Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

sábado, 15 de abril de 2017

Días de…..


  ¡“Santo Dios…para de aquí en adelante …..,líbrame de ……y de días de días!”

(Larra)
  Cuando se aproximaba el ocho de marzo pensé escribir algo sobre ese día ,pero circunstancias que no vienen al caso me retrasaron la tarea y hoy prefiero hablar de la infinidad de “días de…” que existen.
   No he podido evitar el recuerdo de la frase de Mariano José de Larra, aunque el autor no se refería en aquel momento a esta clase de días. No obstante pienso que diría algo parecido, o lo mismo, en las circunstancias a las que me voy a referir.
   A lo largo de nuestra Historia, hemos celebrado, aparte de los días personales de cada cual, bastantes para hacerlo  en conjunto, casi todos relacionados con la religión católica. Así el 6 de enero los Reyes magos; fiestas móviles como Jueves y Viernes Santo, la Ascensión y El corpus Christi. El 16 de julio a Virgen del Carmen patrona de los marineros; el 25 Santiago apóstol patrón de España; 15 de agosto la Asunción de Nuestra Señora; 1 y 2 de noviembre: Todos los Santos y las ánimas benditas. Y, por fin en diciembre, el 8 la Inmaculada Concepción (curiosamente ,el día de la madre empezó a celebrarse en esta fecha; alguien debió pensar que no encajaba muy bien y se trasladó al primer domingo de mayo) y el 25 la natividad de Cristo. Todas estas fiestas tenían carácter oficial. Hoy muchas de ellas han perdido ese carácter o solo se celebran en algunos lugares por motivos tradicionales.
  Estaban, por otro lado, las fiestas, también oficiales, de carácter histórico o político. Así el 1 de abril, día de la victoria (fecha en que Franco dio el  parte en que decía “la guerra ha terminado”. El 18 de julio, día del alzamiento Nacional Doce de octubre, coincidiendo con la festividad de la virgen del Pilar patrona de España se instauró el Día de la raza, de la Hispanidad, en que se conmemoraba el descubrimiento de américa e inicio de la conquista; Hoy simplemente día del Pilar.
   Como es natural, muchas de  estas fiestas y sus denominaciones han dejado de existir.
   Pero, tal vez el ser humano necesita tener fechas concretas para recordar algo o a alguien (el uno de noviembre sigue siendo festivo y hoy es “de los difuntos”) lo que ha dado lugar a la constante aparición de nuevos días que celebrar, aunque no sean vacacionales. Y no solo en nuestro país donde, por razones obvias surgió el Día de la Constitución ( 6 de diciembre, que trae sus problemas al estar tan próximo a la Inmaculada), sino en casi todo el universo. Ahora tenemos innumerables días mundiales o universales de tantas cosas que deben celebrarse varios en el mismo día. Por ejemplo, hoy 21 de marzo he oído que es el día de la poesía, del síndrome de Down, de los bosques y de la felicidad.
  Son tantos los “días universales, mundiales o particulares que existen que es imposible recordarlos todos. Pero ya se encargan los Medios de Comunicación de que no los olvidemos. Y si no, nos abordaran por la calle con banderitas, lacitos etc.
  Los más sonados son el día de la mujer (8 de marzo) y el día del trabajo (1 de mayo. Una curiosidad: aquí, y no sé si en algún otro país, empezó llamándose de S. José obrero.).
 Otras de estas celebraciones surgieron según los malpensantes, por motivos comerciales. Así el día del padre, de la madre, de los enamorados y desde hace algunos años, el de los abuelos (26 de julio). Otra curiosidad: el otro día oí decir a alguien en la SER que dado el nuevo carácter de las familias debería sustituirse el del padre por el de la familia. Lo que no sé es si incluirá ese cambio a la madre y los abuelos.
  Por si no teníamos bastante con tantas fechas y días, ahora se agregan las conmemoraciones de todos los desastres naturales (terremotos, inundaciones, etc.) más de los atentados de toda clase y accidentes mortales (donde haya numerosas víctimas) con sus víctimas directas o familiares (viudas, huérfanos, doloridos padres). Estas conmemoraciones rayan el mal gusto y la desconsideración hacia personas que necesitan olvidar o, en todo caso, vivir su tragedia y dolor en la intimidad y a su modo. Este constante hurgar en las heridas ajenas parece muy del gusto de los Medios de Comunicación. ¿Será que no son capaces de encontrar noticias? Por otro lado, ese recrear los ataques terroristas con toda suerte de detalles, no creo que sea conveniente por muchos y diversos aspectos, entre otros el dar el gustazo a sus causantes de seguir viendo sufrir al mundo por sus acciones.
 Hecho este, quizá demasiado amplio, preámbulo me voy a centrar en el Día de la mujer que se quedó pergeñado y, tal vez, sea oportuno recuperar.

