No quería tocar el tema del o de la COVID 19, pero he
recordado que ha habido muchos niños confinados y he pensado dedicarles algo,
un cuento donde ellos sean los protagonistas. Es un cuento. No lo olvidéis.
Cualquier parecido con la realidad puede parecer casual, aunque no siempre lo
es. Las niñas Irene y Lur son reales y les agradezco que hayan sido tan
gentiles de hablarme de hacerme partícipe de sus vivencias. El resto es pura
invención.
Viernes, día
13 de marzo. Entramos en la clase de los niños de cuarto curso de Primaria.
La profesora y tutora del curso, va a explicarles el
futuro que les espera.
La profesora, Alba: A ver, niñas y niños. (Esto de tener que decir los dos géneros es un
fastidio). Sabéis que los días pasados estuvimos hablando del Coronavirus al
que vamos a llamar, de ahora en adelante para que sea más fácil COVID 19.
Alumnos: (a la vez y quitándose la palabra). Sí es un virus muy malo que ha venido
de China. Sí. Y es muy malo para los abuelos…y… y…
Alba: Bien, bien. Ya veo que os acordáis. Ya lo iremos tratando. Lo que ahora
os he de decir es que a partir de mañana ya no hay colegio, no podréis venir a
clase.
Alumnos: ¿Nos dan vacaciones? ¡Urraaaaa!
Alba: ¡Noooo! Vamos a trabajar desde casa. usaremos el
ordenador, la Tablet, el móvil. Cada cual lo que tenga o pueda usar. Haremos
teletrabajo, como los mayores. Cada semana, yo os enviaré las tareas que debéis
hacer. Luego, todos los días a media mañana, nos conectaremos uno a uno, o
varios a la vez, como podamos. Me podréis preguntar y yo os iré explicando lo
que no entendáis. Luego me enviaréis los trabajos que yo corregiré y os iré
devolviendo.
Eneko: ¿Podremos preguntar y decir cosas, aunque no sean de estudiar como
hacemos en clase?
Alba: Claro. Pon un ejemplo para que tus compañeras y compañeros entiendan tu
pregunta.
Eneko: Pues contar lo que hacemos, cómo está nuestra familia, preguntar algo sobre
el virus que no entendemos, esas cosas.
Alba: Por supuesto. Además, os recomendaré juegos para disfrutar en casa con
los padres o los hermanos; leeremos libros que luego contaréis, etcétera.
Empezaremos el
lunes. ¡Hasta la vista! Cuidaos y cuidad de vuestra familia. Obedeced todo lo
que nos digan que debemos hacer para acabar con este problema. Lo siento, pero
hoy ya no puedo despediros con abrazos y besos como a mí me gusta. Pero
volveremos a poder hacerlo.
Los alumnos al unísono: Hasta pronto. Nos veremos en
las pantallas de los ordenadores.
Ese fin de
semana ya fue raro para nuestros niños. No hubo salida al monte, ni a la playa,
ni a la plaza a jugar con los amigos.
Muchos padres
y madres recordaron lo que hacían ellos de niños cuando aún no había móviles y
la mayoría ni tenía televisión. Sacaron de los altillos juegos de mesa, algunos
ya tenían los más modernos, depende de las familias. También recurrieron a
cocinar algo que siempre ha gustado a los niños. Eso de meter las manos en la
masa, de que los dejen ensuciar un poco la cocina es muy divertido.
Fueron dos días,
pero el lunes algunos padres y madres tenían teletrabajo; otros por su tipo de
profesión tal vez tenían que salir, pero había que organizarse para que los
niños no se quedaran solos. Poco a poco la nueva forma de vivir se fue
normalizando. Al principio pensaron en quince días, al final fueron meses,
Volvamos a los
niños. El lunes no les apetecía madrugar porque si no iban a ir al cole ¿Para
qué? Pero, luego se dieron cuenta de que podrían hacer muchas cosas para
contarlas cuando se reunieran en la pantalla del ordenador con la profesora y
otros niños y niñas.
