Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

jueves, 27 de noviembre de 2014

El mundo visto desde el cielo


Novela de Ángeles Caso. relectura.

Comentarios.-
  Según datos que he podido consultar, esta novela enlaza con la tradición europea de la novela de artista.
  Me vienen a la memoria novelas como EL PARAÍSO EN LA OTRA ESQUINA sobre el pintor Gauguin de Vargas Llosa , o EL PINTOR DE BATALLAS de Pérez- Reverte,  LA OBRA MAESTRA DESCONOCIDA de Balzac , RETRATO DEL ARTISTA ADOLESCENTE de Joyce etc.
  Algún crítico ha indicado que esta obra es la que más relación tiene con su autora. No aclara por qué. Tal vez sea por el hecho de ser el protagonista un creador, por reflejar la lucha del artista cuando desea y necesita plasmar una idea, ya sea en el folio en blanco, en el lienzo o sobre el pentagrama. O tal vez porque la acción se sitúa en Asturias, tierra de la autora.
  También, diría yo, guarda relación, entre otras cosas por el uso de la primera persona, con la novela considerada como busca. Este pintor protagonista     de la novela que nos ocupa, pasa la vida intentando ser un buen pintor, buscando su sitio en el mundo incluso en el amor.
Mi lectura.-
   La obra empieza "in media res"; aunque tal vez fuera más exacto decir que se inicia en el final pero eso lo descubrimos cuando hemos terminado la lectura.
   En primera persona, en forma de monólogo interior que, recuerda "Retrato del artista adolescente", en el que el protagonista se dirige a su hija ausente y casi desconocida, pasa revista a toda su vida. Una vida llena de vacíos, de ausencias (la de su madre) y de frustraciones a pesar de haber triunfado como pintor y, en algún momento, aunque solo en apariencia, en el amor. Es, o se siente, a fin de cuentas, un fracasado desde el punto de vista artístico y emocional.
   Lo primero que llama nuestra atención es que la autora se ha metido en la piel de un hombre. La historia de la literatura nos ha acostumbrado a que el hombre sea quien habla de y por la mujer, mientras que esta se manifestará por sí misma cuando empiecen a aparecer las escritoras. Quizá no sea este el único caso, pero yo, de momento, no recuerdo otro. Tan rotundo, al menos.
   Es en la cuarta página cuando descubrimos este receptor o interlocutor silencioso y distante:" me he puesto de repente a hablar contigo, Aline, a pesar de que solo eres una pequeña mancha naranja ahí en el medio…." Esa manchita naranja ¿está en el cuadro que tiene delante mientras habla o recuerda y que le ha llevado muchos años concluir?
   Como en todo monólogo interior, el narrador va de un tiempo a otro casi sin solución de continuidad. De su afición a la pintura desde niño sabemos ya casi al final de la novela, pero conocemos sus primeros cuadros y dibujos, entre los que se encuentra como favorito el retrato que hizo a su tata Prudencia titulado La reina de las cacerolas.

