Mucho de autobiográfico se puede rastrear en esta novela del autor de La montaña mágica y Muerte en Venecia.
Nació en Lubeck, lugar donde se
sitúa la acción de la novela; en una familia burguesa cuyo padre es un rico
comerciante en cereales heredero de una familia que había recibido de la Marca
Hanseática tradición y riquezas. Esta sociedad burguesa es la que va a retratar
en Los Bunddenbrook.
Vivirá también en Múnich, en
Roma, en el sanatorio de Davos en Suiza; Zúrich, Praga, EEUU para terminar en
Niza (suicidio). Hizo ciertas incursiones por los campos de la Metafísica, la
música y la medicina.
Muchas de estas circunstancias
se verán perfectamente reflejadas en la obra que nos ocupa.
Se compone esta de once partes
divididas en número variable de capítulos.
Podríamos considerar la primera
parte como una introducción general. Se nos presenta a los personajes de la
familia y algún otro que desempeñará más tarde función más o menos destacada.
Estos personajes aparecen casi hacinados a lo largo de los cuatro primeros
capítulos. La ocasión para reunirlos a todos ha sido inaugurar una casa, cena
incluida, que supone la confirmación del ascenso económico y social de la
familia.
Ya desde el primer momento el
narrador va ofreciendo indicios de la personalidad, incluso de los niños, de
casi todos los personajes. Así como del sentimiento religiosos de la familia y
sus ideas sociopolíticas.
La acción de toda esta primera
parte se desarrolla en ambientes de interior. Una sala y un comedor,
básicamente, que aparecen descritos con un detallismo propio del mejor escritor
realista. Ni un detalle escapa a la mirada del narrador que no quiere dejar
nada a la imaginación del lector.
Otro tanto sucede con los
personajes a los que describe con una minuciosidad casi obsesiva. Una
descripción física, que se repite o amplía a lo largo de toda la novela,
completada con la de los rasgos morales y psicológicos, que acabará siendo un
mosaico de espléndidos retratos.
Pero no queda aquí su
detallismo. Casi podremos saborear las comidas, percibiremos los olores y los colores,
los sonidos: silbaba el viento y caía una lluvia helada y tenue.
Podemos seguir, y así será a lo
largo de la obra, los movimientos, gestos, risas, palabras, voces, de todos y
cada uno de los personajes.
Acabada la cena que se describe
con todo lujo de detalles, habrá casi una visita guiada por la casa de tal modo
que no nos habrá quedado un rincón por contemplar.
Se cierra esta primera parte, en
el capítulo diez con la carta que escribe un personaje ausente, hijo del
patriarca de la familia Johann Bunddenbrook y un
primer matrimonio, que fue rechazado por llevar a cabo una boda que no gustó a
su padre. Aquí se detalla hasta el tipo y tamaño de la letra y los renglones de
la carta,
Aunque la acción podría
considerarse iniciada in media res, se aprovechan algunas circunstancias para
hacer referencia a los inicios de la saga.
Se inicia, así el relato, en un
momento que podríamos considera álgido en la familia.
En cuanto al tiempo, abarca unas
horas.
La Segunda parte, nos traslada a
dos años y medio adelante. El cónsul
Johann Bunddenbrook, el hijo mayor, se ocupa ahora de los negocios. Nos invita
el narrador a compartir la vida cotidiana de la familia: sus momentos de
trabajo, las labores de las mujeres, las horas de las comidas…Ya en el primer
capítulo nacerá la segunda niña del cónsul y su esposa Elisabeth, Klara. La
mayor, Toni, ya aparece en los brazos del abuelo en las primeras líneas de la
novela.
El nacimiento de esta niña sirve
para que el cónsul deje la reseña en su diario de familia y dé un repaso a toda
la saga desde su abuelo.
El Patriarca y su mujer mueren
poco distanciados en el tiempo. Esta muerte convierte a Jean en el cabeza de
familia, en el referente para toda la sociedad en la que se mueven. Su
primogénito Thomas pasará a dedicarse con su padre a los negocios.
En esta parte se dedica bastante
espacio a retratar a los hijos del Cónsul. Van siendo mayores y los problemas
se multiplican. Thomas es el más sensato. Toni tiene 18 años y hay que ir
pensando en casarla. Aquí surgirá el principal problema, que va a convertir a
esta joven prácticamente en la protagonista de la novela y cuyos fracasos
matrimoniales afectarán a toda la familia en diferentes aspectos. Y será casi la
metáfora de la decadencia familiar. No olvidemos que viven en una sociedad
burguesa, de una pequeña ciudad y que cualquier fallo se paga caro. De hecho,
su primer divorcio supondrá, en cierto modo, el inicio de la caída. Christian,
el segundo hijo es como el contrapunto de Tom en todos los sentidos:
irresponsable, poco trabajador, algo bohemio …
Casi toda la tercera parte gira
en torno a Toni. También recoge crítica social, sobre todo de la nobleza de
cuna.