La profesora
les iba enviando trabajo, solo el necesario para que no pierdan la costumbre de
estudiar, pero le interesa más que lean, que lleven un diario, que escriban
relatos y que cuenten lo que hacen, lo que sienten…
Y empiezan los días en que se interconectan.
Un día al
saludarlos, la profesora les pregunta cómo se encuentran y si quieren hablar
del tema del confinamiento. ¿Cómo no? Necesitan hablar entre ellos intercambiar
ideas y emociones.
Alba: A ver, niños ¿Quién empieza?
Eneko: Esto de estar encerrados es horrible. Yo necesito moverme, hacer deporte,
lo que sea. ¡No puedo máaas!
Rasmi: pero puedes jugar con la Nintendo, y estar todo el día conectado con los
amigos.
Eneko: claro y ¿cuándo hago los deberes? Tú todo lo
arreglas jugando, así te va.
Alba: ¡cuidado, chicos! No empecemos a discutir. Deberíamos hablar de lo que
sentimos, cómo nos encontramos, qué pensáis de esta situación. Ya no sois unos
críos. Sabéis bastantes cosas, estáis leyendo libros que os aconsejo…
Irene: Yo No pensaba que esto llegaría a pasar. Al principio creía que era una
broma, pero cuando me dijeron que habían suspendido las clases me quedé
impactada.
Coloma: Eso mismo me pasó a mí. Casi no me lo creo aún.
Eneko: Claro, eso es lo que pasa que nos ha cogido por sorpresa.
Lur: Pues yo creo que esto es una estupidez porque ese virus ha estado ahí
toda nuestra vida y la gente también se moría y si nosotros miráramos atrás nos
daríamos cuenta que algo parecido ya ha pasado muchas veces y no hemos hecho
esto.
Alba: Sí, Lur, pero te equivocas en un detalle. Virus ha habido siempre y habrá
a nuestro alrededor. Lo que ocurre es que este es diferente y nadie sabe cómo
acabar con él.
Rubén: Pues a cañonazos.
Coloma: ¡Muy gracioso!
Rubén: era broma. Es que estoy harto de estar metido en casa y todo el día oyendo
hablar del bicho este
Alba: Y también es cierto que la gente se moría, pero eran otros tiempos y ahora
es el momento de hacer las cosas mejor ¿No crees?
Lur: Sí. Pensándolo bien tienes razón.
Irene: Además, las clases on line son más difíciles de comprender.
Dunia: Esa es otra. A mí me cuesta horrores. Prefiero la clase, aunque Alba a
veces nos eche la bronca.
Irene: Claro que ahora tenemos más tiempo de hacer las cosas que nos gustan,
pero a veces hasta se acaban las ideas. Echo de menos a familiares, amigos.
¡Hasta el colegio y las actividades extraescolares!
Lur: Y yo echo de menos jugar, reír, correr y saltar con mis amigos. Algunas
actividades extraescolares como la música, las hago también en casa.
Irene: Me gustaría ir a la playa. Si vamos, va a tener que haber una
organización. Llevamos ya muchos días confinados y al fin ya podemos salir,
pero siguiendo unas reglas, claro
Lur. Y los policías nos hacen pensar que no valemos nada, pero nosotros
podemos se nuestros propios policías.
Alba: Verdaderamente veo que estáis agobiados. Deberíais intentar olvidaros del
asunto un poco, jugar con los hermanos, hablar con los padres, pero no del
virus, llamar a los abuelos y hablar con ellos que seguro que os dan buenos
consejos y ánimos. En cuanto a los policías, cumplen con su obligación. Si no
hubiera personas que no son capaces, como dice Lur, de ser sus propios policías
no haría falta que nadie nos vigilara. Vosotros, cumplid con las normas y veréis
como nadie tiene que deciros nada.
Irene: ¡Ojalá esto termine ya pronto y podamos quedar!