   La temática es amplia y variada. Toca infinidad de temas. A veces apenas los roza insinuados en una breve frase:  "El muro que se alza entre deseos y realidad…"
   La difícil relación de pareja, más aún si cabe, en el caso del artista, como podría ser el político o cualquier persona de genio o profesión  que merezca y necesite concentración y mucha dedicación.
   Aquí se ve a través de una mujer superprotectora que lleva al fracaso emocional para ambos. Algunos breves fragmentos lo atestiguan:"  También se le metió en la cabeza arreglar el jardín, o sea, jorobármelo"
.."Me plegué..pensando que ,al fin y al cabo, si uno comparte su vida con alguien, debe hacerle ciertos sacrificios, quemar en su altar ciertos dones preciados…."
 La gran odalisca se ha enfadado…"el verde cinabrio de sus ojos echaba chispas"
…."un mundo repleto de amorfas cosas verdes, una vida verde y la inmensa .sonrisa verde del gato de Cheshire… Áurea sonreía, yo sonreía….."
   Refleja el gran esfuerzo que realiza por contentar a esa mujer que ha decidido cuidarlo y protegerlo, incluso aislarlo, para que él no tenga que hacer otra cosa más que pintar. También con un razonable horario puesto, impuesto cabría decir, por ella.
  Y en estrecha relación "el amor". Entendido ¿cómo? ¿Entrega, renuncia, posesión, sexo? Este último aspecto tratado, tal vez, demasiado explícitamente. Para terminar con una frase de desaliento total:
"Tan corto es el amor y tan largo el olvido, Aline…"
   La fama. El ansia por conseguirla y, una vez lograda,  ,los problemas que acarrea: "La fama es una maldición, Aline,….en el fracaso puedes guardar la esperanza…."
   La soledad de una infancia sin madre de la que no guarda más recuerdo que el que le proporciona una fotografía sobre su mesilla de noche, el único rastro que el padre había conservado para él.Es curioso. Ahora  se pregunta si será él algo así para su hija.
  En relación con este tema no podemos dejar de hablar de una figura muy importante: la tata. Es este un personaje presente en muchas novelas y películas realizadas y /o ubicadas entre los años 30 y 50 ,aproximadamente. Esas tatas que suplían la falta de la madre, bien por orfandad del niño ,bien porque ellas tenían asuntos "más importantes" a los que atender. Y no es precisamente la época en que la mujer decidió trabajar fuera de casa, o se lo decidieron. Esas tatas que, en cierto modo eran como de la familia, pero siempre guardando las distancias. Ellas pertenecían a un mundo aparte, un mundo en el que se introducían los niños y en el que recibían el cariño ,los mimos, las atenciones que les faltaban. Ella ,además, los ponían en contacto con el mundo exterior y real, tan distinto a veces del ambiente familiar. Recuerdo ahora las tatas de aquellas sagas de "Antoñita la fantástica", "Celia", "Marisol"…  O las de algunas novelas de Ana Mª Matute; pienso en "Paraíso inhabitado" y "Demonios familiares"
   Aquí es Prudencia, la que ha criado al protagonista, la que como ella  misma dice lleva muchos años con la familia:. "en casa de los abuelos de mi Julito que empecé. Catorce años tenía….."
  Un personaje este de las tatas que la autora reconoce en una entrevista ella respeta y a las que hay que agradecer que cuidan de lo mejor que tenemos, nuestros hijos.
   El tema del abandono por parte de un progenitor, aflora más tarde en forma de remordimiento, dado que él ha repetido, como si de una herencia familiar se tratara: " Puede que me sintiera miserable, avergonzado, criminal incluso, qué clase de persona eres, un tío de mierda que abandona a su hija casi recién nacida para dar pinceladas a diestro y siniestro…."…." Yo no quería abandonarte, te lo juro."
   Añoranza del regreso a la infancia, simbolizado en un espacio, ciudad, casa, habitación….
……"¡Ay ,Aline, aquella habitación de Prudencia, tantas tardes de infancia, tantas horas de orfandad, tantos recuerdos…."  Pero el regreso a los lugares de la infancia a veces es decepcionante, nada es como lo recordamos.:" Tal vez había creído volver al Paraíso" .
   Las nubes.


   ¿Como tema pictórico, como metáfora del tiempo? Se las espera el lector desde el título y aparecen ya en las primeras líneas: "Qué canallas….doce años contando con ellas , y ahora resulta que han decidido quedarse allí y ponerse a retozar sobre las montañas, tan hermosas e inalcanzables, presumiendo de su precioso color índigo y de los vapores violetas que las envuelven……."  "LAS NUBES QUE DEJABAN CAER el agua sobre las montañas del norte se han alejado…"..." sobre mi jardín, el vientecillo de abril que se levantó hace un rato ha traído unas nubes plateadas y lilas" 
   Por fin, el título aparece:  "¿Has visto alguna vez el mundo desde el cielo, Aliñe?.....este mundo nuestro tan enorme y aspaventoso es muy poquita cosa visto desde las alturas…."



Y al final cuando leamos el título del cuadro que consiguió pintar tras arduos esfuerzos: "El mundo visto desde el cielo2"

