LAS CAMPANAS
Leer un artículo de
Aramburu me ha llevado a recordar las campanas.
“Yo las amo, yo las oigo…
Si por siempre enmudecieran,
¡qué tristeza en el aire y el cielo!
¡qué
silencio en las iglesias!
¡Qué extrañeza entre los muertos!
(Rosalía de
Castro)
A los que ya peinamos canas, vivir la
infancia en un pueblo nos puso en contacto con objetos y acontecimientos que
los niños de hoy no disfrutan, tal vez ni en los pueblos.
Podría empezar por hablar del lenguaje de las
campanas. Hoy lo recuerdo como si estuviera oyendo su sonido avisando de todos
los acontecimientos importantes.
Tilín- tilín, tilín-tilín. Un sonido agudo y
alegre que anuncia un bautizo. Se le llamaba repiqueteo y se producía con la
campana pequeña. Porque la mayoría de los campanarios tenían campanas de dos o
tres tamaños, cada una con su función específica.
El sonido que avisaba de una boda era algo
argénteo. Tan- tan, tan-tan “Son las campanadas de oro/De las bodas! (Alan Poe)
En las fiestas como sábado de Gloria, Corpus
Cristi, Ascensión, Patrona o patrón del lugar, las campanas volteaban.
todas a una, quitándose la voz, alocadas, alegres. Tolón- tolón, talán- talán,
tilín -tilín.
“Y a la voz de una
campana, siguen las de sus hermanas/Las campanas, /Las campanas, …/En sonoro
ritmo de oro, de almo coro, ¡las campanas! (A. Poe)
A las doce del mediodía llamaban al rezo del
ángelus. Era entonces su sonido alegre, invitaba a rezar y a cantar, a
descansar unos minutos del trabajo…
Sin embargo, a las once de la noche, la hora de las ánimas,
sonaban de forma parecida a los entierros, Taaan, taaan, taaan; un sondo triste
y fantasmagórico. También invitaba a la oración. Y al miedo:
“era la hora…/ en que tal vez la campana/ de
alguna arruinada iglesia/da misteriosos sonidos/ de maldición y anatema, /que
los sábados convoca/ a las brujas a su fiesta….
(Espronceda.
El estudiante de Salamanca)
Asociados estos sones a
la noche de difuntos: “La noche de los difuntos me despertó a no sé
qué hora el doble de las campanas. Su tañido monótono y eterno…”
(G.A. Bécquer “El monte de
las ánimas”)
“Llama con voz que vacila, /Al entierro!”
Así se las escuchaba en el anuncio de los
entierros: Un campanazo, espacio, otro campanazo, espacio, expandiendo con su
son una tremenda tristeza. Taaan…taaan…taaan. Luego todo silencio.
“_Criada. - Ya tengo el doble de esas campanas metido en las
sienes…”
(F. García Lorca “La
casa de Bernarda Alba” Acto I. en la acotación: se oyen doblar las campanas.
“Cuando la
campana suene
(si suena en
mi funeral),
Una oración
al oírla,
¿ quién
murmurará?
(G.A. Bécquer)
Otra función de las campanas era avisar de peligros:
incendio, inundación, tormenta peligrosa… Entonces se decía que tocan a rebato
¡tantantantan! Toques rápidos, urgentes…” Con su son de bronce, ronco. /
Grito de espanto ante el fuego” “… clama, clama, clama, /… clama pidiendo auxilio” (A. Poe)
Luego, estaban los toques de llamada a la
misa dominical y otros actos religiosos. Tres avisos. Ha dado el primero taan, taan,taan…TAN.
Era el momento de ponerse en marcha. Velo, chaqueta o manguitos si era verano y
no se debía entrar en la iglesia con manga corta; incluso, a veces, acarrear
una silla en la que poder sentarse en los momentos adecuados. Taan, taan,
taan…TAN, TAN el segundo toque. Hay que darse prisa no se vaya a quedar una sin
el sitio adecuado para ver bien el altar, por ejemplo. Y por fin Taan, taan,
taan …TAN, TAN, TAN. El tercer toque te debe coger ya en la iglesia.
Entre
los días que estoy dedicando a pergeñar este texto, se me ha colado el Domingo
de Ramos. A primeras horas ya “volteaban “las campanas de la ciudad. Igual que
lo hacen cuando la patrona, la virgen de la Fuensanta (pongamos que hablo de
Murcia) deja su retiro en el monte y” baja “a vivir unos días entre sus hijos,
los murcianos. O luego, regresa a su montaraz hogar.
Varios novelistas escribieron algo en torno a
las campanas: Ernest Hemingway:
“Por quién doblan las campanas”
Charles Dickens el cuento “Las campanas “llamado también “Los
carillones”
Se me dirá que he olvidado mucha
información interesante sobre las campanas. Me adelanto a responder que sólo he
querido plasmar un recuerdo personal y que el resto, ampliamente, se puede
encontrar en Internet.
Las campanas tienen tanta personalidad que algunas tienen nombres propios, En la catedral de Murcia la Santa Águeda y La Mora..Nada mejor para explicar su sonido que recurrir, como tú has hecho, a las onomatopeyas. EL MUNDO DE LAS CAMPANAS Y SU LENGUAJE TIENEN MUCHO DE ROMÁNTICISMO.
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