Esculturas urbanas
De algunos años a esta parte, las ciudades se
han poblado de esculturas, algunas de gran belleza y simbolismo.
OVIEDO. Es
una de esas en las que a cada paso se encuentra el visitante con algún
personaje curioso que le invita a detenerse, casi a dialogar.
La primera, tal
vez con quien desearía el viajero compartir impresiones es ¡cómo no! Ana
Ozores, la Regenta. Protagonista de la novela de Clarín que tantos buenos ratos
nos ha deparado. Ahí está, plantada frente a la Catedral, compitiendo con su
torre, casi desafiante en su elegancia y belleza.
Seguimos caminando y van apareciendo diversas versiones de la maternidad. Son esculturas de una ternura conmovedora. Algo que no acabo de entender, habrá que investigar, es por qué a las mujeres, en este caso madres, las representan desnudas.
También
encontraremos oficios, trabajos, reproducidos con extraordinario realismo; tal vez
incluso, con amor.
vendedoras.
No podía faltar
la imagen del viajero con su equipaje, no sabemos si a la espera de una
diligencia, un taxi, la hora del tren o pensando en la búsqueda de un hotel o
posada. La indumentaria y la impedimenta que lo acompañan nos ayudarán a
decidir
Otros
personajes, reclaman nuestra atención. Son mujeres.
La espera
Esperanza caminando
He dejado para el final uno de los personajes más simpáticos que nos ha acompañado muchas veces, en esos momentos de relax necesitado de un toque de ternura, humor, gracia, inteligencia e ingenuidad. La encantadora Mafalda nos espera e invita a sentarnos junto a ella en el hermoso y también literario campo de S. Francisco.
FIN
Hasta pronto.
Muy oportunas tus apreciaciones sobre las esculturas callejeras. La que más me impresionó fue la de F. García Lorca en un banco de la Gran Vía de Granada. Me senté a su lado y me hice una fotografía con él. Lo mismo hice con Gaudí en León y con Pessoa en Lisboa.Tienes muy buenas ideas y las desarrollas muy bien. Sigue.
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