   Centrándonos ahora un poco en el estilo que podríamos calificar de sencillo y directo, no podemos dejar de citar la frecuente presencia de recuerdos literarios, lecturas de la infancia, dichos populares, mitos, poemas etc. Rasgo que también encontramos en escritores como Carmen Martín Gaite, Ana Mª Matute, Muñoz Molina y más. Como ejemplo recojo:
"El dolor es así de totalitario, de cegador, de paralizante. No te deja pensar en cosa alguna que no sea él . Y luego, después de acordado, el dolor insensato no da dolor, no."….. "Era un Ícaro miserable precipitándome sobre la tierra…"
   Bellas descripciones del paisaje.
También cabría señalar las descripciones de los personajes.
De su amada  Áurea a la que llama la gran Odalisca dice que "Era inteligente, atrevida, salvaje y hermosa"
Jean- Luc el galerista aparece descrito según la impresión que debió producirle a Prudencia cuando lo vio aparecer en la puerta:
"Prudencia, extrañada, abrió la puerta y se encontró a un hombre alto, vestido con un traje tan caro y tan de firma que parecía un disfraz, y luciendo sobre los labios finos y la gran dentadura un bigote casi rubio y retorcido en las puntas. Si hubiera leído a Guy de Maupassant, prudencia habría creído hallarse ante uno de sus personajes."
 El espacio y tiempo
   Otro aspecto que no debemos dejar de lado es el espacio. ¿Dónde se desarrolla la acción? Aparte de dos viajes que realiza la pareja ,casi todo la acción se ubica en Asturias. Hay de ello diferentes indicios aunque no se diga el nombre de un lugar concreto.
Por ejemplo:
"Un latino solía decir…..Nunca hubo forma de hacerle entender que había crecido en una tierra de caseríos encaramados en las montañas, a pico sobre ríos violentos, una tierra envuelta en grisuras y humedades, vecina de un mar tempestuoso que nada tenía que ver con ese Mediterráneo…..Pero cuando alguien ha decidido adjetivarte ,ponte tú a desdecirlo…."  Está claro que es el norte de España. Pero hay más. En un momento dado habla de subir a  Peña Negra, un pico  situado en la divisoria de los concejos de Teverga  y Somiedo en el parque natural del último. Así pues, estamos en Asturias, tierra bien conocida por la autora que nació en Gijón, donde viviría su infancia y estudió en Oviedo donde, sin duda, vivió en sus años jóvenes. En los alrededores de esta zona debe ser donde pasa los últimos años el pintor.
En cuanto a la ciudad hay indicios que nos llevan a Oviedo: la calle Jovellanos y la catedral gótica:
"…abrir la ventana y descubrir el extraño fenómeno que  estaba sucediendo….la gente andaba ligera, casi desabrigada…Frente a mí los festones de la torre gótica de la Catedral…."
En algún momento pensé que podría ser Gijón porque también hay una calle Jovellanos y porque cuando se traslada a vivir al "retiro" que le ha buscado Áurea habla de haber cambiado el azul por el verde. El azul en Asturias debe ser del mar pues el cielo más bien permanece gris casi todo el año.
Pero no olvidemos que espacio y tiempo en la novela se necesitan. Se ha dicho que el tiempo del novelista necesita del espacio, para así asociarnos a los procesos concretos de los personajes y para que pueda darse la composición de un mundo, ese que trata de recrear el novelista.
   Aquí, podría decirse que juega la autora con dos tiempos. Por un lado, el protagonista rememora su vida casi desde su nacimiento, en realidad antes pues hace referencia a como se conocieron sus padres. Así pues son muchos años los que hace desfilar ante nuestros ojos pues ahora es un hombre ya bastante mayor.
Sin embargo todo el relato, todos esos recuerdos ocupan un, casi, breve espacio de tiempo. Se inicia cuando le ha llegado el cuadro enmarcado y acaba delante de ese cuadro. Deben ser apenas unas horas.

Desenlace
   Algo que no queda claro aunque, tal vez, sugerido. Es el desenlace. Está con su nuevo cuadro que acaban de traerle o llevarle, enmarcado, lo está contemplando en el exterior, dice que quería contemplarlo en medio de su luz natural pero han aparecido las nubes y ha empezado a diluviar  razón por la que es imposible encender un fuego. ¿Para qué? En algún momento lo hemos oído decir que "Todo lo demás era mejor quemarlo, hacerlo desaparecer para siempre, convertirlo en ceniza, en humo, en nada…" (Otra vez la literatura) ¿Es que pretendía quemar el cuadro? No sería el primero ni el último de los artistas creadores que deciden destruir su obra (recordemos el caso de Nabocov, por ejemplo. A mí no me ha quedado claro este detalle.
    Otro aspecto que puede llamar la atención. Siendo la autora conocedora del mundo de la creación literaria cabría preguntarse por qué ha elegido como protagonista de su obra un pintor y no un escritor. Ella en una entrevista contesta a esta pregunta: “pero eso ya se ha hecho muchas veces”, dijo. “Un pintor me permitía ahondar en un mundo de sensualidad y de colores, como no podía encontrarme en un músico o en un escritor”. “A mí”, añadió Ángeles Caso, “lo que me interesaba era describir el mundo a través de los colores, de las luces; de la pintura, en una palabra”

