NO
ME CUENTES TU VIDA
HOMBRES BUENOS
BESOS EN EL PAN
NO
ME CUENTES TU VIDA de Luis García
Montero.
So pretexto de reflexionar acerca de las
relaciones padres e hijos, llegada cierta edad de ambos, el autor pasa revista
a la vida del personaje, Juan y su familia. Van, incluso, apareciendo temas de
una rabiosa actualidad. El protagonista vive en el siglo XXI pero
constantemente se retrotrae a otros momentos de su vida; a veces, de su
infancia. Es, pues, constante el flashback
o analepsis…..El mismo narrador alude a ello en algún momento; de manera
metafórica dice que le gusta bailar
sobre los almanaques, sobre el tiempo.
Desfilan por la obra toda suerte de
personajes: jóvenes, niños y adultos (padres, madres y abuelas que desempeñan
el papel que la vida les ha deparado). Extranjeros (inmigrantes hispanos y
rumanos); poetas, profesores, políticos…
De
ellos le interesa, sobre todo, cómo piensan, cómo son por dentro aunque no deje
de darnos algún detalle importante, significativo de su fisonomía.
A través de estos personajes, o tal vez a la
inversa, nos va introduciendo en temas variadísimos: el amor, la pasión, las
relaciones humanas en general, el problema de los inmigrantes, la vida
familiar, las costumbres, las ideas políticas.
Si el protagonista parece tener bastante de
autobiográfico, su mujer Lola, en diversos aspectos, parece un trasunto de la esposa del poeta. La
obra sigue la línea actual de romper con la forma de narrar de la novela
tradicional.
Finge el autor estar escribiendo una especie
de confesión dedicada a su hijo con el que no mantiene una relación muy fluida...
Todo lo que no hablan en directo se lo contará en unos cuadernos, uno azul y
otro negro, que está escribiendo.
Se divide el libro en varias partes que casi
se corresponden con los dos cuadernos
Tiene la novela forma autobiográfica situada
entre el diario y la carta. Es diario en tanto en cuanto el protagonista
cuenta, recuerda su vida y expone sus ideas. Es carta, dado que la intención
del narrador al empezar lo que él llama sus cuadernos, es contar a su hijo esas
cosas de las que no consigue hablar en una conversación fluida, abierta ya que
el joven recurre constantemente al
tópico y típico estribillo de “no me cuentes tu vida. Planea
constantemente por la obra el problema generacional, un abismo abierto entre padres e hijos, en
cierto momento de sus vidas.
Tenemos, pues, un personaje narrador, el
protagonista. Hay que agradecer al autor
que haya tenido el buen criterio de crear un personaje, no presentarse él como
narrador real, algo que hoy es harto frecuente.
Como en la Picaresca, en las novelas del detective loco de Eduardo
Mendoza, en El capitán Alatriste (aquí el narrador no es el protagonista) y
tantas otras novelas. Cede, no obstante, la voz el narrador a los otros
personajes, bien incluyéndolos en un diálogo real, bien imaginando lo que
dirían si….
La acción discurre en varias ciudades: Granada, Madrid, Rota, Alcalá,
Bucarest.
Ese problema generacional que sirve de base
e hilo conductor del relato, no es otra cosa que el pretexto para hablar de un
sinfín de temas: la migración, la política, el amor, la familia, las relaciones
humanas en general, el arte y la Literatura; y, cosa curiosa, la comida.
Tiene la comida una considerable presencia
en la obra. Igual se nos da la receta
para hacer una tortilla de patata o los ingredientes para un buen gazpacho; que
se habla de ciertos caprichos gastronómicos como los boquerones en vinagre con
patatas fritas o los pimientos de cuerno de cabra y el vodka con naranja.
Empieza la novela con referencias al amor, en
diferentes aspectos. Parte de su infancia, tiempo en que los besos le
interesaban sobremanera. El narrador, Juan, hace bastantes referencias a su
infancia, la vida en Granada en los primeros años de su vida y adolescencia. Varias veces a lo largo de la
novela volverá a Granada o a citarla, recordarla.
El tema del amor acaba fundiéndose con el de
la emigración y con la vida de su hijo. Esto da lugar a ciertas interesantes y
muy realistas consideraciones sobre el
tema.
En cuanto al tema de los hijos, destaca su
postura de padre que no encuentra el lugar adecuado en la vida de un hijo que
se hace adulto, no piensa como él, entre otras cosas porque ya no vive su misma
época. Un padre que quiere seguir siendo alguien pero no sabe cómo. Algo que
reconoce es más fácil para las madres. Juan, como casi todos los padres, anda
siempre despistado; le gustaría curiosear en el ordenador del hijo para hacerse
una idea de por dónde va pero reconoce que no es conveniente, no se debe hacer.
