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"Los años y los estudios van consolidando en nosotros una peligrosa tendencia a “darnos por enterados” del valor de una obra clásica con arreglo a las opiniones, más o menos prestigiosas, que sobre ella y su autor ha elaborado posteriormente la crítica. Bien sea acatando esas opiniones o reaccionado contra su tiranía, pocas veces nos percatamos de que el juicio resultante nace tiranizado también por esquemas no solo extrínsecos a una relación directa con la obra, sino que atentan contra el aliciente, cada día más embotado, de ponerse a leerla sin prejuicios que bloqueen nuestra capacidad de sorpresa……."Carmen Martín Gaite. “Mi lectura de Pepita Jiménez.”
Bajo
esa imposición de las teorías vertidas por los grandes sabios que en el mundo
han sido, he leído EL LAZARILL DE TORMES incontables veces. Lo he analizado, lo
he explicado y me lo he creído, siempre tiranizada por los estudios críticos. Y
lo peor, tal vez, sea que eso y solo eso fui capaz de transmitir a mis alumnos.
O tal vez no; tal vez los últimos años ya di un poco rienda suelta a mis ideas,
a mis descubrimientos. No obstante, eso es lo adecuado al principio, estudiar y
aprender, luego ya vendrá el momento de sacar conclusiones y opinar.
Pero
hoy nadie va a poner trabas a mis juicos y si alguien las pone ya da igual.
Como alguien me dijo hace unos días: ya jubilada tengo derecho y casi la
obligación de decir lo que pienso, de dar mi opinión personal sobre las obras
que leo. Y sobre otras cosas.
Me
abstendré de repetir y enumerar cualquier cosa que se haya escrito sobre la
obra. En los prólogos y remediavagos de
la mayor parte de todas las ediciones (yo trabajo con la de Cátedra………), en todas las Historias de la Literatura y
estudios, se pueden encontrar todas las opiniones vertidas por los estudiosos.
Y si no es bastante con eso, ahí tenemos Inter net.
Intento
demostrar, en primer lugar, que Lázaro de Tormes no se llamaba Lázaro. Aquí la
primera sorpresa y casi escándalo. ¡Qué disparate! ¿Cómo se llamaba, pues? Paciencia
y ¡a leer!
De cómo Lázaro de
Tormes no se llamaba Lázaro
Pues
sepan vuestra mercedes que a mí me es muy simpático el bueno de Lázaro de
Tormes. Me inspira una cierta ternura ese rapazuelo descalzo, huérfano y
desdichado al que llaman Lázaro de Tormes. “Llaman”, que no, “me llamo”. Claro está; como
que debía llamarse Tomé González Pérez, “hijo
de Tomé González y Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca”.
No olvidemos la costumbre tan española de llamar al primer hijo como el padre, incluso
casos hay de que lleven ese nombre un hijo y una hija. No se le quedó esto en
el tintero a Cervantes que llamó a los hijos de Sancho Sanchico y Mari Sancha.
Pero
¿de dónde es natural Lázaro? ¿De esa misma aldea? Él sólo dice “mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por
la cual causa tomé el sobrenombre. Y ¡qué magnífico nacimiento! ¿Qué
importa donde nacieron otros héroes? Él
nació a orillas del Tormes” mi padre, que
Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de una aceña que está ribera
de aquel río…….y estando mi madre una noche en la aceña preñada de mí tomóle el
parto y parióme allí. De manera que con verdad me puedo decir nacido en el río”
Cómo
disfrutaría Lázaro cuando aún no era Lázaro, sino un crío feliz con sus padres,
ignorante de lo que le deparaba la vida, cómo disfrutaría chapoteando en las
orillas del río, jugando con guijarros; incluso se dormiría, en los calurosos
veranos salmantinos, bajo un frondoso árbol después de un agradable baño.¿Qué
sabía él entonces de maldades, de picardías, de sufrimientos?
Antes
de continuar vamos a analizar este asunto del nombre de Lázaro que tanta tinta
ha hecho correr.Ya
sé. ¿Quién soy yo para enmendar la plana a tantos sabios como en el mundo han
sido? pero me gustaría, tratándose de un libro tan sencillo, que no se le
hubiera complicado la vida al lector que aunque estudioso quiere disfrutar con
la lectura.Quizá
aquel alumno mío que me dijo un día “los críticos son escritores fracasados”
tenía más razón que un santo. ¿Por qué darle tantas vueltas de tuerca si al
final consiguen en vez de aclarar las
cosas oscurecerlas?
Qué
más da, pienso yo que no soy nadie, las razones ocultas y oscuras que pudo
tener el autor para dar este nombre a su protagonista, si leyendo con un mínimo
de atención, en lugar de hacer conjeturas, se ve con toda claridad. Qué empeño
en hacernos creer que cuando alguien se pone a escribir anda buscando en todos
los recovecos posibles para algo tan simple como poner un nombre a un niño que
va a ser guía de un ciego. Es cierto que el autor se puede dejar llevar por
recuerdos, sugerencias, reminiscencias literarias…pero venidas casi de manera espontánea. No me imagino al
autor de El LAZARILLO, por muy culto que fuera, planteándose si llamar a su
personaje Lázaro por el de la Biblia, por su vida lacerada, ………Igual que Galdós
llamó Benigna a una mujer que iba a ser angelical a lo largo de su novela
MISERICORDIA, el autor de la obra que nos ocupa debió pensar ¿cómo llamar a un
chaval que va a ser guía de un ciego? ¡Eureka! Lázaro. Pero ¡Ojo!
