. “Treinta años no es nada”
“Que veinte años no es nada” afirma el tango. Podría
decirse que treinta tampoco. He encontrado un texto que escribí en el invierno
de 1994 y cual no habrá sido mi sorpresa al comprobar que todo sigue igual. Tanto
es así que lo voy a reproducir tal cual o casi
Mientras
la humanidad siempre avanzando
No
sepa a dó camina…
Habrá
poesía
(G.
A. Bécquer)
¿Se equivocó Bécquer, se equivocaba?
En efecto, la humanidad hoy no sabe hacia dónde camina; no
obstante, no es hacia la poesía, sino hacia la destrucción de los valores humanos,
de la naturaleza, del propio hombre; en una palabra. Hacía la autodestrucción más
absoluta.
Violencia, falta de sensibilidad, odio, incultura, egoísmo
y un largo etcétera que se esconden bajo los nombres de los más hermosos y
tradicionales principios.
Bajo conceptos como virilidad, acción… se enmascara la violencia.
Bajo la bandera del patriotismo, encontramos odio, xenofobia,
racismo, crueldad, crimen más o menos organizado e indiscriminado…
Bajo la hermosa denominación de amor, se nos presenta el
sexo por el sexo, a veces hasta en sus formas más degradantes…
Bajo el nombre de responsabilidad y sentido común, se
enmascaran la cobardía y el deseo de una vida cómoda y muelle. Y un interminable
etcétera.
Para completar este cuadro, vivimos en el mayor de los absurdos:
guerras que nadie se explica ni entiende; corrupción donde más debería brillar
la honradez; posturas contradictorias.
Mientras por un
lado los grandes países europeos quieren unirse en una gran Europa, otros no
tan grandes, pretenden la autonomía.
Mientras obras que
son patrimonio de la humanidad se van a pique y/o son aniquiladas, otras que
son patrimonio de unos pocos, se salvan…
Celebramos el día
de la mujer trabajadora como un logro del feminismo, no siempre bien entendido,
como si en toda su vida la mujer hubiera hecho algo que no fuera trabajar.
Y para colmo de los
absurdos, instituimos el año internacional de la familia ahora que casi no
queda familia o algo que se le parezca.
Como dijo Rosalía de Castro “Este
barro mortal que envolve o esprito/ ¡quén o entenderá, Señor!”
Quizá no sea
necesario instituir tantos “días de días”, sino actuar de forma distinta.
Estas reflexiones, no son añoranza de un pasado mejor. No. Cualquier
tiempo
pasado no fue mejor, salvo en el sentido de ya vivido. Se
deben a la observación de mis alrededores. Pienso, únicamente que el mundo podría
ser mejor, más hermoso, solo con que los humanos nos lo propusiéramos. Pero,
¿Estamos dispuestos a sacrificar algo por algo o por alguien?
La misma impresión de inmovilidad a que he hecho mención al
principio la recibimos al leer a Galdós, o Valle-Inclán, por ejemplo. ¿Qué
pensarían o escribirían si levantaran la cabeza?
Efectivamente, no sabemos hacia donde caminamos y
necesitamos muchos locos que no prefieran una mascota a un niño, que amen las
flores, los animales, a sus iguales, la cultura, los libros…que sean capaces de
ver poesía, hasta en el cubo de la basura.