Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

miércoles, 31 de octubre de 2018

Los Bunddenbrook de T. Mann Premio Nobel 1929.




   Mucho de autobiográfico se puede rastrear en esta novela del autor de La montaña mágica y Muerte en Venecia.
  Nació en Lubeck, lugar donde se sitúa la acción de la novela; en una familia burguesa cuyo padre es un rico comerciante en cereales heredero de una familia que había recibido de la Marca Hanseática tradición y riquezas. Esta sociedad burguesa es la que va a retratar en Los Bunddenbrook.
  Vivirá también en Múnich, en Roma, en el sanatorio de Davos en Suiza; Zúrich, Praga, EEUU para terminar en Niza (suicidio). Hizo ciertas incursiones por los campos de la Metafísica, la música y la medicina.
  Muchas de estas circunstancias se verán perfectamente reflejadas en la obra que nos ocupa.
  Se compone esta de once partes divididas en número variable de capítulos.
  Podríamos considerar la primera parte como una introducción general. Se nos presenta a los personajes de la familia y algún otro que desempeñará más tarde función más o menos destacada. Estos personajes aparecen casi hacinados a lo largo de los cuatro primeros capítulos. La ocasión para reunirlos a todos ha sido inaugurar una casa, cena incluida, que supone la confirmación del ascenso económico y social de la familia.
  Ya desde el primer momento el narrador va ofreciendo indicios de la personalidad, incluso de los niños, de casi todos los personajes. Así como del sentimiento religiosos de la familia y sus ideas sociopolíticas.
  La acción de toda esta primera parte se desarrolla en ambientes de interior. Una sala y un comedor, básicamente, que aparecen descritos con un detallismo propio del mejor escritor realista. Ni un detalle escapa a la mirada del narrador que no quiere dejar nada a la imaginación del lector.
  Otro tanto sucede con los personajes a los que describe con una minuciosidad casi obsesiva. Una descripción física, que se repite o amplía a lo largo de toda la novela, completada con la de los rasgos morales y psicológicos, que acabará siendo un mosaico de espléndidos retratos.
  Pero no queda aquí su detallismo. Casi podremos saborear las comidas, percibiremos los olores y los colores, los sonidos: silbaba el viento y caía una lluvia helada y tenue.
  Podemos seguir, y así será a lo largo de la obra, los movimientos, gestos, risas, palabras, voces, de todos y cada uno de los personajes.
  Acabada la cena que se describe con todo lujo de detalles, habrá casi una visita guiada por la casa de tal modo que no nos habrá quedado un rincón por contemplar.
  Se cierra esta primera parte, en el capítulo diez con la carta que escribe un personaje ausente, hijo del patriarca de la familia Johann Bunddenbrook y un primer matrimonio, que fue rechazado por llevar a cabo una boda que no gustó a su padre. Aquí se detalla hasta el tipo y tamaño de la letra y los renglones de la carta,
  Aunque la acción podría considerarse iniciada in media res, se aprovechan algunas circunstancias para hacer referencia a los inicios de la saga.
  Se inicia, así el relato, en un momento que podríamos considera álgido en la familia.
  En cuanto al tiempo, abarca unas horas.
  La Segunda parte, nos traslada a dos años y medio adelante.  El cónsul Johann Bunddenbrook, el hijo mayor, se ocupa ahora de los negocios. Nos invita el narrador a compartir la vida cotidiana de la familia: sus momentos de trabajo, las labores de las mujeres, las horas de las comidas…Ya en el primer capítulo nacerá la segunda niña del cónsul y su esposa Elisabeth, Klara. La mayor, Toni, ya aparece en los brazos del abuelo en las primeras líneas de la novela.
  El nacimiento de esta niña sirve para que el cónsul deje la reseña en su diario de familia y dé un repaso a toda la saga desde su abuelo.
  El Patriarca y su mujer mueren poco distanciados en el tiempo. Esta muerte convierte a Jean en el cabeza de familia, en el referente para toda la sociedad en la que se mueven. Su primogénito Thomas pasará a dedicarse con su padre a los negocios.
  En esta parte se dedica bastante espacio a retratar a los hijos del Cónsul. Van siendo mayores y los problemas se multiplican. Thomas es el más sensato. Toni tiene 18 años y hay que ir pensando en casarla. Aquí surgirá el principal problema, que va a convertir a esta joven prácticamente en la protagonista de la novela y cuyos fracasos matrimoniales afectarán a toda la familia en diferentes aspectos. Y será casi la metáfora de la decadencia familiar. No olvidemos que viven en una sociedad burguesa, de una pequeña ciudad y que cualquier fallo se paga caro. De hecho, su primer divorcio supondrá, en cierto modo, el inicio de la caída. Christian, el segundo hijo es como el contrapunto de Tom en todos los sentidos: irresponsable, poco trabajador, algo bohemio …
