Esta mañana ha vuelto a encontrar la tapa
del váter levantada. Ha respirado
aliviada. ¡Ha vuelto! Ha abierto con sigilo la puerta de su cuarto. Duerme.
Parece que por allí pasó un huracán.
Cada vez
que se va cree que ya está acostumbrada, que no va a sufrir. Todos los años la
misma situación. _ ¿Dónde vas este año, hija? _ Al Himalaya. _ ¿No hay nada más
lejos? _ ¡Mamá!- Sí, ya sé, pero Lanzarote está más cerca y también te
gustaría. _ Eso cuando sea mayor. _Vieja, querrás decir. _Vale.
Se va y siempre vuelve, que es lo que
importa, cargada de vida, feliz.
¿Algún comentario?
Qué manera tan bonita de condensar el sentimiento maternal. Emocionante.
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