  Ocho de marzo, “Día de la mujer.
  En este mes nos toca volver a escuchar y leer la ya conocidísima historia de las mujeres de la fábrica, que…Se empeñan en que celebremos el día de la mujer como si no fueran nuestros todos los días desde que amanece hasta bastante después de ponerse el sol; nuestros para realizarnos como amas de casa, esposas, madres, trabajadoras asistentas, funcionarias, médicos, etc. etc.) y todo al mismo tiempo gracias a algún cráneo privilegiado que decidió “liberar” a la mujer.
(pensado y escrito en el 93) ¿Hemos cambiado mucho? ¡NO!
   Este del 8 de marzo, en España es relativamente reciente y empezó conociéndose como de la mujer trabajadora.
  Este día tiene su historia y, como es natural, me he ido a Internet en busca de un poquito de información para que este texto no peque de excesivamente personal y, por tanto, subjetivo. Así, empezaré por un brevísimo repaso histórico.
  El Día Internacional de la Mujer Trabajadora, llamado hoy Día Internacional de la Mujer, conmemora la lucha de la mujer por conseguir  igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
   Como es sabido la primera celebración de este día tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. A partir de ahí se fue extendiendo por numerosos países.
  Todo empezó por la muerte de muchas mujeres en el incendio de una fábrica, lo que descubrió en qué nefastas condiciones trabajaban. Pero “no perdamos la perspectiva”. Si el accidente hubiera acabado con una mujer solamente, su familia la habría llorado, algunos vecinos la habrían alabado y todo habría seguido igual. Pero fueron muchas, y eso es lo que importa y sigue importando. Si una madre pierde un hijo a causa de un infarto, un accidente del tipo que sea, etc. Llorará su pena sola; recibirá unas palmaditas en la espalda de vecinas y amigas y, como mucho, si su situación económica se lo permite acudirá a un psicólogo. Pero pongamos que se produce un accidente múltiple con decenas de muertos. Entonces el mundo se moviliza, se conmueve, los familiares reciben ayuda psicológica y orientación para exigir responsabilidades, etc. Conclusión: necesitamos que ocurra un hecho grandioso, estremecedor y multitudinario para darnos cuenta de que algo va mal y hay que ponerle solución. Con todo, tendríamos que acogernos al refrán “no hay mal que por bien no venga”
   Aquel accidente movió los cimientos de la vida de la mujer, que a partir de ahí empezó a cambiar. Eso sí, muy despacito y aún hoy queda mucho por hacer.
   No se limitaron los cambios a intentar que la mujer trabajara en condiciones más dignas, o que recibiera más consideración social. En 1910, tuvo lugar  la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas , en Copenhague. Allí  se reiteró la demanda de sufragio universal para todas las mujeres y, a propuesta de Clara Zetkin, se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora
   En un artículo de Concepción Arenal leemos que en  España, a partir de ese 8 de marzo la mujer pudo acceder a la Enseñanza Superior en igualdad de condiciones que el hombre, aprobándose  una real orden por la que se autorizaba  “por igual la matrícula de alumnos y alumnas” . No obstante, cabe recordar, según la articulista, que ya hubo   pioneras que a finales del siglo XIX habían comenzado a ir a la Universidad pues no existía ninguna ley en contra. Y no existía por la simple razón de que nadie había pensado, jamás, que una mujer quisiera estudiar y, mucho menos, que lo necesitara para ser una buena madre y esposa.
  Pero no pensemos que la mujer antes de estas fechas no se había movido, Lo que ocurre es que quien escribía sobre ella eran los hombres, razón por la cual no nos han llegado hasta tiempos bastante recientes, sus acciones, movilizaciones, etc. Sin ir más lejos la historia nos ha descubierto la existencia de algunas figuras femeninas bien literarias, bien reales, claras y dignas predecesoras de los movimientos feministas. Una es la protagonista de Lisístrata de Aristófanes (siglo V a.C.) que organiza una huelga sexual contra los hombres para forzarlos a poner fin a la guerra. Pues, se me ocurre que tal vez sería una buena forma para conseguir algo de nuestros hombrecitos. Claro que tal como están las cosas hoy no parece muy aconsejable. También he oído que hay una obra,  creo que de teatro ,en la que se dice o sugiere, que ante aquella huelga los guerrero cambiaron sus gustos y orientación sexual. Otra es real. Se trata de Hipatia de Alejandría, matemática y astrónoma (370-415) que sería el paradigma de la mujer científica, intelectual en general diría yo, y libre. Icono de la libertad de pensamiento y la autonomía personal de la mujer. No obstante, no olvidemos que fue brutalmente asesinada.