  Casi toda la tercera parte gira en torno a Toni. También recoge crítica social, sobre todo de la nobleza de cuna.
  La cuarta, recoge el divorcio de Toni, el inicio de los cambios sociales y la muerte del Cónsul.
  La quinta parte se inicia en 1855 con la lectura del testamento que como es habitual acarrea ciertas desavenencias entre los hermanos e injusticias.
  Tom, el primogénito se convierte en el nuevo padre de familia, responsable de todo y todos. Problemas con Christian.
  En la sexta asistimos a otro fracaso matrimonial de Toni cuya hija va a seguir sus pasos. También se casa el Cónsul, Tom, que acabará siendo elegido senador, en tanto parece que sigue el progreso familiar. Pero el descendiente tan necesario en estos casos, no llega.
  Por fin en la séptima parte asistimos al bautizo de un heredero que va a ser más que la alegría de su padre, su tortura. El niño es enfermizo, raquítico y raro. Puede ser un indicio de la futura decadencia de la familia, que se va fraguando en los siguientes capítulos.
TIEMPO
  Arranca la acción en el año 1835 y acaba en 1877. O sea que dura 42 años. Lo deducimos de la edad de Toni que al iniciarse la novela tiene 8 años y al final 50.
Cabría señalar que hay segmentos de tiempo vacíos. Por ejemplo, entre el final de la primera parte y el principio de la segunda han transcurrido dos años y medio.
  A veces se indica la hora del día bien de forma directa, bien a través del sonido de las campanas. También se dan fechas concretas: 1835, al principio; recordando la fecha en que fue construida la casa:1682; 1806 al referirse al origen de unos cubiertos;
  Parece que es importante reseñar la estación del año. Puede ser a través de vestimenta de los personajes, de alusión a chimeneas encendidas o ventanas abiertas, o reuniones en el jardín; también el estado del tiempo: llueve, hace calor, etc.
NEGOCIOS
 No solo son el modus vivendi de esta familia, son su sustento, su orgullo dentro de su sociedad, pero también el gran problema. Son tema de conversación, suponen rencillas entre los hermanos, la causa de los enlaces matrimoniales que, suelen ser un fracaso. A través de ellos se encumbró la familia y también se hundió.
  Son el medio de que se vale el narrador para hacer una considerable crítica social. En este sentido, tal vez, cabría destacar la actitud de Toni y de Tom.
PERSONAJES
  Auténticos retratos. Los rasgos físicos remiten a los psicológicos, al temperamento, etc. También los de la familia acumulan rasgos definitorios de su genética: las manos, los labios, la barbilla o los ojos; un gesto al hablar, una forma de sentarse; cualquier detalle es bueno para identificar a un personaje. Se hace hincapié en los parecidos físicos.
  En cuanto a los extrafamiliares, es frecuente la insistencia en detalles que podrían pasar inadvertidos, y que suelen ir de lo particular a lo general o viceversa.
  Eso sí, la belleza está ausente incluso en las mujeres. ¿Puede esto formar parte de la crítica a esta sociedad burguesa que todo lo cifra en el dinero y en las apariencias?
  Son innumerables los personajes de esta novela y todos, hasta cierto punto, tienen una función importante. Todos de una forma u otra contribuyen al desarrollo completo de la trama, pero indudablemente los miembros de la familia son los más importantes. Entre ellos cabría deslindar los varones de las mujeres.
  Entre los varones, sin lugar a dudas, los protagonistas son los dos cónsules padre e hijo, es decir Johann y Thomas Bunddenbrook. Son los responsables directos del prestigio familiar y empresarial. Se les describe como elegantes en el vestir y demás actos de su vida. Responsables hasta en las circunstancias más íntimas o emocionales. Capaces de sacrificar no solo sus sentimientos sino también los de sus descendientes en aras de ese prestigio que es casi su única meta.
  Entre las mujeres, podríamos destacar a la consulesa madre que sobrevive incluso a una hija y que estará presente en los acontecimientos familiares, como cualquier matriarca, casi.
  Pero sobre todas, tal vez habría que destacar la figura de Toni. Es una mujer que nos resulta simpática y casi odiosa por igual. Cuando al principio de la novela la conocemos niña nos despierta simpatía, así como cuando joven es capaz de rechazar a un pretendiente impresentable, enamorarse de alguien que no pertenece a su clase, soñar, en una palabra. Luego puede despertarnos compasión cuando la vemos renunciar a sus sueños por ver feliz a su padre y contribuir al bien familiar; cuando la vemos fracasar una y otra vez y ser desdichada. Pero Toni acaba ofreciendo otra cara muy similar a la de los hombres de la familia: el dinero, el orgullo, la ambición, por encima de todo.
