COLOQUIO IMAGINADO ENTRE DOS REINAS QUE NO LO
PUDIERON SER
Como las heroínas de la literatura clásica, se
encuentran, paseando por los jardines del edén, dos mujeres que fueron reinas y
víctimas. Reinas en el corazón de dos reyes, y víctimas de las envidias, de otras
mujeres.
Son doña Leonor de
Guzmán y doña María de Padilla. Las distancian 24 años. No obstante, las unen
las circunstancias de sus vidas.
Pedro I conoció a
María de Padilla en el verano de 1352.Hasta1359 tuvieron
cuatro hijos.
_Pero
vos le disteis a D. Alfonso diez hijos y yo solo cuatro.
_Criatura,
si le disteis cuatro hijos en menos de seis años. Y no le disteis más a causa
de vuestra prematura muerte. Prematura y sospechosa. Porque eso de su
dolencia que dice el cronista, no era muy creíble, máxime cuando de la
misma extraña dolencia murió poco después vuestro hijo. Qué curioso,
cuando D. Pedro acababa de declararlo hijo legítimo y por tanto heredero al
trono.
_
¿Pensáis que nos pudieron asesinar? ¿Quién nos odiaba tanto? Yo no hice daño a
nadie ni otra cosa que amar con locura a Pedro. Claro que mi hijo como heredero
sí podía tener enemigos…
_Sí.
Pero os aseguro que, en ese crimen, si como sospecho lo hubo, no intervinieron
mis hijos. Aunque no sé, llegado el omento qué habrían hecho, al menos Enrique.
El caso es que Pedro que no quería dejar a sus hijos en la situación que él
había vivido con sus hermanos bastardos, en cierto modo al declarar a Alfonso
heredero firmó su sentencia de muerte.
_Yo
puedo comprender que otras mujeres aspiraran al amor de Pedro por ser el rey de
Castilla, sobre todo, aunque también porque gustaba…tenía unos ojos tan
hermosos …y por otras cosas, claro. Pero yo no me interpuse jamás entre ellas y
el rey; yo comprendí que debiera casarse, incluso le perdonaba sus deslices
amorosos porque siempre volvía a mí y era dulce, cariñoso, me quería. Creo.
_Claro
que os quería. Lo que ocurre es que su afición al sexo, que no al amor, era
casi enfermiza. A vos os quería, os adoraba, os lloró como pocos hombres lo
habrán hecho y tratándose de él …Pero vos erais, en cierto modo, una niña. Dulce,
cariñosa, adorable pero las otras le daban la pasión, que como hombre algo
lujurioso necesitaba. Pero el amor fue siempre para vos.
_Veo
que en estos asuntos sois algo sabia. En vuestro caso, aun dentro del parecido,
tengo la impresión de que hay algo diferente.
_Claro,
niña. Yo he sido una mujer ambiciosa, dura, supe darle a Alfonso lo que necesitaba,
incluso los hijos de ambos sexos que su esposa legítima no le daba. Cuando
nacieron Pedro y su hermano yo sentí mucha rabia, y luché para que mis hijos
quedaran debidamente situados. Luego, bien es cierto que soñé con ver a Enrique
rey de Castilla, pero jamás le habría aconsejado, ni insinuado que matara a su
hermano.
_Pero, los
hermanos ¿se odiaron siempre?
_Creo
recordar que no. Pedro, perdonó más de una vez las traiciones de sus hermanos.
Quien provocó ese odio mortal fue Doña maría de Portugal, la esposa y madre de
reyes. Ella y Alburquerque infundían en el ánimo de D. Pedro las sospechas de traiciones
por todos lados. Ellos decidieron mi muerte de la que luego culparon al rey. Se
la imputaron como muchas otras acciones desdichadas de D. Pedro que en sus
manos era casi un títere. Lo manipularon hasta la saciedad. Ellos hicieron de
tu querido Pedro, ese personaje cruel del que hablan algunos cronistas. Pero él
fue sencillamente un hombre de su tiempo. No eran, ni fueron, mucho mejores
otros de sus contemporáneos, ni algunos cristianísimos posteriores.
Este supuesto diálogo está inspirado en textos
históricos rastreados en Internet y en la trilogía sobre “Pedro I. Reyes y
bastardos”
Me ha encantado tu recreación histórico-literaria a través del diálogo de esas dos mujeres que vivieron épocas convulsas por conseguir el poder para sus hijos.
ResponderEliminarUna forma tan original como interesante de narrar hechos históricos, he disfrutado mucho leyéndolo y me han entrado ganas de indagar en la vida de estos personajes.
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