¡Otra vez haciendo las maletas! Esta vez a Tenerife. del 15 al 22 de noviembre de 2004.
Así empieza esta vez
el cuento de mi amiga Constanza que se ha empeñado en que haga una especie de
viajes virtuales a través de sus relatos.
El avión sale de
Alicante. Vamos en autobús hasta el aeropuerto. Esto de los aviones para mí ya
es coser y cantar. Me muevo por los aeropuertos como Pedro por su calle. Pero
no nos vayamos por las ramas. El vuelo bien. El aterrizaje perfecto. Llevamos
un comandante con un apellido muy curiosos que no consigo recordar; parecido al
Llaneras que nos llevó a Lanzarote, algo que recuerda al lejano Oeste algo así
como Rodeo. Bueno, ¡qué más da!
Vuelvo a lo
importante. Llegamos al aeropuerto Reina Sofía (Tenerife Sur) y la primera
impresión al iniciar el camino en autobús hacia el hotel es decepcionante. La
guía que nos acompaña, que tal vez advierte esta sensación en todos los
viajeros, se adelanta y nos advierte: No se asusten. Estamos en la zona más fea
y seca de la isla, pero tengan paciencia porque ustedes van al norte y eso ya
verán que es otra cosa.
Tiene razón; hacia la mitad del camino se
empieza a ver otro paisaje, más vegetación, otro color en la tierra, más vida.
Por fin llegamos a nuestro destino en Puerto de la Cruz: Hotel Sol Puerto
Playa.
Debería empezar por aclarar algún detalle
sobre la isla. Por ejemplo que El gentilicio de la isla es
"tinerfeño/a", aunque también de manera coloquial se utiliza la
denominación chicharrero /a, aunque este ha
quedado para los habitantes de la capital,
Santa Cruz. Este curiosos gentilicio,
"chicharrero", procede de un término despectivo empleado por los
habitantes de La Laguna , en otros tiempos capital de la isla, para los del entonces
pobre y pequeño puerto de pescadores, razón por la cual los de
Santa Cruz debían conformarse con comer chicharros, un pescado pequeño y barato de baja calidad.
Ahora ya, a lo nuestro. Nos instalamos y
salimos a comer ya desfallecidos pues entre pitos y flautas eran casi las
cuatro. Lo hicimos en uno de los numerosos restaurantes próximos al hotel en el
Paseo marítimo. Estuvo bien. Debió ser el único día que comimos bien o, tal
vez, estábamos tan desmayados que ni nos dimos cuenta de qué comíamos. En
general es uno de los viajes en que peor hemos comido. El bufet libre del hotel
dejaba bastante que desear: las comidas incluidas en las excursiones, cuando la
llevaban incluida, ni te digo. Y si no, había que
apañarse de mala manera. Una pena porque hay cosas exquisitas que probar.
Tras
descansar un poquito nos fuimos hacia el centro del pueblo para verlo un poco y
localizar el Hotel Dania en el que al día siguiente tendríamos reunión para ver
el asunto de las excursiones. No me entusiasmó lo que vimos. Localizado el
Dania volvimos a nuestro hotel para cenar. Como siempre nos fuimos pronto a la cama
a pesar de una hora menos en Canarias.
Por primera
providencia, antes de abandonar la habitación salgo al balcón
y tengo a la derecha el Teide y a la izquierda la playa.
El Teide al fondo |
Empezamos por dar un paseo por la playa jardín
a la espalda de nuestro hotel. ¡Esto ya es otra cosa! Como su nombre indica es
playa, playa de arenas negras como todas en Canarias, con sus sombrillas y sus
hamacas y la gente tomando el sol. Pero es un jardín con palmeras, cactus y mil
especies más de plantas que salpican de verde y colores las negras arenas. Un
jardín diseñado por César Manrique. ¡Cuánto le deben estas islas a este
artista! Espero que sepan conservar esta maravillosa obra y con el tiempo no la
abandonen o lo que sería peor la destruyan.
Jardín de cactus |
Nos vamos hacia el
Dania. Ahora de día todo es más bonito. Llaman la atención las casas. Típicas
casas canarias con sus balconadas y celosías de madera. Contratamos
excursión para todos los días.
Terminad la reunión
nos vamos a Loro Parque, donde estaremos de 12 a 6 . Es una mezcla de zoológico
y jardín botánico. ¿una gozada! La vegetación extraordinaria por la variedad,
la distribución y lo bien cuidada. Otro tanto ocurre con los animales entre los
que destaca el tigre albino y gran variedad de loros y papagayos.
Tigre albino |
Presenciamos los
shows de los loros, los leones marinos y los delfines.