Tal vez se la podría considerar la metáfora del ascenso y caída de esta familia.
LA MUERTE.
  En principio van muriendo los ancianos. Llega un momento en que también muere una persona joven para terminar con la muerte de un niño.
  Algunas muertes tienen, podríamos decir un carácter normal. Una persona anciana que muere en su cama; otras casi rocambolescas.
  La primera en morir es la anciana consulesa. De un ¿” resfriado”? y por la edad. Un glacial día de enero, unos seis años después de haberse instalado en la nueva casa…
  Habría que recordar al médico, auténtico esperpento de la medicina, pero no olvidemos en qué años se desarrolla la acción.
  Dos meses después, muere el cónsul. Encontramos aquí el tópico, que no por entrañable deja de serlo, de la pareja que no soporta la falta de su cónyuge.
  El siguiente en morir es el cónsul Johann Bunddenbrook, hijo. Un domingo de finales de verano del 55. Sentado en su butaca mientras la familia lo espera para un paseo por el campo.
. Cada muerte acarrea un cambio en la dirección de los negocios. Ahora será Thomas (Tom) el cabeza de familia.
  Antes que su hermano mayor muere la benjamina de la familia Klara.
  La anciana consulesa morirá tras una larga agonía producida por una “pulmonía doble”. Se hace referencia al hecho de no querer administrarle paliativo alguno,
pues debía alargarse esa vida lo más posible. ¡Cómo nos recuerda esto casos mucho más recientes y su problemática!
 La muerte del último cónsul fue, dadas las circunstancias, casi esperpéntica. Murió por una infección en una muela, en medio de la calle, solo, quedó cierto tiempo en el suelo, boca abajo, embarrado, hasta que unos transeúntes los vieron.
  Va a significar esta muerte el final del apogeo de la familia, pues, además el heredero, que siempre ha sido un niño enfermizo y al que su padre no conseguía llevar a su terreno, muere
  El capítulo tres de la undécima parte se inicia con unas detalladas explicaciones sobre el tifus, enfermedad de la que morirá el pequeño Johann. No es otra cosa que el preludio de la muerte del niño.
  Los detalles sobre el estado de la medicina en la época son muy ilustrativos.
LA MÚSICA.
  Ya he dicho que el autor hizo incursiones por el mundo de la música, al que dedica casi exclusivamente el capítulo VI de la octava parte Queda este hecho fielmente reflejado en Gerda (la esposa de Tom), y el señor Edmund Pfühl. Ambos unos apasionados de la música. Dialogan y discuten, a veces, sobre aspectos de dicho arte y sobre la interpretación; sobre compositores, etc. Un tema recurrente en el señor Edmund Pfühl es el de la harmonía.
Curiosamente ha llegado a mis manos, tras la lectura de esta novela, un   relato de Honoré de Balzac “Gambara”, escrito en 1836 para La Revue et Gazette Musicale. Versa sobre música y uno de los puntos en que insiste es precisamente en la harmonía. Para Balzac la música era la más elevada de las artes
ESPACIO
  Igual que los personajes detallismo. Interiores: varias casas y en ellas salones, distribución, decoración. Un ejemplo digno de mención es el inicio de la novela.
Exteriores: jardín, campo, playa.
COMIDAS
  Suelen ser excesivamente abundantes. Por ejemplo, la cena de la primera noche consistió en sopa vegetal con pan tostado; a continuación, pescado; seguirá un plato de jamón ahumado y cocido acompañado de una salsa picante(chalotte)y legumbres; luego “El plato ruso” combinación espiritosa y picante de frutas en conserva. Aún les queda gana a las señoras de hablar de recetas culinarias. Por fin el postre “el platten pudding”.
  Otro ejemplo de comida, y con este lo dejo: mejillones en salsa, sopa julienne, lenguado al horno, asado de ternera con puré de patatas y coliflor; pudding de marrasquino y Roquefort con pan moreno de Westfalia.
Es un detalle curios que he observado en muchos autores este de incluir con todo detalle las comidas. Será cuestión de hacer un estudio del asunto.
ASPECTOS LINGÜÍSTICOS.
  Al tratarse de una traducción nunca conoceremos con exactitud estos aspectos. No obstante, podremos señalar la riqueza de vocabulario a la hora de realizar las descripciones, incluso las de las enfermedades, tanto de ambientes como de personajes, sin olvidar las de las comidas.
La narración es fluida, lo que facilita seguir con interés una novela tan extensa y compleja como esta.
También cabría señalar el acertado uso del diálogo.
La mejor manera de disfrutar esta novela es leerla.

