Esta vez la curiosidad es algo literaria.
Acabo de leer “Cuentos de amigas”. Una
colección de cuentos edición y prólogo de Laura Freixas. Conozco otra colección
de la misma autora “Madres e hijas “que me gustó, lo que me ha animado a leer
esta de la que pienso hablar.
En esta ocasión no voy a hablar de la calidad
literaria, que la hay, pues todas las autoras de los cuentos son mujeres
consagradas como escritoras de prestigio.
En la
colección de “Madres e hijas” se hablaba de unas relaciones poco usuales o al
menos no dentro del tópico, pues en casi todos los relatos la madre era
bastante atípica, egoísta, dominadora, absorbente, etc. Había algo de cierto,
algo que dolía, pero, al menos para mí, era fácilmente aceptable o asumible.
Aquí, sin embargo, no he encontrado nada que
relacionar con el concepto que tengo de la amistad. Precisamente los días 22 y
27 de enero de 2013 publiqué sendos artículos sobre la amistad bajo el título
“De amicitia” I y II. En el segundo es donde hablo sobre todo de la amistad
entre mujeres.
Recupero de allí este texto de la psicóloga Martha Patricia Moreno.
“Cuando las mujeres se unen y se comprometen
mutuamente a formar parte de un círculo de amigas, están creando un crisol de
transformación para sí mismas y un vehículo que propicia el cambio colectivo”.
No es esto lo que he encontrado
en la mayoría de los cuentos de este libro.
Aunque no sea necesario llegar al extremo que tal vez propicia el texto,
aunque el grupo sea solo de dos o tres mujeres, amigas, tiene más que ver con
lo que leo ahí que con el enfoque dado al tema en estos cuentos.
El concepto de
amiga me lleva a recordar aquellos versos de Garcilaso de la Vega sobre las
ninfas del Tajo a las que veía” …labrando
embebecidas/ o tejiendo las telas delicadas, agora unas con otras
apartadas/contándoos los amores y las vidas/…”
Es así como la tradición ha visto
siempre a las mujeres. Reunidas en su mundo particular, ajeno en muchos
aspectos al masculino. Ayudándose y apoyándose unas a otras en sus tareas, en
sus alegrías y en sus penas, guiadas por la necesidad de hacerse fuertes frente
al universo de los hombres.
Contándose los amores y las vidas, riendo y/o llorando juntas, transmitiéndose
experiencias y conocimientos de todo tipo.
Insisto, no es este el concepto
de amistad que encontramos en estos cuentos.
Hay, tal vez dos , que en cierto
modo pueden responder a esa idea tradicional de la amistad ente mujeres. El de
Martín Gaite “LA CHICA
DE ABAJO” y el de Juana
Salabert” AMIGAS DE
VERANO.” que encierran
una crítica social. Hablan de la amistad nacida entre dos niñas de diferente
clase social que, con los años, al separarlas la vida y las familias se ha roto. En el de Martín Gaite la niña de abajo, o sea la de clase baja, la hija
de la portera, lamentará el olvido por parte de la que tantos años fue su mejor
amiga.
En el otro es la amiga de clase
superior la que, al enterarse de la muerte de su antigua amiga, también de
clase inferior, con la que disfrutaba en los veranos, lamenta haberla olvidado.
En el resto no hay amistad sino
lesbianismo. Está bien que se trate este tema con naturalidad, como tantos
otros que, por suerte han dejado de ser tabú, pero creo que a las cosas como a
los sentimientos hay que llamarlos por su nombre y sobre todo no confundir.
En HIJOS DE HOMERO, Bernardo Souvirón, en cierto modo nos
descubre la aparición de la amistad entre mujeres. Lo hace al hablar del amor
sáfico. Dice:” si una mujer deseaba amor,
amor simplemente, no contaminado, puro, debía buscarlo fuera del matrimonio y,
por tanto, lejos del hombre……Debía buscarlo en otra mujer…”. Pero ¡ojo
¡continúa” si hay una palabra ambigua que
pueda llevarnos, sin parecerlo, a equívocos, esa es precisamente la palabra amor…”.
Eso es, no confundamos el amor
que es amistad, hablamos entre mujeres, puede ser entre hombres y, aunque hay
quien no lo acepta, entre hombres y mujeres con el amor que encierra otros
sentimientos.
Es cierto que también la palabra
amistad se ha visto contaminada por esta cierta ambigüedad que puede encerrar; hemos oído con cierta frecuencia, sobre todo en un pasado no muy lejano, de un
señor que tenía una amiga cuando en realidad tenía una amante; igual se podía
escuchar de una mujer que tenía un amigo.
Entiendo como amistad entre
mujeres, aparte la que yo experimento , lo que nos dice la psicóloga
Martha Patricia :” El poder invisible de
los círculos de amigas sobre las mujeres que los componen es extraordinario
puesto que permite la autoestima, el éxito y el desarrollo del talento, que
tiene que ver con el hecho de que nos hayan escuchado y valorado, amado por lo
que somos, animado y apoyado para que llevemos a cabo aquello que nos creíamos
incapaces de hacer, puesto que cuando existe un apoyo práctico, o psicológico
que pueda provocar un cambio significativo, es mucho más probable que ese
cambio suceda; el hecho de que otras mujeres crean en nosotras, o tengan el
mismo punto de vista, o bien sean modelos de conducta, tiene una influencia
invisible y poderosa. Nuestra red de amigas nos aporta la fuerza para resistir
ante la colectividad, la fuerza para seguir adelante…”
Creo que no hay equívocos en
estas palabras, aunque podamos ver en ellas un exceso de idealismo.
Reitero que no me molesta en absoluto el tema
tratado en estos cuentos, que en general son buenos literariamente hablando.
Solo, que me gusta que se llame a cada cosa por su nombre, para no confundir al
lector, por ejemplo. Creo en la precisión, aunque temo no haberlo sido yo
suficientemente en este mi texto.
Sería interesante conocer la
opinión de otras personas, pero está claro que en estos tiempos de prisas y
falta de tiempo es soñar un imposible.
Y0 sí he leído el libro de "MADRES E HIJAS" y no acabó de gustarme. Quizá porque no me identificaba ni como hija ni como madre, pero, bueno, no deja de ser literatura. En cuanto al de las amigas estoy de acuerdo en todas las citas que haces en especial con la de María Patricia Moreno que afirma que cuando "se forma parte de un círculo de amigas, están creando un crisol de transformación para si mismas y un vehículo que propicia el cambio colectivo". Yo añadiría algo más " que las amigas curan" en casos de depresión. Las ninfas del Tajo "debían ser " encantadoras.
ResponderEliminarQuerida María Antonia, me encantaría contrastar pareceres en un encuentro no virtual, que ya está haciéndonos falta. Muy interesante entrada. Un abrazo y hasta muy pronto ��������
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