Disfrutamos como niños,
pero como adultos y abuelos pensando en lo que habrían disfrutado allí nuestros
nietos, sobre todo el niño que ya disfruta con lo que ve; la nieta habría ido
todo el tiempo señalando con su dedito y diciendo ¡miáaa, miáaa! (mira, mira).
Fue un día relajante
y muy aprovechado. Volvimos al hotel paseando por la playa jardín para ver la
puesta de sol pues yo no puedo dejar de fotografiar esas maravillas de la
naturaleza.
A todo esto, ya
estamos en el tercer día. ¡Con qué rapidez pasan los días cuando viajamos! Ha
tocado madrugar y naturaleza, sobre todo. A las siete y veinte, hora canaria,
nos recoge el autobús para llevarnos al puerto, al sur, al puerto playa de Los Cristianos,
donde embarcaremos rumbo a la Gomera. El viaje fue un desastre y gracias que el
mar estaba tranquilo. No se podía ir a descubierto sino metidos en un gran
salón cerrado, en el que fue imposible tomar asiento junto a los ventanales
razón por la cual a pesar de mis precauciones me mareé un poco. Después peor,
pues la carretera que nos llevaba al bosque de laurisilva, objeto del viaje,
era ¡cómo no! endiabladamente mala, pésima. Aguanté el tipo gracias a las
paradas en los miradores pues al darme el aire me mejoraba u poco. Por fin el
paseo por el bosque me devolvió la vida. Nunca había visto nada igual; esa
espesura y humedad, ese silencio le daban un toque tan romántico. Hice el paseo
prácticamente sola, disfrutando de la naturaleza en estado puro. Difícil la fotografía por la escasez de luz.
Curioso grupo de setas |
El
viaje de regreso fue espeluznante.
Luego visitamos la
capital, San Sebastián de la Gomera. Una visita rápida que dio para poco. Y
volvimos a Tenerife.
¡Otro día, qué ritmo! Es jueves 18 y no ha
habido que madrugar tanto. Nos recogen a las 8´45. El objetivo hoy es visitar
el valle de La Orotava pero nuestra primera visita es para la bananera El Guanche. Allí nos regalan
una flor de Sterlizia que duró hasta casa y varios días más, y un plátano.;
La flor |
Paseamos por el jardín botánico y hubo cata de licores. Esto
de las catas alcohólicas de buena mañana ¡a las 9´30! es muy gracioso.
Camino de la Orotava
paramos en el mirador de Humbolt desde el que se contempla todo el valle y las
ciudades que lo forman, con el Teide al fondo. Debe su nombre al geógrafo y
naturalista alemán Alexander Von Humboldt, considerado el «Padre de la
Geografía Moderna Universal» quien, según cuenta la tradición, al contemplar el
valle se arrodilló y alabó su paisaje y vegetación.
Panorámica desde el Mirador Humboldt |
El Valle de la
Orotava, conocido por los guanches como «Taoro», está situado al norte de la
isla de Tenerife y se extiende desde la vertiente septentrional del Teide hasta
el océano. Llegamos por fin a la muy
ilustre y noble villa de la Orotava. Conserva
hermosas casas de la época de los primeros conquistadores,
El casco histórico
fue declarado Conjunto
Histórico Artístico y Monumental en 1976
Paseamos por sus
calles escuchando explicaciones de la guía y disfrutando de la contemplación de
sus casas típicas y edificios señoriales y religiosos. Vimos algunas casas por
dentro con sus magníficos patios.
Visitamos en una de ellas un taller
de artesanía de bordado canario. Compré algunos tapetitos porque me gusta el
bordado y me recordó cuando yo lo hacía.
Dedicamos la tarde a recorrer la zona opuesta del puerto hasta los lagos
Martínez, diseño también de cesar Manrique.
Terminamos fotografiando
la puesta de sol en Playa jardín.
Por fin vamos a
Santa cruz de Tenerife, la capital, a La laguna y Por la tarde a Pueblo Chico.
Dos horas de viaje. Claro esto supone que hay
que madrugar todos los días. Llegamos a La
Laguna. La
ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en
1999 por ser ejemplo único de ciudad colonial no amurallada.
Visitamos iglesias, casas y patios del estilo
que ya conocemos. Tiempo libre para pasear, tomar y destormar café, visitar el
mercado de las flores.
Mercado de las flores |
Seguimos a Santa
Cruz. Aparcamos en el puerto y en la plaza, la Plaza de España. Tiempo libre e
indicación de donde se puede comprar, pero no cosas típicas.
¡Qué manía esta de
que hay que comprar! Una cosa es llevarte un recuerdo del viaje, pero ¿Ir a
Santa Cruz de Tenerife a comprar vaqueros, bolsos, etc.? No lo entiendo. Y he
visto esta fiebre compradora en casi todos los viajes.