Estructura.
Sigue la línea moderna de no señalar ni titular los capítulos. No obstante podría hablarse de tres  partes que vienen señaladas con un inicio en letras mayúsculas, en la página derecha y dejando un espacio en blanco en la parte superior:
SIEMPRE ANDAMOS HACIENDO EL RIDÍCULO…..
"LAS NUBES QUE DEJABAN CAER el agua sobre las montañas del norte se han alejado
DURANTE ALGUNOS MOMENTOS, a veces la vida puede ser perfecta."
   El resto se distribuye en apartados a modo de subcapítulos o  secuencias, de extensión variada, reconocibles por un espacio en blanco. Parece pues que estamos ante una estructura novelesca hecha a base de pequeños toques, aparentemente aislados, que al final, quizá por obra y gracia del lector componen una imagen total, completa.
Tal vez, en este caso se deba precisamente a la técnica del monólogo interior utilizada por la autora.
   Se cierra la novela con la misma frase que abre el relato  "Ya te decía yo que siempre andamos haciendo el ridículo”. No solo esto sino que tanto al principio como al final aparecen las nubes como un elemento importante: Qué canallas….doce años contando con ellas, y ahora resulta que han decidido quedarse allí y ponerse a retozar sobre las montañas, tan hermosas e inalcanzables, presumiendo de su precioso color índigo y de los vapores violetas que las envuelven……." (el principio)
"LAS NUBES QUE DEJABAN CAER el agua sobre las montañas del norte se han alejado…"..." sobre mi jardín, el vientecillo de abril que se levantó hace un rato ha traído unas nubes plateadas y lilas (Al final). Yo diría que son las mismas nubes.
Así pues la estructura es circular, cerrada.
   Si hemos encontrado cierto parecido con algunas novelas de artista, bastante por cierto con “Retrato del artista adolescente” también coincide en algunos aspectos con otras novelas más o menos coetáneas con esta. Por ejemplo he recordado cuán parecido es el inicio con “Nubosidad variable” de Carmen Martín Gaite. El inicio “in media res”, la primera persona, la presencia de las nubes…
En este sentido podríamos seguir hasta casi el infinito.
 Ángeles Caso , un poco de historia. Solo un poco pues hoy en Internet tenemos toda la información que queramos.
    Nació en Gijón en 1959. Es escritora y traductora  pues estudió varios idiomas. Licenciada en Geografía e Historia, especialidad Historia del Arte, trabajó durante unos años como periodista presentando telediarios y algún programa cultural en TVE.
   Su afición a la Literatura le viene de su padre ,José Miguel Caso González, filólogo y catedrático en la Universidad de Oviedo.
   Un buen día, a los 35 años decidió dejarlo todo y dedicarse a escribir que es lo que  desde niña, según confiesa en una entrevista, le había gustado.
 Espero y deseo  no haber cometido grandes errores en este mi comentario y ser útil.


viernes, 14 de noviembre de 2014

Viaje a Zaragoza 2009

DE DONOSTIA  A  MURCIA PASANDO POR ZARAGOZA


Todo empezó un, miércoles del mes de abril del 2009.
   La primera en la frente. Llega el tren, buscamos nuestro vagón y nos apostamos ante la puerta. Tomás  el primero junto a otro señor, también con intención de no perder el tren. Pero la puerta no se abre. Todas se han abierto y la gente está subiendo. Yo observo y veo un botoncito verde a la altura del señor con tanta prisa como Tomás. Tímidamente me arriesgo a decir: ¿Y si hay que apretar ese botón?. Efectivamente, el señor lo toca, Tomás refuerza con otro toque y ¡oh, sorpresa! la puerta se abre. Dice el señor: pues sí había que apretar el botón y yo me aventuro ya con menos timidez a decir: alguien tenía que pensar.
Mi hijo comentará días después:
   “Es muy buena la anécdota del tren. Además, es como si lo viera. Es lo que tiene el haber viajado tanto, que estas situaciones con un toque de humor absurdo (el colmo habría sido que el tren se hubiera ido o que el encargado hubiera tenido que aparecer para abrir) le son a uno "familiares", nunca mejor dicho. Ay, si no hubiera mamis al alcance de la mano, habría que inventarlas.”
   Ya instalados, miramos por la ventanilla para decir adiós a los niños y mi hija que han acudido a despedirnos y vemos a mi nieto hecho un mar de lágrimas. ¡Pobre! Siempre se queda con pena pero esta vez, como ya se da más cuenta del tiempo y la distancia, no se ha podido contener. Luego me dice mi hija que ha terminado contagiándolas a ellas y que el factor decía: no lloréis más que me hacéis sentir culpable; si seguís así doy orden de que vuelva el tren a la estación y bajamos a los abuelos.
    El viaje es cómodo. Llegamos a Zaragoza hacia las 8 con un poquito de retraso. De camino al hotel nos damos cuenta de lo lejos que queda de la estación. Menos mal que no elegimos uno en esa zona porque se nos habría ido el tiempo en ir y venir al centro.
    El  hotel, Ramiro I, es céntrico, está muy cerca del Pilar, calle del Coso. Nos instalamos (habitación 604), nos aseamos un poquito y salimos a cenar., o al menos, a intentarlo.
   Volvemos pronto para ver Acusados (último capítulo con un fin trágico donde los haya) y dormir pues como es habitual en nuestros viajes pensamos madrugar.
   Antes de acostarme me mensajeo con los niños, dos de los cuales me contestan. y hablo con mi hermana que acaba de llegar de hacer El Camino de Santiago y quiere saber por dónde ando yo.

