“ESCRIBIR
ES UN TIC”., de Francesco Piccolo, en mi opinión no responde a las
expectativas que el título despierta. Esperaba más información sobre el hecho
de la escritura y encuentro solo algunas anécdotas que ilustran acerca del
hecho de que para escribir la inspiración no es lo único necesario, ni siquiera
lo fundamental.
El autor, a lo largo de todo el texto,
insiste en el hecho de que eso de la inspiración es un cuento, un mito. Y a
desmontar este mito dedica casi todos sus esfuerzos.
Dice, por ejemplo, recogiendo una frase de
Giorgio Scerbanenco: " Se escribe
cuando se quiere, y la inspiración quizá no exista…..Solo hace falta tener
ganas de escribir, sentir ese placer. También para planchar la ropa o hacer un
jersey de punto hay que tener ganas y sentir placer…"
Lo del placer de planchar la ropa, yo se lo
discutiría. Estoy de acuerdo con lo de hacer un jersey. Pero, a lo que íbamos.
La inspiración. Este asunto parece relacionarse con aquello de si “el artista
nace o se hace”
He reflexionado mucho sobre estas palabras “se escribe cuando se quiere”. ¿Vale esto
para todo ser humano o solo para los bienaventurados escritores que nacieron
para ello? He leído o escuchado de boca
de escritores consagrados que, a veces, lo primero que han tenido de una novela
ha sido el final y ello les ha sugerido el resto. Decía Saramago que yendo por
una carretera, un anuncio le sugirió la novela “La Caverna”. Y poetas que
confiesan que el primer verso que escribieron de un poema fue el último.
Hay una rima de Bécquer (la III, o la 42
según las ediciones) que describe de manera magistral el proceso creador en el
que intervienen inspiración y razón. Consta la rima de dos núcleos amplios más
un tercero muy breve a modo de conclusión. No es lugar este para transcribir la rima completa.
Solo copio el final de cada núcleo:
…………………………
“Locura que el
espíritu
Exalta y enardece;
Embriaguez divina
Del genio creador…..
¡Tal es la
inspiración!”
Después
otra serie de estrofas en las que describe el efecto de la razón y concluye:
…………………
“Raudal en cuyas
ondas
Su sed la fiebre
apaga;
Oasis que al espíritu
Devuelve su vigor….
¡Tal es nuestra
razón!”
Y
cierra el poema con esta estrofilla:
“Con ambas siempre en
lucha
Y de ambas vencedor,
Tan solo el Genio
puede
A un yugo atar las
dos.”
Vale
la pena leerla completa, es una maravilla.
Como
vemos para Bécquer inspiración y razón van de la mano. O sea que para él la
inspiración no solo cuenta, es anterior. Eso sí, no podemos obviar que habla
del Genio creador lo que hace pensar en que no todos estamos dotados para crear
una obra de arte, como es la Literatura.
Siempre
me he imaginado así a los escritores. Debatiéndose con el ansia de encontrar
palabras para las ideas o ideas para las palabras; intentando dar forma no solo
correcta sino también hermosa a esas ideas y palabras. Buscando la palabra que
responda a un sonido que escuchan insistentemente. Más les ocurrirá a los
músicos pero el poeta, incluso el narrador puede encontrarse con este problema.
También García Lorca dijo algo en relación
con este asunto (creo) “soy poeta por la
gracia de Dios o del diablo pero también de la técnica…..” (Cito de
memoria)
Todo
esto guarde ya relación con el otro tema clave del libro: el proceso, podríamos
llamar físico de la escritura. Cita manías o necesidades de los escritores a la
hora de escribir. Unos necesitan soledad; otros compañía; quien silencio, quien
música; lugar específico y fijo, o cualquier parte les sirve. De día, de noche;
a primeras horas de la mañana, tras la siesta….
Recoge ahora una opinión de Francis Scott
Fitzgerald: "El genio consiste en poner en práctica lo que se
piensa". Sí. Pero ¿por qué cuesta tanto a veces?
Y continúa: "Escribir requiere constancia, esmero, paciencia, sentido crítico,
esfuerzo, ligereza: todo lo que sirve
para cultivar una afición,…hacer que dure un matrimonio,…criar a los
hijos…." Esto para mí es indiscutible, desde luego pero sigo pensando
que solo con eso no se consigue una obra de arte.
A
partir de aquí desarrolla la teoría del “Método” como lo más importante a la
hora de escribir. Considera que es imprescindible seguir un método.
"El método es como el armazón homérico de Joyce……El método es un
recipiente, un metal buen conductor de la creatividad por expresar. Un órgano
de control, no una solución de la expresión. Puede ser el resultado de:
paciencia (reescritura); constancia (regularidad y disciplina); seguridad
(ritualidad)" Nos dice.
Pero
no hay que caer en la tentación de copiar el método de nadie pues hay tantos
métodos como escritores. Debemos instituir nuestro propio método, personal e
intransferible.