Por ejemplo discuten agriamente sobre el
trabajo futuro. Sin embargo, Ramón, el hijo, le aclara a su madre, sin discutir,
que las cosas ahora no son así, que eso de un trabajo seguro, ha pasado de
moda. No obstante, el amor (y una mujer, claro) le hará cambiar de idea, poner los pies en la tierra y
acogerse a ese trabajo que supone la seguridad de unos ingresos fijos a
primeros de mes.
Eso de que de repente un hijo se independice le parece un
espectáculo tan raro que es duro de
asimilar aunque hay que intentar superarlo. Esta superación la identifica con
un baile que uno tiene que aprender pero
en el que va a haber muchos pisotones.
En cuanto a la política manifiesta ideas muy
razonables; es capaz de ver lo positivo y lo negativo de las ideas y los
partidos.
Muy bien tratada la figura de la mujer; con
rigor, con justicia y con amor.
Algunos de los fragmentos más bonitos son los
que dedica al tema de la poesía, y la Literatura en general. Explica que para
escribir hay que ponerse en lugar de un personaje. En lugar “del otro”
Es
curiosa la confesión de que un poema lírico, por tanto íntimo, muy personal,
acabe siendo algo público. Dice, además, que el hecho de que exista la poesía,
de que sea algo posible es que el poeta vive en primera persona sentimientos
que son universales. Podríamos decir que por eso nos emociona y la sentimos
como nuestra muchas veces.
Dedica otro pequeño espacio a hablar de la
labor del poeta, del escritor en general, del trabajo de poetizar, de trabajar
con las palabras. En realidad recuerda lo que ya otros poetas han dicho desde
Fray Luis a Bécquer o Lorca. Habla de cómo el poeta puede pasar un día entero
buscando la palabra precisa sea un adjetivo u otra, pero esa que necesita para
nombrar de la mejor manera posible aquello de lo que habla; sin olvidar que va
a ser leído y visto por otros ojos distintos de estos con los que él lo mira.
Porque a final de cuentas, todo dependerá de los matices de cada palabra.
Explica,
luego, un recurso que utiliza y que pienso podría servir de consejo a muchos o
todos los escritores: leer en voz alta lo que se ha escrito para oír la música
que produce. Eso hace que se puedan corregir defectos de forma, eliminar lo que
parezca demasiado grandilocuente, por ejemplo. Este consejo, válido para
cualquier escritor, pienso que lo será más para el poeta.
Desfilan por esta novela, además de los temas
mencionados, personajes amigos del narrador, momentos históricos, citas
literarias…..
Como no se trata aquí de hacer un estudio
exhaustivo de la obra, lo dejamos para que el posible lector disfrute buscando
y encontrando todo aquello que el autor ha querido aportar y, tal vez, algo
más.
(Julio 2016)
HOMBRES BUENOS
La siguiente novela que me ha tenido ocupada
algo menos de una semana a pesar de su 582 páginas (tal es el interés y el
atractivo que despliega) pues cada minuto que tenía libre me zambullía en ella,
es HOMBRES
BUENOS de Arturo
Pérez-Reverte. Poco me debe quedar por leer del autor.
De esta extensa novela solo haré una especie
de reseña aunque merece mucho más. Nos cuenta el viaje que dos académicos de la
Lengua, hacen en el siglo XVIII a París para traerse a la Academia la Encyclopédie. Un viaje que el autor,
como es frecuente en él, convierte en una auténtica aventura repleta de
situaciones conflictivas: Complots, atracos, lances de honor, robos, falsas
denuncias…pero un final feliz.
Lo más original de esta novela es que el
autor, que como narrador omnisciente cuenta la historia, introduce en el
transcurso de ella otra historia: la del proceso creador. La inicia hablando
del hecho que le suscitó la idea de la novela y, a trechos, interrumpe la
historia principal para contarnos su pesquisas en busca de la verdadera
personalidad de los personajes que son reales e históricos, para documentarse
sobre lugares y así poder situar a los personajes, su historia y con ellos al
lector en los lugares exactos en los que estuvieron o por donde pasaron. De
paso nos da una auténtica lección teórico-`práctica de cómo se debe enfocar la
redacción de una novela. Habla, por fin del trabajo posterior a la
documentación y escritura, más o menos espontánea, el de escribir
definitivamente la historia, leerla y releerla, corregir y volver a corregir,
hasta estar convencido de que eso es lo que quería hacer y que está bien hecho.
