Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

martes, 25 de junio de 2019

Italia al dente II




       
  Ya estamos en el Cuarto día de viaje, miércoles 22(mercoledì).
  En el desayuno, tengo oportunidad de usar mis escasos conocimientos de italiano pues una de las señoras jóvenes necesita pedir una manzanilla y con una rapidez rara en mí recuerdo que es camomilla.
 Hay que atravesar los Apeninos, pero por suerte la carretera no es muy mala y yo me protejo. Me pregunto por dónde andará el pobre Marco. Todos lo recordamos y acabamos cantando “En un pueblo italiano…” Adriana no quiere que cantemos, pero da igual. Lloverá todo el día. Ella, cumpliendo con su trabajo va contando cosas de los sitios por donde pasamos, de lo que vamos a hacer, alguna anécdota profesional e incluso personal lo que me hace recordar a Edu, el guía que llevamos en el viaje a los Países Bajos. No se la ve tan informada como otros guías que hemos conocido. He conocido algunos muy buenos.

Baptisterio


Torre inclinada

          Comida, charla amena incluida, con los catalanes.
  Después tiempo libre hasta las tres y cuarto. Queremos ver el duomo. Hay suerte y abren a las dos.     No debemos olvidar que andamos comiendo según horario europeo o sea hacia las doce.
  Si por fuera el duomo es hermoso, por dentro, más.,


Detalle interior

Detalle del interior

   La estructura arquitectónica con tres naves, la del centro más lata (muy alta) y reflejado esto en la forma de la fachada principal, me ha recordado, salvando todas las honrosas distancias una iglesia de Asturias, S. Salvador o El Conventín. En el interior el problema, una vez más, es la iluminación, que apenas permite disfrutar la preciosa decoración de las bóvedas que simula el cielo. Apenas si puedo hace alguna foto del coro y del Pantocrator. En el exterior me detengo en la fachada y las puertas. 


Duomo. Fachada principal

  Después mientras mi marido sigue grabando yo compro mis irrenunciables imanes. Tres que reproducen la torre.
  Volvemos al autobús. Muchos se han perdido por el centro de la ciudad y vuelven cargados de compras, hasta ¡una maleta!
 Para mí, Pisa es la plaza con sus tres monumentos.


Conjunto de la plaza del Duomp

  Llegamos a Florencia algo después de las cinco. Nos dirigimos a la plaza de la Catedral donde nos espera una guía local. Realizamos un amplio paseo panorámico con extensas y curiosas explicaciones, pero bajo un auténtico diluvio durante algo más de una hora. Acabamos ya con una ligera llovizna o casi sin lluvia. Vemos Catedral y baptisterio por fuera, palacios, plazas, la ciudad ya iluminada, el Ponte Vecchio y volvemos al autobús para ir al hotel “Delta Florencia ***. Alojamiento y cena.
  Creo recordar que cenamos con el matrimonio de Valencia que parecían maestros jubilados y con la colombiana. ¿O eran los de Madrid de la primera noche? No me acuerdo bien pero sí recuerdo que, o bien en esa cena o al día siguiente se hablo de libros. El señor de Madrid, que no vive en la capital, dijo que tiene un espacio de 70 m2  para libros. ¡Dios mío qué envidia! ¿Te imaginas lo que puede ser eso?
  A dormir temprano que hay que madrugar.
  Por fin veremos Florencia. Es jueves 23 (Giovedì). Como estamos a las afueras hay que madrugar, y estar en la Academia cuanto ,antes  para entrar a ver el David de Miguel ´Ángel sin hacer cola. Como soy mayor de 65 y estoy jubilada, entro gratis. Alguna ventajilla ha de tener ser mayorcita. Por lo menos aquí no me pusieron la pulsera de “persona reducida”.
 Damos una vuelta por el Museo y nos detenemos ante el David. A mí me entusiasma. No solo a mí, claro. Lo contemplo durante largos minutos por los cuatro costados. ¡Qué maravilla!

