NOTRE DAME DE PARIS. Víctor Hugo
" Panta rei” (“Todo
fluye") que dijo Heráclito.
Frase de la que partieron las muy celebradas: En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y
no somos [los mismos]. O de forma más o menos similar. "Ningún hombre se sumerge dos veces en el mismo río”. O “No es posible bañarse dos veces en el mismo río”. Para
acabar en la frase “Todo se mueve y
nada permanece y en el mismo río no nos bañamos dos veces”. (Platón).
Lo cierto es que, tal vez, podríamos
aplicarla, no sé si metafóricamente, a la contemplación de las obras de arte, y
concretamente a la Literatura. Cuántas veces habré dicho a mis alumnos, no sólo
que la literatura es metafórica, simbólica, polivalente, connotativa y, por
tanto, cada persona la interpreta o entiende a su manera, según la edad, el
sexo, la formación y nivel cultural etc.; sino también que incluso a una misma
persona al releer una obra, novela, cuento, poema, en momentos y situaciones anímicas
diferentes de su vida le parecerá estar leyendo algo distinto.
Quizá en alguna ocasión,
también les conté mi experiencia con “Peñas arriba” de Pereda.
Intenté leerla en mis tiempos de estudiante y no conseguí pasar de las primeras
páginas, no me hacía con la situación, ni el protagonista. Nada. La dejé. Años
después estuve varios días viajando en torno a la cordillera Cantábrica. Pasé
por los lugares en los que se desarrolla la novela y al volver a casa, la leí
casi en” una sentada”. Me entusiasmó. ¿Me sucedería hoy lo mismo? No lo sé.
¿A qué viene este
preámbulo? A la experiencia vivida, hace unos meses al leer no sé si por
primera vez “Nuestra señora de París”. Yo sólo recordaba que encerraba la
historia de amor entre una gitana bonita, Esmeralda, y Quasimodo, una especie
de monstruo. ¿A qué se debían esos recuerdos? No lo sé. Tal vez el resumen de
los libros de texto o el mismo expuesto rápidamente por algún profesor que no
le dio mayor importancia.
Hoy me he encontrado con
una novela excepcional. Evidentemente hay que situarse en el momento en que fue
escrita, pero, verdaderamente sorprende.
La primera pregunta que
surge es si se trata de una novela puramente romántica. Es, desde luego como
corresponde a ese momento y movimiento literario, una novela histórica. La
acción se desarrolla en el siglo XV. Sabido es el gusto de los románticos por la
distancia en el tiempo, incluso a veces en el espacio.
Mas hay en el
texto momentos que nos hacen recordar el movimiento realista. Las descripciones
de espacios y los retratos tan minuciosamente presentados. La conexión con
personajes de dicho movimiento. Encontramos cierta afinidad entre Frollo y D.
Fermín de Pas. Algunas escenas, además,
nos llevarán a la Regenta como esa visión que tiene Quasimodo desde la torre, “Quasimodo miraba la
profunda plaza que hormigueaba a doscientos pies por debajo de él…”
También encontraremos, como en el realismo el narrador
omnisciente. Un narrador que, además, se dirige constantemente al posible
lector: “Si nos lo permite el lector…”;” para la
mayor edificación del lector…”; “no nos empeñaremos en dar al lector…”
Pero
volvamos a la novela. Está dividid en diez partes. Cada una en un
número variable de capítulos cada uno de los cuales tendrá un contenido
concreto. (Estará dedicado a un acontecimiento, un personaje…)
Se inicia con un brevísimo prólogo cuyo título
ya hace pensar en el puro romanticismo. En él el autor explica el origen de
esta novela. Dicho título es ANAΓKH: “fatalidad.” Justamente lo que
envuelve toda la obra. La palabra
estaría escrita en un oscuro rincón de una de las torres de la Catedral:” Notre
Dame”
Ya ese detalle nos podría llevar a lo que
escribió en nuestro país, Mesonero Romanos sobre el movimiento romántico en su
crítico y curioso artículo “El romanticismo y los románticos”. En él, tomando
como ejemplo un sobrino que deseo hacerse romántico, dice que los seguidores de
este movimiento juegan con palabras del estilo de ¡¡¡Qué
será!!! -¡¡¡No!!!... -Puede ser. - ¡Acaso!...
