Son las diez de la noche. La abuela de Eneko
acaba de llegar después de un viaje muy largo. Él y sus hermanas están muy
felices por su llegada. Se abrazan a
ella y no la dejan ni soltar la maleta. Cuando vuelve la calma Eneko dice:
abuela cigüeña lleva diéresis.
Cigüeña lleva diéresis. |
Es que Eneko, como habréis descubierto por su
nombre, es un niño vasco que está empezando a estudiar el castellano. Él habla
bien tanto el euskera como el castellano pero este curso ya lo estudia.
En clase han empezado por ver las cosas que
diferencian las dos lenguas y él estaba loco por demostrarle a su abuela que ya
sabía algo nuevo.
En espera de la próxima clase iba haciendo
una lista de palabras con diéresis y llevaba locas a su madre y a la abuela
pidiéndoles todo el día que le dijeran todas las palabras que supieran.
Después de decirle varias, la abuela dijo: ya
la última, Sigüenza.
−
¿Qué es Sigüenza, abuela?
−Una
ciudad muy bonita.
−
¿Has estado?
−Sí,
claro, si no ¿cómo iba a saber que es bonita?
−
¿Qué tiene?
−Una Catedral, Palacios, un castillo, casas
antiguas, lo que yo llamo piedras humanas.
−
¿Piedras humanas? ¿Qué son esas piedras?
−Pues
mira. Existen las piedras esas que tú conoces de ir con tus papás al campo. Son
maravillosas. Por ejemplo te puedes sentar frente al Naranjo de Bulnes y
pasarte horas contemplándolo. Es una maravilla de la naturaleza.
Pero
luego están los palacios, las catedrales, las iglesitas, las casa, los
castillos (tú ya has visto castillos, creo); son cosas hechas por los hombres
con piedra y son también una maravilla pero humana y artística.
−Di a tus padres que os lleven.
Piedras humanas más o menos |
−Yo quiero ir contigo.
−De
acuerdo. ¿Cuándo empezamos?
−
¡Ya!
La abuela le dio un besazo y le dijo que tan
de repente no podía ser.
Al día siguiente, ya en clase, la andereño
preguntó: ¿cómo va esa lista de palabras con diéresis?
Todos
contestaron a la vez y, claro, no se entendía nada.
−Uno
a uno, por favor, que hay tiempo de sobra. De momento veo que habéis trabajado
pues parece que todos tenéis algo que decir. A ver, Nerea
−Desagüe
−Muy
bien. Y la escribió en la pizarra.
−¿Otro?
−Pingüino − dijo Imanol
−Paragüero.
−
¿Qué es eso? Preguntó un despistadillo
−Hijo,
pues ese cacharro que ponen en las tiendas y en los bares para dejar los
paraguas cuando llegamos y está lloviendo − dijo Haizea que era muy
observadora.
−Pues
yo creía que era algo para el Kun Agüero ese del Atlético de Madrid.
−Ya
salió el futbolero, rieron varios a la vez.
Y así siguieron diciendo palabras y la
profesora escribiéndolas en la pizarra. Cuando parecía que se habían agotado
los conocimientos de la clase dijo Manu que aún no había hablado.
−Lingüística
−¡Jope!
Se oyó como una exclamación unánime. ¿De dónde has sacado esa palabra?
−Del
diccionario y significa el estudio de una Lengua
−Muy
pero que muy bien. Qué alumnos más majos tengo. Pero veo, Eneko, que estás muy
callado, no has dicho ninguna palabra, creo.
−Ya;
casi todas las que han dicho las tengo. Pero también tengo una diferente: Sigüenza.
La maestra no salía de su asombro al
comprobar el entusiasmo de sus alumnos.
Con esto terminó la clase y el cuento y
Eneko volvió a casa muy feliz.
Espero haber contribuido con este cuentecillo a que algunos niños aprendan el uso de la diéresis.
Jamás podría argüir semejante trama para explicar lo que es una diéresis. Debería sentir vergüenza por tan poca imaginación.
ResponderEliminarMe gustan estos cuentos.
¡Hombre!Precisamente la imaginación no es mi fuerte. Este cuntecillo parte de una situación absolutamente real,luego ya ,se me ocurrió el resto. En realidad yo soy,creo,demasiado realista. Estoy muy pegada al mundo circundante,a la realidad vivida y viviente. Ya me gustaría,alguna vez,despegarme,desligarme,volar un poquito. No sé si llegaré a conseguirlo.
EliminarGracias por tus comentarios.