¡Qué maravilla!
  Bueno pues me sale mi marido con que ha leído en alguna parte que tiene imperfecciones. Que Miguel ´Ángel llegó un momento en que se cansó y no lo terminó o retocó para perfeccionar el detalle. Para postre el guía que llevábamos en Roma lo compara con Rafael y dice: Miguel Ángel, imperfección; Rafael, perfección. Pues al volver a casa yo he leído en el Pijoan que Miguel Ángel era meticuloso y que le pesaba la obsesión del deber de la obra bien hecha y que tardó más de dos años en hacerlo. Sin embargo, mi marido insiste en que el David es imperfecto, que tiene las manos demasiado grandes. Yo digo que ya me informaré pues no me convencen sus teorías. Me hace fijarme en el trozo de mármol que está como soportando una de sus piernas por tanto eso es indicio de obra sin terminar, que se cansó y dijo “no sigo”. Yo contesto que puede ser una reminiscencia de la escultura clásica, griega y se lo hago notar cuando vamos al Vaticano. Allí otra vez discutiremos por el tema reavivado por los comentarios del guía.





Pasamos a contemplar el Duomo. Primero la cúpula de Brunelleschi. Precisamente frente a ella hay una estatua del mismo que parece contemplar su obra. Admiramos luego el campanille de Giotto, gótico como el duomo. Puedo tomar tres perspectivas con la suerte de un cielo azul de fondo. Sabida es mi fijación por las torres. Es interesantísima su estructura: cómo se va haciendo más liviana conforme se suman pisos a base de abrir más ventanas o más grandes.


Campanille


  Luego iremos rodeando el duomo y tomando diferentes perspectivas y detalles. Esta catedral me sorprende.





  Es gótica, quizá uno de mis estilos favoritos, pero ¡tan distinta! El ser de mármol, así como la decoración la convierten en extraordinaria. Celebro haberla podio contemplar con bastante luz pues la tarde de ayer la vimos tras una cortina de agua. El interior también bellísimo.
Seguimos al Bargello y el Palazzo Vecchio o della Signoría.( Constituyen un estilo arquitectónico si bien gótico muy diferente a todo o que he visto hasta ahora y en otros lugares. Paseamos a lo largo y ancho de la Plaza della Signoría, con su fuente de Neptuno en una esquina junto al palacio.

   Fotografío también algunas esculturas de la Loggia.
El Ponte

   Por fin llegamos a la Galería de los Uffizi en donde fotografío tres personajes literarios: Dante, Petrarca y Accionario. 


Petrarca

  Seguimos callejeando ahora ya camino de la Santa Croce donde hemos quedado en reunirnos para ir a comer. Nuevamente ese gótico envuelto en mármol como en el duomo de Pisa. Hay en el lateral de la plaza un edificio que debió ser un palacio con una decoración en pinturas que llama poderosamente la atención. Me la traigo a casa y sigo comprando imanes.
Es la hora y vamos acudiendo todos. Por fin hemos disfrutado de una mañana sin agua.     
  Después de comer salimos para Siena. Se accede a la ciudad por una típica puerta medieval. Mientras avanzamos por las calles hacia la Plaza del Campo, Adriana nos va hablando de la historia de la ciudad, de los palacios, etc.

    