La cuarta, recoge el divorcio de
Toni, el inicio de los cambios sociales y la muerte del Cónsul.
La quinta parte se inicia en
1855 con la lectura del testamento que como es habitual acarrea ciertas
desavenencias entre los hermanos e injusticias.
Tom, el primogénito se convierte
en el nuevo padre de familia, responsable de todo y todos. Problemas con
Christian.
En la sexta asistimos a otro
fracaso matrimonial de Toni cuya hija va a seguir sus pasos. También se casa el
Cónsul, Tom, que acabará siendo elegido senador, en tanto parece que sigue el
progreso familiar. Pero el descendiente tan necesario en estos casos, no llega.
Por fin en la séptima parte
asistimos al bautizo de un heredero que va a ser más que la alegría de su
padre, su tortura. El niño es enfermizo, raquítico y raro. Puede ser un indicio
de la futura decadencia de la familia, que se va fraguando en los siguientes capítulos.
TIEMPO
Arranca la acción en el año 1835
y acaba en 1877. O sea que dura 42 años. Lo deducimos de la edad de Toni que al
iniciarse la novela tiene 8 años y al final 50.
Cabría señalar que hay segmentos de tiempo vacíos. Por ejemplo, entre el
final de la primera parte y el principio de la segunda han transcurrido dos
años y medio.
A veces se indica la hora del día
bien de forma directa, bien a través del sonido de las campanas. También se dan
fechas concretas: 1835, al principio; recordando la fecha en que fue construida
la casa:1682; 1806 al referirse al origen de unos cubiertos;
Parece que es importante reseñar
la estación del año. Puede ser a través de vestimenta de los personajes, de
alusión a chimeneas encendidas o ventanas abiertas, o reuniones en el jardín;
también el estado del tiempo: llueve, hace calor, etc.
NEGOCIOS
No solo son el modus vivendi de
esta familia, son su sustento, su orgullo dentro de su sociedad, pero también
el gran problema. Son tema de conversación, suponen rencillas entre los hermanos,
la causa de los enlaces matrimoniales que, suelen ser un fracaso. A través de ellos
se encumbró la familia y también se hundió.
Son el medio de que se vale el
narrador para hacer una considerable crítica social. En este sentido, tal vez,
cabría destacar la actitud de Toni y de Tom.
PERSONAJES
Auténticos retratos. Los rasgos
físicos remiten a los psicológicos, al temperamento, etc. También los de la
familia acumulan rasgos definitorios de su genética: las manos, los labios, la
barbilla o los ojos; un gesto al hablar, una forma de sentarse; cualquier
detalle es bueno para identificar a un personaje. Se hace hincapié en los
parecidos físicos.
En cuanto a los extrafamiliares,
es frecuente la insistencia en detalles que podrían pasar inadvertidos, y que
suelen ir de lo particular a lo general o viceversa.
Eso sí, la belleza está ausente
incluso en las mujeres. ¿Puede esto formar parte de la crítica a esta sociedad
burguesa que todo lo cifra en el dinero y en las apariencias?
Son innumerables los personajes
de esta novela y todos, hasta cierto punto, tienen una función importante.
Todos de una forma u otra contribuyen al desarrollo completo de la trama, pero
indudablemente los miembros de la familia son los más importantes. Entre ellos
cabría deslindar los varones de las mujeres.
Entre los varones, sin lugar a
dudas, los protagonistas son los dos cónsules padre e hijo, es decir Johann y
Thomas Bunddenbrook. Son los responsables directos del prestigio familiar y
empresarial. Se les describe como elegantes en el vestir y demás actos de su
vida. Responsables hasta en las circunstancias más íntimas o emocionales.
Capaces de sacrificar no solo sus sentimientos sino también los de sus
descendientes en aras de ese prestigio que es casi su única meta.
Entre las mujeres, podríamos
destacar a la consulesa madre que sobrevive incluso a una hija y que estará presente
en los acontecimientos familiares, como cualquier matriarca, casi.
Pero sobre todas, tal vez habría
que destacar la figura de Toni. Es una mujer que nos resulta simpática y casi
odiosa por igual. Cuando al principio de la novela la conocemos niña nos
despierta simpatía, así como cuando joven es capaz de rechazar a un
pretendiente impresentable, enamorarse de alguien que no pertenece a su clase,
soñar, en una palabra. Luego puede despertarnos compasión cuando la vemos
renunciar a sus sueños por ver feliz a su padre y contribuir al bien familiar;
cuando la vemos fracasar una y otra vez y ser desdichada. Pero Toni acaba
ofreciendo otra cara muy similar a la de los hombres de la familia: el dinero,
el orgullo, la ambición, por encima de todo.
