¡Ay, ay, pobre de mí! Soy la CRISIS. Nací como cualquiera
en un lugar y en un tiempo. ¿Por qué?¿Porque era el momento? ¿Por imperativo
legal? ¿Por intereses creados? ¿Qui le sait? Lo cierto es que aquí estoy
arrastrando el pesado lastre de ser culpable de todo.
Al principio me dejaron crecer un poco pero pronto vieron
que se les iba de las manos el asunto y
decidieron cortarme las alas, detener mi crecimiento. Pero hubo grandes
diferencias entre mis progenitores acerca de cómo frenarlo. Así que unos y
otros dieron en utilizarme a su antojo y como arma arrojadiza para salvar sus intereses.
He dicho mis progenitores y la verdad es que no sé, y lo peor, ni sabré nunca
quienes son. Porque si bien se dice por ahí que todos sabemos quién es la madre
pero el padre ¿…? Mi problema es que a mí nadie me reconoce por hija. Resulta
que no tengo ni padre, ni madre ni, como suele decirse, perrito que me ladre.
A todo eso todos los que por una u otra razón convivían
conmigo se contagiaron. Y aquí estoy inocente-culpable de todo. Unos me culpan,
otros me corrigen, otros pretenden detenerme. Me han llegado a culpar
últimamente de la escasa afición a la lectura y ¡Santo Dios, Santo Dios! De la criminalización de la
inmigración..
Claro que, valga de consuelo, algunos dicen que por
aquello de que no hay mal que por bien no venga, puede ser que haya traído algo
bueno, como que la gente recupere la conciencia de que para comer hay que
trabajar, que si algo quieres algo te cuesta, que no es sano económicamente
hablando vivir al día, y otras cosas por el estilo.
El caso es que con todo este lío, yo estoy al borde de
caer en una crisis de identidad con la consiguiente depresión. ¿Cómo acabará
esto? ¡Cualquiera sabe!
Puerto deportivo de Torrevieja en plena crisis ?¿ |
Los progenitores de la crisis, son por extraño que pueda parecer más de dos. Gasto excesivo, gasto superfluo, demasiado fraude fiscal, exceso de especulación, vuelta de tuerca de los mercados que con la crisis obtienen mucho más beneficio por lo mismo y todo ello en definitiva por un cambio de modelo repentino que nos ha cogido con el pie cambiado. De todos modos, a esta crisis le gusta residir en el sur de Europa. Será por el clima. En latitudes septentrionales no hay tanta crisis. Como demuestran los puertos marítimos de toda nuestra costa.
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