Se supone que vimos en torno a la plaza: Palazzo Sansedoni, Palazzo Público, Torre de Mangia, varias casas, la Capella di Piazza, el Patio del Podesta, el teatro dei Rinnovati y una fuente que no estaba en mi lista, pero sí en la plaza. En la vía Banchi di Sotto está el Palazzo Piccolomini.
Supongo que la Capella di Piazza es lo que se conoce como catedral, en la línea de Pisa y Florencia y que estaba en restauración. Han tenido la buena idea de poner un lienzo en el que se reproduce la fachada como es y como quedará tras la restauración.
  Hay un arco en cuya entrada aparece un cartel que reza:” Panorama”. Nos acercamos y avanzamos esperando encontrar un mirador, pero ¡niente! Y al volver nos damos cuenta de que ahí está el panorama: la cúpula y la torre enmarcadas por el arco. Fotografías.
  En la iglesia hay unas magníficas puertas con relieves y en el interior destaca la ornamentación de nervios, columnas y capiteles; la magnífica cúpula sobre pechinas y tambor con linterna; el púlpito que trae a la memoria la fuente del Patio de los Leones de la Alhambra; lo más curioso el pavimento profusamente decorado en forma de grandes espacios cuadrados que contienen figuras de personajes y otras escenas.
  Ya nos vamos a Roma. Se acerca el fin del viaje. Llegada, alojamiento, cena.  El hotel muy lejos del centro. Me parece recordar que cenamos con la señora colombiana y los señores de Valencia.
Mañana viernes (Venerdi) día 24, hay que madrugar (¡qué novedad!) porque hay que llegar a la cola del Vaticano antes que los japoneses.
 Por fin en Roma. Adriana nos informa de que ahí nos va a acompañar Alessandro, un guía que está como un tren. Lo encontramos en el Vaticano tras algo más de media hora de cola. Pues no es para tanto. La verdad es que no he visto a lo largo del viaje ningún italiano guapo, o lo que yo entiendo por guapo ¡claro! Este parecía cachas y moreno de gimnasio, pero ¡menos mal! No se las daba de nada. Como guía competente.
  Otra vez lloverá o casi durante todo el día. Por la mañana visita al Vaticano. S. pedro, Capilla Sixtina y mi marido graba que graba a pesar de que es la enésima vez que está aquí o ahí.
Visita panorámica en el bus mientras nos dirigimos a comer.
Después, El Panteón, la Fontana de Trevi



   La Piazza Navona con su fuente y se despide el guía. Adriana nos deja media hora libres y corremos bajo la lluvia a ver los Caravaggio de la iglesia de San Luigi de los franceses, pero no pudimos entrar porque estaban diciendo misa. “Con la iglesia hemos dado”
 A la hora justa en que habíamos quedado salimos hacia el hotel, pero con tanta prisa que nos dejamos al matrimonio catalán. Adriana se enfadó con todos, soltó un sermón dijo que había sido demasiado cercana y no la habíamos tomado en serio. Era bastante verdad, pero en ese momento no venía a cuento y ella fue la culpable que dio mucho pie al chistoso y a los jóvenes que demostraron ser más sensatos que ella.
A las seis ya estamos en el hotel. La cena amena y simpática. Todos nos despedimos con cariño y amigos para siempre.
En roma no me extiendo porque es la segunda vez que venimos y la tengo bien comentada en el otro viaje. No sé si te lo he pasado.
Sábado 25 Sabato.
 A las seis y media hacia el aeropuerto. Allí, para Madrid salimos los señores de Alcalá y nosotros. Mientras esperamos el vuelo charlamos y nos conocemos más que en el viaje pues no hemos coincidido casi. Una vez en Madrid un taxi y a Chamartín. Comemos en la estación, descansamos y a las cuatro y cuarto salimos puntualmente par casa.
Parece que solo para en Albacete pero en un momento dado se para, nos dicen que parece cosa de unos cables, lo arreglan, y se vuelve a parar otras dos veces. ¡Tendría gracia! Dos vuelo y cientos de kilómetros en autobús y que ahora vayamos a tener algún susto, pero al final llegamos “felizmente” a casa.
A las diez de la noche en casa. Llamada a toda la familia para tranquilizarlos y

                                        ¡HASTA EL PRÓXIMO!
Gracias por aguantar estos relatos. A ver qué sale para la próxima entrada.

sábado, 15 de junio de 2019

" ITALIA AL DENTE” I



 
  Dada su extensión lo publicaré en dos entregas.

