:
Constantemente nos hablan de los animales en
vías de extinción. Auténtico desastre ecológico producto de la mano del hombre.
¡Una pena!
Hoy, se han agregado los que consideran, y
no se privan de crear la consiguiente
alarma social, que como consecuencia, o a causa, del cambio climático también
la especie humana está en vías de extinción. ¡Una tragedia!
En lo que casi nadie se detiene a pensar es
en “las lenguas en vías de extinción”. También esto es un desastre, si no
ecológico, sí cultural. Y no me refiero solo a los cientos de lenguas del
mundo que están, no ya en vías sino
completamente desaparecidas. Y esto ¿por qué? Por muchas razones.
No tenemos más que echar mano a la historia
para ver como cualquier pueblo dominador ha impuesto su lengua al dominado,
haciendo que la que sus pobladores hablaban a su llegada desapareciera o, en el
mejor de los casos, se transformara en una lengua nueva, distinta.
¿Qué hicieron los romanos? Ahí tenemos el
origen de todas las lenguas románicas. Cuando llegaban a un nuevo pueblo, no es
que obligaran directamente a sus habitantes a cambiar de lengua, es que si no
aprendían la lengua del invasor no se podían comunicar con él, pasaban por ser
rebeldes con el consiguiente riesgo para sus vidas. ¿No habéis leído la novela “La voz
de Lug”? En ella se nos cuenta este
hecho durante la conquista romana de lo que hoy es Gijón. Muy curioso.
Pero acerquémonos en el tiempo. ¿Qué
hicieron España, Inglaterra o Portugal en América?
Y más cerca aún, incluso sin imperio. ¿Qué
hizo el gobierno español durante muchos años? Prohibió a catalanes, vascos y
gallegos hablar su lengua. Tres hermosas lenguas, como todas, que se han
conservado gracias, por un lado, a las gentes sencillas de caseríos, masías,
etc. que al no tener acceso a la cultura, a la nueva cultura, siguieron
hablando su lengua y, por otro, a los intelectuales que supieron ver la aberración
que supone prohibir a un pueblo hablar su propia lengua y con ello llevar a la
desaparición del gran tesoro cultural que ella supone.
En un artículo de Félix Layme Pairumani, en
el periódico La Razón del 7 de mayo de 2013, leo que tras la revolución de 1952 se quiso
“castellanizar” a los indígenas.
(Ahora, alguien dijo no hace mucho tiempo
que había que españolizar a los niños catalanes. ¿Os suena?)
Ellos querían realmente aprender la lengua
castellana mas no querían hacerlo a costa de perder la suya. Pero, claro, su
opinión no contaba, solo era válida la intención del dominador y utilizaron
para lograr sus fines el peor de los métodos: la fuerza. Se les prohibía hablar
su lengua madre, se castigaba a los niños que en la escuela se atrevían a
hablarla y lo que realmente consiguieron fue “un fenómeno de
aculturación”
Recuerdo haber oído a alguien ( no cito el
nombre por prudencia)contar que siendo niño acompañó a sus padres a misa en un
pueblo de Vizcaya y ,al salir de la iglesia el sacerdote que había oficiado, se
le acercó un guardiacivil y le dio una bofetada. ¿Por qué? Sencillamente por
haber dicho la misa en euskera.
Retomemos el artículo de Félix Layme. Dice que al prohibir a un pueblo que
hable su lengua en pro de una nueva, la del invasor o conquistador se produce
un “fenómeno de aculturación”. Esto me lleva a nuevas y múltiples reflexiones.
A) Echemos mano de Humbolt. Decía, entre
otras cosas algo que viene a cuento con el aspecto a que hemos hecho
referencia, “toda lengua es la expresión
de la concepción del mundo propia de la nación que habla a través de
ella". Esta es la razón por la que entre los
indígenas de que habla Félix Layme se produjo el “fenómeno de aculturación”.
Creo que podríamos seguir aplicando aquí
las teorías de Humbolt que opinaba que lo que caracteriza una lengua es que
supone una determinada manera, muy concreta por otra parte, de ver el mundo. O
sea que la lengua está estrechamente ligada a la cultura de cada pueblo.
Esta idea nos conduciría a hablar de
B) El aprendizaje de
las lenguas extranjeras y del bilingüismo en las aulas tan de moda hoy.
