Si hoy aún se sigue insistiendo
en crear una brecha entre las ciencias y las letras, antaño hubo otra discusión
célebre: Armas o letras/la espada o la pluma. O sea que nos encontramos ante
dos dicotomías históricas.
Cervantes, que como otros
muchos de nuestros grandes hombres de letras, fue soldado, y sin duda sabía de
qué hablaba pone en boca de D. Quijote el famoso “Discurso de las armas y
las letras”. Argumenta nuestro célebre hidalgo: “Alcanzar alguno a
ser eminente en letras le cuesta tiempo, vigilias, hambre, desnudez, váguidos
de cabeza, indigestiones de estómago y otras cosas a estas adherentes, que en
parte ya las tengo referidas; mas llegar uno por sus términos a ser buen soldado
le cuesta todo lo que al estudiante, en tanto mayor grado, que no tiene
comparación, porque a cada paso está a pique de perder la vida…” “precisamente
es este constante enfrentarse con la muerte lo que le brinda mayor prestigio a
quien sigue el camino de las armas”. (Don Quijote , capítulo
XXXVIII, I parte),
Evidentemente
como reza el dicho popular hay gustos para todo. Un importante intelectual
español del siglo XX de cuyo nombre no quiero acordarme llegó a afirmar que “la milicia anula la
vocación literaria en cuanto que las ordenanzas y la disciplina ahogan toda
inspiración, sofocan todo alarde verbal y no permiten el vuelo libérrimo de la
imaginación.”
¿Qué sabía de nuestra historia literaria? ¿Nunca se
enteró de que muchos de nuestros mejores escritores fueron también soldados?:
Jorge Manrique. Don Juan Manuel, El Marqués de Santillana ,Garcilaso de la
Vega, Diego Hurtado de Mendoza, Alonso de Ercilla, Francisco de Aldana,
Hernando de Acuña, Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la
barca…o José Hernández autor de “Martín Fierro”.
O sea que, bien mirado la vida militar no tiene por qué
bloquear la vocación literaria, pues desde el rey Alfonso X el Sabio, las
virtudes militares armonizan a la perfección con el espíritu humanista y la
buena literatura.
Algo parecido ocurre con la otra dicotomía, tal vez más
moderna, Ciencias y /o Letras.
De la misma forma que hay quienes, tal vez, no se
imaginan a un poeta armado hasta los dientes, luchando a brazo partido, hay
quienes opinan que las letras y las ´ciencias no encierran el menor parecido, no pueden siquiera
convivir. Se oye con frecuencia eso de “es que eres de letras…” lo que viene a
significar no tienes ni idea de nada. También se puede oír que un científico no
piensa, no ve el mundo de la misma manera que una persona de letras.
Evidentemente habrá casos, pero relacionados con la persona no con la materia.
¿Un científico no puede valorar el arte? ¿No puede tener también la
sensibilidad necesaria para crear un mundo fabuloso, una historia de amor, para
gozar de un paisaje…?
Por ejemplo, Lewis Carroll conocido por la mayorá de lectores como el autor
de Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, era
además matemático
Otro que dejó la ciencia por la novela fue Arthur Conan Doyle cuando descubrió que las historias
de Sherlock Holmes le proporcionaban más ganancias que la profesión de médico.
Se me
dirá que los guio la ambición, pero si no hubieran sido mejores o tan buenos en
una cosa como en otra, no habrían podido cambiar de tercio.
Y ¿Qué
decir de Gerald Durrell?. Escritor y naturalista británico.
Mucho se ha disfrutado con la interesante y amena lectura de “Mi familia y
otros animales”
Isaac Asimov, uno de los nombres más
reconocibles de la ciencia ficción. Sus obras más conocidas. Fundación, Robots e Imperio
galáctico,
No acabaríamos con los ejemplos.
En
nuestro tiempo:
Eva García Sáenz de Urturi, reconocida novelista, autora entre otras de” la
trilogía de la ciudad blanca” se licenció en Óptica y Optometría,
carrera y trabajos que dejó cundo descubrió que podía vivir de la literatura y
disfrutar con ello.
Hay quien opina que para estudiar
ciencias es indispensable gozar de una memoria prodigiosa pues hay que
aprender, entre otras cosas, nombres poco frecuentes y que es indispensable
recordar. Por ejemplo, nombres en latín o griego.
Claro, para estudiar
idiomas, que es asunto de letras y los estudian los científicos porque los
necesitan, no hace falta memoria. Para aprender las declinaciones y los verbos
de latín y griego, no hace falta memoria, Pare estudiar fonética, fonología, métrica
etc. no hace falta memoria. Y, paradójicamente hay quienes pretenden que los
alumnos aprendan incluso su lengua a base de retahílas memorísticas, sin
razonar, sin pensar.
Evidentemente, también hay quien habla de
métodos de estudio absolutamente diferentes. Pues reflexionemos. El estudio de
la Lingüística (ciencia
que estudia el lenguaje. Esto implica estudiar
sus orígenes, su evolución, sus fundamentos y su estructura con el objetivo de comprender las dinámicas propias de las lenguas
vivas (contemporáneas) y las muertas (las antiguas de las que éstas provienen) ¿no se lleva a cabo con métodos
científicos? ¿Qué métodos se usan para
estudiar fonética y fonología? Hasta lo hemos visto en el cine. Recordemos “may
fer lady”.