   Decíamos que aún queda mucho por hacer. En este sentido María R. Sahuquillo en El País, el 8 de marzo de 2016 escribía: “ Y este 2016 todavía hay poco que celebrar, pero mucho que reclamar: el fin de la discriminación, que se erradiquen las violencias machistas, que se alcance la igualdad salarial, la universalización de los cuidados, la libre elección...”
  “La libre elección”. Este es un punto muy interesante. Porque veamos ¿Es totalmente libe la mujer de elegir lo que, tal vez, solo a ella corresponde elegir? Creo que no. Al menos no la inmensa mayoría. De momento estamos hartos de ver que tras los casos de muertes por violencia de género hay un deseo de la mujer de romper la relación de pareja, incluso noviazgo incipiente, o el deseo de divorciarse. Cuando es el hombre quie desea romper, rompe y “ahí te quedas”
  Esto de la libre elección también tiene mucho que ver con el trabajo de la mujer. Me he preguntado con frecuencia qué idea del trabajo de la mujer tienen algunas de las personas que tanto empeño ponen en esta celebración.
  He conocido mujeres no “liberadas” que trabajaban limpiando casas, o en lo que saliera, a escondidas de los maridos, para dar de comer a sus hijos, no para realizarse limpiando las suciedades de otros/as. ¿Seguro que aquellas mujeres no habrían proferido un salario digno para el hombre y ser una madre en casa cuidando de sus hijos? Y no por el gusto de” ser mantenidas”, sino porque se sentían madres que tampoco es tan denigrante.
  Toda la vida (y aún quedan, aunque por fortuna con algunos cambios) las mujeres del campo y la huerta trabajaban lo suyo. La mujer, era la primera en levantarse, antes de que la rosada aurora hiciera su aparición por los balcones de la Mancha y de todo el orbe , calentaba agua para que el marido se lavara, preparaba el desayuno, le hacía el almuerzo y se lo envolvía en papel de estraza y, tal vez una servilleta, para el tentempié de media mañana. Luego ella se quedaba arreglando la casa, cuidando niños, haciendo la comida, lavando, a veces en el río y un largo etcétera. Al medio día ponía en un cesto la comida, el pan y la bota del vino y se daba una buena caminata para llevárselo al marido. Mientras este comía, ella, tras tomar un bocado de pan, se dedicaba a cortar hierba que luego acarreaba a la casa para el alimento de las gallinas, conejos o un cerdo. Después zurcir calcetines y otros rotos de la ropa familiar, planchar, siempre sin perder de vista a los críos y ¿quién sabe si no también algún abuelo? Y la cena, y fregar los cacharros y cualquier cosa que supusiera dar gusto al hombre y resto de la familia. ¿Qué le quedaba a esta mujer? Desde luego no tenía ayuda, no iba a la peluquería, ni al gimnasio, ni al cine, ni, ni ,ni.
  ¿Esta no era una mujer trabajadora? 
  Y otra cosa ¿Es hoy más libre la mujer que entonces?
  Aún en relación con el hecho de la libre elección, el 8 de marzo de 1993, escribía en la página TRIBUNA LIBRE del periódico LA OPINIÓN, Elena Palao Puche, responsable del departamento Regional de la Mujer, un artículo titulado “La maternidad: un freno en la promoción de las mujeres”. Un tema que aún no se ha solucionado debidamente. Dice Palao que al incorporarse la mujer al mercado laboral se ve abocada, en un principio a una doble jornada: la laboral y la doméstica. ¡Si muchas mujeres de las que se incorporaron al trabajo fuera de casa allá por los sesenta, hablaran! Y qué dirían respecto a lo de tener que atender también las responsabilidades de la maternidad. Qué gracia. Dice la autora que “las abuelas son el servicio de guardería más extendido en nuestro país. “Yo le podría asegurar que anteriormente a esa fecha, algunas mujeres ni tenían abuelas a las que recurrir y se tenían que dejar la mitad del sueldo en que personas ajenas a la familia cuidaran de sus hijos, porque salía más económico que dejar de trabajar. Pero lo más gracioso es que en 2017 siguen siendo muchas abuelas quienes cuidan y crían a los nietos. Se me argumentará que la crisis y yo contestaré sí, pero una crisis de comportamientos. Las abuelas, esas mujeres que, por la época en que vivieron, no son consideradas trabajadoras, aunque algunas ya lo fueran, y ahora mayores, jubiladas, no pueden algunas ni inscribirse en un viaje del INSERSO porque ¿qué hacemos con los niños si tú te vas de viaje? No tienen derechos.
