Nació Simplicia una tarde de finales de la florida estación del año.
¿Sería un presagio de que su vida iba a ser una eterna primavera?
Nació Simplicia el día y el momento en que las campanas de medio mundo se
echaban al vuelo sin que nadie supiera por
qué.
¿Sería un presagio de que su vida iba ser un eterno repiqueteo de
campanas, una alegría sin fin?
Nació Simplicia y a las dos horas de su nacimiento su joven tío que
llegaba a casa ansioso por conocer a su primera sobrina entró en el dormitorio
donde madre e hija reposaban y, al no poder verla debido a la escasa luz de la
estancia, encendió una cerilla para iluminar la carita de la niña que al aire
inoportuno de la cerilla estornudó.
¿Sería un presagio de que iba a ser una de esas mujeres delicadas como
una figurita de porcelana que se rompe solo con mirarla?
¡Cuán lejos todo de la realidad!
A sus oídos solo fueron llegando el tañer de las campanas que tocan a
arrebato por incendios, inundaciones y otros desastres; o el doblar de duelo
por alguna muerte.
Se fue convirtiendo, más exacto sería decir, la fueron convirtiendo en un
instrumento de acero inoxidable capaz de soportar toda clase de golpes y
envites de la vida; en un robot capaz de obedecer cualquier orden dada en
cualquier tono; en un objeto multiuso y polivalente.
Su primavera se vio convertida de la noche a la mañana en un casi eterno
árido, seco y asfixiante verano que acabó desembocando en un otoño donde todo
eran hojas caídas y pisadas, incluso pisoteadas, por todos los transeúntes y
sin indicio de que pudieran volver a brotar.
Fue entonces cuando pensó:
Basta ya, basta ya, basta ya, basta ya, basta yaaaaa!
Y más tarde dijo:
Basta ya, basta ya, basta yaaaaaaaa!
Y finalmente
DESAPARECIÓ
(Agosto 2017)
¿ Vuestros comentarios?
Tu Simplicia no es tan simple pues es capaz de tomar decisiones drásticas.
ResponderEliminarEl nombre de tu protagonista me recuerda a Galdós, que con frecuencia buscaba el nombre más apropiado al carácter del personaje: Doña Perfecta, Benigna, Fortunata...etc.
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