TIERRA” De Eloy Moreno
Una novela de más de 500 páginas, bien
escrita, bien estructurada, con reminiscencias literarias y tan sencilla y
próxima en el tiempo que puede llegar y entusiasmar a cualquier lector.
Temáticamente, en términos generales,
contiene una razonable crítica de ciertos aspectos de la televisión, así como
una metafórica invitación a salvar el planeta.
Como hilo conductor utiliza el juego. No es
la primera vez que vemos esta técnica en una novela. Podríamos recordar “El
gran Jugo” de Leticia Sánchez Ruiz en la que una niña ha
hecho amistad con un anciano. Cuando
este muere empieza a recibir pistas de lo que él llama el gran juego. La niña
las sigue acompañada de su hermano mayor. En la búsqueda a que conducen las
pista encontrarán personajes sospechosos de estar espiándolos. Al final todo se
resuelve bien.
“El jardín de la oca” de toti Martínez de
Lezea. Intrigante, histórica y divertida en que los personajes han de encontrar
el significado de unas pistas, a veces oscuras y escondidas.
Otra novela también titulada
“El gran juego” de Carlo Frabetti. En esta, el juego es a base de
problemas matemáticos. Juega Leo a través de Internet con un jugador, Hal. La curiosidad
le lleva a buscar la identidad de Hal y con la ayuda de su profesora de matemáticas
descubre que no es una persona sino un superordenador que ha aprendido a
utilizar su propia inteligencia artificial.
Esto nos lleva a las lecturas del autor que
subyacen en toda la novela.
Ya
las primeras líneas nos hacen pensar en “Hansel y Gretel “o “la casita de
chocolate”. En algún momento la narradora-protagonista aludirá a ella y su
hermano como a los dos protagonistas del cuento de los Hermanos Grimm. Tanto en
este cuento como en “El gran juego” de Leticia Sánchez, el hermano es el mayor
de los dos. Al igual que en Tierra, los protagonistas recorren lugares guiados
por unos objetos que son pistas para descubrir algo al final.
La búsqueda de algo o alguien a través de
pistas que conlleva aventuras, a veces peligrosas, y encuentros con personajes
sospechosos, es también frecuente en los cuentos tradicionales considerados
infantiles, aunque no lo eran tanto.
También
en la Literatura en general. Tal vez, en algún aspecto se podría pensar en
Telémaco, su función y significado.
Ese objeto que resulta ser definitivo, el o los anillos ¿no recuerda
algo a “El señor de los anillos? Está también el juego de las llaves que
encontramos al abrir el solitario en nuestro ordenador.
No
es un caso único a la hora de apoyarse en lecturas de narrativa infantil y
juvenil. Sin ir más lejos, Carmen martín Gaite tiene dos novelas en las que el
punto de partida, si de la inspiración temática hablamos, es un cuento:
Caperucita en Manhattan y La reina de las nieves. Si nos tomamos la
molestia de leerlos, veremos ciertas similitudes.
Parece que las
lecturas infantiles subyacen en la mente de Eloy Moreno
En
otro orden de cosas podríamos hablar de la estructura formal. Un primer
capítulo narrado en tercera persona, al parecer, por un narrador omnisciente,
que en un claro caso de analepsis nos retrotrae a “treinta años antes.”
Podría considerarse un narrador
extradiegético, casi fantasma que lo sabe todo sobre los personajes y, en
cierto modo promete contarlo.
También podríamos hablar de un narrador
equisciente dado que, más tarde lo veremos emplazado, en la conciencia de la
protagonista e identificado con ella, que, lógicamente lo sabe todo sobre los
personajes y la historia.
A
continuación, la obra se desarrolla en varias partes: una primera sin título;
segunda, titulada EL CONCURSO (varios años antes de la muerte de mi padre);
tercera, El despegue; cuarta Tierra; quinta, Fin.
Cada una de ellas dividida en secuencias de
variada extensión, a veces muy breves. en que se alternan acciones con sus
tiempos, y espacios correspondientes. Siempre en una línea que nos recuerda
inevitablemente “las mil y una noches”, va dejando las acciones, las
situaciones en suspenso, con lo que mantiene vivo el interés de los lectores.
La división en secuencias, inevitablemente
nos lleva a recordar “La colmena” de Cela.
Hay quien piensa que esta técnica puede haber sido utilizada bajo el
influjo de las series televisivas. Teniendo en cuenta que uno de los temas de
la novela, como veremos, es el mundo de la televisión, podría ser. También
sería la influencia más próxima al autor en el tiempo. También hay referencias
a lugares o la publicidad como cuando en El bolígrafo de gel verde” hace
mención del famoso toro de Osborne en las carreteras. Otra posible influencia del mundo actual
serían los juegos que aparecen cuando intentamos hacer un solitario.