Empecemos por las comidas.
   Por regla general, el capítulo comidas es el más complejo y a veces desastroso de nuestros viajes en solitario; pero esta vez ha habido suerte. Cuando, recién llegados, salimos a cenar, al llegar a una esquina en la que pensábamos cruzar, me di cuenta de que había mesitas en la calle y dije ¿por qué no miramos por aquí antes de cruzar? Así lo hicimos y resultó ser una zona de bares, restaurantes, tascas y todo tipo de establecimientos en los que comer, cenar, refrescarse, etc. Nos paseamos por las dos calles que componen el complejo restaurador, despreciamos un restaurante con buena pinta porque había que entrar para cerciorarse de su aspecto, y por fin a mí me atrae una taberna que se llama ¡PANTAGRUEL! En realidad “Pantagruel, alta taberna”. Nos gusta, es del tipo Palomo, muy familiar. Cenamos, si no pantagruélicamente, sí opíparamente. Tomás, plato de lomo ibérico. De rechupete. Yo tostada vegetal: una tostada de pan redondo de ese de pueblo, cubierta con un revoltillo de verduritas (canónigos, cebolla, ajo, pimiento del piquillo y verde, tomate…) no sé si fritas o al horno pero una delicia. De postre un tiramisú.
   El desayuno del primer día también estuvo bien, en una cafetería muy acogedora, tostadas con aceite y café con leche. A media mañana, más para poder desaguar que por hambre, nos tomamos otro café en un sitio muy modo “Las hadas”.
   A la hora de comer, nos vamos hacia la zona de la noche anterior y entramos en el restaurante que habíamos despreciado, Fartalla. No sólo está muy bien sino que comemos opíparamente. Vemos que el menú está muy bien de precio y nos lo pedimos. De primero los dos fritada aragonesa (una especie de pisto pero con más verduras y además atún; yo lo hago a veces así sin saber que es la forma de Aragón); de segundo, Tomás  toma gallo a la plancha y yo pollo al chilindrón, también plato aragonés. Es lo que hay que hacer cuando se viaja, tomar los platos típicos. Esto me recuerda los viajes con mi pequeña tropa en los que mi hijo siempre iba pidiendo los platos típicos aun a riesgo de equivocarse como el día de los pies de cerdo. Vino, agua y de postre fresas con nata y mus de chocolate, yo, por supuesto. Luego el cafetito y a casa a descansar un poco pero tenemos que esperar para entrar en la habitación pues aunque son las 2 y 10 aún no han limpiado.
   La cena volvió a ser en Pantagruel. A mí este nombre me encantó. Hoy ha tocado plato de lomo y tabla de quesos. Casi no podemos acabar. Qué delicia pero también qué cantidades. Esta noche no nos queda hueco para postre. Y a todo eso unos precios que también invitan a comer.
   Al día siguiente con el desayuno nos equivocamos. Pero no todo iba a salir bien. A la hora de comer decidimos quedarnos en la Plaza del Pilar en el bufet libre “Las palomas”   Yo comí ensalada muy variada acompañada de un trocito de tortilla de patata y unas rodajitas de salchichón más un postre de repostería. Pero Tomás, como suele hacer en estos sitios, se pasó y ya no quiso ni cenar. El café lo tomamos fuera, claro.
   Yo me quedé con gana de comer en un restaurante que se llama Gargantúa. Son graciosos estos aragoneses poniendo nombres a los sitios de comer. Podría haber ido tomando nota y ahora hacer un estudio del tema. Se me pasó.
   A media tarde llevé a mi marido a una heladería cerca de la Plaza del Pilar donde nos tomamos una copa riquísima parecida a esas que me tomo  en el verano con mi hijo y su chica. Como he dicho, Tomás no cena, se toma solo una cerveza. Yo repito la tostada vegetal.
   Con el desayuno del últimos día, éste sí un acierto, se acaba la experiencia gastronómica de este viaje.
   Pues sí. Al menos por esta vez hemos resuelto felizmente el asunto de las comidas. Esperemos seguir en la racha y que no haya sido un acierto momentáneo.

Empiezan las correrías
Jueves por la mañana,  nos levantamos a las 8 y a las 9 estamos en la calle. Desayunamos y emprendemos la marcha. Hemos decidido empezar por La Aljafería. Tomás sabe perfectamente dónde nos encontramos, dónde está el monumento y, cómo no, como llegar a él sin necesidad de mirar el callejero. Así, con la única orientación de su” brújula láctea” *empezamos a andar, andar, andar. En el sentido más literal y amplio de la palabra le damos la vuelta al ruedo pues acabamos en la plaza de toros y cuando decidimos mirar el plano vemos que hemos de darle la vuelta y tomar la calle tal. A todo eso estamos casi en el extremo opuesto de la calle de nuestro hotel. O sea, que hemos andado prácticamente en círculo sin llegar a ninguna parte. Esto en nuestros viajes es normal. Hay asuntos en los que somos incompatibles, aunque en cierto modo esto mismo nos hace complementarios. Mi marido con su dinamismo (yo le llamo atolondramiento) y yo con mi costumbre de mirar mapas o callejeros, pensar y decidir (él le llama lentitud). Esto nos lleva a perder mucho tiempo, a discutir porque a mí me fastidia andar para nada y mi marido dice que hay que callejear y ver toda la ciudad pero lo que hacemos, como en esta ocasión es….el tonto. Total que esa mañana de Aljafería, nada.
   Volvemos a empezar y llegamos a la Plaza del Portillo donde se levanta el monumento a agustina de Aragón, que aparece aquí como  Agustina  de Zaragoza; quizá a los zaragozanos no les apetece compartir a su heroína con toda la región. Se ubica justo frente a la iglesia en la que se halla su panteón. Parece ser que el lugar no se eligió al azar pues este fue uno de los enclaves donde se opuso mayor resistencia a los franceses en 1808. Las esculturas del monumento son obra de Mariano  Benlliure. Hacemos fotografías del monumento y seguimos. 