domingo, 14 de octubre de 2018

Viaje a Lanzarote. Enero del 2004



    Constanza, unos meses después de su viaje a Lanzarote, me envió lo que llamó un resumen del viaje. ¡menos mal que es resumen!
   -Habrá que ir pensando en visitar las islas Canarias.
   - ¿No son demasiado turísticas?
   -Depende de para quien y de cómo las visites.
   -Tienes razón. Pues entonces quiero empezar por Lanzarote. Acabo de leer “Cuadernos de Lanzarote” de Saramago y tiene una forma de hablar de la isla que me han entrado ganas de visitarla. También a ti te gustará pues creo que quedan pocos rincones tan naturales y espectaculares, al mismo tiempo, como en esta isla.
   - Bien, pues tú ve buscándote información y yo me encargo de las reservas.
   El Viaje.
   Jueves 15 salimos para Madrid. Hay novedades. Han sustituido el antediluviano TALGO por un ALTARIA. Además, creo que por primera vez hemos decidido viajar en Preferente. Nada más ponernos en marcha nos ofrecen un zumo con galletitas; a eso de las 11 un desayuno completo. Yo leo todo el viaje. “Merlín y familia” de Álvaro Cunqueiro. Comemos en Chamartín y salimos hacia el aeropuerto donde habremos de esperar unas horas. Con los viajes mi intestino se revuelve y si son de avión, ni te cuento.
   -Cariño, ya sé que luego compensa, pero no sé si te perdonaré los malos ratos que paso en los vuelos.
   Seguiré leyendo. El despegue y aterrizaje con toda puntualidad. Aterrizaje tan perfecto que el público aplaude. Ahora una sorpresa. –“Les habla el comandante Llaneras. Debido a que hemos tenido el viento de cola llegamos con varios minutos de adelanto”. No nos dan cena en el avión, cosa un tanto rara. ¿Cenaremos?, nos preguntamos.
   Llegar, recoger las maletas y reunirse con el enviado de Travel que nos acompaña al hotel. Llegamos tarde para la cena oficial pero como nos esperaban nos han preparado una cena fría que podemos tomar en el comedor de fumadores que está en el jardín.
   El hotel es el Hesperia Hotel Playa Dorada sito en Playa Blanca, municipio de Yaiza. Es bonito y bueno. Tiene forma de herradura. Estamos en uno de los extremos, en la planta baja, junto al jardín y las piscinas. El despertar es sorprendente. Desde el balcón hay unas vistas espléndidas de la playa. 