  Del 19 al 25 de febrero de 2006.¡Italia al dente! ¡Menudo nombre!
  Querida amiga: como este viaje es muy largo y, al mismo tiempo, muy típico, voy a omitir información de esa que encontrarás en cualquier parte y me limitaré a contarte mis impresiones y las curiosidades propias de los viajes. Agregaré alguna foto para que las tengas de recuerdo y como testimonio de que estuve allí
  Estos viajes organizados tienen ciertos puntos en común. Así, unos madrugones de aquí te espero. Casi todos los días nos henos levantado entre las seis y las seis y media. Desayunar a toda prisa y con el último trago del café aún de camino ¡al autobús!
  En segundo lugar. los guías, personajes las más de las veces curiosísimos. Los hay muy formados e informados y otros más entes de ficción que otra cosa.
  En tercer lugar, los compañeros de viaje. Suelen ser la sal y pimienta. Voy a empezar por presentarte a los que he tenido esta vez.
  ¡Los portugueses! Una familia. Un grupo de seis personas cuya presencia en este viaje -tenía difícil explicación. Un matrimonio que celebraba sus bodas de plata acompañado de dos hijos. Uno pelirrojo y otro con muletas, que era el único que sabía algo de castellano e inglés. ¡el pobre!
  Los otros dos, una pareja joven, parecían personajes de culebrón. Él sabía castellano. ¡qué pintas! Gafitas, sombreritos, chupas de cuero ajustadas, calzado y alguno de los pantalones de la chica casi increíbles, guantes de cuero y ¡compras! Todo el tiempo y en todas partes comprando, siempre cargados de bolsas. . Me parece recordar que la guía les cambiaba el nombre.
  Una pareja vasca de Vizcaya, encantadora y muy abierta.
  La graciosa pareja catalana; ella con gafitas, coloretes y pelopincho de color “noexiste”. Son muy amables y educados. Como buenos catalanes, en las comidas piden vino, aunque les suba la cuenta. Quizá de ahí los coloretes de sus mejillas. Se les ve muy unidos. Deben rondar los 40 -45. Tienen un niño que se ha quedado con los abuelos. Ella va, como yo, buscando algo accesible para comprar como recuerdo, pero no le sirven los imanes porque a él el frigorífico le gusta libre de enredos. Ella es de estatura media y él un poquito más bajo. A ella la caracteriza el pelo cortado casi a lo pincho de un color rojizo con reflejos multicolores, siempre en la gama del rojo, según les dé la luz. Nos hablan de usted como casi todo el mundo ¡Porca miseria!¡Cómo se nota ya la edad! Nosotros por la costumbre y porque son más jóvenes les hablamos de tú, pero yo se lo explico no vayan a pensar que somos mal educados. Claro que al final, en favor de la confianza que va surgiendo, decaen los tratamientos protocolarios.
  Fijémonos ahora en Pepe. mujer e hijo. Otro conjunto digno de mención. A él se le ve bastante cateto y el típico gracioso de los viajes del inserso. Se mete con todo el mundo, hay que esperarlo porque padece incontinencia, etc. La mujer, como suele ocurrir, siempre sofocada y llamándole la atención. Más adaptada a la vida, aunque tal vez sea simplemente un ama de casa que ahora sale porque el hijo los anima y la orienta. Es muy amable. El hijo padece o lo parece obesidad mórbida o casi y es diabético. Lleva el pelo largo con cola y tiene una suavidad casi blandura que podría ser la de estos chicos que estudian y quieren distinguirse un poco del ambiente en el que se han criado. Se le ve educado y con una cierta cultura dado el interés que muestra por el arte, los libros que compra, etc. Son valencianos.
  Hay otro personaje digno de dedicarle algunas líneas. M.ª Cristina. Una colombiana que viaja sola. Cuando corrige a Adriana porque le ha reducido el nombre, al graciosillo de Pepe se le ocurre cantarle eso de
“M.ª Cristina me quiere gobernar
                                           Y yo le sigo, le sigo la corriente
                                            Porque no quiero que diga le gente
                                            que M.ª Cristina me quiere gobernar”
  Ella, como es natural tal vez, entendió lo de seguirle la corriente como a los locos y eso la puso triste. Me apresuré a explicarle el sentido de la copla. Como le habíamos oído comentar que es licenciada en filología románica, mi marido le dijo que yo también lo soy lo que dio lugar a que a partir de ahí tuviéramos varias charlas filológicas. Curiosamente ella no ha estudiado ninguna lengua románica y me preguntaba constantemente sobre el italiano. No es que yo lo domine, pero antes de emprender el viaje me preocupé de repasar algunas cosas. Físicamente responde a las características de la raza. Es muy afectiva. La noche de la despedid intercambió correos y teléfonos con todos. Muy independiente, siempre a su aire, sin pegarse a nadie, pero le gustaba hablar con todos.
 Otro grupo curioso de personajes lo constituía una familia formada por cuatro mujeres. Una señora de unos 70 que ha debido ser guapa. Iba siempre pintadita y bien vestida. La nieta, Carmen, decía que se levanta una hora antes para arreglarse. Otras dos añoras, debían ser hijas, que rondarían los 40. Una parecía la mayor, podía ser soltera, divorciada, viuda o casada que había decidido viajar con su madre y hermana. La otra más joven y más mona era la madre de la niña. Debía ser divorciada porque la niña hablaba de cuando había estado en Nueva York con su padre. Total, tres generaciones de mujeres muy educadas y agradables.
  La guía no parece tan preparada como otros guías que hemos conocido. Es simpática, amena, pero peca un poco de “coqueteo” con los jóvenes: “que si Boavida, que si Pardo, que si López”. Le ríe demasiado las gracias a Pepe, algo que le va a pasar factura.
  Da gusto el contacto con gente de todos los sitios y clases que propician los viajes en grupo. Descubres que hay montones de personas con las que tienes muchas afinidades.