-¡Oremus! Y lugares como:
La Capilla; Un subterráneo.
De momento tenemos
la palabra clave: fatalidad; la iglesia: la catedral y si no un subterráneo
algo tan significativo como un oscuro rincón en la subida a la torre.
Los capítulos de la primera parte están
dedicados, casi exclusivamente a relatar los acontecimientos en torno a la boda
del Delfín con Margarita de Flandes. Se incluye la costumbre del teatro en los
templos
y, a propósito del autor de una
obra que había de representarse habla del trabajo del escritor, del poeta…No
obstante, en los dos últimos capítulos ya se hace mención de Quasimodo y de
Esmeralda.
Empieza
la segunda parte en un tono similar pero ya en el capítulo cap. III se describe a
la gitana. De ella hablaremos más tarde detalladamente.
A lo
largo de la novela irán apareciendo personajes de diversa catadura,
todos ellos muy característicos del movimiento romántico. Unos son misteriosos,
otros casi fantasmales, falsos enamorados, el típico cautivador, embaucador de
jóvenes incautas, inocentes que serán utilizas a su capricho, jóvenes
engolfados en el juego y las juergas…Prácticamente responden a los tipos que
irónicamente señala Mesoneros en el artículo mencionado. figuras de capuz, y de siniestros bultos, y de hombres de sonrisa infernal…
En cuanto a los lugares, tal vez no falta ni uno
de los más característicos: alcobas donde se intenta una violación, salones
elegantes en los que jovencitas inocentes sueñan con el amor, cuartos
siniestros, cementerios, cadalsos.
Por supuesto no faltarán las claras alusiones
a la brujería con la correspondiente quema de brujas.
Si me estoy centrado en Mesonero,
(se me dirá que hay muy buenos estudios sobre el romanticismo, esos pienso que
los conoce cualquiera que haya estudiado un poco) es porque habla precisamente
de Víctor Hugo. En una nota al final del artículo dice que cree haber sido algo
osado al escribir estas cosas en un momento en que se da una especie de Hugolatría o hugomanía que domina de extremo a
extremo la república
literaria.
Precisamente según Mesonero, Víctor Hugo
encontró el romanticismo en España mientras estudiaba en el Seminario de
Nobles. Dice D. Ramón que el picaruelo conoció lo que nosotros no habíamos sabido
apreciar y teníamos enterrado hace dos siglos con Calderón; Luego en su tierra recogió esta materia y la
arreglo a la francesa. Como suele ocurrir tuvo inmensidad de seguidores e
imitadores incluso en España, de donde había salido. Y la manada de imitadores (imitatores
servum pecus, que dijo Horacio) se esforzaron en sobrepujarle y
dejar atrás su exageración …
ESMERALDA
Mas, junto a lo donjuanesco y otros temas
barrocos, no olvidó el señor Víctor Hugo a Cervantes. Ciertamente habría sido
delito de lesa majestad. ¿Qué tomó, pues de Cervantes? Muy sencillo. La
Preciosa de su Gitanilla. Esmeralda tiene mucho de Preciosa. No es gitana de
nacimiento, ha sido robada, aunque no de casa noble, y la han criado, eso sí
con esmero, los gitanos.