Concretamente hay algunos con llaves que invitan a encontrar la adecuada para
abrir determinada puerta. No obstante, teniendo en cuenta los conocimientos
literarios que se desprenden de la narración, prefiero inclinarme por lo
primero. Es fácil y tentador pensar que hoy la literatura se nutre del cine y
la televisión. Desgraciadamente en algunos casos no muy felices es así. Sin embargo,
no debemos olvidar que todo estuvo antes en la literatura y que, la buena
literatura y buen cine, se retroalimentan.
En
otro orden de cosas, en algún momento puede parecer una novela de búsqueda. Hay
una frase en la novela que casi nos da la pista” Fue al final de aquel viaje
cuando me di cuenta de que el principal problema de buscar la verdad es
encontrarla y no saber qué hacer con ella” De hecho la protagonista no busca
tanto algo sino conocer algo de su padre e incluso, tal vez conocerse a sí
misma. ¿Como Telémaco buscando a un padre al que en principio no reconoce? ¿No
podría recordar algo a Fernando Ossorio el protagonista de “Camino de
perfección” de Baroja? Y dado el final tal vez también haya algo de formación
iniciática.
En cuanto a la crítica a ciertos aspectos del
mundo de la televisión, es evidente que se centra en esos programas tipo, “Gran
hermano”, “perdidos en la isla”, etc. (no conozco muchos; algunos ni de
nombre). Alude incluso a “Master chef”. Tal vez si se ha decidido por el
simulacro de viaje a Marte, ha sido por la actualidad de que goza la
posibilidad de viajar al menos un ratito al espacio. Va presentando todo el
proceso del programa al tiempo que descubre los trucos utilizados y la
inmersión en el programa de la publicidad, que es quien lo paga. Se trata de
televisiones privadas que podríamos reconocer fácilmente. Las hay que
interrumpen el capítulo de una novela en el momento más interesante con diez o
quince minutos de publicidad. También, a veces las películas ¿no es indignante
que cuando le quedan veinte minutos a una película para terminar la interrumpan
varias veces hasta conseguir que nos de la una de la madrugada frente al televisor
si no queremos irnos a dormir sin conocer el final?
También en lo que a la temática se refiere no
deberíamos olvidar el tratamiento que da a las relaciones humanas: la de la
protagonista con su padre, y/o con su hermano; o la de los convivientes del
concurso a Marte en esa especie de gran hermano.
El estilo narrativo es sencillo pero correcto,
ameno, claro. Domina la narración frente al diálogo, que, no obstante, aparece
cuando lo requiere la acción y confiere algo de agilidad al texto. No falta la
descripción acertad de personajes y lugares; siempre la estrictamente
necesaria, a base de acertadas pinceladas.
El final es sorprendente, bonito,
aleccionador.
Tal vez podría decirse bastante más de esta
obra, mas no sería prudente. No es este el lugar adecuado para un texto
demasiado extenso.
He
comprobado que ya en su primera novela “El bolígrafo de gel verde” se encuentran
rasgos de estilo y técnica que ira desarrollando posteriormente. Así:
La presencia de
sus lectura infantiles y juveniles En el inicio de “El bolígrafo de gel verde”
nos encontramos con el cuento de “los tres cerditos” y al describir a unos
personajes los compara con Olivia de Popeye y Brutus. Y Pippi Calzas Largas.
También el mundo de la televisión con alusión a
Cuéntame.
O la distribución en capítulos y secuencias,
en las que deja abierta la puerta para esperar lo que pueda seguir.
Los constantes
casos de analepsis y prolepsis.
La narración en
primera persona.
La búsqueda. Las
relaciones humanas, que también aparece en “Invisible”.
Tal vez en esta
su primera novela está el germen de toda su producción. De hecho, en Tierra ha
perfeccionado y ha pulido su estilo.
Me atrevería, para terminar, a decir que este
autor responde a lo que dice sobre la novela, Eduard, un personaje de “Los
monederos falsos”, que una buena novela, hay que escribirla con ingenuidad y
que hay que empezar por creer en lo que se narra …y narrarlo con toda
sencillez.
¿La has leído?¿Te ha gustado? Espero tu comentario.
Me he quedado admirada de tu capacidad lectora y crítica. Con qué facilidad encuentras influencias de otros obras, pero yo me quedaría más con que el autor sigue el formato de los juegos. Hay que tener en cuenta que Eloy Moreno ha escrito distintas obras para un público infantil y juvenil, en las que viene insistiendo en la importancia de la enseñanza en valores.
ResponderEliminarA mi me encantó el final de Tierra, que, en cierto modo intuía, y también la habilidad para dejar en suspense el final de cada capítulo, de manera que estuvieras deseando continuar. Esa técnica sí que creo has acertado en relacionarla con las series de televisión.
Considero como leitmotiv de la novela la intriga.
Finalmente puedo decir que como a mí me ha gustado la novela y he disfrutado leyéndola, ya llevo comprados dos ejemplares para regalo de felicitación para unas amigas. A otra le he dejado mi libro y me ha comentado que le ha gustado mucho. Sin duda es lo mejor que podemos hacer con las buenas obras literarias, contribuir a su difusión.