  Vayamos al viaje. Hemos empezado por una tarde en Madrid, requerida por el horario del vuelo. Eso fue el sábado 18. Nos hospedamos en el Hotel Chamartín en la misma estación que resultó muy cómodo. ¿Cómo aprovechar la tarde? Propuse visitar el Madrid de los Austrias.  Hubo que coger el paraguas pues amenazaba lluvia, una lluvia que nos acompañaría a lo largo de todo el viaje. Fuimos andando hasta la plaza de Castilla para coger el metro y dirigirnos al centro. El metro no me entusiasma, pero es muy útil. A mí me sirve para reflexionar. Lo imagino como un hormiguero: túneles que se cruzan, se superponen y la gente como hormigas atareadas corriendo de un lado a otro, de arriba a abajo. Luego, la cantidad de caras y expresiones que puedes ver y observar, discretamente, claro. Es muy curioso.
  En la Plaza de Castilla intento fotografiar las torres Kio. Imposible por su tamaño. Total, que ¡A la Puerta del Sol! De ahí a la zona prevista donde hay, como es lógico, más turistas que madrileños.


Plaza Mayor.Madrid

 Unas pocas fotos, un paseo y vuelta a la zona de Sol. Merendamos en Nebraska y seguimos paseando ahora bajo la lluvia. Cenamos en el restaurante de la estación y ¡a dormir!
  Nota curiosa para ti. La noche anterior desactivé el móvil pensando activarlo durante el viaje solo por las noches para usarlo como despertador. Si te vas, te vas y el mundo que siga rodando a su antojo, me dije. ¿Qué te parece? Extraño en mí, ¿verdad?
  Hemos hecho un recorrido bastante completo. Milán, Verona, Venecia, Pisa, Florencia,
Siena, Roma.
Los hoteles, regularcillos y la comida…ya puedes imaginar: pasta, pasta y pasta. Tampoco exquisita. Pero bueno, no se viaja para comer sino para ver osas. Y empezamos por Milán.
  Salimos de Madrid el domingo (Domenica) 19 con puntualidad. Nos lleva el comandante Alcázar o algo así que hace un aterrizaje de libro. Nos informa de que hemos llegado con un poco de adelanto. Perdemos el tiempo ganado esperando las maletas. Por fin, ya hecho el grupito con la guía Adriana llegamos al hotel “Ibis Milano Centro 3”. Nos instalamos, habitación 808 y rápidamente a cenar: zupa di verdura, maiale (filete de cerdo), fruta. Cenamos con el matrimonio de Madrid
Aquí solo dormimos una noche. Mensajes a los “niños”.
  Al día siguiente, lunes (Lunedì) 20, muy temprano, hacia el Castillo Sforzza. Por el camino la guía nos va hablando de Milán y lo que vamos a hacer. El autobús nos deja en la puerta del Castillo y allí nos recogerá. Tenemos unas horas libres para ver Milán a nuestro aire. A las nueve ya divisamos los múltiples pináculos de la Catedral. El día ha amanecido lluvioso y totalmente nublado lo que, para mi gusto, estropea el fondo de las fotografías porque al no tratarse de un país lluvioso y por tanto verde tenemos piedra sobre gris. Los pináculos y las torres pierden definición. No me gusta. Además, la lluvia cuando la encontramos en un país lluvioso es algo con lo que contábamos. Lo mismo ocurre con los cielos grises. Y en esos lugares todo es acorde con el alma, se crea un ambiente que no desagrada porque es el natural de la región. Sin embargo, en este viaje para mí, la lluvia, ha sido como un elemento discordante.

