueco. Qué suerte. Qué paseo tan
gracioso. En la guía la llama también la ciudad de las torres. Pues es verdad.
Se ven torres por todos lados
Leamos un
poquito para saber algo de la ciudad, pero lo voy a omitir porque hoy en
Internet se encuentra todo.
Está considerada la ciudad más barroca de Andalucía lo
que se puede observar en sus numerosos edificios religiosos y en los de la alta
burguesía
Destaca la arquitectura religiosa. Iglesias y sus
torres, tantas que olvidé los nombres. Ahí van fotografías de algunas de las
torres
Esta con reloj me gusta pues así recordaré la
hora a la que íbamos haciendo de las nuestras por el mundo.
Entre la
arquitectura de carácter civil destaca el Palacio de Peñaflor, barroco,
declarado “monumento Histórico Artístico”. Pasa por tener el balcón más largo
de España conocido como el “balcón del coño” porque todo el que lo veía
exclamaba “¡coño, qué balcón más grande”. Yo habré dicho ¡canastos! Otro
palacio el de Benamejí, también barroco, declarado “Bien de Interés Cultural y
monumento Nacional. Alberga el Museo Histórico Municipal. El Palacio de
Vallehermoso con una bella portada plateresca.
_ ¿Qué te parece si comemos en el primer sitio que
veamos?
_Estupendo. La verdad es que voy teniendo apetito.
_Pues mira, ahí delante. ¿te gusta?
_Sí. Ahora lo importante es comer.
Esto es un desastre. Yo había pensado redactar
este viaje como un monólogo interior más o menos gracioso, pero cada vez que
empiezo, algo me impide continuar. Acontecimientos familiares. Pierdo el hilo,
se me van las ideas. Ha pasado tanto tiempo (dos meses más o menos) que no
recuerdo lo que pensaba aquellos días. Por tanto, no sé en qué acabará. A ver
si me centro otra vez.
Hecha la
comida sin pena ni gloria tanto por el sitio como el menú, seguimos viaje.
Llegados a Carmona,
entramos por la carreta del Parador, Puerta de Córdoba, parte alta. Como vemos
que se nos va a hacer tarde hacemos una visita breve e incompleta. Es una pena.
Carmona merece al menos un día.
Llevamos
preparado el plano de Sevilla, quizá no muy moderno, y estudiada la entrada
contando con que no sean direcciones prohibidas las que hemos seleccionado.
Vamos al GRAN HOTEL LAR, Plaza de Carmen Benítez 3. Si entramos por avenida
Kansas City, pasamos por delante de RENFE, Calle José Laguillo, seguimos por calle
Amador de los Ríos y prácticamente desembocamos en el hotel.
¡Sí, sí! Ver
los nombres de las calles a la velocidad a la que se entra es, al menos para
nosotros, clones de Magú, imposible. Pasamos de largo varias veces la estación
de Santa Justa porque nuestro plano aún no registra ese nombre. Por fin-¡mira!,
la estación debe ser esta por tanto vamos a arriesgarnos . En efecto vemos la
calle de José Laguillo, pero se nos pierde. En la puerta de la estación un
atasco de mil demonios. Por fin, aprovechando el parón, un taxista nos dirige
un poco. Seguimos dando vueltas; se nos pierden unas calles, nos saltamos otras,
son las seis, tendríamos que llamar al hotel… Al final, decisión drástica. Sabemos
que estamos cerca pero no por donde llegar. Aparcamos y mi marido se va a
buscar el hotel a pie. Lo tenemos a la vuelta de la esquina. ¡Normal!
¡Ya estamos! Nos inscribimos,
llevamos el coche al aparcamiento, y nos vamos a la habitación. ¡Atiza! La
llave es una tarjeta. A ver cómo nos las apañamos con este artilugio. _La
tarjeta no va. Bajo a que me la cambien. _Espera. A ver si hay que introducirla
con menos energía. _Pues prueba tú con dulzura a ver si se abre y si no le
dices lo de ábrete sésamo. _ Introduzco la tarjeta con suavidad y lentitud como es mi estilo y ¡oh, sorpresa! La puerta se abre.
