Esta vez sí
fui, ex profeso, en busca de los puentes. Podría decir que me disfracé de Robert
Kincaid y anduve, anduve, durante cinco horas, por la ribera del Manzanares,
zona denominada “Madrid Río” fotografiando sus puentes.
Iba
guiada por una múltiple curiosidad. Por un lado conocer el famoso
literariamente, puente de Segovia; por otro, esos nuevos puentes que he visto
varias veces en anuncios publicitarios y noticias que por su originalidad
llamaban poderosamente mi atención.
Después de visitar la exposición temporal
del Thyssen sobre pintura impresionista, tomamos el metro y lo dejamos en la
estación Príncipe Pío. (Otro día hablaré de estaciones que también son un buen
objeto de deseo fotográfico). Al salir de la estación nos damos de bruces con
la Puerta el Rey. De ahí ya derechitos a los puentes.
Por primera providencia damos con el Puente
del Rey, construido en 1816 por orden del Rey Fernando VII. Se entiende
fácilmente el origen de su nombre.
Carece de
ornamentación salvo, si consideramos como tal ,unos medallones situados por
debajo de la línea de imposta en la vertical de los tajamares. También llama la
atención en estos, una especie de sombreritos que los rematan. Tienen forma
cónica en la cara meridional y piramidal
en la contraria. En las fotografía se aprecian ambos detalles.
Puente del Rey |
Siguiendo el curso del río, llegamos al
Puente de Segovia. Es este un monumento
renacentista obra de Juan de
Herrera. Es el puente sobreviviente más antiguo de Madrid. Fue ordenado
construir por Felipe II. Consta de nueva ojos y sus pilares, igual que
en el del Rey, están custodiados por tajamares con sus cónicos sombreritos. Es
fácil comprobar que el arco central es de mayor anchura que los laterales que
van disminuyendo de tamaño progresivamente.
Se le conocía antiguamente como Puente
Segoviana y lo inmortalizó D. Luis de Góngora en unos versos satíricos que hoy,
gracias a las presas que se han ido haciendo a lo largo del río , no se
entenderían. Decían asía:
“Señora doña puente segoviana,
Cuyos ojos están llorando arena,
Si es por el río, muy enhorabuena,
Aunque estáis para viuda muy galana.”
Puente de Segovia |
En el
momento de mi expedición fotográfica a este podrían aplicarse los versos de
Góngora con más propiedad que al de Segovia.
Puente de Toledo |
Orto aspecto del puente con las hornacinas |
Volvamos
atrás. A continuación del Puente de Segovia, encontramos el llamado Puente
Oblicuo. El nombre le viene de su configuración oblicua. Constituyó una de las
primeras intervenciones urbanísticas del proyecto “Madrid Río”. Viéndolo se
deduce que su construcción se debe a criterios estrictamente funcionales,
prácticos.
Puente oblicuo |
Otro original y magnífico puente,el llamado "Verde" o "Y" ,por su color y forma
Interior de uno de los o brazos del puente |
Imagen que nos da idea de su forma |
Otra perspectiva del magnífico puente |
Llegamos,
por fin, a uno de esos nuevos y artísticos puentes que adornan esta zona,
además de servir como todos para unir las dos riberas del río. Es el llamado
Puente Monumental de Arganzuela. También Del Tirabuzón o de Perrault, en honor
a su constructor.
Tiene la
forma de un doble y gran tirabuzón hecho con una malla metálica que transforma
la pasarela según el momento del día. En su interior, está cruzado
longitudinalmente por una serie de farolas de forma caprichosa. De noche debe
ser un espectáculo digno de ver. Pero no era cosa de hacer noche allí, y , además,
mis pies pedían ya un descanso.
Vista panorámica del puente |
Aspecto interior del puente |
Por
último, los Puentes Gemelos, causantes también de mi obsesión por realizar esta
excursión de puente en puente. Fueron
inaugurados en los años 2010-11.
Interior de uno de los puentes |
Otro aspecto de la decoración interior de los puentes |
Tienen,
como se puede ver, forma de barca invertida y, aparte esto, los caracteriza la
decoración de su interior.
Y con esto acabo. Espero que quien lo vea disfrute como yo lo hice un día del mes de abril, paseando por Madrid y su entorno.
Preciosa entrada sobre arquitectura comunicativa en el manzanares como lo llamarían algunos políticos preocupados de dar la cara de manera altiva, huyendo de la realidad. El poema de Góngora y las explicaciones históricas me han gustado mucho.
ResponderEliminarSeguimos con atención y aprendiendo mucho de tu blog.