Bilingüismo aplicado al inglés. Podríamos considerar aquí varios aspectos:
a) Tal vez guarde relación, aunque quizá nadie
haya caído en la cuenta, con estas ideas expuestas anteriormente el hecho de
que a toda persona que llega a otro país, lo vemos en el nuestro, se le exija
para confirmar su integración que aprenda nuestra lengua; pero no solo eso sino
también que conozca, aunque sea mínimamente, algo de nuestra historia, nuestra
cultura, literatura, costumbres, etc.
Se hace en todo el territorio español para
con los inmigrantes, pero también en Cataluña, Valencia, Euskadi con los no
nativos que intentan vivir allí e integrarse en su nueva residencia.
Esto está bien y es lógico siempre y cuando
no implique que el nuevo hablante tenga que renunciar totalmente a su lengua
materna porque supondrá renunciar a muchas cosas más que a una forma de
expresarse.
Dado que la lengua nos sirve para
comunicarnos con los demás, no deberíamos olvidar que si bien tiende puentes
entre individualidades, no es menos cierto que aumenta la diferencia pues lleva
a aclarar como el ser humano “hunde sus raíces en el complejo originario de la
cultura”.
Ahora
bien ¿es correcto el método utilizado para llevar a cabo este proceso de
integración? Tengo la impresión de que no. He oído que en los exámenes que se
realizan se pregunta por el significado de dichos y refranes de la tierra que
han quedado obsoletos y olvidados por los parroquianos del lugar. ¿De qué le
servirá ese conocimiento al inmigrante o al castellanoparlante que se incorpora
al mundo catalán, vasco o gallego? Tengo entendido que también a los
inmigrantes se les pregunta cosas como el autor de “La Celestina”. Pero
¡hombre! si se hace esta pregunta en la calle a españoles de toda la vida, incluso
con un cierto barniz cultural no lo van a contestar.
Ayudemos, pues, a que otros aprendan nuestra
lengua pues les será útil para la comunicación pero respetemos que continúen
hablando la suya cuando les plazca o lo necesiten y, sobre todo, ayudémosles a
que no olviden su cultura. Ahora bien, un aviso a los que aprenden la lengua
nueva: que no olviden ni desprecien la
suya.
Todo esto nos lleva a un apartado
b) El bilingüismo
1. Se entiende por bilingüismo el
uso habitual de dos lenguas en la misma región. Esto implica conocer
perfectamente las estructuras léxicas, semánticas y gramaticales de esas dos
lenguas. Cuando una persona utiliza de forma alterna dos lenguas para usos
similares y con familiaridad, se puede decir que esa persona es bilingüe.
Hay varios tipos de bilingüismo
Bilingüismo activo:
cuando el hablante puede usar alternativamente las dos lenguas sin ninguna
dificultad.
Bilingüismo pasivo: si el
hablante entiende dos lenguas pero sólo utiliza una.
Bilingüismo natural: el
hablante posee dos lenguas maternas
Podríamos hablar del caso del bilingüismo en
Cataluña, Euskadi y Galicia en donde los problemas se presentan a causa de la
intolerancia de unos y otros, aunque no todos. Para los niños de estas tres
comunidades el bilingüismo es una ventaja. En cuanto a esto dice Dyane Adam “El
bilingüismo nos ha convertido en una sociedad más flexible". Es cierto
pero, por desgracia, solo a parte de la sociedad. No hace mucho oí a una
persona quejarse amargamente de que su nieta que vive, casi desde que nació, en
Cataluña, escribe el castellano con faltas de ortografía. ¡Toma! Le
contestamos, y los niños de aquí también. No entendía la señora que si la niña
vive en Cataluña es normal que aprenda el catalán y que la obligación de que
perfeccione el castellano no es solo de las autoridades culturales sino de sus
padres. Ahora bien ¿Qué conocimiento del castellano tiene sus padres; cómo lo
hablan? Pero esta es otra cuestión. También se quejaba la señora de haber
tenido que oír una misa en catalán. Le dijimos ¿Cuándo de niña la oías en latín
te enterabas de algo?
Claro, que si el asunto de la lengua no estuviera en manos de los políticos
otra cosa sería.
En otra ocasión, leí en un periódico gallego la carta de una madre que
se quejaba amargamente de que a su niño le impartían las clases en gallego. Otro lector
contestaba dándole la razón. ¡Había que ver la calidad de los textos! Faltas de
ortografía, de sintaxis… ¡un horror! Pensé: con defensores así la lengua
castellana no necesita enemigos ni detractores.