Sientan bien estas anécdotas cuando uno ya está cansado, con varias, muchas
horas de viaje a las espaldas. Yo tuve guasa para casi todo el viaje. Una vez
instalados salimos a dar un paseo y buscar cena. En Recepción nos dan un planito
y nos indican por donde salir y volver.
Qué
maravilla la giralda iluminada, pero ya haré fotos de día. Y las hice pues la
Giralda me entusiasmó, me enamoró y qué sé yo…
- ¿Damos un paseo antes de cenar? -Vale.,
Podemos cenar en esta freiduría, sentados en la calle pues la temperatura es
deliciosa. Qué curioso. En ella compras lo que quieras, te lo ponen en un
cucurucho y te lo comes sentado en las mesas de la calle. La bebida la sirve el
restaurante de la otra esquina, que dicho ese de paso es carísimo.
Aún es temprano,
pero nos hemos venido al hotel. Qué sueño tengo. Buenas noches, noatte boune, gabon,
bona nit, bona noite, etc.… ¡Qué poliglotismo tan desmesurado! Ya me duermo.
Amanece el
lunes. Plan. Primero buscar una cafetería cerca para desayunar. Habrá incontables,
pero como es natural no daremos con una, al menos una decente, antes de media
hora. Es nuestro sino. Por fin parece que podremos desayunar nuestras tostaditas
y nuestro café con leche. En la calle Puñoenrostro. Estos sevillanos para poner
nombres son originales.
Ya estamos
preparados para afrontar horas de pateo por Sevilla. Lo primero buscar La Casa
de Pilatos. ¡Oh consternacione! PILATOS HOUS EST FERMÉE. Claro,
es lunes y los museos cierran. Se me había olvidado. Pues vamos listos. Yo
tenía ilusión con el palacio de las Dueñas, más que por el museo por el patio
de los naranjos:
“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
Y un huerto claro donde madura el limonero…”
No tengo la manía de buscar
espacios, casas, etc. Relacionados con los escritores porque casi siempre me
decepcionan, pero en este caso me hacía ilusión por ver qué me sugiere, qué
impresión me produce ese lugar tan escueta y bellamente descrito por Machado con algo que identifica
con él mismo:” mi infancia son…” Compraré una postal.
Pues encaminemos
nuestros pasos hacia la Catedral.
Aquí sí
podemos entrar, previo pago, claro. Primero un repasito por fuera. La giralda,
las fachadas, una panorámica, lo que se puede pues hay obras de restauración de
fachadas. Esto también es típico en nuestros viajes. Entramos. Es inmensa. En
la guía leo que a la hora de planificarla sobre la “gran mezquita almohade” que
había quedado en mal estado tras el terremoto de 1356, uno de los miembros del
Cabildo dijo:” hagamos una obra tal y tan grande que las generaciones venideras
nos tomaren por locos…” Efectivamente es la tercera más grande en el mundo cristiano.
Fue superada más tarde por San pedro de Roma y San Pablo de Londres. Incluso
bastante más tarde los americanos, ¡normal! Al hacer la catedral de S. Patricio
procuraron que fuera un poquito más grande que la de Sevilla. Al ser tan grande se tardó mucho en
terminarla y se pueden apreciar varios estilos: almohade, gótico, renacimiento.
Todo en ella es excepcional.
La Sacristía mayor,
qué maravilla, con una cúpula nunca vista y la Sala Capitular de planta ovalada.
Ahora el patio de los naranjos. Desde aquí puedo fotografiar la Puerta del Perdón (por
dentro pues por fuera hay andamios).
Desde aquí
fotografío una vez más la giralda que es la niña bonita del conjunto a pesar de
toda la magnificencia de este
Salimos, pero seguiría dando otra vuelta y otra. ¡Es impresionante!