   El desayuno ha de ser antes da las nueve, las diez en la península. No me molesto en cambiar la hora, prefiero ir quitando una, es más divertido. Esa noche duermo como un lirón bajo el efecto de los dos cicladas y el relajo de haber terminado la etapa “Viaje”
   Visitando Lanzarote.
   Después de desayunar hacemos un recorrido por el hotel jardines, piscina, mientras hacemos hora para reunirnos con la guía de Travel Plan que nos ha citado a las diez.
   -buenos días. Me llamo Cristina. Les voy a ofrecer varias excursiones y ustedes eligen todas, alguna o ninguna.
   Contratamos la visita nocturna a “los jameos del agua” para el sábado noche y Timanfaya para el lunes.
   Ese primer día lo dedicamos a recorrer Playa Blanca, los aledaños del hotel, y la Punta del Papagayo. Siempre por la orilla del mar.


    Llegamos a una urbanización muy bonita donde había un hotel que de lejos parecía un volcán con un pueblecito en su falda, sus iglesias y todo. Resultó que el volcán era la cúpula de lo que debía ser la recepción o algo así del hotel y él mismo es el pueblecito. ¡Curiosísimo!¡Y ya llevo un carrete!


   Al día siguiente alquilamos un coche para visitar la isla por nuestra cuenta. Primero dirección Yaiza (como es natural nos perdemos y hemos de volver unos kilómetros) hacia Arrecife y parando en Puerto Calero para hacer fotografías. Una curiosidad es la presencia en casi todas las rotondas de los móviles diseñados por César Manrique. Pero nuestro destino, de momento es Tías donde vive Saramago. Al menos es mi destino secreto. Sueño que me podría encontrar con el autor de tantos libros que últimamente han llenado mis horas de lectura, que podría incluso intercambiar algunas palabras con él. Pero lógicamente no digo nada. Siempre en dirección Tías, nos desviamos un poco hacia Puerto del Carmen para ver el mar.