Foto de la autora. Monumento a Agustina de Aragón

    El caso es que después de andar no sé cuántos kilómetros resulta que hemos ido en sentido contrario, nos hemos alejado del objetivo. Pero no importa porque lo bonito en estos casos es “brujulear, conocer la ciudad, patearla, para eso hemos venido no para ir a tiro hecho a un sitio concreto”. Pues claro que sí y si la parte de la ciudad que estamos viendo no tiene nada de interesante pues da igual; el caso es andar hasta que los pies y la mente se rebelen. Y se rebelan hasta el punto de que no sé a cuento de qué le suelto a Tomás una de mis frases lapidarias de los últimos tiempos:” De los brillantes líbranos, Señor, porque brillan pero no alumbran”. Menos mal que le da por reírse porque la situación se está tensando un poco. De paso encontramos y fotografiamos la Puerta del Carmen y alguna cosa más. 

Puerta del Carmen

   ¿Conseguimos llegar a La Aljafería? Pues no. A base de andar al revés llegamos a la Plaza del Pilar, justo en el extremo opuesto. En fin, al menos ya estamos en un sitio concreto y conocido o, dicho de otro modo, ya sabemos dónde estamos. Un poquito antes están los restos de la muralla.
   Primero entramos a la Torre de la Zuda en la que hay una oficina de turismo y allí nos informan sobre los sitios y cosas que visitar, los autobuses turísticos y nos dan unos mapitas muy interesantes. La torre se halla sobre los restos de las murallas romanas. Se levantó sobre la torre del homenaje del alcázar de la Zuda o Azuda que había sido construido sobre uno de los torreones de la muralla romana que había sido arrasado por los musulmanes para hacerlo. Esta manía de los pueblos de destruir lo que encuentran para encima poner algo suyo: torres, templos, o lo que se tercie. Este torreón fue reedificado en la segunda mitad del siglo XVI. La Zuda está en la esquina noroccidental, pegada al Ebro. 

Foto de la autora. Torre de La Zuda

   Visitamos la Basílica considerada como una joya del arte barroco aragonés. El interior es de una extraordinaria grandiosidad y en el exterior destacan las numerosas cúpulas que le confieren un cierto aire bizantino y una gran belleza. . En el interior son fascinantes. Todas o casi, son cúpulas con pechinas, con tambor, con luz. La más bonita es la grande ovalada que recuerda a la de la Catedral de Sevilla. No se pueden hacer fotos. De todas formas es casi imposibles con una cámara normal  por la luz y las distancias y dimensiones.
   Es el resultado de sucesivas sustituciones y de obras que se prolongaron durante siglos. El actual edificio sustituyó a uno gótico construido en 1515 que a su vez reemplazó a uno románico que había sido arrasado por las llamas. Y no digo más porque para saber todo sobre la Basílica hay libros y está Internet.
   En el exterior resulta muy  atractiva fotográficamente hablando.
  Me propongo encontrar alguna postal que la reproduzca y me cuesta bastante, pero al final lo consigo. 


Cúpulas y torres de la Basílica del Pilar
   Después pasamos a la Lonja donde vemos una exposición sobre Los Sitios. Hay varias estos días diseminadas por diferentes centros oficiales de la ciudad. Aquí, se matan dos pájaros de un tiro, se ve la Lonja y la exposición. La Lonja es un edificio del siglo XVI en que destaca el techo de bóveda estrellada.
De allí pasamos a La Catedral o Seo. Tiene esta una historia complejísima que dio lugar a la construcción actual en la que se mezclan restos de la catedral románica del siglo XI, por ejemplo en la zona inferior de los ábsides (en el exterior). En el exterior, en el ábside central observamos un primer cuerpo románico, un segundo gótico y mudéjar (siglo XIV) y para terminar una cornisa adornada con cerámica de colores (azul, verde y blanco) Por su parte, la fachada principal es neoclásica. O sea una auténtica mezcla de estilos.


Foto de la autora. Ábside de La Seo
   Pasamos después por el famoso Arco del Deán y por el Teatro romano.