_ ¿Un cafetito?
_ ¡Ay, sí!
A buscar otra vez.
Casi nos sale al paso CAFETERÍA
RESTAURANTE ALCAZABA. Mira
qué bien.
Nos dirigimos
ahora al Alcázar. Pues no señor. Nuestro gozo en un pozo. Es museo y por tanto
cerrado.
El barrio de Santa Cruz no estará cerrado, digo yo. ¡Vamos
allá! Es entrañable, con sus callecitas, sus placitas y la famosa Plaza de Doña
Elvira:
“Ay barrio de santa Cruz,
Ay plaza de doña Elvira,
Os vuelvo yo a recordar
Y me parece
mentira…”
Así empezaba o empieza “Dos cruces” una canción de mis
años jóvenes. Canción que yo cantaba en aquellos tiempos en que “yo tenía un
chorro de voz” que se fue agotando con la edad, la profesión, los cambios en la
forma de vida que nos llevaron a no cantar mientras hacíamos las camas o
fregábamos los platos como en otros tiempos. ¡Ay, se me va el coco!
Hemos ido a parar a la Judería y volvemos a salir
junto al alcázar. Aún tenemos tiempo de acercarnos al río a ver la Torre del Oro.
_Podemos comer por allí. Debe haber bastantes restaurantes.
_Buena idea.
La torre no
se ha ido, pero ¿Y los restaurantes? .Pues vamos al barrio de Santa Cruz. Me
hace ilusión la Plaza de doña Elvira. Pero ¡qué precios! Se paga más el sitio
que la comida. Es natural. Quizá no compense el caprichito. Nos metemos por las
callecillas y decidimos comer en un sitio que tiene mesitas en la calle y el
menú del día nos parece aceptable. Comemos sumergidos en un asombro total.
Podría decirse que es restaurante de un tenedorcito pues nos lo ponen pequeño,
y con derecho a cuchillo si se pide ¡ah! y media ración por persona. Por
supuesto sin café. Nos ha salido barato, por once euros hemos comido los dos.
Buscamos dónde tomar un café y luego seguimos pateando.
¡Sorpresa! El
Ayuntamiento; pero, claro, la plaza también está en obras. Se notan las
próximas Municipales. Hay obras en todas partes. Toda Andalucía está patas arriba.
Es por la tarde y toca parque de M.ª Luisa y Plaza de España. (Fotos Sevilla 14
y 15 y 16) .Tranquilo ¡eh? La he de recorrer palmo a palmo. Es preciosa pero el
canal lo tiene seco. ¿Te acuerdas? Estuvimos en nuestro viaje de novios y tengo
alguna foto aquí mismo. Qué cansancio. Vayamos al hotel a descansar un poco
antes de salir a cenar.
Por fin recoger equipaje, comprobar salida y ¡dormirrrr!
Hoy martes 21 desayunamos en el mismo sitio de ayer.
Al salir de hotel le preguntamos al recepcionista por la salida hacia Huelva y
nos confirma una de las posibilidades que ya habíamos visto sobre el plano de
la ciudad: salir del hotel hacia la derecha, dar vuelta a la manzana y girar a
la izquierda por la primera calle para desembocar en Recaredo (continuación de
Menéndez Pelayo) y tomar la derecha, siempre al frente, sin dejar la calle que
va tomando nombres diferentes hasta dar con el puente Cristo de la Expiación.
Está clarísimo. Hay antes dos puentes, pero no los veremos ni tomaremos. ¡Ya,
ya! ¿Alguien pensó que iba a ser fácil y rápida la salida de Sevilla?¡Ja, ja!