Vistas
así las cosas ¿Es bilingüismo o diglosia lo que hay en estas tres Comunidades o
regiones españolas?
Veamos: diglosia es el uso discriminado de dos variedades de la misma lengua, e implica
que hay una lengua dominante que se ha aprendido y que tiene más prestigio y
otra lengua que se practica menos; que tiene menos presencia en la sociedad.
Características:
- La lengua dominante se usa en contextos formales.
- Lleva, en algunos casos, a la negación de la lengua no dominante.
- Las obras literarias y documentos serios usan la lengua dominante.
- La lengua dominante se aprende, mientras que la otra se considera como lengua
materna.
- La lengua dominante tiene gramática estable y normalizada.
A pesar de mis conocimientos no me siento capacitada para discernir este
asunto. Lo dejo para la reflexión de quienes lean este artículo.
El problema en estas Comunidades ha estribado siempre en determinar cuál
es o ha de ser la lengua dominante. Y lo peor es que eso implica que la otra se
ve volcada a desaparecer o cuando menos caer casi en desuso. Esto es una
aberración porque ninguna lengua es mejor que otra y ninguna debe desparecer en
beneficio de otra
A este respecto podríamos traer a colación lo que dice J. C. Moreno
Cabrera en su libro “La dignidad e igualdad de las lenguas”. Dice que no se
tiene conocimiento científico de que exista característica lingüística alguna
que permita determinar si una lengua, dialecto, variedad lingüística o habla es
mejor o peor que otra; ni total ni parcialmente, agrega. Rechaza, además,
cualquier criterio que sirva para marginar a un hablante o comunidad lingüista
por razonas de lengua; y mucho menos para inducirle a desprecio de su propia
lengua.
Podríamos añadir algo recogido también del artículo de Félix Layme: “Solo
a partir de su lengua y cultura maternas, una persona puede ser creativa”.
Es el caso que, por razones meramente
políticas, las lenguas de las que hablamos sufrieron un ataque continuado
durante un largo periodo de tiempo y ahora, por las mismas razones se busca
algo así como una revancha, una venganza. Con todo esto hay dos perjudicados
inocentes: los hablantes y las lenguas. Y con ellos parte de, si no toda, su
cultura.
2. Veamos ahora otro tipo de
bilingüismo, el que por obra y gracia del Ministerio de Educación se ha
impuesto en las aulas.
Naturalmente
estoy de acuerdo en que los niños y jóvenes aprendan un segundo idioma. Y un
tercero y un cuarto. Y no solo ellos sino todos.
Pero
centrémonos en los alumnos. Dijo un Ministro, para mí de triste memoria, que a
partir de ahora los alumnos no solo van a estudiar inglés sino que van a
estudiar en inglés. Esto después de
afirmar que hay que españolizar a los niños catalanes. ¡Vaya por Dios! Soy consciente de la aceptación, tal vez
desmesurada y yo diría que inconsciente, que ha tenido la idea. ¿Por qué me
muestro tan en desacuerdo? Sencillamente porque con este método el alumno
empieza a despreocuparse, olvidarse, de su propia lengua y, si me apuran, a
menospreciarla.
Se me partió mi alma lingüística
el día que oí a una madre comentar orgullosísima que su hijo de diez años,
matriculado en uno de esos cursos bilingües considerados la élite intelectual
de los Centros educativos, incluso en casa hablaba en inglés; que, a veces, no
conseguía encontrar un palabra castellana para lo que quería decir y entonces
recurría al inglés. ¿No es doloroso?
Hay otro problema. Para impartir ciertas materia en inglés, muchos
profesores han tenido que aprender el idioma a todo correr, Esto es un doble
disparate.
En primer lugar, como dice Félix Layme. Para
aprender un segundo idioma, primero hay que saber bien la lengua materna. ¿Cómo
pretender que alumnos que aún no conocen a fondo su lengua estudien en una
distinta?
El alumno debe aprender una segunda lengua, sí, pero con profesores
especializados y con métodos apropiados.
Escuchemos de nuevo la voz de algún sabio lingüista. Según
Humbolt la lengua en que cada uno nos movemos nos aporta una visión concreta
del mundo. Con la lengua expresamos hasta los rincones más recónditos del alma
pero esto solo se consigue con la lengua que se ha usado desde la infancia.