“…mientras bailaba
así al son de la pandereta que sus dos puros y redondos brazos levantaban sobre
su cabeza, sutil, aérea, con su cintura de oro…con su pelo negro, con sus ojos
de fuego parecía una criatura sobrenatural…la alegre niña de dieciséis años bailaba…. Así la presenta Hugo
Cervantes: Salió la tal
Preciosa la más única bailadora que se hallaba en todo el gitanismo, y la más hermosa
y discreta que pudiera hallarse, no entre los gitanos, sino entre cuantas
hermosas y discretas pudiera pregonar la fama. Ni los soles, ni los aires, ni
todas las inclemencias del cielo, a quien más que otras gentes están sujetos
los gitanos, pudieron deslustrar su rostro ni curtir las manos……;
Y más aún en el bellísimo
soneto:
Cuando Preciosa el panderete toca/…………………/perlas son que
derrama con las manos;/flores son que despide de la boca. //Suspensa el alma, y
la cordura loca, /queda a los dulces actos sobrehumanos, /que, de limpios, de
honestos y de sanos, /su fama al cielo levantado toca. //Colgadas del menor de
sus cabellos/mil almas llevan, y a sus plantas tiene/Amor rendidas una y otra flecha.
//Ciega y alumbra con sus soles bellos……….
Sobre Esmeralda:
Todas las miradas estaban fijas, todas las bocas abiertas en torno a ella….
Si la Preciosa
de Cervantes llegó siglos después a la de García Lorca
Su luna de pergamino/
Preciosa tocando viene….
Romance
en que con otro tono se nos muestra a una Preciosa casta, pura…
La
Esmeralda de Hugo enlaza en cierto aspecto con la Carmen de Merimée por el
hecho del amor de la gitana por un militar .basada en una leyenda española y
que sirvió de inspiración para el libreto de la ópera homónima de Georges Bizet.
También en
cuanto a ese amor ciego, profundo tan del movimiento romántico, de la mujer
pura, inocente, por un tipo donjuanesco que la engaña vilmente, nos puede
llevar a la Doña Inés del D. Juan de Zorrilla; o también a la Elvira de El
estudiante de Salamanca: Bella y más segura que el azul
del cielo/con dulces ojos lánguidos y hermosos,/donde acaso el amor brilló
entre el velo/del pudor que los cubre candorosos;/tímida estrella que refleja
al suelo/rayos de luz brillantes y dudosos,
ángel puro de amor que amor inspira,/fue la inocente y desdichada Elvira
Esto de
niños robados y criados por gitanas se extiende a varones. En El
Trovador de A. García Gutiérrez el niño Manrique es robado y
criado por la gitana Azucena. Evidentemente el final es trágico.
Interesan ahora los personajes masculinos.
FROLLO
El
arcediano, Claudio Frollo. Destinado desde niño por sus padres a la iglesia.
Desde su infancia se podría decir que emparedado entre libros. A los veinte años uno de los más jóvenes
capellanes de Nuestra Señora. Cuando encuentra y adopta como hijo a Quasimodo,
se vuelca en su cariño y cuidado. Pero
va evolucionando hacia casi la hechicería derivada de sus estudios y hacia un
amor prohibido por su condición de sacerdote y al mismo tiempo tan extraño que
dejará morir en la hoguera a quien se supone que ama. En esos aspectos es un
personaje puramente romántico. Un ser atormentado.
También en el romanticismo español
existen personajes de esta índole. Por ejemplo, en D. Álvaro se acumulan tantos elementos característicos:
pasión, misterio, soledad, fuerza ciega de la fatalidad, rebelión, suicidio... entre
sus emociones destacan la pasión irrefrenable, el dolor, la soledad, el fatalismo
y la sensación de impotencia frente al destino escrito
Era un personaje imponente
y sombrío, delante de quien temblaban los niños de coro…cuando pasaba
lentamente bajo las altas ojivas del coro, majestuoso, meditabundo….
No
obstante, con frecuencia nos hará pensar en un ente de ficción algo posterior:
Don Fermín de Pas de La Regenta de Clarín., que de no vestir sotana habría sido el mayor azotacalles de
Vetusta.
No sólo estos rasgos acompañan a los entes de ficción románticos,
también se darán en la realidad. Recordemos el caso de Larra.