Una hora por lo menos. Por primera providencia mi chófer se lanzó por el primer
puente que encontramos- pero ¿qué haces, a dónde vas? -¿No había que cruzar el
puente?- No ,hijo,, no el puente sino un puente y no es este.-¿Estás segura?-Mira
a tu alrededor; nos hemos metido en la Isla Mágica.-No es posible. A preguntar otra vez. -Tienen que volver
al puente, salir y etc. etc. Y yo viendo el puente de la Expiación a la derecha
y a la izquierda y él remontando como una exhalación. -Ve despacio, así no
saldremos en todo el día. Ya lo hemos dejado atrás otra vez- no puedo ir más
lento me pitan tú no tienes ni idea de la conducción en ciudad…bla-bla-bla…-ni
tú de buscar. - Pues anda que tú. Por fin- ¡ahí, a la derecha, la isleta, rodéala,
pero no del todo, al frente!, ¡YAAA!
Apenas nos ha
llevado una hora llegar a destino habiendo parado dos veces para tomar un café
y en El Acebuche para reservar la excursión de mañana. La llegada al hotel
hasta el último cruce perfecto, pero ahí volvemos a ser nosotros y otra vuelta
al ruedo. No obstante, todo llega a su fin, hasta nuestro viaje de hoy y podría
decirse que felizmente.
El hotel LA CARABELA CLUB, en Matalascañas, está muye bien y el parquin es gratuito. Como no vamos
en grupo hemos de esperar a que nos hagan un hueco en el comedor y comemos un poco
tarde. Ya por la noche nos adjudican una mesa, la 16 (una y media para comer y
ocho para cenar) para el resto de los días.
Las comidas
todas, son por el sistema de bufet libre. Aunque no exquisitas, aceptables.
Tampoco por el precio se puede pedir más. Aquí todo es IMSERSO, pero se ven personas con diferente nivel, educación, etc. No hay alboroto
ni risotadas de las típicas.
Después de comer tomamos el café en la cafetería del
hotel que está muy bien. Los sobres de azúcar y las servilletas llevan impresas
frases célebres. Hoy cojo estas: “Es mejor estar callado y parecer tonto que
hablar y despejar las dudas definitivamente (Groucho Marx)” y “Las guerras
seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los
ojos. (¿?)”. Sin descansar nos vamos a buscar el “sendero dunar”. No, no lo
encontramos a la primera ni muchísimo menos. Es una zona del parque que está
preparada para el paseo y observación de algunos aspectos de las dunas como su
movilidad y los corrales derivados de ella.
Hay que seguir
unos senderos de madera sin salirse de ellos con un total de 1`5 km. Es un
paseo muy bonito que además me permite algunas buenas fotos, pero que se vio
fastidiado por los mosquitos. Al inicio del paseo hay un cartelito que dice “ESTÁ USTED EN EL MEDIO NATURAL DE ESTOS ARENALES. POR
SU PROPIA SEGURIDAD, NO LES MOLESTE. SEA PRUDENTE. GRACIAS.”
Hacia la mitad
del paseo yo me pregunto ¿por qué no les ponen también a los susodichos bichitos
un cartelito que rece” No molestéis a los peatones que no se salgan del sendero
de tablas. No son enemigos. Sed prudentes y agradables por vuestra propia seguridad”.
Porque yo los respeto, pero a mí los mosquitos me han dejado hecha una pena. Y claro,
yo con todo el dolor de mi corazón he intentado liquidar a más de uno. Quitado
eso el paseo ha sido muy agradable, interesante y bonito.
De vuelta en el
hotel. Tomo notas para el recuerdo y repaso lo que vamos a hacer mañana. A las
8 la cena.
Mañana hay que madrugar y desayunar apenas abran el
comedor pues a las 8 hay que estar en El Acebuche.
Miércoles 22. Me he levantado a las 6`30. Hemos salido aún de noche hacia el Acebuche
donde llegamos a las ocho y cuarto. Pagamos y a la media en punto estamos
saliendo en un todoterreno 20 excursionistas más el guía- conductor. Prepárate,
Constanza, que el viaje promete ser movidito. El primer tramo
es por carretera hacia el “paseo dunar” donde empieza realmente la excursión.
