No salía de su
asombro. Recibir, así, sin previo aviso, sin una discusión, de la noche a la
mañana una demanda de divorcio era lo último que podría esperar. Pero ¿por qué?
Sí, ¿por qué? Si
él era el marido ideal, un mirlo blanco, si le había dado la vida de una reina.
Él era un hombre moderno, incluso un avanzado para su tiempo que le había
permitido realizarse plenamente. Eso es. Gracias a él se había podido realizar,
había sido madre, esposa, ama de casa; podía tener el orgullo de haberse realizado también desde el punto de
vista intelectual y social gracias a su trabajo que, de paso, le proporcionaba
una cierta independencia económica. Porque ella necesitaba las relaciones
sociales y su trabajo se las permitía y además salía a tomar café con las
amigas, incluso quedaba a veces para comer. También le había regalado joyas.
Tenía su cochecito para sus desplazamientos personales. ¡Tenía todos los
caprichos del mundo! Y por si fuera poco él, a su edad, está en una forma
física envidiable y aún conserva una potencia sexual que ya quisieran algunos
jovencitos. ¿Se podía pedir más?
Sí. Por ejemplo el divorcio. Pero ¿Por qué?
Bueno, no le
escribo versos ni le mando flores por primavera. Pero…..
¡No. No puede ser!
¿¡¡¡Que me niego a ir al dentista!!!?
¡De letras tenías que ser!
¡Decid,algo.!
Ja, ja , ja. Aún siendo modélico tenía un inconveniente. Algo muy difícil de superar y que no se puede explicar tan fácilmente como para que la gente lo pueda entender. Está claro que nadie está conforme con lo que tiene ¿o sí? endodoncías, empastes, a tutiplen... ¿qué más se puede pedir? anda, anda, no seas así: ármate de valor y no aprietes los dientes...
ResponderEliminarMuy bueno. Me gusta especialmente ese final inesperado :)
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