   Como la hora de nuestro estómago sigue siendo peninsular, decidimos ir derechitos a comer en Tías de Fajardo que es su nombre completo.  Cosa rara, encontramos pronto un restaurante, el Mamá Lola. Es pequeño, acogedor y está cerca de la carretera que divide el pueblo en dos. Procuro que nos instalemos en una mesa próxima a un ventanal desde el que se ve la parte alta, lo que debe ser aquello que Saramago llama la Montaña Blanca y que sitúa tras su casa
.
“subí ayer a la Montaña blanca…” “…la Montaña blanca estaba allí, parda, alta, seca…” (Saramago)
   El pueblo: bajo el mar, en el centro la carretera y al otro lado como telón de fondo su volcán, sus montañas, como en toda la isla. Yo seguía recordando a Saramago cuando dice que los montes están para subirlos. Parece una tontería, pero si uno se fija es que nos lo piden. Me habría gustado corretear más por la zona, haber paseado por donde, quién sabe si no habríamos encontrado al escritor subiendo su montaña, pero esta parte no debía aparecer en las notas de mi marido pues no se contempló esa posibilidad.
   Había que estar temprano en el hotel para descansar un poco, cenar y estar listos para la excursión nocturna a “Los jameos del agua”
   Para un amante de la naturaleza, esta isla es un museo. Y hay que agradecer todo lo que César Manrique hizo allí, precisamente para preservar esa magnífica naturaleza.
   Llegamos hacia las diez y media. La entrada es impresionante. Conforme una se adentra por aquellos túneles, pasillos y plazas, el corazón se va encogiendo. Ese juego de negro y blanco, ideado por Manrique y que domina en la isla, cobra allí un aspecto fantasmagórico, espectral. Va una recorriendo estrechos pasadizos, subiendo y bajando irregulares escaleras, sorprendida por los juegos de luz para de pronto encontrase junto al lago del Jameo Chico, con sus cangrejitos blancos y sus reflejos. Es alucinante, sorprendente. Aquí se nota una cierta corriente de aire y al mirar hacia arriba se ve un orificio de considerable tamaño lo que nos hace pensar que no estamos exactamente en una cueva.
   Se llega después al Jameo Grande, con su blanca y azul-verde piscina artificial pero perfectamente integrada en el entorno ambiental. Una catarata de agua y luz la alimenta. Aquí, notamos la brisa del mar y, al mirar otra vez hacia arriba, nos damos cuenta de que estamos en una especie de gran agujero con el cielo estrellado sobre nuestras cabezas. Todo lo inunda el silencio, una música suave y el sonido del agua. Por fin llegamos al Auditorio “ese asombroso tubo volcánico que se diría que los sonidos están desprendiéndose de la propia roca” (Saramago)
   Se sigue ahora por las galerías superiores para, por fin bajar a presenciar un espectáculo folclórico que se ofrece al visitante. Es curioso, pero en realidad no es necesario. Lo que apetece es sentarse a mirar esos juegos de claroscuro que embargan el alma.
   Vuelta al hotel con el alma henchida de emociones.
   Dice Saramago: “Es necesario ver lo que no fue visto, ver otra vez lo que ya se vio, ver en la primavera lo que se vio en verano, ver de día lo que se vio de noche…”
   Aplicamos al pie de la letra porque vimos lo que no habíamos visto, y porque volvimos a ver cosas en momentos distintos y desde perspectivas diferentes. Por ejemplo, visitamos los jameos del agua, primero de noche. Al día siguiente volvimos para ver de día lo que habíamos visto de noche. Volvemos a alquilar   coche y ¡A los Jameos, otra vez!
   A las nueve en marcha. Intención: Los Jameos y alrededores, para terminar en la Fundación Cesar Manrique. ¡Por todos los dioses de todos los Olimpos! ¡otra vez! Al tomar la circunvalación” nos equivocamos” (como siempre por culpa de las señales de tráfico que están mal puestas y nos pierden, solo a nosotros, claro) y vamos a parar a Costa Teguise. Por fin parece que hemos tomado la buena dirección (Lanzarote Norte). Encontramos el Jardín de cactus, al que no podemos entrar porque hay huelga de no sé qué. Seguimos y cuando parece que ya vamos derechitos a lo jameos ¡Oh consternacione! Otro error. Ahora vamos camino de Órzola,casi el final de la isla. Terminaremos en el mar. Menos mal que tenemos tiempo. Otro despiste no lleva a “El mirador del Río” pero ¿es posible? ¡Está cerrado! ¿Quién podría pensar en un mirador cerrado al público de diez a doce? Pues sí. Aquí todo es posible. Parece que es también por la huelga. Decidimos esperar y por fin entramos.
   ¡Cómo no! otra de las ideas de Manrique. No es un mirador de ir por casa. Es un gran salón acristalado(mirador) con bar y chimenea y unas lámparas diseñadas ¿por? Sí, sí, por el mismo. Al exterior una galería en la que da gloria estar. Se ve enfrente la isla Graciosa, con su único trocito habitable, los barcos cruzando el estrecho Río, y toda la costa acantilada de Lanzarote
Galería exterior del mirador