Hasta allí, el guía que demuestra estar bien preparado nos va hablando de
Matalascañas:” pasa de pueblo fantasma en invierno a pueblo de locos en verano”
y de Doñana en general:” las marismas en primavera son un tapiz verde, en
verano un desierto y en invierno un manto de agua”. Lo malo es que este otoño
está todo bastante seco a pesar de que por aquí ha llovido mucho, incluso
demasiado las dos últimas semanas.
Una vez
cruzado el “sendero dunar” ¡qué botes! Salimos a la playa por la que hacemos un
largo recorrido viendo entre tanto tridáctilos (pajaritos pequeños correteando
por la orilla del agua), ostreros (¡ostras, Pedrín, otra ostra!, son comedores
de ostras). Pasamos luego a otra zona de dunas ya en el corazón de Doñana, con
varias paradas para contemplar el panorama asombroso. Vemos también águila
imperial, gamos, ciervos, un jabalí, etc. Llegamos otra vez a la playa tras la
última parada en la que hemos visto las casitas antiguas de las marismas. A la
una en punto en El Acebuche. A la una treinta, comiendo. A esto se llama no perder
un minuto. Después al bar a tomar el café. Ahí encuentro unas servilletas con
frases muy curiosas y cojo algunas. Frases” Lo imposible es el fantasma de los
tímidos y el refugio de los cobardes. (Napoleón Bonaparte)”,” Disculpen si los
llamo caballeros, es que no los conozco muy bien (Groucho Marx”; “Si supiera
que el mundo se ha de acabar mañana, yo, aún hoy, plantaría un árbol (Martin
Luther King)”
Por la tarde hemos
decidido volver a El Acebuche para hacer el paseo de las lagunas con la ilusionada
intención de ver aves. ¿aves dije?¡ja! Las metálicas de decoración que hay a la
entrada. (Foto Sevilla 22) Claro, es que no es época. Yo siempre que surgía el
tema de este viaje le decía a mi marido que es un viaje de primavera y ahora
reconoce que tengo razón, pero si han venido así las cosas habrá que apechugar,
que la ocasión la pintan calva. Además, solo tiene agua la laguna grande, las otras
están secas. Al terminar el paseo un cortado descafeinado y comprar unos
regalitos.
A las ocho cenando. No nos perdemos el telediario y
algún vicio(televisivo) pero eso no lo voy a confesar.
Este relato se interrumpe el lunes 22 otra vez por
motivos familiares. -
Esta tarde miércoles siete de febrero retomo el
relato. Tengo que resumir. Se me han ido las ideas.
Vuelve el viaje.
Jueves 23.
El día está lluvioso. Por la mañana la Rocina, el
Acebrón y palacio de Doñana.
Paseo bajo paraguas
por una zona que recuerda, aunque remotamente claro, una selva tropical. A la
hora en punto a comer y tomar el café donde recojo las frases de los sobrecitos
de azúcar. Hoy pudieron ser estas: “No hay ninguna cosa seria que no pueda
decirse con una sonrisa” (puede ser verdad, pero a veces quizá difícil). “Hay
muchas cosas en la vida, que son mejores que el dinero. ¡Pero cuestan tanto!”
Por la tarde
El Rocío. Esto no me lo podía perder. La iglesia muy blanca de corte y porte clásico,
pero con un retablo Mayor barroco dorado. La cúpula sobre pechinas y con
linterna. Toda blanca y sobria menos las pechinas con decoración barroca
policroma y con los típicos evangelistas. Frente a la iglesia o quizá al revés
la marisma con aves y caballos. Bonito panorama.
Seguimos a
Almonte donde destacan: ayuntamiento, monumento a la
Constitución de 1812, iglesia parroquial con techumbre de madera, crucero,
cúpula sobre pechinas y un aro a modo de tambor. Decoración bastante barroca.
Junto a la puerta un cartel con un poco de historia de la iglesia.
Nos gusta la
estructura y los colores de las casas, las ventanas y rejas. Se nota que hace
poco hubo inundación y están preparados por si vuelve el agua. Un café y a
casa, bueno al hotel. Descansar, cenar, ver “Cuéntame” y ¡a dormir!