Hace
falta disciplina "Hay que desconfiar
de todo lo que se parezca a la inspiración". Pero esto no tiene por
qué ser matarse a trabajar; incluso hay quien considera antinatural la
disciplina de la escritura.
Recuerdo lo que a este respecto he leído o
escuchado a veces. Algo que en este libro no se cita: García Márquez decía que
cuando iba a escribir una novela se pasaba horas, a veces días o meses, sentado
sin ,aparentemente, hacer nada lo que le acarreaba las críticas de su familia.
En realidad estaba pergeñando la totalidad de la novela. Cuando ya la tenía
totalmente organizada in mente, se ponía a escribir. Me gusta imaginarlo
sentado en un sillón o mecedora, en una terraza, balcón o jardín, con los ojos
entornados o la mirada perdida, soñadora.
Mientras, en su cabeza las ideas bullendo, luchando por encontrar la
palabra que las defina, la imagen más bella o sugerente. Personajes que buscan
su personalidad o un lugar donde vivir esa vida que se les está creando…….
Sin embargo de Clarín, sé dice que enviaba a
su editor los capítulos de “La Regenta” conforme los iba escribiendo. La verdad
es que llama poderosamente la atención que una novela de tal envergadura y con
tal número de personajes se escribiera así. Claro que por otro lado por las
mismas razones se hace casi impensable que la releyera y reescribiera varias
veces; no habría conseguido acabarla. Claro que sí cabe suponer que cada
capítulo fuera reescrito varias veces ¡Vete a saber!
Otros escritores hacen esquemas, fichas con
los personajes, lugares, etc y luego van montando todo esto como si fuera una
película o un gran puzle.
Hace
algún tiempo descubrí “El original de
Laura” novela inconclusa de Nabokov. No he podido leerla pues la regalé pero
pienso hacerlo. Consiste la edición, entre otras cosas en la serie de fichas
que el autor había elaborado durante la preparación de la novela.
Alguna otra idea interesante se puede
extraer de este libro. Por ejemplo: "Escribir
es reescribir”. Completamente de acuerdo. Si los grandes escritores lo
practican qué no haremos los simples mortales que solo podemos aspirar a
expresar de manera correcta lo que pensamos. Sin ir más lejos, este texto ha
pasado ya por varias versiones y aún será retocado, corregido, modificado,
antes de ir a parar a su lugar definitivo: el blog.
Conclusión: cada escritor es un mundo y por
tanto no son válidos los patrones fijos.
Quizá
con lo que acabamos de recordar acerca de Clarín se pueda relacionar la
siguiente frase: "Un libro no se
termina, se abandona". Algo que últimamente he escuchado a bastantes
escritores.
Recojo
otras frases que pueden interesar o hacer reflexionar:
"El escritor de narrativa es el más
denostado por el público "(entre los artistas)…."y basta con que
alguien viva para que se considere una autoridad en la materia" (Flannery
O`Connor)
"En
la era de la profesionalidad, el oficio de escritor no se considera tal. Porque
lo puede ejercer cualquiera." …"El oficio de escritor existe, y es
distinto de lo que se suele pensar"
"Contar historias es un oficio
noble, con una función cívica concreta…"(Alessandro Baricco)
Al recorrer el camino de las manías más que
métodos de ciertos escritores hace referencia al hecho de que algunos se resisten
y han resistido a dejar su estilográfica, bolígrafo e incluso lápiz. Le sirve
esto para acercarse al hecho moderno del uso del ordenador con todas sus
ventajas: borrar, corregir, trasladar textos; o sea hacer un auténtico montaje.
Personalmente le veo todas esas ventajas más el ahorro de papel.
Y concluye que : La mayoría de los escritores
no viven de la Literatura sino de otro trabajo, uno remunerado que les asegure
la manutención, el vestido etc. Incluso lo consideran una ventaja a la hora de
la creación literaria.
A punto ya de publicar esta entrada (me
gusta el término castellano) he tenido una amena charla con una amiga poeta. Le
comento las teorías de nuestro autor y ella me confirma que la inspiración sí
existe. Naturalmente luego viene el escribir, borrar, reescribir pero el
momento inicial es la inspiración: esa situación, esa lectura, esa palabra,
mirada, anuncio….Algo que hace vibrar el alma y luego todo lo demás.
Mi
amiga acaba de publicar su cuarto (creo recordar) libro de poemas. Ya hablaré
de él.
ESCRIBIR ES UN TIC. De Francesco Piccolo. Ed.
Ariel. Ilustraciones: Anthony Garner
Agrego un enlace en el que leer otra opinón.
Escribir es un tic - Libros y Literatura
¿Hubo inspiración? |
¿Os ha resultado interesante? Lo celebraré. Espero comentarios y si hay inspiración,algo más.