Al
principio del Tratado Primero, Lázaro dice a
mí llaman Lázaro de Tormes. A mí llaman; no, me llamo, ni mi nombre es. O sea, se trata de un apodo
o del nombre que le viene de su oficio (esto último apuntan algunas teorías de
los eruditos). A poco que nos fijemos
es fácil observar que todos los personajes, menos los padres de Lázaro (esto
nos llevará a otra cuestión) aparecen nombrados por su oficio o alguna
característica pero ninguno por su nombre propio: el ciego, el cura de Maqueda,
el hidalgo o escudero, el buldero, el capellán, el alguacil, el fraile de la Merced, el pintor
de panderos, el arcipreste de S. Salvador
,la moza o criada del arcipreste. Esto nos lleva a concluir que Lázaro
es simplemente “el lázaro” del ciego que lo reclutó a orillas del Tormes…. Por
tanto quedaría eliminada cualquier otra teoría sobre las razones del autor para
dar este nombre a su héroe/antihéroe.
No
pasemos por alto otro detalle. Cuando el protagonista habla de su nacimiento
dice: “mi nacimiento fue dentro del río
Tormes, por la cual causa tomé el sobrenombre." Ya nos está
adelantando que va a tener un sobrenombre, un apodo.No
en vano es el protagonista, pues merece tener un nombre aunque la vida también
eso le haya robado.
:”Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, está a la entrada della un animal que casi tiene forma de toro….(Foto de M et M) |
En
apoyo de lo dicho anteriormente cabría señalar que su madre, al entregarlo al
ciego y despedirse de él, no lo llama por su nombre, sino que le dice ”hijo, ya
sé que no te veré más”…..La
primera vez que el ciego se dirige a él es en el episodio del toro y le llama
Lázaro. ¿Por qué si no ha oído este nombre a su madre? Sencillamente por eso,
porque no sabe cómo se llama y lo nombra por el oficio que va a desempeñar en
adelante. Es, además el ciego el que más veces lo llamará por este nombre,
cinco; además de otras cinco el escudero que mayormente le llama mozo. En el
segundo tratado el cura de Maqueda le llama Lázaro dos veces. En los restantes
no aparece su nombre y al llegar al final lo veremos dos veces: Una en boca del
propio personaje:” si Lázaro de Tormes no
entiende en ello, hacen cuenta de no sacar provecho”; y luego cuando el
arcipreste le dice: “Lázaro de Tormes,
quien ha de mirar a dichos de malas lenguas nunca medrará.” Y es curioso
que aparezca el nombre completo.
La
cuestión es bien simple. El ciego recluta al muchachito, no se molesta en
preguntar su nombre, es algo sin la menor importancia, va a ser su lázaro y en
paz. La gente al verlo aparecer ahora acompañado del niño diría “el ciego se ha
agenciado un lázaro”; luego, “¿dónde has encontrado al lázaro?” A las orillas del Tormes, diría el ciego. Y
luego todo es fácil, ahí va el lázaro del ciego, Mira a ver que quiere el
lázaro, ¿Qué te manda hoy el amo, lázaro? Y así quedó, como en muchos casos el
oficio como nombre.
¿Que
al llamarle de Tormes puede haber alguna reminiscencia de lo de Amadís de Gaula
y así, de paso, presentarlo como el antihéroe? Pues sí. ¿Por qué no? Pero
recordemos el origen de muchos apellidos españoles que tiene origen geográfico
o toponímico, o en oficios, o el ser hijo de: Álvarez de Toledo (un antepasado
era conocido por ser de Toledo viviendo fuera de esa ciudad; González, hijo de
Gonzalo; Carretero, el que lleva o el que hace carros; Tejero, el que hace
tejas….Luego, como en este caso, el nombre común, ha devenido en propio.
Queda
pues probado, para mí, que Lázaro era un alias y que el auténtico nombre de nuestro
protagonista fue y era Tomé González Pérez. Y queda insinuado al principio de
la obra donde los padres de Lázaro aparecen citados(los únicos en toda la obra)
con nombre y apellidos.
Monumento en honor de “El lazarillo de Tormes” (Salamanca)
Gracias por seguirme. Espero comentarios.
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Interesantísimo análisis del "Lazarillo de Tormes" Este ha sido uno de los pocos libros que he léído dos veces. Uno como lectura obligatoria en mi época de estudiante y otra más reciente, cuando en el instituto un alumno que la acababa de leer (también obligadamente) me dejò el libro. Me gustaria saber tu opinión acerca de la autoría del libro.
ResponderEliminarPaciencia,mi niño ,que quedan dos entregas. En la tercera hablo del asunto que te interesa. Aunque no sé si te aclararé mucho.
EliminarEsperaré ansioso esas dos entregas.
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