-
Y
llegamos al final. El jueves 3 de Viena a Budapest también en autobús. A la
carretera, aunque no es nada sinuosa le llaman “Carretera de las curvas” porque
en ella se instalan prostitutas.
Si en Praga y Viena hemos pasado frío, a
Budapest llegamos con calor. Antes de ir al hotel nos han hecho una visita
panorámica y hemos parado en una magnífica plaza, la de los Héroes, donde el
guía nos ha explicado infinidad de cosas de tipo histórico. Hacía una tarde
espléndida, con sol y una luz, por fin, adecuada para conseguir buenas
fotografías
Ya desde el primer momento, y me afiancé en
la idea progresivamente, pensé que no debería visitarse esta ciudad tras las
dos anteriores. Viene uno tan saturado de belleza que no puede apreciar en todo
lo que vale Budapest. Y siento en el alma no tener la suficiente fluidez
léxica, no saber encontrar las palabras precisas para explicar lo que la belleza de estas tres
ciudades me ha hecho sentir.
A ver si explico algo sobre la ciudad.
Budapest. Está considerada como una de las ciudades más bellas de Europa. Yo
doy fe de que es bellísima. Creo que a mí me ha emocionado, incluso, más que
las dos anteriores ¡que ya es decir! Tiene varios lugares que son Patrimonio de
la Humanidad, como por ejemplo el barrio del Castillo de Buda, la avenida
Andrassy y la Plaza de los Héroes que, como he dicho, fue lo primero que vimos.
Antiguamente eran dos ciudades, pero se
convirtió en una el 17 de noviembre de 1873 cuando ocupó las dos orillas del
Danubio, uniendo las ciudades de Buda y Óbuda situadas en la orilla oeste, con
Pest en la este.
Así pues, el Danubio que no es azul sino,
como dijo el poeta Attila József “turbio, sabio y grande”, a la vez divide y
une la ciudad.
Voy a empezar hablando de la Plaza de los
Héroes , nuestra primera visita a esta hermosa ciudad. Está situada en un
extremo de la avenida Andrássy. Es una de las más importantes de Budapest.
Tiene forma semicircular y está formada por dos hileras de columnas.
En el centro se levanta un conjunto
escultórico llamado Memorial del Milenio con estatuas de los líderes de las
siete tribus magiares fundadoras de Hungría allá por el siglo IX, así como de
otros personajes importantes de la historia de Hungría.
Plaza de los Héroes |
Memoria |
También en ambas hileras de columnas hay representados santos y otras personalidades importantes en la Historia de Hungría.
Detalle de la columnata |
La columna central la remata una escultura del Arcángel Gabriel y alrededor del pilar, los siete líderes tribales húngaros: Arpád, Elöd, Tas, Huba, Töhötöm, Kond y Ond.
A ambos lados de la Plaza se encuentran dos
de los edificios más emblemáticos de la ciudad: a la izquierda el Museo de
Bellas Artes de estilo ecléctico-neoclásico;
Museo de Bellas Artes |
a la derecha, el Palacio de Arte.
Palacio de Arte |
Por la proximidad nos llevaron al Castillo de Vajdahunyad que se encuentra en el Parque de la Ciudad. Es curiosísimo. Parece que al entrar en su entorno hemos hecho un viaje en el tiempo. Recuerda al famoso castillo de Drácula. De hecho, es una copia de un castillo en Transilvania (Rumania) del mismo nombre. Inicialmente se construyó en madera y cartón con vistas a la exposición de 1896 y fue tal su éxito que se decidió reconstruirlo en piedra y ladrillo. En realidad, contiene una mezcla de estilos arquitectónicos.
Castillo de Vajdahunya |
Otro detalle del castillo |
Bonito detalle de una cúpula |
Y otro más |
En los terrenos del castillo hay una estatua llamada el Anónimo, que se dice es un cronista del siglo XII (tal vez el rey Béla III) Posiblemente autor de los primeros libros sobre la historia de los antiguos húngaros, basados en leyendas, la mayoría.
Cuentan que tocar el
lápiz del Anónimo trae buena suerte. La verdad es que no recuerdo si lo toqué,
pero supongo que sí; por si acaso.