Coloma: Yo hablo con mi abuela casi todos los días. Tengo mucha gana de verla y
de hablar estando sentada a su lado.
Lur: Nosotros, mi tito se encarga de organizarlo, tenemos videollamadas con
mis abuelos. Es muy divertido y así nos vemos un poco.
Rubén: nosotros también las organizamos. Es bueno para todos.
Dunia: Pues yo no puedo hablar con mi abuela favorita porque me da mucha pena no
estar a su lado. Antes, cuando podía ir a verla, hablábamos y jugábamos a
muchos juegos que ella guarda para sus nietos. Cuando yo era más pequeña me
enfadaba si no ganaba, ahora ya no me importa, solo quiero estar con ella.
Coloma: Pues deberías llamarla. Seguro que ella lo está esperando y la hces feliz.
Rasmín: Es verdad. Llámala.
Alba: Así me gusta, veros con espíritu positivo. y para acabar hoy ¡No os
quejareis de la clase! ¡Y no ha habido bronca! Hablemos de un último asunto.
¿Sabéis una buena manera de ahuyentar a los virus en general? Llevar una
higiene rigurosa, una alimentación sana, respetar la naturaleza, no ensuciar…
Eneko: Y utilizar las energías …no me acuerdo
Alba: renovables. Eso es; en vez de arruinar el planeta buscando energía
permitir que sea la naturaleza quien nos la proporcione: el agua, el sol, el
viento, las olas del mar y la fuerza de las mareas. Ahí está nuestro futuro sin
virus. Y ¡Ojo! Vosotros formáis parte de ese futuro.
Coloma: claro, es verdad. Y si nosotros estudiamos mucho y lo intentamos podremos
conseguirlo.
Haizea: Pues a mi no me molesta tanto no salir. Cuando acabo los deberes leo y
leo y leo. Y otra cosa. Estudiaré alguna de esas ingenierías nuevas que sirvan
para salvar el planeta. ¡Seguro!
Alba: qué alumnos tan inteligentes tengo. Ya veo salvado el planeta. Y ahora, a
ver lo que estamos leyendo.
Rasmín: yo estoy leyendo los de Harry Potter, que mi hermano los tiene todos
Coloma: Yo puedo leer casi todos los de Gerónimo Estilton. Mi hermano los leía
cuando tenía mi edad y los tiene todos.
Lur: pues yo tengo los del reino de Fantasía y muchos más. Y también veo la
tele (dijo bajando un poco la voz)
Alba: (Hace como que no ha oído lo último. Sabe que es inevitable). Veo que aprovecháis
muy bien el tiempo. Aunque mañana tendremos que repasar la ortografía porque
algunos seguís un poco liados con las tildes, por ejemplo. También debéis
aprovechar para pasar buenos ratos con los padres y los hermanos, hablar,
contaros cosas. Este confinamiento os puede servir a todos para conoceros
mejor. Nos puede servir, debería decir puesto que yo también estoy encerrada
con mi familia.
Irene: Es verdad. Yo paso mucho tiempo hablado con mi hermana, más que antes; y
también con mis padres.
Lur: Yo el otro día hice con mi padre un futbolín, con una caja de zapatos y
unos palitos que él me dio. Luego estuvimos jugando y yo lo ganaba. Espero que
no se dejara ganar ja, ja,
Rubén: pues yo jugué por primera vez en mi vida al ajedrez con mi padre. Lo
pasamos muy bien pero como no somos muy buenos la partida quedó en tablas. Bueno,
y porque mi madre nos llamó para cenar. Pero vamos a jugar otra vez el domingo.
Alba: Bueno, chicos. Mañana más. Sed sensatos y solidarios y veréis que pronto
esto habrá acabado. Es posible que el virus este se quede entre nosotros. pero
ya vencido, dominado. Nos queda una larga temporada de vivir de manera un poco
rara. Pero con voluntad saldremos adelante. ¡Hasta mañana!
FIN
Espero que acabe pronto esta situación.