Érase que
se era y va de cuento,
que un día se organizó un buen altercado entre
las letras del alfabeto.
La
señorita Ortografía vigilaba el recreo cuando observó que sus alumnas, las letras,
habían empezado a discutir a voz en
cuello.
− ¡Inútil
que eres una inútil! no sirves para nada, solo para enredar a los que aprenden
a escribir. Si no suenas ¿para qué quieres que se te vea? ¡Inútil, que eres una
inútil.
Comprobó
que todo este griterío iba dirigido contra la letra Hache que permanecía
encogidita en un rincón rodeada por sus compañeras
Doña Ortografía se acercó y recriminó a sus
alumnas-letras. Les dijo que no era correcto lo que hacían y tendrían que
explicar en la clase por qué insultaban
a su compañera. Una de las alumnas, que era un poquito descarada, dijo que a ver si no podían decir lo que pensaban. A
lo que la profesora contestó mandándoles entrar en clase pues ya el recreo
había acabado.
−Veamos-
dijo la profesora − es cierto que podemos decir todo lo que pensamos; a eso se
llama libertad de expresión.
Podemos decirlo
siempre que respetemos a los demás. Recordad para
siempre esto:
los
derechos de cada uno, acaban donde empiezan los de los demás.
Y ahora, desde este momento, deseo oír un
coloquio educado, con razonamientos que tengan sentido. No quiero un gallinero.
Las alumnas se quedaron calladas y avergonzadas.
−A
ver, niña ¿qué tienes que decir en tu defensa?
Hache, que era un poquito tímida, empezó a
hablar con apenas un hilito de voz.
-No
soy una inútil, dijo, sino todo lo contrario. Sirvo para diferenciar palabras
que parecen iguales
−Si
no se te oye ¿para qué escribirte?- Interrumpió una de sus compañeras.
−Porque
es preciso, al escribir, diferenciar algunas palabras. Por ejemplo, fijaos en
esta frase que parece tan tonta y que la seño, dicta a veces”
Ahí hay un niño que
dice ¡ay!
La
primera es un adverbio; la segunda, un verbo y la tercera, una interjección.
Son una cosa u otra según que yo esté o no, e incluso según donde se me
coloque. Y ¿cómo diferenciar el asta
(cuerno) del toro o del ciervo del hasta
preposición en “hasta
luego”? Gracias a mí.
−Eso es una tontería-dijo A que presumía de ser la primera del
abecedario y, por tanto, la más importante- al fin y al cabo si se te deja sola
¿qué? Yo, por ejemplo, sola tengo un significado. Mira “voy a Madrid” Pero ¿quién
escribe una h sola? Siempre tienes que ir acompañada de una vocal. Las vocales
somos im – pres
– cin – di – bles- (dijo marcando muy bien las sílabas)- ni tú ni las
consonantes hacéis nada sin nosotras.
Tienes
razón- dijo una consonante- pero si quieres expresar sorpresa o algo parecido,
aunque no suene necesitas a H. Mira: ¡ah, qué susto! o
¡ah, se me olvidaba!
Para
esto A no tuvo respuesta.
Ce, levantó
la mano pidiendo permiso para hablar y, cuando la profesora se lo dio, dijo que
también ella podía ayudar a Hache para formar otro sonido: Che. Y E dijo: sí, pero con mi ayuda.
Mientras tanto Hache que estaba pensando y empezaba a
sentirse más segura, tuvo otra idea.
−No
olvidéis que muda y todo existo en muchas lenguas y con la misma tarea por
cumplir. Por ejemplo en italiano: hanno
es verbo y significa HAN; y anno, significa AÑO; en euskera, también la H
sirve para diferenciar
dos palabras; y en inglés, muchas
veces, sí sueno. Además mis orígenes son más complejos y variados que los de
muchas de vosotras. Tú, −dirigiéndose a A− procedes de A. Tu mamá, A; tu abuela,
A….
¡Yo procedo de una EFE latina!
Por
ejemplo facere da hacer. Pero también de una Hache árabe, como almohada; además del griego, como por ejemplo en hemeroteca, hidroavión; de otra
H. que ya estaba en latín; y otros muchos orígenes que no cuento ahora porque
son bastante complicadillos. Como veis
Tengo una familia muy variada
−Ya veo; y muy enredosa −
dijo ahora una consonante.
− ¿Qué
es eso? Ahora dices cosas raras, no sabes cómo salir del paso- dijo otra de las
vocales.
−Otro
día te lo explicaré, bonita, cuando seas mayor y puedas entenderme.
−Seño,
me ha insultado.
−Haya
paz − dijo la seño − no hay que insultar
ni menospreciar a nadie. Si a ti no te ha gustado que te consideraran inútil,
no las consideres tú a ellas incultas o tontas. Y no olvidéis –continuó − que
nadie por poco que se note su presencia es insignificante ni inútil, y nadie
por mucho que se le vea y oiga es el mejor o el más importante.
Todas las letras sois necesarias, sin vosotras no podría haber
palabras.
Debéis
ser amigas pues tenéis que trabajar siempre juntas. Y no olvidemos a las tildes
y a los signos de puntuación que también tienen su función.
−Seño,
te ha salido un verso
−Es
verdad. Bueno me ha salido casi un pareado.
−Pero,
seño - preguntó Be que andaba dando
vueltas a lo de los orígenes- ¿por qué si en latín había una letra en
castellano se convirtió en otra?
−Fue
por la diferente manera que tuvieron los
habitantes de la península ibérica de
pronunciar el latín; o los de Italia, o los de Francia…
La profesora se dio cuenta de que ese
sistema de clase que casi había improvisado gracias al altercado de sus
alumnas, podría ser útil para el aprendizaje y pensó aplicarlo durante unos
días para ver si en realidad era bueno.
−Me
ha gustado la clase de hoy porque os he visto pensar y razonar. Por tanto
seguiremos con este sistema.
−¡Bieeeen!.
Se oyó en toda la clase.
−El
próximo día vamos a hablar de los acentos y sus formas visibles, las tildes. Por
tanto, mañana, tú señorita Tilde, darás
la clase.
− ¿Nostras
no tenemos deberes?
−Sííííí. Tendréis que traer pensadas
preguntas para hacérselas a Tilde.
En
ese momento sonó el timbre y
−Ya
podéis salir- dijo la profesora.
Las letritas cogieron sus mochilitas y en
perfecto
DESORDEN y con gran ALBOROTO
salieron de clase.
Y colorín colorado la clase y este cuento se han acabado.
Estos cuentos tuvieron éxito en la escuela de mi nieto. En mi versión original hay en las letras ciertos efectos artísticos que introduje porque vi que a mi nieto le gustaban, pero que el estilo del blog no me ha permitido trasladar.
Espero que a alguien más les sean útiles.
Así mismo, espero comentarios. Siempre servirán para seguir en la tarea o dejarlo para siempre.
Pronto tendréis el siguiente.