Catedral. rincón gótico


Catedral. Detalle torres y pináculos

Catedral ventana





  La iluminación de las catedrales y otras iglesias, voy pensando, está hecha o con los pies o con la sana intención de que no se pueda fotografiar, aunque no esté prohibid explícitamente. ¿Por qué, si no, los focos iluminan de arriba a bajo deslumbrando al visitante que intenta admirar capiteles y techos (sobre todo) en lugar de al revés lo que permitiría contemplar y admirar las maravillas que los artistas colocaron por encima de nuestras cabezas.?
  Es el caso que los techos a veces sí se pueden ver y algunas bóvedas tienen una decoración maravillosa.
Pasamos luego a la Galería de Víctor Manuel II (o Galleria Vittorio Emanuele II) de la que hago un pequeño reportaje fotográfico y pasamos a la Piazza della Scaladonde está el edifico del teatro que no sé por qué yo esperaba fuera algo como los que vi en Viena o Budapest. Es un edificio neoclásico muy sobrio que puede pasar desapercibido en el conjunto de la plaza. Por esa zona inicio mi compra de imanes con uno que reproduce el Duomo y que se ha integrado en el mundo de los recuerdos de mi frigorífico. 


Galleria

El Teatro

  Por último, nos dirigimos al Castillo Sforzza. En la plaza que se abre frente a su entrada una fuente completa el conjunto con gran acierto. Tiene como telón de fondo la torre que remata la puerta de entrada al castillo. Fuera conserva el foso y dentro patios y edificios que hoy se utilizan como museos. Bastante bien conservado. Lo pudimos visitar. Es bonito las fotos lo atestiguan.


Entrada al Castillo
El castillo. Pintoresco rincón

  A la hora en punto prescrita por la guía estábamos todos en el autobús. Todos menos los portugueses. Esta fue la segunda y última vez que llegaron tarde. Adriana tuvo que hablar muy seriamente con ellos para que comprendieran que eso suponía una falta de respeto al grupo y la dificultad de cumplir con un horario que era ajustadísimo.
  Vuelvo al viaje. Comimos. De primero ¡pasta! Espaguetis carbonara; segundo, carne con patatas y ensalada; postre, tarta (un trocito para cata, no daba para más) No pidan café que se nos hará muy tarde, aconsejó la guía. Lo tomarán en Verona. Sí allí lo tomaron los que no tenían que dedicar todo el tiempo a grabar, grabar y grabar.
Salimos hacia Verona, viaje tranquilo con cabezaditas. Llegamos a las tres y cuarto como puede verse en el reloj de la puerta de entrada a la ciudad. 

Las tres y cuarto

    Nos reunimos en la plaza Bra donde Adriana no explica lo que hay que ver, cómo ir y la hora de encontramos en el autobús. 
La Arena


Balcón de Julieta


Iglesia-pizzería

  Tenemos suerte. No llueve. Visitamos la Arena  y la zona antigua o histórica, balcón de Julieta incluido. Hay palacios que aún conservan su belleza de antaño, una iglesia convertida en pizzería que no puedo sustraerme a fotografiar y volvemos callejeando a la plaza pues quiero fotografiar unas casas que me han gustado.
  Otra vez al autobús. Parecemos el conde Romanino con tanto ascende y descende.
  Llegamos a Venecia con el tiempo justo para alojarnos y bajar a cenar. Este hotel es mucho mejor que el de Milán, opinamos todos. Se llama Villa Fiorita **** y está en la parte continental de Venecia. Aquí dos noches.
  El día siguiente, martes 21, (martedì), todo él en Venecia. Debemos tomar un barco que nos llevará a Venecia, al Lido, a lo que todos conocemos como Venecia, la de los canales y los puentes.
  Adriana, que siempre procura ponerse en lo peor, nos informa de qué pasaría si hubiera marea alta y casi da por hecho que la va a haber. Por suerte todo queda en bla, bla y podremos pasear a pie enjuto por Venecia cuando no lo hagamos en góndola o bajo la lluvia.
  Según el folleto del viaje se entra a Venecia haciendo un recorrido panorámico en barco. No. Echamos pie a tierra en el puerto o una especie de paseo marítimo. Allí nos esperaba una guía local que nos llevó paseando hasta S. Marcos. Vemos el Puente de los Suspiros y nos explica por qué se llama así. Nos va contando historias de los palacios hoy convertidos en hoteles u otros fines.
  S. Marcos no decepciona. Tanto la Basílica como el Palacio Ducal (Palazzo Ducale) responden a las expectativas.