Viernes 24. La Rábida(monasterio), Moguer, Huelva y
Mazagón.
El monasterio
nos gusta más de lo previsto y esperado como se puede ver por las fotos.
Además, es curios e ilustrativo.
El cafetito de
rigor y camino de Moguer. ¿Mucho cafetito? Que no cunda el pánico siempre
descafeinado salvo el de después de
comer.
Las pocas
veces que he intentado ver algo relacionado con un escritor ha sido un fracaso.
Me pasó en Veruela con Bécquer y ahora en Moguer con Juan Ramón. Es el pueblo
donde menos vestigios de, o menos referencias a el escritor hemos encontrado.
Tras dar unas vueltas al pueblo unos chavales nos han encaminado a la casa
mueso que está en obra y no se puede visitar. Ni siquiera han mantenido la
placa de la puerta como orientación. Decepcionados encaminamos nuestros pasos o
ruedas o motor o lo que sea, dirección Huelva. Hemos llegado en un pis pas.
Encontramos pronto aparcamiento en un lugar céntrico. No nos gusta. Está todo en
obras. Se salva alguna casa modernista. (Foto Sevilla 37) Solo podemos ver la catedral
por fuera y la verdad es que no es gran cosa. Comemos en Casa Jerónimo, junto o
frente a la catedral. El menú…pues no sé qué decir. El consomé al jerez…lo del
jerez sí porque se lo agregaron en la mesa delante de nosotros, pero aguadito.
Luego lenguados o similar a la plancha exquisitos. Con el postre, el camarero se
hace un lío y acabamos yo con unos profiteroles y mi marido mus de chocolate. Pues
nos salió por casi sesenta pesetas.
Al pasar por
un Halcón viajes recogemos información de 2x1, compramos lotería que no nos tocará
y volvemos a nuestro hogar provisional.
Llegamos temprano.
Mi marido sale a andar un poco. Yo me quedo y echo un vistazo al 2x1.¡Es de locos!
En pleno viaje y pensando en otro. ¡Menos mal que todo lo que ofrecen lo
tenemos visto! ¡qué alivio!
Preparo el día
siguiente y se lo explico a mi niño. Me duermo muy pronto.
Sábado 25. La Palma, Villalba, Niebla.
Llueve.
Primera parada en la Palma del Condado. Pueblo bonito que no podemos disfrutar
por la lluvia. La plaza Mayor en obras. La iglesia y una casa con las típicas ventanas.
Entablamos conversación con un señor metidos en una portería junto a la
Confitería-pastelería-Cafetería y le preguntamos dónde podemos tomar un café.
Aquí mismo, dice el buen señor. ¡Canastos!
Tras el café como sigue
lloviendo decidimos meternos al coche y seguir hacia Villalba del Alcor en busca
de una iglesia que la guía recomienda y describe a través de varias páginas.
Aparcamos junto a la misma y aún bajo intensa lluvia nos dirigimos a la
iglesia. Y ¿qué nos encontramos? Como diría el juglar: “cerrada está la iglesia a canto y lodo” (más o menos).
Ni una señal que indique que puede visitarse. Una fotografía del exterior que
no es lo prometido para el interior y otra vez chapoteando al coche.
A ver si en
Niebla hay más suerte. Parece que sí. Ha dejado de llover y podemos recorrer el
pueblo con más comodidad. Me gusta. De entrada, tiene una muralla y luego
ruinas y rincones interesantes.
Damos por
terminada nuestra tarea del día y volvemos al hotel a comer, otra vez bajo
copiosa lluvia. Antes de ir al comedor hemos de cambiarnos de calzado y
pantalones pues vamos hechos una sopa. Comer, café y recojo la última frase
pues a partir de aquí se repiten: “Todos los hombres que no tienen nada que
decir hablan a gritos”. Después telediario, cabezadita y paseo por la
urbanización hasta la playa. Al regreso mi cortadito y a la habitación hasta la
hora de la cena.