    Una no se iría de allí como no se van las   aves que merodean y el cuervo que parece posar en una roca para que yo lo fotografíe. 
Y dijo el cuervo "nunca más"
    Las tonalidades del mar y las rocas no parecen reales. Más bien el capricho de un pintor muy imaginativo.
   Por fin llegamos a los Jameos, ilusionados y no nos defrauda. Como es natural ahora la impresión es totalmente distinta a la de la noche anterior. Como dijo Saramago en su día

            ”. Vi como un chorro de luz bajaba de un agujero en el techo de la caverna…”.   
   Efectivamente por ese agujero que la noche anterior se adivinaba, ahora entra la luz y aquella parte de la cueva que cual visiones fantasmagóricas se reflejaba en el agua, ahora se refleja también, pero como un enorme boquete de luz surcado de caminitos zigzagueantes limitados por vegetación. Es difícil reconocer el lugar. Pasamos un buen rato contemplando cada rincón y a los cangrejos ciegos y casi transparentes. Fotografiamos todo, todo. Me va a costar un ojo el revelado.

De día

   Ascendemos al Jameo Grande. Ahora lo que impresiona es la conjunción piedra-vegetación. Cada rincón es una delicia. 

De noche
    Si por la noche el juego era de los colores negro y blanco, ahora se suman el verde, rojo, amarillo, anaranjado de las flores. Indescriptible, salvo que se sea un gran poeta. Como yo no lo soy lo dejo aquí


   Comemos en Punta de las Mujeres en un “restaurante típico canario”. Comer lo que se dice comer …mejor corramos un tupido, púdico y estúpido velo. En cuanto a lo de “típico” mejor que no lo sea, por el prestigio de las islas. Continuamos en busca de la Fundación Manrique, la encontramos (no con mucha facilidad) pero como está claro que no es nuestro día, está cerrado. No abre los domingos. ¡Normal!
   De regreso vemos las salinas de Janubio, los hervideros que me impresionan enormemente, y el Golfo. La laguna verde 
La laguna vista desde arriba

La laguna vista a su nivel
   Para ciencia ficción los hervideros. Emiten un sonido aterrador. Lugar alucinante, desolador. Me impresionó aquel panorama. Me dio miedo y no fui capaz de recorrer todo el espacio. Allí las emociones se asocian a la idea de la muerte. Dije que tenía frío y me fui al coche.
   Por fin en el hotel. La cena, así como los desayunos, hacen olvidar cualquier desafortunada comida.
   Dice Saramago que “la noche en Lanzarote es cálida, tranquila…”. Demasiado tranquila, demasiado oscura para mí. De noche se cierne la oscuridad, la negrura sobre el negro volcánico de sus carreteras, malpaís, muros…
   Sin darnos cuenta ya han pasado tres días y entre la intención, las pérdidas y los despistes casi nos hemos recorrido la isla.
   Es lunes. Con relativa puntualidad nos recoge el autobús para hacer lo que pomposamente llaman “El gran tur” Las perspectivas que ofrece y nos vendió muy bien Cristina, son grandes. Una vez recogidos todos los viajeros, la guía hace las presentaciones e inicia su tarea de no callar en todo el día. Tiene un aspecto serio, voz agradable, pero con tono un poco cortante, a pesar de la gracia que manifiesta quizá más aprendida que natural y una dicción correctísima... Buenos días, me llamo Mar y les voy a acompañar todo el día. Intentaré que lo pasen bien y darles la mayor información posible.
   Otro de los lugares que no podré olvidar es Timanfaya.  “Desolación exaltada de Timanfaya” (Saramago) en excursión organizada. Fuimos por la mañana. Nos llevaron a visitar la parte que está abierta al público. Consiste la visita en un curioso paseo en dromedario. Pues no es el sueño de mi vida montar en dromedario. Yo me quedo sentada en una piedra y espero que regrese la comitiva. Hay que montar de dos en dos; ¡mi gozo en un pozo! Por tanto, en uno iremos mi marido y yo.  Resulta que al dromedario que me seguía un jovencito, o jovencita ¡yo qué sé!  le dio por acercarse a mí e intentar darme besitos. Yo iba nerviosísima y mi marido muerto de risa de ver mi cara de asco... La señora de atrás, le iba diciendo al marido: te aseguro que no era la mayor ilusión de mi vida montar en estos bichos; yo me volvía y asentí. Estaba de acuerdo. Dejando esta desagradable sensación a un lado, el paseo es interesante.