Foto de la autor.Arco del Deán

   Nos llama la atención la cantidad de cosas nuevas que estamos encontrando respecto a la otra vez que estuvimos aquí con los hijos aún pequeños. Caemos en la cuenta de que no sólo han pasado muchos años sino que hace uno fue sede de la Expo y eso ha hecho florecer la ciudad en un amplio sentido de la palabra.
   Hacemos muchas fotografías de los edificios, fuentes, etc pero sobre todo de las torres del Pilar. En general las torres son mi debilidad a la hora de fotografiar edificios.
   Mientras paseo por estos lugares no puedo evitar ir canturreando una canción que me enseñó mi abuelo materno que habla de las palomas del Pilar: Aunque parezca una tontería no me resisto a transcribirla.
Palomas, palomitas,
Palomitas del Pilar
Símbolo de la pureza
        De emoción me habéis hecho llorar.
       Yo quisiera virgencita
        Patroncita de Aragón
        Por la escalera de un rayo
        Llegue al cielo mi canción.
       Ay, ay, ay, ay volando van
        Por el cielo las palomas
        Las palomas del Pilar.
   Parecerá una tontería pero para mí tiene un gran valor sentimental.  
Se está haciendo hora de comer y decidimos irnos hacia la zona del hotel para poder descansar prontito.
*Nota de la autora: Tomás siempre dice: es que tengo una brújula (natural, se entiende) que es la leche.
    La tarde.
   No tan perdidos como por la mañana, pero tampoco mucho más orientados, tras otra larga caminata que nos lleva por calles y plazas que no habíamos visto antes conseguimos llegar a la Aljafería con el tiempo justo para verla sin que nos den con la puerta en las narices como nos pasó la memorable tarde de Silos. Es bonita, ha merecido la pena pero después de haber visto la Alhambra de Granada y la Alcazaba de Málaga deja un poco fríos. Hay que tener en cuenta que ha sufrido muchas obras de superposición, como siempre y todo, y de restauración.
Se trata de un palacio de recreo, fortificado, construido en la segunda mitad del siglo XI para residencia de los reyes hudíes de Saragusta. Su importancia se debe, además de a su belleza, a que es el único testimonio que nos queda de un gran edificio de arquitectura islámica hispana de la época de Taifas.
Hoy, debido a la expansión urbana, ha quedado integrado en la ciudad, aunque originariamente se hallaba extramuros.


Panorámica de la muralla. Foto de la autora.


Detalle de ventana y techo. Foto de la autora

   Salimos y nos encaminamos otra vez a la zona del Pilar. Tenemos la suerte de gozar de una bonita puesta de sol desde los puentes que cruzan el Ebro en las cercanías de la Basílica: el del quinto centenario y el de Piedra 

Efectivamente la puesta de sol fue magnífica y la capté

   Se hace tarde y aún tenemos otro paseíto hasta la zona del hotel donde cenaremos.
Incluyo otro comentario de mi hijo, hecho cuando le cuento nuestras andanzas, porque ilustran sobre nuestros viajes.
   “Bueno, como lo explicas en la nota, no tengo que llamarte para preguntarte por ese concepto tan divertido de la "brújula láctea" que tanto me ha llamado la atención.
 Ay, ay, ay, cuando leo tus relatos de viajes me muero de risa, porque me acuerdo de la de veces que hemos pasado por esa situación y hemos escuchado aquello de "lo bonito es callejear y no ir a tiro hecho, bla, bla". Alguna vez hay que poner en práctica eso de: "bien, Tomás, tú ve a callejear y nos encontramos en el lugar al que nos dirigimos, que yo/nosotros vamos a tiro hecho". Esas cosas del papi son para matarlo cuando estás pasándolas, pero luego te hacen reír. Vamos, a mi me hacen reír ahora que hace tiempo que no las sufro. Entonces pensaba de manera diferente, y apuesto que tú lo haces en este momento…….”

 
Viernes 24. La mañana.
   Nos levantamos a las 8 y a las 9 estamos en la calle.
   Desayunamos y nos dirigimos a la zona de la que parten los autobuses turísticos pues hemos pensado dedicar el día a recorrer Zaragoza en este medio para ver todo lo posible sin agotarnos.
   Naturalmente no podríamos hacer las cosas bien desde el principio, Es nuestro sino.
Como nos han hablado de un autobús azul y otro rojo y nosotros queremos viajar en el rojo, por el itinerario, cuando llega uno que va pintado de cualquier color menos rojo, a pesar de que la hora es la que señalan los horarios que nos proporcionaron en la oficina de Turismo, pues lo dejamos ir y, una vez que se ha ido, Tomás se acerca a preguntar al joven que estaba junto a la puerta y que ahora se sienta a esperar que llegue el siguiente. ¡Oh, sorpresa! El bus que se acaba de ir, aun no estando pintado de rojo, era el nuestro. ¡Tampoco costaba tanto preguntar antes!
   Bueno, no perdamos la calma.
   Mientras esperamos me acerco a una tienda que hay en la esquina y compro unas cositas para los nietos.
   Al fin en el bus. Hacemos un recorrido muy interesante. Prácticamente vemos toda la ciudad. Además nos van diciendo qué es lo que vemos, por dónde pasamos y cosas que podemos ver luego a pie.
   Nos han hablado del Patio de la Infanta que está en el interior de Ibercaja y allá que nos encaminamos nada más apearnos. Otra vez la metedura de pata. Nos encontramos ante un edificio moderno al que es difícil saber por dónde se entra. Miramos la guía y nos equivocamos pues al ver el nombre de la Caja en epígrafe creemos que nos hemos equivocado de sitio y que tenemos que ir al Museo Camón Aznar. Otra vez para atrás. No encontraremos el Museo hasta la tarde. Luego, al leer despacio el folleto me doy cuenta de que estábamos en el sitio adecuado, nos faltó leer despacio, y entrar. Claro ahora resulta que Tomás de lejos ve muy bien pero de cerca….(de lejos un lince, de cerca un topo; desde que se operó) Y yo con las progresivas necesito mi tiempo, y si ellas también. Necesito mi tiempo. Total, una chapuza más no importa.
Para hacer tiempo vemos el  Museo del Foro Romano o de Cesaraugusta. Se encuentra éste, bajo el suelo de la plaza de La Seo. Como su nombre indica encierra restos arqueológicos hallados en excavaciones que tuvieron lugar  entre los años 1988 y 1991, justo en el lugar que ahora ocupa el Museo y aquí se han conservado
Me recuerda al de Valencia, La visita incluye la proyección de un video muy interesante narrado  por una voz que simula ser el rio Ebro. alguna foto
Comemos en Las Palomas y nos vamos a descansar un ratito. foto del bufet
 Por la tarde
Paseo en el bus azul que nos llevará a la zona de la Expo o lo que queda de ella.
Después conseguimos encontrar el Museo Camón Aznar donde vemos una exposición de Goya y un Patio bonito pero que no es el de La Infanta. Ese ya se queda para otra vez.