El domingo 26
por la mañana, al Museo del mundo marino” Está dentro del Parque Dunar. El
museo es muy interesante y el parque tiene un paseo delicioso que acaba en la
playa. Ha sido una mañana relajante y bonita. Eso sí, hemos andado más de tres
horas. Por la tarde nos vamos a repetir el paseo dunar. Lo he disfrutado más
que el primer día porque no me han atacado los mosquitos y al saber ya lo que
es he ido más relajada. Luego hemos paseado por la playa en
la que desemboca el paseo. Como llevo horas y kilómetros acumulados le digo a mi
hombre: llegamos hasta allí y volvemos que mis glúteos se sublevan. Van bien
pero cuando les digo que hay que volver me dicen: maja lo podías pensar antes
¿no? Él mira el reloj y contesta: si aún son las cinco. ¡Glup! ¿Se ha enterado
de lo que le he dicho?
Ya es lunes 27. Por la mañana antes de las nueve nos vamos
otra vez a El Acebuche. Lo hacemos completo. También lo he disfrutado más que
el primer día y además al ser temprano hemos visto patitos, cigüeñas …he aprendido a diferenciar el pino piñonero de la sabina y el
enebro.
Mi marido dice
que en este viaje me he aficionado a la naturaleza. ¿Síii? ¡No me digas! Ya hablaremos,
le contesto. Vamos como si yo fuera asfaltícola. Qué mala memoria tiene el ser
humano.
Por la tarde
nos vamos a pasear por la playa que queda al pie del parque dunar. Un paseo
largo y bonito. ¡Qué risa! Cuando ya nos íbamos mi geólogo me explica que debía
haber indicios de restos orgánicos producidos cuando las dunas cubren un
bosquecillo. Le digo ¿No serán esas franjas negras que hay en la pared y que
manchan también la arena? -¿Cómo?- dice- y yo buscando por lo alto mientras lo
piso. Hago dos o tres fotos artísticas y contemplamos una bonita puesta
de sol que también fotografío.
En el hotel. Otra vez haciendo maletas. Todo preparado
para salir al mañana siguiente temprano dirección Málaga. Ya voy teniendo gana
de volver a casa.
Hoy martes 28, salimos temprano. Al pasar por el Rocío
hay una fotografía espectacular que me pierdo. Una luz espléndida baña la
marisma y el santuario se refleja por completo. Creo que he perdido la mejor
foto del viaje, pero en la retina se me quedó para siempre. Creo. La
circunvalación de Sevilla nos retrasa un poco. Por fin tomamos la A-92
dirección Antequera – Málaga- Granada.
Ya en Antequera. Buscamos aparcamiento. El pueblo es grande,
pero entre obras y tráfico se hace angustioso. No obstante, vemos dos o tres
cosas interesantes. Subimos a una iglesia que está en una plaza o mirador desde
donde se aprecian unas panorámicas espléndidas.
Fotografío la
montaña que tiene forma de cabeza humana.
El interior de la iglesia es bonito y con algunos
detalles originales, como decoración en los arcos.
Empiezo a
sentirme mal y a pensar ¡mierda de viajes! Yo no puedo con este trote, etc.
Claro indicio de que este está siendo demasiado largo.
Decidimos salir
hacia el torcal, seguros no sé por qué, de que allí habría dónde comer. Menos
mal que paramos en un restaurante en la carretera porque allí no había ni centro
de recepción para visitantes pues están en obras. “Perdonen las molestias”
El Torcal es
como la ciudad encantada, pero a lo bestia. Escogemos el itinerario corto y
fácil ¿fácil? Sendero de cabras como las monteses que huyen al vernos por
aquellos riscos o como demonios se llamen esas piedras.
Es
espectacular, sobrecogedor, apabullante pero difícil de disfrutar porque no se
puede perder de vista el suelo y además ha llovido lo que dificulta más el caminar.