No
es una novela para contarla, es para leerla y releerla.
(Agosto 2016)
BESOS EN EL PAN
Aún me ha dado tiempo a leer BESOS
EN EL PAN de Almudena Grandes.
Inevitablemente pensamos en nuestros grandes
escritores realistas y costumbristas de siglo XIX al leer esta novela. La
autora, como hicieran ellos, nos sumerge en el Madrid contemporáneo con su
crisis, sus familias variopintas, sus problemas, sus calles, sus plazas. Hay
una leve diferencia. Ahora además de mirar, observar, escudriñar el mundo
circundante, la autora se inspira en los Medios de Comunicación (prensa, radio,
televisión), en donde los lectores reconocemos a los personajes de su historia,
o historias pues son varias las que conviven en
la obra.
Una buena obra para que los profesores de
Lengua y Literatura expliquen a sus alumnos la relación entre los Medios y la
Literatura. Conviene recordar las funciones que los Medios pueden tener en el
aula de cualquier asignatura.
La obra se divide en tres partes. I .Antes;
II: Ahora; III: Después. Estos tres momentos hacen alusión a los vividos por
los personajes durante la crisis que hemos sufrido los españoles, junto
a casi toda Europa, incluso E.E.U.U. desde finales de 2011.
La acción se desarrolla en Madrid, excepto
tres breves escapadas a la costa: Almería, Cádiz y Mar Menor.
I .Antes. A modo de introducción
Nos encontramos en un barrio del centro de la
capital con sus calles, sus plazas, su gente. No tiene monumentos pero, dice la
autora que es bonito porque está vivo.
Se
inicia la historia con la descripción del espacio. No son muchas las
descripciones espaciales, las justas se diría, y escasas las de interiores.
¿Por qué? Porque lo que interesa es el mundo de los personajes, sus vidas, sus
problemas.
Los personajes, en general, son semejantes y
diversos. Se trata de los vecinos del barrio donde conviven ricos con menos
ricos y con pobres. Ancianos con los de
mediana edad y los jóvenes y los
niños. Ricos que pasarán con la crisis a serlo menos; intermedios que se verán
sumidos en la pobreza o subsistiendo a base de “tirar para lante”; y pobres,
que acabarán teniendo que abandonar sus casas y el barrio.
El tiempo, en general es lineal, exceptuando
algún recuerdo que los mayores suelen contar a sus nietos. También puede
ocurrir que algún personaje haya de recordar a otro u otros su pasado.
Estamos ante un narrador omnisciente, una
especie de “diablo cojuelo” que nos va introduciendo en las casas, las mentes y
los corazones de todos los vecinos del barrio.
II. Ahora
Los personajes se pueden agrupar en
familias.
Por un lado está la familia Martínez Salgado, con la que se inicia la segunda parte.
Está formada por José Martínez y su mujer Aurora. Son los padres de Pepe un
hombre que todo se lo calla y somatiza los problemas. Suegros de Diana Salgado
que es médico El matrimonio tiene tres
hijos: Jose, que acaba de terminar la carrera; Mariana de 17 años que hará lo
que le dé la gana; y Pablo, el pequeño que está a punto de meterlos en un buen
lío. Diana es la típica mujer que puede con todo.
La madre de Diana, Adela, un personaje
curioso y simpático, una casi anciana avanzada para su tiempo y capaz de
resolver los problemas de sus nietos mejor que la madre. Muy bonita la relación
con su nieto Jose. Completan la familia Sofía, maestra de primaria, ángel bueno
de los niños que no tiene bocadillo o se quedan en el verano sin comedor
escolar. Separada con un hijo.
Todos vivían relativamente bien al empezar
la crisis. Incluso habían adquirido una casa en la playa en la que veranean
todos juntos. Menos Sofía .Uno de los momentos más simpáticos de la obra es el
que nos presenta a cada miembro de la familia, cuando después del verano van
llegando a sus respectivos hogares.
También a los Martínez Salgado les llegará
la crisis, aunque solo les supone apretarse un poco el cinturón pero tendrán la
ayuda de los abuelos para solventar momentos como la comida de Navidad.
Otra de las familias cuyas vidas circulan
por la obra es la familia Ferreiro.
Marisa, buenísima periodista, de Tele Madrid, que a pesar de ello es despedida.
Está casada con Roberto también periodista, pero de un diario, al que por
supuesto bajan el sueldo. Tiene dos hijos: Carlos y Laura. Su hermano Pedro que
fue novio de Sofía Salgado y del que no se puede “hacer carrera”, y Miguel,
agente de policía que se liará durante un tiempo con la inspectora Raquel F.