Me ha encantado esta entrada. Acerca de la tarea "homérica" de escribir. La insipiración y el trabajo. En cualquier faceta humana (arte, deporte, ciencia,humanidades, lo que se quiera poner) hay niveles. Gente que con un mismo nivel de esfuerzo consigue mucho más que otros. Sería algo así como el talento de cada uno. Aunque el talento se educa y se trabaja, sin duda una parte del talento viene ya en el reparto juguetón de los cromosomas al juntarse un espermatozoide y un óvulo y luego el resto, que es igual de importante con el trabajo. ¿Existe la inspiración? creo que hasta en eso hay diferencias. Nosotros, los mortales, cuando decimos "estoy inspirado (para escribir)" realmente queremos decir que en nuestro magin se nos ha ocurrido algo, tramas, ideas, abierto caminos, para seguir con nuestra obra creadora. La persona de talento también tiene inspiración pero esta ya sería más del tipo descrita en la poesía de Bécker, "la del genio creador". Luego tambien habría que hablar de la vida propia que adquieren los relatos, la obra del artista en general. Uno puedo empezar por el final (los buenos) o por el principio (como yo, los malos) y después la propia dinámica es la que dirige al artista casi tanto como al revés. Me encanta la frase de Clarín que dice que un libro no se termina si no que se abandona. Y muchas veces, debido a la impaciencia de tantos "genios creadores" y al ansia se abandona ante de tiempo. Ahora comenaré mi caso personal. Si no exisitieran los ordenadores (o las tabletas) nunca hubiera escrito nada. Tengo una caligrafía hórrida y soy muy desordenado. El escribir en el teclado me hizo descubrir cosa de casi tres años el placer de escribir. Un placer estimulado por las obras de arte que u no de vez en cuando lee y que por comparación con lo que uno hace te hacen ver la grandeza de la escritura.
ResponderEliminarPor cierto, otra cosa. Acabo de terminar "El Caso Melquiades" una, digámoslo así, novelilla que en cuanto la lime te la daré como castigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
No la tomo como castigo, más bien como honor.
EliminarAcabé hace dos días de leer este libro, que me prestaste tú, por cierto, y coincido con tu apreciación general (no así con la del otro blog enlazado): el libro no pasa de recopilación de anécdotas, más o menos, curiosas, para lectores ocasionales. Poco más. Para decir que cada escritor es diferente (como humanos que son), con sus particulares formas de vivir, sus preferencias técnicas, y que tiene sus propias costumbres, manías y tics a la hora de realizar su trabajo, no hace falta tanta página (en realidad pocas, que la edición engaña). Al final: a cada cual le funciona una cosa; busca la tuya. Si le sumamos las ilustraciones (cada uno se fija en lo suyo) no muy afortunadas, siendo generosos, la verdad es que deja un saborcillo de decepción al acabar, aunque algunas citas tenga su interés, como la comentada de Clarín.
ResponderEliminarPersonalmente, hace tiempo que rechazo la visión romántica del autor que va repartiendo genialidades por cada poro de su piel sin esfuerzo alguno. No es discutible, creo, que cada persona tiene cualidades o talento para según qué cosas (escribir, pero también cocinar, interpretar o aparcar el coche) y que, si las ejercita, puede llegar a brillar en una actividad concreta ¿con menos esfuerzo? que otra. Pero hay una cuestión clave que creo se confunde con la famosa inspiración (siento llevar la contraria o matizar la opinión de una poeta a la que admiro y respeto) y es la actitud creativa. Pienso que todos tenemos días mejores y peores (para escribir, para cocinar y hasta para conducir por la ciudad), pero solamente quien realmente disfruta de lo que hace y tiene una actitud constantemente abierta a la creatividad tiene posibilidades de hacer algo interesante. Vamos, que si tu amiga poeta se siente inspirada posiblemente sea porque su mente está pensando siempre en sus versos y encontrando, por esto, motivos que reflejar en ellos.
Por tanto, tenemos talento y actitud, solamente falta trabajo (un talento que no encuentra acomodo en una técnica depurada hasta el agotamiento, se perderá en experimentos fallidos) y unas condiciones personales adecuadas. No olvidemos que, hasta que las necesidades básicas no están cubiertas, mejor no me vengas a hablar de amor. El arte nace de la necesidad de comunicación del ser humano, pero se desarrolla gracias al ocio.
Por cierto, ¿por qué dice mi vecino que cada fin de semana se dedica con delirio a la inspiración? Pensé que era artista, porque vuelve siempre a las tantas...
Veo que más o menos estamos de acuerdo. En cuanto a mi amiga,no niega el trabajo ni nada de lo que tú apuntas. Solo piensa que siempre hay algo, a lo que podemos llamar inspiración, que en un momento dado nos produce la necesidad de escribir. Luego,dice,hay muchas horas de trabajo.
EliminarPor cierto, ya te pasaré su último libro. Se llama"Si tocamos latierra" y lo edita El Bardo Colección de poesía.
¡Me encantará leerlo!
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