Por fin
volvemos al coche y salimos pitando para Málaga. Por primera providencia la
carretera que teníamos previsto coger está cortada por obras (¡benditas o mejor
malditas obras). Como es natural damos varias vueltas antes de encontrar el
hotel. ¡Por fin! Tomamos habitación. Llevamos el coche al garaje del hotel.
También damos varias vueltas antes de encontrarlo. Y nos vamos a dar un paseo y
cenar.
No se ve una gran ciudad, pero me produce
buena impresión. Ya es hora de descansar. Estoy muertita. Buenas noches.
Es miércoles 29. Nos levantamos tempranito, por no
variar, y desayunamos en un pequeño café (Café Andino) cerca del hotel. Damos
un paseo por la ciudad y llegamos a la catedral. Es absolutamente distinta a
todas las vistas hasta ahora. sobre todo, llaman la atención las torres circulares.
(Fotos Málaga 13 y 14 ) Por cierto, que con buen criterio las casas que lindan
con ellas tienen una estructura circular con las esquinas chaflán igualmente redondeadas.
Nos encaminamos a visitar el interior y ¡con la iglesia hemos dado! También hay
que pagar. Pues mira no entramos. Ya está bien de pagar diezmos y primicias a
la iglesia de Dios. En realidad, es que ya no puedo con mi alma y me entra mal
humor.
-Vamos al
Museo Picasso. Nos gusta mucho y hemos disfrutado. Compro algunos recuerdos y a
la salida una reproducción de “Maya con muñeca” que me ha encantado.
Nos encaminamos, ahora a la Alcazaba
Me había reservado dos o tres fotografía pensando que no daría para más. La
verdad es que ya voy muy cansada. Llevamos once días de viaje a un ritmo
agotador y solo deseo acabar. Pero la Alcazaba me conquista, me reanima, me
fascina. Hago bastantes fotos además de deleitarme con la contemplación de cada
puerta, cada rincón, cada arco,
cada capitel . Valió la
pena llegar a Málaga, aunque solo fuera por esto.
A la bajada, las ruinas del anfiteatro
romano
Ha llegado la
hora más difícil de nuestros viajes. La ardua tarea de encontrar donde comer.
Damos con un mesón “mesón el toreo” pequeño, con sus mantelitos de cuadros
rojos, típico, que me atrae. Y es barato. Comemos migas de primero y de segundo,
yo riñones al jerez y él boqueroncitos. No recuerdo el postre. Sería el típico
flan. Un café y al hotel a descansar un ratito.
Por la tarde
un largo paseo de varios Kms. y horas. Paseo del Parque (en obras por no
variar), Paseo de la farola, y paseo marítimo. Algunas fotos vespertinas de la playa y una de la Alcazaba iluminada.
Volvemos al
centro y nos sentamos en la terraza del Lepanto para una meriendacena. Estamos
en la calle Larios el corazón de la ciudad. Es bonita. -
Bueno, esto va llegando a su fin.
Jueves 30. Como cabía esperar hemos madrugado. Desayunamos
en El andino y salimos para Granada. Llegamos antes de lo previsto y
encontramos enseguida la casa de los primos. Ramón está en la puerta, tal vez
esperándonos. Comemos y cenamos con ellos. Pasamos una tarde deliciosa. Podemos
ver a todas las niñas incluso los niños de Pili. La niña es de las que dejan
huella como su madre y sus tías. A estas niñas siempre las he querido mucho,
son encantadoras como su madre.
Aunque estamos a gusto decidimos salir ya al día siguiente
para casa.
Al fin es viernes 31 último de viaje. Desayunamos y ¡a
casa! Comemos en Vélez Rubio algo más tarde de lo previsto a causa de las obras
en la carretea ¡qué pesadilla de obras! Pero al fin esta noche dormiremos en
casa.
Por fin acabó el viaje y pude terminar de contarlo el
viernes 16 de febrero del 2007. Creo que también tendría que decir “Perdonen
las molestias”