Tomamos un helado, paseamos, hacemos fotos y nos vamos hacia el puente de hierro o del Pilar porque se me ha metido en la cabeza que desde allí tendré unas buenas fotos

¿No es magnífica?

Y ¿Qué decir de esta? .
Estas fotos del río me han recordado aquella canción que decía algo así como:
El Ebro guarda silencio
Al pasar por el Pilar,
La virgen está dormida,
No la quiere despertar
Era bastante más larga pero no recuerdo más. Es curioso cómo acuden los recuerdos de pronto,sin saber cómo. Una imagen nos trae otra,similar o totalmente distinta; o una situación vivida o una canción,como en este caso. También suele ocurrir que las canciones nos lleven a otros momentos de nuestra vida o a personas relacionadas con ella, como me ha ocurrido con la de las palomas del Pilar que me llevó a mi abuelo y a una edad no superior a los diez años.¡Ha llovido desde entonces!
A cenar, hacer las maletas y dormir.
Este viaje parece aquella novela de "Las tribulaciones de un chino en China". No sé por qué razón me ha venido el título este a la cabeza, aunque siempre me hizo mucha gracia cuando era niño y aún hoy. Es la ley de Murphy, que cuenta con una adaptación extrema en nuestra familia: la ley de Tomásmurphy o algo así, y que apunta la obligatoriedad de preguntar siempre tarde, mirar a toro pasado la información en la guía y cosas así, que hacen muy divertido cualquier viaje familiar.”
Otra vez las chanzas de mi hijo. Es que en otros tiempos él sufrió estas situaciones.
 Sábado 25.Nos vamos
   Nos levantamos a las 8’15. Lo dejamos todo preparado para volver a recogerlo hacia las 11.
   Desayunamos en Minerva y nos vamos a dar un paseo. ¡Qué pena! No contaba con tener este tiempo y he dejado la cámara en la maleta. Lo siento porque me he perdido algunas buenas fotos.
   Nos encaminamos  hacia el puente de hierro y un paisano de 80 y no sé cuantos años entabla conversación con nosotros. Con él paseamos un ratito hasta que decidimos tomar el otro lado del puente y nos despedimos. Hace una mañana deliciosa para pasear y la zona del río invita aún más a ello.

   Por fin volvemos al hotel, nos vamos a la estación y allí mientras esperamos la hora del tren tomamos un café.
   Vamos a hacer nuestro primer viaje en AVE y ha sido una decepción. Hemos ido como piojos en costura, ni cabían las maletas cuando hemos subido. Una pena.
   En Madrid comemos, esta vez en Atocha en donde nos sentimos un poco perdidos pues siempre vamos a Chamartín.
   Por fin a las 4’30 en nuestro último tren camino de casa. Ahí sí ha habido snack, he leído, dormitado, mirado el paisaje.

   Antes de las 10 estábamos en casa tomándonos un yogur como cena. Eso sí, antes he avisado a todos mis pulgarcitos de que hemos llegado

   Siempre que mi amiga Constanza sale de viaje, desde tiempo inmemorial espero ansiosa a que me cuente, vía oral o escrita sus andanzas. Le agradezco mucho que me permita pasarlas a mi blog.

Información de interés:

 

Museo del Foro de Cesaraugusta - Que visitar en Zaragoza .

 Catedral del Salvador de Zaragoza - Wikipedia, la enciclopedia libre

Torreón de la Zuda en la Ciudad de Zaragoza - Turismo de Zaragoza


¿Os apetece comentar algo? Espero.