Palazzo Ducale

San Marcos

   Está muy nublado y dejamos las fotos para la tarde a ver si hay suerte. A la Basílica no se puede entrar libremente. Hay que hacer cola y recorrer la iglesia por un pasillito acordonado y sin poder pararse casi, menos mal que nos han dado unos aparatitos mediante los cuales oímos directamente en nuestra orejita las explicaciones de la guía bien y sin molestar a los demás turistas. El interior es de una belleza extraordinaria. 

  Vamos ahora a visitar una fabrica de cristal. ¡Qué bonito es ver cómo lo trabajan! Parece imposible.
  Nos dan un ratito libre hasta la hora de comer. Consigo entrar en un café de los más típicos de la plaza de S. Marcos “L´ AVENA” tomar un capuchino (en italiano cappuccino) y ….
  Luego en la plaza hacemos una foto a los catalanes y ellos a nosotros. Tal vez sea esta la única que tengamos juntos.





  Por fin vamos a comer. Nos toca en una mesa de ocho o diez justo frente a Pepe, el chistoso del grupo con su mujer e hijo. ¿Qué comemos? ¡hombre! Lasagna (lasaña), carne de pavo con guisantes y tiramisú. Tiene gracia. Resulta que los camareros se equivocan cuando van sirviendo y al llegar a nuestra mesa han de reducir las raciones.
  Después de comer hay una excursión optativa por el Gran Canal, y luego tiempo libre. Aquí ya, nuestras jaimitadas. Mi marido decide que nosotros nos vamos a nuestro aire en le vaporetto que es más barato y veremos lo mismo. Por primera providencia, como es habitual en nosotros, nos perdemos y varias veces vamos a parar a calles sin más salida que un canal. Por fin encontramos el embarcadero de Rialto. Sí, paseamos por el Gran Canal y algo más. Nos saca hasta el Canal della Gindecca. Va haciendo paradas, claro es un medio de transporte público, el tiempo pasa y yo empiezo a ponerme nerviosa y algo más porque voy viendo que me quedo sin tiempo para llegar a Rialto y volver a S. Marcos a hacer las fotos que no hicimos por la mañana porque por la tarde sería mejor la luz. Sí, la luz es algo mejor, aunque sigue nublado y caen unas gotitas de vez en cuando. Pero no salieron mal.

San Marcos


San Marcos. Fachada principal

  Al final, hay suerte y podemos hacerlo todo, a toda prisa. ¡Mira! Incluso me da tiempo a tomar otro capuchino en L`AVENA.
También puedo dar una vueltecita por Rialto 

Puente Rialto

  y compro unos imanes y unas muranitas.
  Un detalle muy bonito ha sido el de las máscaras. Al ser aún carnaval las había por todas partes. ¡Qué bonitas y qué elegancia! Además, muy amables. Posan para que los curiosos las contemplemos y fotografiemos. Una delicia



  De camino hacia el lugar de encuentro para embarcar fotografío el Puente de los Suspiros.
  Ya en el embarcadero, mientras esperamos a que vaya llegando la gente entablamos ameno coloquio con la colombiana, María Cristina
 Salimos puntuales. Volvimos a ver la Iglesia de la Salute  y la Academia.

En la cena coincidimos con la familia de la niña que se llamaba Carmen y Adriana se empeñaba en

  llamarla Ángela. A ellas les tocó esta vez oír de boca de mi marido las aventuras de nuestra hija

  mayor. En todos los viajes le toca a alguien. (esto es como lo de perdernos). No recuerdo qué 

  cenamos. Salimos los últimos del comedor. ¡A dormir!

Hasta el próximo que será Italia al dente II