Por tanto debemos entender que aprender una
lengua no consiste en adquirir una serie de palabras aprendidas de memoria o
una serie de reglas gramaticales que hay que aplicar. Hay que bucear también en
la cultura del pueblo al que pertenece esa lengua, su historia, sus costumbres
etc. ¿Se consigue esto haciendo que los alumnos de 10 o 15 años estudien la
Reconquista o la época de Los Reyes Católicos, o el mundo natural, en inglés?
Es innegable que el estudio de una lengua
extranjera acarrea muchos beneficios porque permite ver el mundo desde otro
punto de vista. Y esto es lo que debe procurar el profesor de esa segunda
lengua. Es decir, no solo enseñar a los alumnos la gramática con todas sus
reglas, si no también hacerles conocer las costumbres, la Historia, la
Literatura de ese país cuyo idioma pretenden aprender y dominar.
Habría mucho que decir a este respecto,
sobre métodos de enseñanza, sobre esa clasificación de alumnos en
excelentes y menos, en lo referente a la
traducción… pero me saldría de la idea que me ha llevado a escribir este
artículo.
Centrémonos en la desaparición de una
lengua. Siguiendo a Moreno Cabrera, diremos que
“hay una forma que
lingüísticamente podría considerarse natural y es cuando la lengua madre se
disuelve en sus descendientes como ocurrió con el latín y las lenguas románicas.”
Pero hay otras maneras en las que puede morir una lengua, entre otras “por cuestiones de domino cultural y de
menosprecio inducido de la lengua propia…”. Recordemos el ejemplo anterior
del niño que no encuentra la palabra en su idioma y recurre al inglés. Otros
ejemplos sangrantes podemos observar a diario. Por ejemplo en la publicidad se
usa del inglés con una frecuencia inusitada. He oído en un anuncio a dos madres
que hablan de llevar a sus hijos a uno de esos centros comerciales en que hay
actividades para niños mientras las mamás compran y dice una de ellas:
estupendo mientras ellos se lo pasan bien nosotras de shopping.
No hablo de
renegar de los neologismos.
Siempre hemos estudiado la diferencia entre neologismo y barbarismo (neologismo
innecesario). Si los primeros contribuyen a enriquecer la lengua en la que se
introducen, los segundos la van desplazando. El
caso del inglés en nuestra lengua es casi doloroso. Hace ya muchos años
que se ha impuesto una enorme cantidad de anglicismos que han desplazado y
llevado al olvido infinidad de palabras que definían muy bien el objeto al que
nombraban.
Hoy ya estamos cayendo en el error de que es
más culto y elegante utilizar anglicismos con cualquier motivo. Que cada cual,
en conciencia, repase su vocabulario. No voy a hacer aquí un listado que, por
otro lado sería demasiado extenso, de los más utilizados.
Por si no teníamos bastantes problemas en
este sentido, aparecen las redes sociales. Salvo honrosas excepciones ¡se lee
cada cosa!
Por desgracia no hay que recurrir a las
“Redes”. En los Medios de Comunicación, en boca de locutores, presentadores y
personalidades de todo rango y tipo oímos cosas que al profesor Lázaro
Carreter, si levantara la cabeza, le llevarían a volverse a morir o a componer
otro volumen de “Dardos”.
Así:
-“Evitar que
no nos equivoquemos” (por evitar que nos equivoquemos)
-“Una de las
mejores pagadas” (por una de las mejor pagadas)
-Concordancias
de complemento directo con verbo en oraciones impersonales: “habrán lluvias los
próximos días”. Por habrá lluvias....
-“Un minuto
más añadido”. Si es un minuto más, seguro que es añadido. O más o añadido.
-“Ese ayuda”
por esa ayuda
-Uso del
infinitivo como imperativo: “Dejarme decir, quedaros un momento” (Podría dar el
nombre del usuario pero lo callo)
-Ahora resulta
que los fenómenos meteorológicos son culpables de innumerables accidentes. Nunca
podrán ser culpables sino causa.
-“El principal
arma”. El arma, sí. Pero con el adjetivo intercalado: la principal arma
“El mismo
agua”. No. La misma agua
-“La policía
científica ha sido inveraz para no asociar ETA con el 11M” (portada del
Mundo)¿?
-“El único
superviviente de los nueve que fallecieron” ¿?