Ando un poco perdida, tal vez por tratarse de
un viaje con tal densidad de visitas, rutas, imágenes, y no recuerdo ya el
orden que seguimos en esta hermosa ciudad. De modo que, ya que de castillos
estamos hablando, seguiremos con ellos.
Precisamente en el Barrio del Castillo encontraremos
el Castillo Real de Buda. Se le conoce también como Palacio Real porque
antiguamente fue la residencia de los reyes de Hungría.
Se puede subir andando por una escalera que
arranca junto al Puente de las Cadenas o en funicular. Creo recordar que
optamos por el medio más cómodo y rápido; por el tiempo, como siempre en este
viaje. La bajada ya la hicimos por una cuesta que discurre junto al funicular.
Es cómoda y se disfrutan unas espléndidas vistas panorámicas.
Originariamente fue construido en estilo
tardogótico en el siglo XIV, pero fue reconstruido a mediados del XVIII en
estilo tardobarroco o neobarroco que es como hoy lo contemplamos. (Parece que
siempre llegaban tarde; todo es neo o tardo). Hice infinidad de fotografías. Ya
que no podía detenerme en casi nada, al menos me llevaría a casa un buen
recuerdo. Te adjunto algunas.
magnífico grupo escultórico en el Castillo |
Una de las fachadas |
Desde el Castillo se contemplan unas panorámicas extraordinarias de la Ciudad. Por ejemplo, es sensacional la vista del Parlamento
El Parlamento visto desde el Castillo |
En la misma colina de Buda, al oeste del Danubio, se encuentra el Bastión de los Pescadores, llamado así en honor al grupo de pescadores responsables de defender esta parte de la muralla de la ciudad en la Edad Media. Es una terraza o mirador de estilo neogótico y neorromántico.
Bastión de los Pescadores |
Panorámica del Bastión de los Pescadore |
Consta de infinidad de paseos, escaleras y siete torres de forma cónica y blancas. Se dice que representan las siete tribus magiares que se establecieron en la cuenca de los Cárpatos hacia finales del siglo IX. En cuanto a su nombre hay varias versiones , entre ellas que se debe a que originariamente allí había una lonja de pescado. ¡Vete a saber! Lo cierto es que es una delicia pasear por allí y, de nuevo, disfrutar de las maravillosas vistas.
Entre el Bastión y la
próxima iglesia de Matías se alza la estatua ecuestre de San Esteban I de
Hungría en cuyo pedestal se reproducen episodios de su vida.
Estatua ecuestre de San Esteban |
Puesto que estamos cerca vamos a visitar la Iglesia de Matías, la joya de Buda, y continuaremos con otras iglesias insignes de la ciudad.
En realidad, este no es
su auténtico nombre, aunque es como lo conoce la mayoría de la gente. Este
nombre se debe a que el rey húngaro Matías Corvino la restauró y reformó hacia
1470. En realidad, se llama Templo de Nuestra Señora y fue construido durante
el reinado de Béla IV. Según tradición eclesiástica, en el lugar que ocupa esta
iglesia el primer rey húngaro S. Esteban I ya construyó un templo allá por el
1015.Una vez más, como ya nos tiene acostumbraos la Historia, todos los reyes
posteriores a Bela IV fueron haciendo alguna modificación: ampliación del
edificio, agregar una torre o una puerta. Se le hicieron modificaciones góticas
y renacentistas. Pasó, incluso, por ser mezquita. Su forma actual se debe a la
restauración de finales del siglo XIX. En ella fue coronado Francisco José I de
Austria como rey húngaro.
Iglesia de Matías. Torre |
Su fachada principal mira
al Danubio.
Construida bajo los
cánones neoclásicos. Tiene planta de cruz griega. Completan la fachada
principal dos torres gemelas. Se puede subir a la cúpula (hay ascensor) para contemplar,
supongo, un magnífico panorama. Ya te digo. Hay cosas que tuve que conformarme
con imaginarlas. La decoración interior es suntuosa.
Basílica de San Esteban |
Fue construida entre los
años 1854 y 1859, en estilo neomorisco y su decoración tiene como modelos la
arquitectura islámica del norte de África, y de España (la Alhambra).