  Habla de como el embarazo de la mujer influye negativamente en la renovación de los contratos. Parece que en ese aspecto no se ha avanzado demasiado.
  Me ha llamado la atención el comentario en torno a los tres años de excedencia que en aquel momento preveía la ley para cuidar de los hijos pues dice que al no estar retribuida ni tener garantizada la mujer la reserva del puesto de trabajo “no interesaba a las madres y menos aún a los padres” acogerse a este beneficio Parece, pues, que la tan cacareada liberación de la mujer no estaba muy clara. ¿Era liberación o intereses creados y no precisamente a favor de ella?
   Sigue la autora pidiendo ciertos derechos, algunos de los cuales creo que se van consiguiendo y también habla de la responsabilidad de la paternidad. En este aspecto tengo la impresión de se ha avanzado algo más. Yo, como soy muy mayor, no gocé de ninguno de esos derechos, pero lo veo en hijas, amigas más jóvenes y en general.
  En otro orden de cosas habría que incidir en el tema tan de actualidad de todas las acciones relacionadas con la violencia de género: “el acoso” “el maltrato”, etc.
   El otro día, comentaba yo con otra mujer, que está claro que lo que se está haciendo no da resultados positivos, por tanto habría que cambiar de estrategia. Que esto de soliviantar a la mujer  sin haber educado antes al hombre no solo no tiene sentido sino que está dando resultados nefastos, Que se ha querido conseguir la liberación y la igualdad de la mujer por medio de la revolución y que sabido es que las revoluciones, menos la de “lo claveles”, son sangrientas. Pues me contestó que hay que seguir así y ser aún más duros que esas muertes de mujeres son “daños colaterales necesarios”. Francamente se me eriza el bello de pensar que hay quien piensa así. Y más que sean mujeres. Yo creo más en la educación y en el hacer las cosas con tiento y poquito a poco. No me parecen oportunos esos eslóganes que dicen “no se lo consientas” “Denuncia” etc. Así creo que no vamos a conseguir nada. Creo que mujeres de todos los tiempos han logrado mucho más con inteligencia y buenas “armas de mujer” (entiéndase esta frase en buen sentido) que estas modernas con la rebeldía a vueltas. Creo recordar que en la Biblia, en alguna parte dice que la mujer ha de ser “cándida como paloma y astuta como serpiente”. Tal vez este sea mejor camino.
  Otro tema que no querría pasar por alto es como, a veces el mayor enemigo de las mujeres son las otras mujeres. Oímos, a veces, como son peores las jefas que los jefes. Son más intransigentes, duras, menos comprensivas ante los problemas de la maternidad, por ejemplo.
 Con todo lo dicho, a  veces se plantea una si no habría que mandar a paseo tanta parafernalia y palabrería.
Quizá habría que empezar a preguntarse:
  ¿Por qué se lanzó la mujer a trabajar fuera de casa? ¿Para realizarse o para aportar un sueldo que permita vivir con más dignidad o comodidad al resto de la familia?
 ¿Es que una mujer se realiza más picando en una mina que cuidando a sus hijos?
 ¿No caeremos o estaremos cayendo en el error de copiar actitudes masculinas que posiblemente no honren a la mujer?
¿Hasta dónde quiere llegar la mujer?
¿No se corre el riesgo de perder lo más positivo de ser mujer?
¿No hace la mujer hoy muchas cosas so pretexto de igualdad de derechos, que no son más que una muestra encubierta de sometimiento a los caprichos del hombre?
¿Por qué no comparten los hombres las tareas de casa? ¿Por qué sus mamás no los enseñan? ¿Por qué sus mujeres los consideran torpes y manazas? ¿Porque se hacen los torpes que es más cómodo?
¿Por qué cuando un niño está enfermo falta la mamá al trabajo todo el tiempo que sea necesario en lugar de repartirse las faltas papá y mamá?
Por qué, por qué, por qué …y así eternamente porque cada pregunta acarrearía otra y otra y puede tener varias respuestas porque hay HOMBRES y hombres, como hay MUJERES y mujeres frieguen o no los platos, aporten o no un sueldo a la familia…
Para terminar un recuerdo para una mujer que nos acaba de dejar y nos deja un vacío: Carmen Chacón.

¿Algún comentario? Gracias.