-“De los
catorce muertos, nueve eran niños que se vieron obligados a tirar al mirar”. ¿Antes
o después de morir?
-“Uno de los
presuntos policías involucrados”. En lugar de: uno de los policías
presuntamente involucrados.
-Alguien dijo que
los refugiados sirios son terroristas; en lugar de: algunos podrían ser
terroristas. Claro, la frase levantó ampollas.
-Usar oír y
escuchar indistintamente como sinónimos absolutos. Por ejemplo, se oye el
sonido que nos avisa de una llamada o un mensaje; pero es escucha a la persona
que nos habla. Una explosión se oye, no se escucha. Este uso de dichos verbos,
a veces da qué pensar. Un ex presidente nuestro dijo en una ocasión, al
preguntarle qué opinaba sobre algo que se decía constantemente a cerca de su
actuación: "no he escuchado nada en ese sentido". ¿Quiso decir que no había oído?
O ¿la realidad es que no escuchaba?.
En la mayoría de estas frases no sé dónde
colocar los signos de puntuación pues al escucharlas era imposible deducirlo.
¡Para colmo mal leídas!
Se me dirá que son errores producidos por la
obligada improvisación. No. Son errores producidos porque no prestamos atención
al uso correcto de nuestra lengua.
Somos muy atrevidos por aquello de “si es la
lengua que hablo desde niño, para qué preocuparme”. No querría pecar de arrogante
pero recordemos el dicho “la ignorancia es atrevida”.
Debemos amar y mimar nuestra lengua y
respetar todas las demás.
Voy, por último, a transcribir algunos
artículos de la DECLARACIÓN
UNIVERSAL DE DERECHOS LINGÜÍSTICOS proclamada
en Barcelona el seis de junio de 1996 y que recoge Moreno Cabrera en su libro
citado.
Artículo 23./ 3 :La educación debe estar
siempre al servicio de la diversidad lingüística y cultural, y las relaciones
armoniosas entre diferentes comunidades lingüísticas de todo el mundo.
Artículo 30. La lengua y la cultura de cada
comunidad lingüística deben ser objeto de estudio y de investigación a nivel
universitario
Artículo 41.Toda comunidad lingüística tiene
derecho a usar su lengua y a mantenerla y potenciarla en todas las expresiones
culturales.
Creo que estas ideas son aplicables
perfectamente a la defensa de esta lengua castellana que estamos empezando a despreciar,
olvidando que es la segunda lengua más hablada en el mundo, mientras
pretendemos que lo hablen en detrimento de
la suya los catalanes, gallegos y vascos.
Precisamente el académico D. Víctor García de
la Concha recordó ese detalle de que mientras en el resto del mundo se habla
cada vez más, aquí, paradójicamente, cada vez se habla peor.
Y para terminar el artículo tres del TÍTULO PRELIMINAR de la CONSTITUCIÓN
ESPAÑOLA
1. El
castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber
de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás
lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades
Autónomas de acuerdo con sus estatutos
3. La riqueza
de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural
que será objeto de especial respeto y protección.
Me gustaría tratar muchos más aspectos de
este tema pues la lengua, las lenguas, me apasionan pero no me considero con
los conocimientos suficientes y no querría incurrir en la falta que observo con
frecuencia: hablar de lo que se sabe poco solo porque es algo que tenemos
cerca. Y, por desgracia, de la lengua, del idioma habla más gente de la que
debiera. Por tanto, yo ya guardaré silencio.
Además porque
no querría parecer prolija.
BIBLIOGRAFÍA
-El valor de la
lengua materna
La castellanización entre los indígenas
ha bloqueado el manejo digno de su lengua materna
La
Razón / Félix Layme
Pairumani 00:05 / 07 de mayo de 2013
-Juan Carlos Moreno Cabrera, “La igualdad y
dignidad de las lenguas”. Muy interesante.
-Nota.
El Día Internacional de la Lengua Materna fue proclamado por la Unesco el 21 de febrero de 2000, y se
celebra en la misma fecha cada año en los Estados miembros y en la sede de la
organización para promover la diversidad lingüística y cultural y el plurilingüismo.
Si
tenéis curiosidad, podéis leer el poema “Sin lengua” de Celaya.
Creo
que este tema puede suscitar muchos comentarios. si tenéis a bien incluir
alguno lo leeré gustosa pues me supondrá aumentar mis conocimientos.