Junto a ella está el
Museo judío. De hecho, la calle Dohány tiene fuertes connotaciones del
Holocausto pues constituía el límite de “gueto de Budapest”. La Sinagoga
constituye un complejo formado además de por la propia sinagoga, por el Museo
que ya hemos citado, el Templo de los Héroes, el cementerio judío y un memorial
dedicado al Holocausto. Yo el cementerio lo vi desde fuera. Todas estas cosas
me dan escalofríos y no soy capaz de contemplarlas.
La Gran Sinagoga |
Gran Sinagoga. Detalle de la cúpulas. |
Empiezo por La Ópera de Budapest, llamada
también Ópera Nacional de Hungría.
El edificio está
considerado como uno de los más importantes del mundo, en este género, y con la
mejor acústica. Está ubicado en la parte Pest de la ciudad, en la calle
Andrássy.
Construido entre los años
1875 y 1884 la fachada es de estilo neo-renacentista y la adornan 16 estatuas
de los compositores mundiales más importantes y de las Musas.
El interior está decorado
con pinturas de artista húngaros del XIX. La cúpula central está decorad con un
fresco que representa el Olimpo, del pintor húngaro Károly Lotz. Destaca la
magnífica escalera de mármol que lleva a los palcos privados.
¡Ah! Esto si lo pudimos
visitar y es impresionante.
Ópera |
Ópera. Detalle de la cúpula |
Veamos algo de El Parlamento. Para empezar,
te diré que lo vi solo de lejos, muy de lejos. Con todo, impresiona su
majestuosidad.
Se le cita en las guías
como el edifico más representativo de la ciudad (algo obvio, por otra parte); y
uno de los más famosos de Europa y el tercero más grande del mundo.
Es de estilo neogótico,
pero con alguna influencia renacentista e incluso bizantina. Construido entre
1884 y 1904 en la orilla danubiana de Pest. Cuenta su historia que se construyó
como contrapunto del Palacio Real de buda para demostrar que el futuro de
Hungría estaba en la democracia.
La fachad principal mira
al Danubio y está decorada con estatuas de gobernantes húngaros, líderes de
Transilvania y famosos militares de la historia del país.
El Parlamento |
Nos quedan los Puentes. Los más conocidos e importantes son tres. El de las Cadenas, el de Isabel y el de La Libertad.
El Puente de las Cadenas es el más antiguo.
Es un puente colgante en el que los cables principales de han sustituido por
eslabones rígidos de cadena. De ahí su nombre.
Detalle del famoso Puente de las Cadenas |
El segundo en importancia, símbolo para los húngaros de la independencia y la libertad del país es el de Isabel, dedicado a la Emperatriz Sissi.
El tercero, el de La Libertad característico
por su estructura metálica pintada de verde.
Voy ahora un poco a lo personal. Parece que
la suerte nos depara un cambio en nuestras desastrosas comidas. Resulta que
al llegar al hotel nos dijeron que, a
la vuelta, en la calle de atrás, teníamos un restaurante bueno y económico, por
supuesto más que el del hotel. Pues allá que nos vamos nosotros en plena noche
a buscar la cena. Tras dar varias vueltas por el entorno no damos con el
dichoso local y hambrientos decidimos tirar la casa por la ventana e ir a cenar
al hotel. ¡Qué sorpresa, qué acierto y qué maravilla! La cena exquisita, el
precio de fábula y el ambiente de película con música en directo realizada por
un grupo de violinistas que era una delicia. Recuerdo que tocaron, entre otras,
“Ojos de España”, esa de “los ojos de una española que yo soñé”. En noches
sucesivas ya no buscamos, nos quedábamos allí. Con las comidas no recuerdo qué
pasó, pero da igual. Compensa el acierto de las cenas.
He dejado para cierre la aventura nocturna.
