“Contándoos los amores y las vidas”
( Garcilaso.
Soneto XI)
Así imaginaba el poeta Garcilaso a las ninfas”….labrando embebecidas/ o tejiendo las telas delicadas, agora unas con
otras apartadas/contándoos los amores y las vidas/….”
Es como la tradición ha visto siempre a las mujeres. Reunidas en su
mundo particular, ajeno en muchos aspectos al masculino. Ayudándose y
apoyándose unas a otras en sus tareas, en sus alegrías y en sus penas, guiadas
por la necesidad de hacerse fuertes frente al universo de los hombres. Es de
ahí de donde debieron surgir los grupos de amigas.
En HIJOS DE HOMERO,
Bernardo Souvirón, en cierto modo nos descubre la aparición de la amistad entre
mujeres. Lo hace al hablar del amor
sáfico. Dice:” si una mujer
deseaba amor, amor simplemente, no contaminado, puro, debía buscarlo fuera del
matrimonio y, por tanto, lejos del hombre……Debía buscarlo en otra mujer…”.
Pero ¡ojo! Dada la tinta que ha corrido en torno a este tema, él mismo nos
avisa de que…”si hay una palabra ambigua
que pueda llevarnos, sin parecerlo, a equívocos, esa es precisamente la palabra
amor…”. No es el momento ni el lugar para profundizar en el asunto; quede,
pues, como introducción, creo que interesante.
En textos sobre tiempos más recientes podemos leer opiniones
interesantes.
En un artículo de la psicóloga Martha Patricia :” El poder invisible de los círculos de amigas sobre las mujeres que los
componen es extraordinario puesto que permite la autoestima, el éxito y el
desarrollo del talento, que tiene que ver con el hecho de que nos hayan
escuchado y valorado, amado por lo que somos, animado y apoyado para que
llevemos a cabo aquello que nos creíamos incapaces de hacer, puesto que cuando
existe un apoyo práctico, o psicológico que pueda provocar un cambio
significativo, es mucho más probable que ese cambio suceda; el hecho de que
otras mujeres crean en nosotras, o tengan el mismo punto de vista, o bien sean
modelos de conducta, tiene una influencia invisible y poderosa. Nuestra red de
amigas nos aporta la fuerza para resistir ante la colectividad, la fuerza para
seguir adelante a pesar del sentido del ridículo, o de los oponentes que
manifiestan que no sabemos lo que estamos hablando” ….
Por un lado cabría señalar que la situación real no es ni tan dramática,
ni tan idílica.
Por otro,me recuerdan estas palabras,
anécdotas y curiosidades de mis experiencias personales a este respecto de que
hablo. He oído a hombres decir que cuando hay dos o tres mujeres juntas hablan
y hablan sin decir nada de fuste. Que somos capaces de pasar muchos minutos
hablando de una camisetita que hemos comprado. Puede ser verdad alguna vez.
Pero ¿se han detenido a pensar que tal vez necesitamos ese pequeño desahogo
para relajarnos de todo el peso que la vida cotidiana arroja sobre nuestros
hombros? Es cierto que cuando nos reunimos un grupo de amigas, aunque seamos
cultas, cultísimas, dedicamos bastante tiempo al puro cotilleo ¡Es tan
relajante! Pero no es menos cierto que nos interesamos por la salud, vida y
milagros de la familia de cada una, los maridos, los padres, los nietos, el
trabajo…Luego un poquito de cotilleo y para terminar se habla del libro que
estamos leyendo, la película que hemos visto, asuntos de política…somos capaces
de hablar de todo menos de “tíos”(al menos la mayorías). No puedo menos que
recordar un fragmento de una película reciente en la que a la observación del
marido acerca de que las mujeres no hablamos de cosas importantes, la mujer
contesta: Tienes razón, las mujeres solo hablamos de tonterías, por ejemplo de
los maridos... (Más o menos. No puedo recordar la frase literalmente pero me
hizo tanta gracia….)
En cuanto a ese punto de ayudarnos y apoyarnos para hacer cosas que tal
vez no pensábamos que podríamos hacer no puedo por menos que recordar el grupo
de mujeres que durante unos años fuimos las componentes del departamento de Lengua y Literatura, compañeras y amigas ¡Cuántas cosas hicimos! Libros con los alumnos,
teatro, un periódico…Alguien le llamó el otro día “La época dorada del
departamento de Lengua” Me quedé sorprendida y feliz al oír esa afirmación. Y
nos fuimos yendo del Centro: jubilaciones, traslados...Pero seguimos siendo
amigas, nos llamamos, nos comunicamos por correo electrónico, y comemos juntas
cada dos meses aproximadamente.