Nosotros, a lo nuestro,
a la parte antigua, callejeando por calles y plazas buscando la fotografía o la
toma que valga la pena y nos recuerde de la manera más precisa el viaje. Tanto
al entrar como al salir de la ciudad vinos el Centro Internacional de Ferias y
Congresos y el Auditoria, ambos de Calatrava.
Auditorio |
Después de comer en Los Candiles, a Pueblo Chico que es un parque en miniatura como el de Madurodam pero que reproduce las islas Canarias con sus edificios, sus rincones típicos, costumbres, etc. Son muy curiosas estas reproducciones en miniatura de las ciudades.
A las seis ya en el
hotel. Da gusto hacer estos viajes tan relajados ,pero se quedan muchas cosas
por ver.
El sábado 20 fue el día más flojo. Empezamos
por Icod Alto. Nos detenemos en el mirador del Lance. Recibe este nombre de
Mencey Bentor, un rey guanche que prefirió lanzarse al vacío desde este lugar
antes que ser capturado por las tropas castellanas que conquistaron la Isla. No podía faltar, una enorme escultura en bronce de dicho personaje. Las
vistas son impresionantes.
En Icod de los vinos,
el bajo, paseamos por las calles, contemplamos la panorámica desde una plaza en
alto y entramos a la casa donde está el drago milenario, símbolo de la isla. Hubo, ¿cómo no? cata de vinos.
El famoso drago |
Después de comer, a
los gigantes, un acantilado impresionante.
Como final Garachico
con el Galetón y las piscinas naturales.
Paseo por el pueblo y al hotel.
Y llega el último
día. Águilas-Teide, con Jorge como guía, tal vez el mejor de todo el viaje. Se
le veía bien informado incluso en lo geológico.
Con todo nos
sentimos un poco engañados porque esperábamos estar más tiempo en el Teide.
Águilas resultó ser
un parque parecido a un zoo-jardín botánico, pero de aspecto más salvaje que
Loro Parque, con un toque selvático, incluso tuvimos que cruzar un puente
colgante que apunto estuvo de estropearme el día con su balanceo. Lo mejor,
el espectáculo con las aves de cetrería.
Ya por la tarde recorrimos
el parque natural de Las Cañadas del Teide, con parada cerca del parador para
hacer un recorrido a pie.
El
mayor y más antiguo de los cuatro Parques Nacionales de las Islas Canarias se
encuentra en el centro de la isla de Tenerife. Las Cañadas del Teide, un imponente conjunto repleto de
acantilados, riscos, chimeneas y cascadas de lava. El volcán no se encuentra
totalmente dormido, a pesar de que su última erupción fue en 1798.
El 22
de enero de 1954 Las Cañadas del Teide fueron declaradas Parque Nacional.
Podemos
observar formas volcánicas, con
caprichosos contornos y estructuras, que nos hablan del mundo interior de los
volcanes y la tierra. El roque Cinchado es uno de los más famosos y populares
elementos del conjunto, claro ejemplo de los distintos efectos de la erosión; y otras formas en las que
podemos ver lo que nuestra imaginación nos dicte.
Roque Cinchado |
El dedo de Dios (según los bien pensados) |
Lo que cada uno quiera ver |
Echeide o Echeyde es el nombre que daban los aborígenes guanches al Teide
Fue lo mejor del día
y nos supo a poco. Debido a la edad media de los viajeros el guía desaconsejó
la subida en teleférico.
Iniciamos el regreso
con parada en un mirador con cafetería y tienda y otra en la tarta una curiosa formación geológica
Al día siguiente a
eso de las doce, salida para el aeropuerto.
Me impresionó ver
Lanzarote desde el avión. La cruzamos de S. a
N. Es un espectáculo inolvidable. Es curioso que a veces las cosas más
sencillas son las que más impacto nos producen, emocionalmente hablando; es lo
que a mí me ocurrió con Lanzarote que es la isla que más me ha gustado, aunque,
dicho sea en honor a la verdad, las Canarias me han sorprendido gratamente
Fin del viaje. Y como despedida otra maravillosa puesta de sol.
Siempre agradecida a vuestras visitas.
TU AMIGA Constanza NO SE PIERDE DETALLE. yO ESTUVE EN Tenerife HACE AÑOS, RECORRÍ TODA LA ISLA PERO NO VI TANTAS COSAS. ESTA CHICA LO DESCRIBE MUY BIEN. LAS FOTOGRAFÍAS TAMBIÉN ME HAN GUSTADO. y NO SABÍA lo de los "chicharros". De recuerdo solo me traje un librito sobre la historia de los .
ResponderEliminarGuanches
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