Tal vez sería
conveniente reflexionar acerca de la insensatez que suponen estas divisiones.
Si bien lo miramos, la mayoría de los escritores, de todos los tiempos no solo
se han iniciado en la escritura tras otras opciones, sino que en muchas
ocasiones las han compaginado. ¿Por qué? Tal vez para poder alimentarse y
vestir, mantener una familia…tal vez porque el ser humano no es tan restringido.
En otro orden de cosas
habría que tener en cuenta que cuando hablamos de letras, y de escritores,
quizá con demasiada frecuencia pensamos solo en creadores o sea literatos. De
letras son también los historiadores, los filósofos,
Sin ir más lejos, los
cronistas que acompañaban a los reyes de todos los tiempos, a los
conquistadores y que redactaban todos los acontecimientos que iban sucediendo.
Muchos de ellos también soldados.
Tampoco deberíamos
olvidar a todos los escritores, novelistas sobre todo que empezaron su andadura
en el periodismo y muchos que hoy lo compaginan con la creación.
Entre los primeros no deberíamos olvidar a Ernest Hemingway (1899-1961) Se entregó al periodismo en
cuerpo y alma, y nunca abandonó esa dualidad, y afirmaba que cuando el
periodismo lo asfixiaba, su otra pasión hibernaba.
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) conocido por “El
principito” fue aviador y desde 1932, se consagró al periodismo y la escritura
Darío Villanueva, señala cómo sería difícil
comprender a Delibes sin atender a su extensa etapa como periodista.
En cuanto al
periodismo en general opina que aporta de por sí, una curiosidad global, el pulso de la actualidad
contemporánea que luego demanda una prosa expresiva y eficaz a la vez, modelo
no desdeñable para la buena escritura literaria (y pone como ejemplo el caso de
Gabriel García Márquez).
Otros ejemplos: Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Edgar Allan Poe y
William Faulkner Arturo Pérez-Reverte, en algún momento de sus vidas también ejercieron el periodismo.
Quizá paradójicamente,
el oficio menos ejercido por futuros grandes escritores ha sido el de
Profesores, incluidos los de lengua y literatura: Algunos de la generación del
27, Machado, Unamuno, Bernardo Atxaga, Luis García Montero, Fernando Aramburu que En 2009,
abandonó la docencia para dedicarse exclusivamente a
la creación literaria.
Hoy
quizá se haya abierto otro tipo de brecha: lo masculino y lo femenino.
No obstante, en algún momento, acaso se puede
adivinar el final de esa brecha abierta entre la actividad literaria y el
resto.
Tal
vez un ejemplo destacable sea el de la escritora Siri Hustvedt Premio Princesa de
Asturias de las Letras 2019. Sus palabras nos llevan a reflexionar “Se ha hablado mucho sobre la construcción de un hermoso gran puente a
través del abismo. Por el momento, sólo tenemos una pasarela improvisada y
tambaleante»
Ella misma
es parte de ese puente. Es una entusiasmada y curiosa mezcla, poco
frecuente, de narradora y ensayista, de científica y
cuentista. Autora de un libro de poesía y siete novelas, sí, pero también de dos
volúmenes de ensayos y un sinfín de conferencias, lecturas y otros
trabajos de no ficción, una producción colosal en ambos mundos…
En su
discurso de aceptación del premio dijo: “Ni la ciencia es
elevada, intelectual y masculina, ni las artes y las humanidades son
inferiores, emocionales y femeninas. Debemos aprender que la autoridad y la
sabiduría vienen en muchos formatos, sexos, colores, formas y tamaños. Debemos
aprender unos de otros y recapacitar…”
Hoy,
entre nosotros se está extendiendo la novela ensay o el ensayo novela. Leemos
un titular periodístico a propósito de dos de las últimas publicaciones “
El ensayo como novela (y viceversa). A continuación, leemos: Rosa Montero y Javier Cercas, cada uno en un género diferente y con su estilo
personal, afrontan en sus libros más recientes la tarea de quitar el velo de la
mentira con que se cubren las atrocidades más evidentes.
La obra de rosa
Montero,” El peligro de estar cuerda” cuyo título quizá se preste a engaño,
parece un ensayo psicológico, en que se insertan algunos momentos novelados. No
siempre tiene el lector claro si lee ficción o realidad claramente científica.
También, hasta cierto punto es un ensayo sobre la escritura, sobre el acto y la
necesidad de escribir.
Sería este un
asunto interminable e inabarcable. Además, carezco de los conocimientos e
información necesarios para insistir y adentrarme en el tema como me gustaría.
Por ende, mejor dejarlo aquí y que cada cual reflexiones, o investigue a su
gusto.
En la inauguración
de la feria del libro de Madrid, su directora dijo que se está intentando
cerrar la brecha existente entre ciencias y letras.
Me ha gustado mucho lo que dices acerca de las ciencias y las letras. Cuando salgo de viaje con mis hijos y nietos, que son de ciencias , me dedico a mostrarles las bellezas de la pinrtura, escultura y arquitectura. Y , aunque no han estudiado música, sé que disfrutan en los conciertos, algunos hasta en la ópera. Lo de masculino femenino lo dejo para otra ocasión. Enhorabuena. Veo que has trabajado mucho este verano.
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