También con ese texto podríamos relacionar el hecho de que las mujeres,
solo somos personas, completamente personas, cuando estamos entre amigas. Fuera
de ahí somos la esposa, la hija, la madre. Es curioso como para los hijos
somos casi exclusivamente eso: mamá. Que es algo muy hermoso pero, a veces,
necesitamos ser seres humanos aunque solo sea un ratito. Incluso cuando se
habla de nosotras como “mujer” en el trabajo, por ejemplo, se hace en un tono
que no nos gusta ni nos favorece. Luego, lo que es peor: la politización del
término: la primera mujer que…la única mujer que…Y ¿Qué más da ser la primera o
la única? Somos personas y punto final.
Por eso cuando estamos entre amigas
“somos”.
Continúa la autora: “El llevar una
amistad duradera y profunda con otra mujer o el pertenecer a un círculo de
amigas nos permite la conformación de una red, siendo ésta la que congrega,
contiene, recoge, recuerda y soporta para facilitarnos el tejer de nuestra
cotidianidad, para componer y recomponer, crear y recrear, pensar y repensar;
puesto que tejer es unir diferentes hilos de muchos y distintos colores, de
diferentes gruesos y contenido, es mezclar, unir unos con otros haciendo formas
armoniosas, es transformación en acción.
El
mismo acto de tejer ha unido a las mujeres que desde tiempos inmemoriales se
reunían para trabajar pero sobre todo acompañarse y contarse en intimidad sus
aciertos y desaciertos y recibir los consejos y tan deseado apoyo, o cuando
alrededor de una hoguera se contaban los secretos de la maternidad, los ritos
de pasar de la niñez a la adolescencia “el hacerse mujer”, los secretos de la
sanación o cuando celebraban la recolección de las cosechas y mediante danza y
cantos celebraban la vida de la cual eran ellas las portadoras, o cuando los
hombres partían a la guerra solidariamente unas cuidaban de otras y de los
hijos de todas; tejiendo lazos de hermandad”.
Es curiosa esta idea de tejer que hemos visto en los versos de
Garcilaso. Y qué bonita metáfora porque en efecto así es la amistad entre
mujeres y así nace. Me ha recordado este fragmento la época de mi adolescencia,
en un pueblo en donde he podido ver esa relación entre mujeres. Siempre juntas,
siempre necesitándose. ¡Si hasta para trocear la carne para la comida hacían falta dos, o para doblar las sábanas
recién lavadas y planchadas! Y los cuchicheos de las amigas sobre los
descubrimientos que la vida nos iba poniendo delante. También recuerdo aquella
amiga de los primeros veranos, luego estudiamos juntas, que me contaba todo lo
que leía despertando en mí la necesidad de leer también .Quién sabe si no sería
ella la causante de mi posterior amor por la Literatura.
Grupo de amigas en plan impresionista. |
Según Adriene Rich, “La amistad
entre mujeres se asemeja a un círculo, donde todas estamos a la misma distancia,
donde todas “nos vemos” y nos reconocemos unas a otras, donde compartimos desde
la igualdad.”
Es fácil comprobar que con harta frecuencia los grupos de amigas los
componen mujeres que comparten intereses como una misma profesión, situación
familiar similar o muy parecida, edades que las mantienen en una misma
generación. No obstante, no es obligada esta circunstancia pues puede existir
la amistad entre una mujer mayor y una o varias, mucho más jóvenes, antiguas alumnas,
por ejemplo. O entre dos mujeres cuyas vidas siguieron derroteros diferentes
pero poseen un carácter muy similar. O sea que no hay leyes, solo
circunstancias universales, más o menos generales.
“Cuando las mujeres se unen y se comprometen mutuamente a formar parte de un círculo de amigas, están creando un crisol de transformación para sí mismas y un vehículo que propicia el cambio colectivo”…“Sin embargo para que esto ocurra no basta con ser del género femenino…….” Lo importante “es esa capacidad de sentir una vinculación afectiva o emocional lo que a las mujeres les permite reconocerse una a otra y generar empatía y solidaridad y de hecho poder establecer una amistad”
Hay quien establece una serie de normas para que se pueda dar la amistad
entre mujeres, para que funcione esa red de tejedoras pero creo que no hace falta;
es todo más espontáneo. Sí me quedaría con una de las normas porque reproduce
algo que practicamos en mis grupos de amigas: “Aceptar el firme y consciente compromiso de no criticar a otra mujer en
ausencia de ella o frente a grupos de hombres”. No es que lo hayamos
establecido así es que lo practicamos de manera espontánea, porque nos
respetamos y nos queremos como somos.