Nos habían dicho que lleváramos mucho cuidado con las calles por donde nos
metíamos, con las salidas nocturnas y hasta con policías que resultaban falsos
y robaban graciosamente. Nosotros somos muy sensatos, pero en este viaje hemos
pecado de aislamiento, pienso yo. El caso es que la última noche deicidios
esperar al pie del Puente de las Cadenas a que anocheciera para hacer nuestra
foto nocturna. En todas las guías habla de la impresionante vista que
constituye el conjunto Puente con Buda al fondo sobre todo de noche. ¡No nos
íbamos a ir nosotros sin esa foto! Y allí estuvimos hasta conseguirlo como vas
a comprobar con la que te regalo. Luego, tomamos un tranvía y llegamos al hotel
tiritando de frío, medio mojados por la humedad nocturna del Danubio, pero
felices. Ahora bien, nuestros compañeros de viaje estaban histéricos pues
nosotros, que siempre éramos los primeros en llegar al hotel, nos estábamos
retrasando sospechosamente. ¡Pobres, qué caras tenían! Cuando vieron que no nos
había pasado nada nos perdonaron, pero el guía nos dijo que no deberíamos
haberlo hecho.
¡Valió la pena!
Imagen nocturna del Puente de las Cadenas con el Castillo de buda al fondo |
Este maravilloso viaje llega a su fin. Me ha sabido a poco. ¿Podré algún día volver con más tiempo para disfrutar de todas las bellezas que ofrecen estas magníficas ciudades?
Día 6, domingo. Nosotros en Valencia y las
maletas en Frankfurt. Como el vuelo Budapest -Frankfurt se había retrasado, al
llegar al segundo pudimos embarcar nosotros, pero no dio tiempo para par hacerlo
con las maletas. En el aeropuerto nos
dicen que ya las mandarán a casa, pero nosotros empecinados en que no nos
movemos de allí sin nuestras maletas. Armamos un buen bochinche. Faltó poco
para que no nos echaran. Al final en el siguiente vuelo llegan casi todas y a
pesar de la resistencia de los que no las habían podido recoger, salimos para
Murcia.
Nubes desde el avión |
Espero que hayáis disfrutado con mi viaje,como lo hice yo y,si os apetece dejad algún comentario
Maravilloso el viaje a Budapest y más con tus fotografías. Yo hice ese mismo viaje pero con algunas diferencias que te paso a comentar.
ResponderEliminarAl salir de Praga pasamos por Brno (léase Breno), capital de Moravia en cuyo monasterio de Stare Brno el monje Méndel inició la genética moderna con sus famosos guisantes. Recorrimos la ciudad, que es pequeña pero bonita. Camino de Bratislava nos detuvimos en Austerlitz, batalla que Napoleón les ganó a los austriacos y rusos, hay un monumento que lo recuerda. Recorrimos Bratislava y vimos por primera vez el Danubio. La ciudad es muy bonita. En Budapest nos hospedamos en el hotel Hilton, 5 estrellas, en Buda(nombre del hermano de Atila), construido sobre las ruinas de un monasterio dominico cuyo claustro e iglesia de S. Nicolás (s. XIII) se ha incorporado al hotel. Por las noches nos paseábamos por el Bastión de los pescadores justo al lado por las vistas al río y a Pest. Al lado la iglesia de Matías con su cuervo con el anillo en el pico , símbolo del rey (Matías Corvino).
Una curiosidad, en Budapest tocan las campanas a las 6 de la tarde en recuerdo de la batalla de Lepanto y en agradecimiento por el toque de Ángelus impuesto por el papa Calisto III por haber logrado la paz frente a la invasión turca en 1456. No dices nada de los balnearios . Nosotros estuvimos en el Geler. Pero no debisteis perderos la visita al interior del Parlamento. En la placeta la bandera tiene un agujero donde estaba el escudo de la época comunista. Esa gran cúpula cubre la sala donde está colocada la corona de los reyes húngaros, rodeada de colgantes con piedras preciosas para espantar a los malos espíritus. Aunque el detalle más original es el de los ceniceros de puros en los pasillos de la sala de diputados. Los periodistas medían la importancia del tema tratado por la cantidad de ceniza. ¡Qué delicia el paseo en barco por el Danubio pasando por todos esos puentes que tu describes¡. Y luego la isla Margarita que lleva el nombre de la hija de un rey que la encerró allí en un convento para cumplir una promesa hecha si vencía al enemigo.