“el cuerpo”. Y su madre, Martina que montará el árbol de Navidad en septiembre
para alegrar un poco su vida de viuda solitaria de 82 años que se pasa el día
viendo y oyendo desgracias en la radio y la televisión. Su nieto irá a comer
con ella todos los días.
Otra familia
con una historia de novela es la de
Pascual el del bar. Está casado con Mari y tiene 2 hijos Jaime y Lucía y 4
hermanos: Ana, Alfredo (abogado), Charo y Maribel.
Como ocurre en muchas familias los hermanos
tienen situación económica y social muy distinta. Pascual con su bar consigue
sobrevivir a la crisis. Maribel se casó con un niño rico, “muy estirado” al que
Pascual soporta por cariño a su hermana. Este buen señor acaba imputado por mil
cargos y tiene que tragarse el orgullo y pedir a su cuñado que le dé trabajo en
el bar su hijo Cristóbal pues él acaba en la cárcel.
Tiene también una hija, Andrea, muy amiga de Lucía. Las dos primas se quieren y
comprenden perfectamente.
Charo, al quedarse viuda y sin trabajo toma
la decisión de irse a la que fue la casa paterna, sus hermanos se la ceden y
apoyada por sus hijos saldrá adelante. Su hijo, Enrique, ingeniero agrónomo,
sacará adelante la finca y con trabajo y ahínco solventarán la crisis.
Otros personajes a los que debemos prestar
atención: Begoña y Fernando, Venancio y su Hijo Sebastián; y el padre de Roberto.
Amalia la peluquera. Personaje muy típico
así como el ambiente de su peluquería. Por ella pasan todos los personajes
femeninos de la obra. Como pascual, consigue salir adelante sin cerrar, ganando
menos pero sin despedir empleadas.
De toda esta amalgama de personajes se
sirve la atora para, a través de sus actitudes, pasar revista a los años más
duros de la crisis. Despidos, cierre de hospitales, desahucios,
manifestaciones, corrupción, falso orgullo tan característico del pobre español
y que tanto hemos visto en nuestra literatura; el problema de los inmigrantes
agudizado precisamente por su situación.
No se deja casi nada en el tintero. (Yo sí,
para que el lector disfrute encontrándolo). La problemática de los jóvenes con
estudios superiores que deciden emigra a cualquier país europeo. En el
personaje de Laura vemos una crítica a esta actitud. En este sentido es muy
importante el relato de su abuelo que fue emigrante y sabe lo que es y, por
tanto, se niega a que su nieta viva esa experiencia.
También vemos una crítica a esa manía de
hacer unas comidas navideñas pantagruélicas y excesivamente caras. Es curioso cuando nos describe las
reflexiones de Diana sobre cómo resolver esa comida gastando poco. Decide hacer
un caldo y unos entremeses sin marisco en todo caso gambones o langostinos
congelados (no olvidemos el rechazo de unos y otros a lo congelado); sustituir
el cordero por solomillo de cerdo o unas pechugas Villaroy. Desechado el
besugo., por supuesto. ¿Podría deducirse que la autora está de acuerdo con que
hemos derrochado? Lo peor es que siempre habrá quien siga haciéndolo.
Otro problema: el de los establecimientos
chinos. La vida de sus empleados.
En la pareja Bego y Fernando nos sumerge en
la idea de que todo se puede resolver con trabajo, buenas ideas y mucho valor.
Una vez más se apunta la idea del ahorro. No gastar más de lo que se tiene,
incluso no todo lo que se tiene por si en algún momento vienen mal dadas.
No podía obviar la transexualidad. Un tema
que trata con respeto, sensibilidad y casi ternura.
III. Después.
Constituye una especie de desenlace colectivo. Un final abierto, casi con
moraleja; aunque no sé si el término es adecuado para esta obra. A fin de
cuentas todos han sobrevivido gracias al
esfuerzo y al sentido común, a la generosidad y la solidaridad.
Solo cabría poner un pero a este final. La
familia de Ahmed no consigue resolver su situación por mucho que Marita lo
intenta. Entonces, este que es el hijo mayor decide prepararse para viajar a
Siria. No lo creo justificable.
En conclusión una obra para la inmensa
mayoría, que se lee con agrado, a pesar de la temática. Podría la autora
haberle dado un toque tremendista y/o político; no lo ha hecho. Es de
agradecer. Creo que de esta forma conciencia más al lector, algo que quizá
fuera, aunque solo sea en parte, su intención.
(Septiembre 2016)
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