Febo
Aparece en el cap. IV de la
segunda parte…” ¡Alto ahí, miserables, y soltad esa hembra! era un capitán
de los arqueros de la guardia del rey, armado de punta en blanco, con la tizona
en la mano…arrancó a la gitana de entre los brazos del atónito Quasimodo y
colcola a la grupa de su caballo…
La gitana pregunta_ ¿cómo os
llamáis señor soldado? El capitán Febo de …para serviros, prenda mía _Gracias…
Y
mientras el capitán febo atusaba su mostacho a la borgoñona, deslizose ella del
caballo como una flecha que cae al suelo y desapareció…
Llama la atención esta escena por varios
motivos. El uso de la palabra hembra en lugar de mujer que hoy rechazaríamos
sin paliativos. Reveladora de lo que significaba una mujer para este tipo de
hombres que sólo ven en ella eso: hembra para servirlos, a la que subyugar, a
la que dominar, en la que sólo buscan y de la que sólo esperan placer, sexo,
complacencia, rendición. …. (Recordemos que (hembra y macho hoy sólo se debe
usar cuando el tema en cuestión es el sexo exclusivamente biológico.)
Claro que, si bien se mira,
no nos debería extrañar dado que para Aristóteles “La mujer es un hombre incompleto”. Según Sant Tomás de Aquino “En lo que se refiere a la
naturaleza del individuo, la mujer es defectuosa y mal nacida”.
Por otra parte,
las sagradas escrituras el Génesis hablando de Eva, acaba de sentar la base
acerca de lo que se entendía sobre la mujer. Eva, compañera de Adán fue creada
por Dios para que ella le hiciera compañía a él. Fue ella la tentadora
que hizo pecar a Adán, y gracias a esto se crea el pecado original que
expulsaría a la raza humana del paraíso. “Parirás con dolor” dice el Génesis.
Mientras
que Santo Tomás de Aquino en su Summa Theologica: “Tal
y como dicen las escrituras fue necesario crear a la hembra como compañera del
hombre; pero como compañera en la única tarea de la procreación, ya que para el
resto el hombre encontrará ayudantes más válidos en otros hombres, y a ella
solo la necesita para ayudarle en la procreación” O sea, la mujer como un
mal necesario. Y de esa manera se fue forjando el arquetipo de Eva. “Varón y hembra los creó” leemos en
alguna parte.
Mas ya en el Barroco siglo XVII existe
este tipo de hombre en Tirso de Molina y lo vio muy claro y censurable sor
Juana Inés de la Cruz (1651-1695).
Hombres
necios que acusáis/a la mujer sin razón/sin ver que sois la ocasión/de lo mismo
que culpáis://si con ansia sin igual/solicitáis su desdén/
¿por qué queréis que obren bien/si las incitáis al mal? //Queréis, con presunción necia,/hallar a la que
buscáis,/para pretendida, Thais,/y en la posesión, Lucrecia…//………..Pues ¿para qué os espantáis/de la culpa que tenéis?/
Queredlas cual las hacéis/o hacedlas cual las
buscáis…//…………./……../pues en promesa e instancia/juntáis diablo, carne y mundo.
A continuación, en apenas unas
palabras más nos deja un retrato del capitán con la tizona en la mano. Atrae nuestra atención o por la metonimia
sino por la alusión, más o menos velada a nuestro Cid Campeador.
También el nombre es
curioso por su símil con el dios , Febo, es el del dios griego del sol (también asimilado a Apolo
“Prenda
mía” No sé si será un término muy medieval o más
bien puro romántico siglo XIX.
En lo
sucesivo, a partir del segundo encuentro, la actitud de Febo para con Esmeralda
va a ser la típica del personaje romántico, donjuanesco.
Hay
algo en su comportamiento que lo une a Frollo. Es la forma de mirar a
Esmeralda. Se funde en estos personajes la actitud medieval de la poesía
trovadoresca que ensalza a la mujer, identificándola a veces con la Virgen
María, viéndola como un dechado de virtudes a la que no tienen derecho a
acceder, con la otra de buscar en ella solo placer físico guiados por su
belleza externa.