Un consejo muy sano para los grupos de amigas: “Sí, a reír juntas porque las carcajadas que se manifiestan entre
mujeres que se encuentran reunidas, es algo que en general ocurre en ausencia
de los hombres y normalmente suelen surgir en medio de una charla sincera y
veraz, nos reímos y aceptamos nuestro pasado ya sea triunfante o vergonzoso,
porque la risa es sanadora, porque las endorfinas fluyen y con ellas la
liberación”.
A poco observador que se sea es fácil comprobar que es absolutamente
verdad. No significa esto que no podamos pasar un rato agradable y reír con ganas
si estamos en una reunión mixta. En realidad tal vez lo más deseable sería que
no tuviéramos que reunirnos por separado para ser nosotras mismas; pero la vida
es compleja en este sentido, sobre todo, quizá, para las personas de
determinada edad.
Algo tan sencillo como la amistad ha sido estudiado y comentado por
numerosas personas y entidades. Por ejemplo la Universidad de Los Ángeles,
California, ha publicado un estudio en el que dice que “la
amistad entre mujeres es algo verdaderamente especial. ¡Mira qué gran descubrimiento!
También concluye el estudio que “el tener amigas nos ayuda no solamente a
vivir más, sino también a vivir más saludables.” Y que “la amistad entre las mujeres constituye una fuente maravillosa de
fuerza, bienestar, alegría y salud.” Me gusta esta afirmación pues me confirma que
viviré mucho y con salud; al menos razonable.
“A
medida que la mujer va pasando por las distintas etapas de la vida, como
estudiante, profesional, madre, esposa, el tiempo que solía dedicarle a la
amistad con otras mujeres suele limitarse” dice Nora de Hoyos Comstock.
Efectivamente, pero siempre encontraremos un pequeño resquicio para dedicar a
las amigas y, en último caso, cuando llega la jubilación, incluso antes cuando
ya el "nido" se queda vacío, recuperamos amigas de antaño y reforzamos las
amistades presentes. Después de todo es ley de vida.
Para concluir diré que yo siempre he tenido amigas, las necesito y me
gusta tenerlas. Las tengo de todos los niveles de amistad desde las camareras
de la cafetería del Corte Inglés, donde recalo todas las mañanas desde hace
doce años a reponer fuerzas con un cafetito, hasta las más íntimas como
Simplicia y Plácida (las únicas de mi edad). Porque hay que decir que todas mis
amigas son más jóvenes que yo. La vida me las ha ido poniendo en bandeja y como
yo tengo un espíritu joven me ha sido muy fácil congeniar con ellas. Y no creo
que, como se decía más arriba, me tengan de modelo. A la mayor le llevo como
mínimo cinco años ¿Y qué? No se nota.
Eso sí, no las amontono, porque, tal vez en mi situación actual me puede
ocurrir como a Tilda, personaje de EL GRAN JUEGO que dice: "Cuando pasas mucho tiempo solo, existe un punto en que la gente ya no
te hace compañía, sino que te interrumpe la soledad….A las personas hay que
cogerlas de poco en poco, como los terrones de azúcar”. Así debe ser para
que la amistad no se convierta en una atadura más, en una obligación.
Ramillete de amigas |
Y ahora algún proverbio:
Popular: El que busca un amigo sin defectos, se queda sin amigos
Proverbio turco: los verdaderos amigos se
tienen que enfadar de vez en cuando
Louis Pasteur: un amigo es una persona con la que se puede pensar en voz alta.
Y para terminar: ¿Pueden ser amigas
madres e hijas? En principio y, sobre todo, a partir de cierta edad, sí. Pero
no todas las madres sirven para ello. ¡Es una pena!
Si queréis leer alguna tontería sobre
la amistad entre mujeres, buscad en Google Tony Serpa
Artículo
Publicado por Martha Patricia Moreno.
Gracias por vuestras visitas y comentarios que ,a fin de cuentas dan sentido al blog. Espero nuevos comentarios.