Tal vez se la podría considerar la metáfora del ascenso y caída de esta
familia.
LA MUERTE.
En principio van muriendo los
ancianos. Llega un momento en que también muere una persona joven para terminar
con la muerte de un niño.
Algunas muertes tienen,
podríamos decir un carácter normal. Una persona anciana que muere en su cama;
otras casi rocambolescas.
La primera en morir es la
anciana consulesa. De un ¿” resfriado”? y por la edad. Un glacial día de enero,
unos seis años después de haberse instalado en la nueva casa…
Habría que recordar al médico,
auténtico esperpento de la medicina, pero no olvidemos en qué años se
desarrolla la acción.
Dos meses después, muere el cónsul.
Encontramos aquí el tópico, que no por entrañable deja de serlo, de la pareja
que no soporta la falta de su cónyuge.
El siguiente en morir es el
cónsul Johann Bunddenbrook, hijo. Un domingo de
finales de verano del 55. Sentado en su butaca mientras la familia lo espera
para un paseo por el campo.
. Cada muerte acarrea un cambio en la dirección de los negocios. Ahora
será Thomas (Tom) el cabeza de familia.
Antes que su hermano mayor muere
la benjamina de la familia Klara.
La anciana consulesa morirá tras una larga
agonía producida por una “pulmonía doble”. Se hace referencia al hecho de no
querer administrarle paliativo alguno,
pues debía alargarse esa vida lo más posible. ¡Cómo nos recuerda esto
casos mucho más recientes y su problemática!
La muerte del último cónsul fue,
dadas las circunstancias, casi esperpéntica. Murió por una infección en una
muela, en medio de la calle, solo, quedó cierto tiempo en el suelo, boca abajo,
embarrado, hasta que unos transeúntes los vieron.
Va a significar esta muerte el
final del apogeo de la familia, pues, además el heredero, que siempre ha sido
un niño enfermizo y al que su padre no conseguía llevar a su terreno, muere
El capítulo tres de la undécima
parte se inicia con unas detalladas explicaciones sobre el tifus, enfermedad de
la que morirá el pequeño Johann. No es otra cosa que el preludio de la muerte
del niño.
Los detalles sobre el estado de
la medicina en la época son muy ilustrativos.
LA MÚSICA.
Ya he dicho que el autor hizo incursiones
por el mundo de la música, al que dedica casi exclusivamente el capítulo VI de
la octava parte Queda este hecho fielmente reflejado en Gerda (la esposa de Tom),
y el señor Edmund Pfühl. Ambos unos apasionados de
la música. Dialogan y discuten, a veces, sobre aspectos de dicho arte y sobre
la interpretación; sobre compositores, etc. Un tema recurrente en el señor
Edmund Pfühl es el de la harmonía.
Curiosamente ha llegado a mis manos, tras la lectura de esta novela,
un relato de Honoré de Balzac “Gambara”, escrito
en 1836 para La Revue et Gazette Musicale.
Versa sobre música y uno de los puntos en que insiste es precisamente en la harmonía. Para Balzac la música era la más elevada de las artes
ESPACIO
Igual que los personajes
detallismo. Interiores: varias casas y en ellas salones, distribución,
decoración. Un ejemplo digno de mención es el inicio de la novela.
Exteriores: jardín, campo, playa.
COMIDAS
Suelen ser excesivamente
abundantes. Por ejemplo, la cena de la primera noche consistió en sopa vegetal
con pan tostado; a continuación, pescado; seguirá un plato de jamón ahumado y
cocido acompañado de una salsa picante(chalotte)y legumbres; luego “El plato
ruso” combinación espiritosa y picante de frutas en conserva. Aún les queda
gana a las señoras de hablar de recetas culinarias. Por fin el postre “el
platten pudding”.
Otro ejemplo de comida, y con
este lo dejo: mejillones en salsa, sopa julienne, lenguado al horno, asado de
ternera con puré de patatas y coliflor; pudding de marrasquino y Roquefort con
pan moreno de Westfalia.
Es un detalle curios que he observado en muchos autores este de incluir
con todo detalle las comidas. Será cuestión de hacer un estudio del asunto.
ASPECTOS LINGÜÍSTICOS.
Al tratarse de una traducción
nunca conoceremos con exactitud estos aspectos. No obstante, podremos señalar
la riqueza de vocabulario a la hora de realizar las descripciones, incluso las
de las enfermedades, tanto de ambientes como de personajes, sin olvidar las de
las comidas.
La narración es fluida, lo que facilita seguir con interés una novela
tan extensa y compleja como esta.
También cabría señalar el acertado uso del diálogo.
La mejor manera de disfrutar esta novela es leerla.