Esta semana
toca aprender a puntuar y Haizea y sus amiguitos están muy preocupados porque
no se aclaran con todo ese lío de comas y puntos.
-Seño, ¿Por
qué tenemos que poner la coma y esas cosas?
-Vamos a
ver. Ya os lo expliqué ayer pero como no prestáis atención no os enteráis de
nada.
-Sí, dijo
rápidamente Haizea. Sabemos que es para indicar que hay que descansar al leer,
pero ¿por qué hay que descansar donde dice la coma y no donde queramos?
-Vamos a
verlo con unos ejemplos. Pensad en cuando vamos por la calle o cuando vuestros
padres van conduciendo. Hay unas señales que nos obligan a detenernos, a
pararnos un poquito, al menos. ¿No es eso?
-¡Ah, ya!-
Dice rápidamente Anuk, un niño muy inteligente, con unos hermosos y expresivos
ojos- Los signos de puntuación son como las señales de tráfico de la lengua.
-De la
lengua escrita, efectivamente. Por ejemplo, al llegar a un STOP ¿qué hay que
hacer?
-Parar-
contestaron casi todos al unísono.
-Eso es.
Hay que detenerse porque se ha llegado a
un sitio en el que hay que esperar para tomar una nueva dirección o salir a
otra carretera ¿no es eso? Pues el punto y aparte es eso. Hay que parar porque
vamos a cambiar de tema, vamos a hablar de otra cosa, o sea que vamos a cambiar
de dirección, a salir a otro camino.
(Quien lea
el cuento a ,o con, los niños podrá poner ejemplos)
-¡Claro!
Exclamaron contentos los alumnos que acababan de entender perfectamente la
función del punto y aparte.
-O sea -dijo
Ainhoa...que cuando estamos escribiendo y queremos decir otra cosa ponemos
punto y cuando estamos leyendo y vemos el punto ¡STOP! Nos paramos.
-Pero- se
interesó Aner- ¿Y el punto final?
-¡Está
claro! el aparcamiento, dijo Jule. Hemos llegado a casa, por ejemplo. ¿Verdad,
seño?
Se produjo
un silencio y por fin Anuk dijo: el semáforo, por ejemplo.
-¡Puede
valer! Porque hay que detenerse solo el tiempo que lo tenemos rojo
-Entonces,
dijo Haizea, ¡ya lo tengo! La coma es el paso de cebra. Te paras un poquito y
si no viene nadie, pasas. Más o menos, digo yo.
Eso es. Más
o menos porque esto son ejemplos para entenderlo, no son una cosa exactamente
igual. Eso está claro ¿Verdad?
-¡Síiiii
-Yo estoy
pensando dijo Aner qué ejemplo nos puede valer para el paréntesis, porque cosas
de conducir ya no veo más
-Dejadme
que piense. ¿Qué os parece el tiempo muerto que pide el entrenador de
baloncesto? A ver, el paréntesis lo ponemos cuando estamos diciendo algo y lo interrumpimos
para introducir otra cosa, pero luego seguimos con lo mismo. Por ejemplo: ayer tarde Marta vino a mi casa a merendar
(la invité porque era el cumpleaños de mi hermano) y lo pasamos muy bien.
Hemos
cortado la frase para explicar un pequeño detalle que nos parecía importante, y
luego hemos seguido esa frase. Es lo que ocurre en los partidos de baloncesto.
Se interrumpe un momento el partido para que el entrenador explique alguna cosa
que se les ha olvidado a los jugadores y luego sigue el partido en el mismo
punto en que se había interrumpido. ¿No es así?
-¡Qué bien
lo has explicado, seño! Es estupendo que sepas también cosas de deportes porque
así nos lo explicas todo mejor.
-Entonces,
yo imagino, imagino, que los signos de puntuación son como esos signos que hay
en la música que indican silencios, dijo Haizea abriendo mucho los ojos.
-Imaginas
muy bien.
Al fondo
del aula se escuchó una voz que decía: claro, es que Haizea es muy lista.
-¡Ojo a los
comentarios!- Dijo la maestra-.Es inteligente. Piensa, relaciona e imagina.
Estas tres cosas son muy importantes. ¿Cómo creéis que han surgido, nacido,
todos los inventos? Pues así: pensando, relacionando unas cosas con otras e
imaginando.
-Y si uno
se imagina algo que está mal ¿Qué?
−Pues muy
fácil. Rectificas, vuelves a estudiar, pensar…. Volviendo al tema ¿Cómo se te
ha ocurrido esta idea, Haizea?
−Porque
estudio solfeo.
-Muy bien.
Y has relacionado la música con la lengua. Y ¿Sabrías dibujar uno de esos
signos? Puedes salir a la pizarra.
Haizea, muy
feliz por su descubrimiento sale a la pizarra y
dibuja:
Este es el silencio de la redonda, que es el más largo.
Este es el silencio de la redonda, que es el más largo.
Y siguió dibujando silencios hasta que...
−Es
suficiente, dijo la maestra
−El de la
redonda es el que dura más tiempo y luego cada vez menos.
-Muy bien.
Como veis, aunque no sea exactamente igual sí se parece bastante y a algunos
alumnos les puede servir para entender mejor la puntuación. ¿Alguien más
estudia solfeo en esta clase?
Ainhoa y
dos o tres más levantaron la mano.
Supongo que
habéis entendido bien la interrogación y
los signos de admiración.
-Sí.
–Dijeron todos al unísono, o sea, a la vez.
−Bien pues
ahora poned sobre la mesa ese folio que os he dado al principio de la clase que
vamos a leer atendiendo a la puntuación. Primero leeré yo y luego vosotros.
Hasta que toque el timbre, que falta muy poquito.
Y así,
fueron leyendo los niños después de la maestra, poniendo mucha atención para
hacerlo bien.
Cuando se oyó el sonido del timbre todos recogieron a toda velocidad sus cosas de
clase y ,tomando las mochilas, salieron ansiosos por contar a sus papás y mamás
lo que habían aprendido ese día.
Y colorín
colorado, otro cuento que se ha acabado.
Muy bueno el símil entre los signos de puntuación y las señales de tráfico. Me temo que desgraciadamente en mi caso y dado mi malísima relación con las comas, debo de tener mucho cuidado en los pasos de cebras para ni atropellar ni ser atropellado.
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