A punto de empezar la expedición
    Después, la Geria con sus peculiares plantaciones de viñas. 


   En Uga nos llevaron a visitar una bodega y nos aconsejaron probar tres vinos. Había que tomar primero una copita de blanco o malvasía; después, tinto y, por último, moscatel. Yo solo tomé el último, que icho sea de paso estaba para repetir, pero no me atreví a las 11 de la mañana con más.
   Seguimos con un recorrido menos agradable y gracioso. La comida para olvidar.
   Pero lo mejor fue el recorrido que nos hicieron, en autobús y sin bajar, por la tarde, por todo el parque. Fuimos viendo todos los cráteres, los lugares donde aún queda alguna casa medio sepultada por la lava y las cenizas de alguna erupción. 

Cráter llamado "El manto de la virgen"
Cuando se sobrevuela la isla se ve perfectamente.

Otro aspecto 

Espectacular cráter
   Y lo más llamativo: como entre la lava va creciendo vegetación, una especial propia de estos espacios. Nos dijeron que en un principio pensaron ir quitándola para dejar el aspecto originario del volcán, pero luego se pensó que debía dejarse pues es el proceso natural que sigue la naturaleza. Es precioso el contraste del verde radiante de la vegetación con el negro volcánico.
   Par terminar nos llevaron a una zona donde hacen exhibiciones con el calor que sale de las profundidades y a un restaurante, El Diablo, diseñado por Manrique, que utiliza el calor del volcán para sus cocinas.
   Al fin dejamos este abismo a cielo abierto para entrar en otro en las profundidades de la tierra: la cueva de los verdes, que me decepcionó.
   Todo en Lanzarote tiene el sello de César Manrique. Los Jameos, la urbanización de los pueblos siguiendo la tradición, jugando con el blanco, el verde y el azul del mar; su Fundación, que es o fue su casa, otra de las maravillas de la isla.; los móviles que aparecen en todas las rotondas…

Uno de los innumerables móviles que encontramos en la isla
    El último día volvemos a alquilar un coche para lo de la fundación Manrique. A punto de salir.
   -Espera. Saco el mapita de carreteras, lo tengo en la maleta, pero sé exactamente dónde.
   -No hace falta. Hoy ya vamos con los ojos cerrados.
   Efectivamente, fuimos con los ojos cerrados pues en la circunvalación de la capital en vez de tomar dirección N-O que es la de la Fundación tomamos dirección Arrecife y nos metimos de lleno en la ciudad.
Castillo de S. Gabriel por el puente de las bolas

Balcón en casa de Núcleo histórico


Esculturas en la línea del litoral

 Omito infinidad de anécdotas, discusiones, reflexiones, etc. por no considerarlas idóneas ni necesarias, 
  aunque tienen gracia. ¡De veras!!
   Por fin la Fundación. Otra maravilla. Valió la pena todo lo que vivimos hasta conseguir llegar.  

Un rincón de la casa

El jardín de la entrada
   Qué maravilla la del viaje a la isla de Lanzarote. ¡Por todos los dioses de todos los Olimpos, qué acertados estuvimos! No. ¡Qué acertada estuve!
Como despedida una magnífica puesta de sol.


  Por fin, regreso a Madrid y a casa.
  Mi buena amiga,en esta  ocasión, ha optado por transmitir solo las impresiones y emociones personales que el viaje le proporcionó.
   Espero que los lectores disfruten con esta lectura.