Esta lucha de intenciones la vemos
perfectamente reflejada en Espronceda. Por ejemplo, en el poema:” A
Jarifa en una orgía” donde el protagonista, el yo poético, reconoce que es él
mismo quien corrompe a las mujeres:
Mujeres vi de virginal limpieza/ entre albas
nubes de celeste lumbre;/yo las toqué, y en humo su pureza /trocarse vi, y en
lodo y podredumbre.
Parece que este
ideal romántico que tiene como base la mujer como ángel puro de amor, como una
criatura virginal e inmaculada, es una imagen recurrente en varios textos de
Espronceda, tales como El canto a Teresa, descrita como una mujer virginal; o
El estudiante de Salamanca, donde se habla tanto del ángel de amor mediante la
figura de Elisa, como del arquetipo de Don Juan con Don Félix.
Lo dejamos aquí pues mi intención no es
hacer un alegato feminista sino constatar los hechos como los presenta el autor.
El más
feo y deforme de todos los varones que pululan por la novela, por el París de
aquellos años, es mezcla de monstruo mitológico, figura de Goya o de El Bosco…” nariz tetraedra,…aquel ojillo
izquierdo obstruido …dientes desparramados…toda su persona era mueca. Podría
decirse que era un gigante hecho pedazos y torpemente soldado…” (una especie de Frankenstein. ¿Lo pudo
conocer Víctor Hugo? La obra se publicó en 1818). Es, curiosamente, este ser
monstruoso el que posee el alma más pura, más generosa el único que verdaderamente
ama a Esmeralda. “
Si el lector siente curiosidad puede comparar
las dos descripciones: la de Quasimodo y la de Esmeralda. O comparar con Frollo
y Febo.
En otro orden de
cosas habría que señalar el uso frecuente de la analepsis o flas back como se
dice hoy asimilando literatura y cine.
Otro detalle relacionado con el estilo es el
gusto por las digresiones. Hay una excelente. Ocupa los capítulos I y II de la
tercera parte. Se trata de la historia de la Catedral desde
los inicios de su construcción hasta, no sólo el momento de la acción, sino que
llega a la época en que el autor relata los hechos. Y ¿a qué se debe este
interés? Tal vez sea porque la catedral, comparte con la ciudad un alto
porcentaje de protagonismo en la novela. No en vano dan título a la obra.
Este
asunto del espacio daría para otro texto. Tal vez…
Después
de este casi exhaustivo análisis nos queda una duda. ¿Qué es o entendemos por
Romanticismo? Me remito una vez más a Mesonero: "¿Qué cosa es romanticismo?" -les ha
preguntado el público- y los sabios le han contestado cada cual a su manera.
Unos… que todo lo ideal y romanesco; otros,
… que no podía ser sino lo
escrupulosamente histórico; cuáles han creído ver en él la naturaleza en su
verdad; cuáles la imaginación en toda su mentira; algunos … que sólo era propio
para describir la Edad Media; otros que… también a la moderna; aquéllos le han
querido hermanar con la religión y con la moral; éstos le han echado a reñir
con ambas; hay quien pretende dictarle reglas; hay, por último, quien
sostiene que su condición es la de no guardar ninguna…”
Visto lo cual, llegamos a la conclusión de
que tampoco hoy tenemos una definición, aunque existan muchas, precisa, exacta,
fidedigna de lo que podríamos considerar romanticismo.
Como siempre tu comentario es completísimo desde el preámbulo hasta el final, y a mí me queda poco que decir. Con Esmeralda nos topamos con el mundo de los gitanos que muy bien relacionas con lo español. Y para resaltar la belleza física nada mejor que unirla a lo feo,
ResponderEliminarque por otra parte encierra la belleza espiritual. A la pregunta de ¿ qué es el romanticismo ? tendríamos que contestar que ¡CUÁL? ¿El católico de Víctor Hugo o Zorrilla, el revolucionario de Espronceda, o el costumbrista de Larra?
En cuanto al espacio, la catedral, ¿no podría ser el punto de parida de las novelas "góticas" ? Ahí dejo esa idea.