Y llegó el día en que Tilde debía exponer en
clase sus funciones, es decir, para qué sirve.
Estaba un poquito nerviosa porque tenía que
hablar en clase delante de la profesora, Doña Ortografía, y de todas sus
compañeras que, además ella sabía, eran unas guasonas y no la dejarían hablar
sin interrumpir con algo gracioso.
No sé si sabéis que le llamaban “Tilde la
tontita”.
Había pasado la tarde anterior preparando lo
que iba a decir, eso sí, con ayuda de su mamá y otros parientes como Punto y coma, Punto, Dos puntos.
Decidieron
que debía empezar, como hacía a veces la profesora, con un ejemplo.
Entraron a
clase y empezó la algarabía:
− ¿Has
preparado tu discursito?
− ¿Te sabes
la lección?
La
profesora tuvo que poner orden y le dio permiso para empezar a exponer su
clase.
−Empezaremos,
dijo, con un ejemplo. Y escribió en la pizarra: Juan
tenía una tenia
Decís que
no sirvo para nada. En esta frase la palabra que lleva tilde es un verbo, y la
que no la lleva es un gusano que se mete, a veces, en la tripa de la gente y fastidia mucho porque se come lo que ellos
se comen y no los deja engordar. También le llaman solitaria
− ¿Es
verdad, seño? − preguntó una vocal.
−
Efectivamente, es cierto. Ya veis qué útil es escribir en su sitio la tilde.
Como veis eso de que no sirvo más que para
enredar no es cierto. Cuando se habla, se pronuncian una vocales con más fuerza
que otras; a esa fuerza se le llama acento. Pero cuando se escribe, como no se
oye hay que señalar esa fuerza.
−Qué tontería, si ya se sabe como suena. Yo
digo mamá y sé que se dice así con fuerza en la última A.
−Claro, pero si ves escrita la palabra
escorpión y no la habías oído nunca ¿sabrás cómo pronunciarla?
− ¡Ah, claro! Entonces ¿Hay que poner tilde
en todas las palabras?
− No. Para eso hay unas reglas que debemos
aprender. Es un poquito lioso pero con el tiempo se hace fácil.
−Ahora tú-
dijo la profesora- deberías pedirles que pongan ejemplos para ver si se han
enterado. ¿No crees?
Entonces
Tilde, muy puesta en su papel dijo:
− A ver
¿quién sale a la pizarra y pone un ejemplo?
Se atrevió
E. Se levantó de su pupitre, fue a la pizarra y escribió al mismo tiempo que
decía: creo que no es igual decir
Te
quiero, que, quiero té
− ¡Muy
bien!
− Ahora yo,
dijo Ele. Y escribió
Él
tiene el libro
− ¿Valen
también palabras o han de ser frases?
− Valen
palabras que lleven tilde.
Eso las
animó más y empezaron a decir casi al unísono mientras Tilde, que seguía
haciendo de profe, las iba escribiendo en la pizarra hasta que se llenó.
Cántaro,
camión, océano, mamá, árbol,
Escuálido,
durmió, burlón, pájaro
− ¿Qué es
escuálido, tía?
− ¿Qué es
eso de tía? − Exclamó la profesora
− No, si lo
he dicho porque lleva tilde.
− ¡Ya, ya!
Escuálido es muy delgado, flacucho, así como estaba Rocinante el caballo de D.
Quijote. Y ahora os voy a poner yo un ejemplo un poquito más difícil.
No es lo
mismo decir que alguien
Se lamenta por la pérdida
de la amada
que decir que
Se lamenta por la perdida
de la amada.
La primera
frase significa que la amada se ha perdido, o se ha muerto,
− O se ha
largado− dijo una consonante.
− ¡Eso!
− ¿Y la
segunda?
− Pues que
la amada es una mala persona
− Vamos,
que no es de fiar.
− Veo− dijo la profesora− que sabéis más de
la vida que de ortografía.
−Bueno,
creo que por hoy ya está bien. Tilde lo ha hecho muy bien y tiene una buena
nota. Los demás también tenéis un positivo porque habéis participado muy bien.
Pero aún os queda mucho por aprender.
Más
adelante aprenderéis las llamadas reglas de acentuación que como ha dicho
Tilde, son un poquito liosas. Pero no os asustéis porque con clases como la de
hoy será fácil.
¡Hasta el
próximo día, chicas y chicos!
− ¡Adiós,
seño!
Y colorín rojo y azul, este cuento se acabó.
Espero que este también os guste. ¡Hasta pronto!
Estoy deseando leer la explicación de las reglas de acentuación que de la Tilde en clase a sus compañeras...
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