Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

martes, 15 de diciembre de 2020

 

  La Navidad en la Literatura

  La Navidad es un tema que ha atraído a escritores de todos los tiempos y lugares. Relatos, cuentos, poemas, piezas teatrales. Todos los géneros literarios están representados en obras con este tema.

  Podemos empezar por la literatura de la época medieval y renacentista. En el caso de España, algunas de las piezas teatrales más antiguas que conservamos son autos de Navidad. Así, el anónimo Auto de los Reyes Magos, de hacia 1200 o, unos siglos después, las piezas de Gómez Manrique “La representación del nacimiento de Nuestro Señor”; de Juan del Encina o Gil Vicente. Generalmente aparece un ángel anunciando el nacimiento de Cristo a unos rústicos pastores, que expresan su sorpresa y su alegría en un convencional dialecto literario denominado sayagués.

  Precisamente en la región de Murcia el Auto de los Reyes Magos goza de una tradición bien lejana. Parece que el texto de Aledo pertenece a finales del siglo XIII. En Churra esta tradición se remonta al siglo XVIII.

 Tiene este Auto que se representa en las tierras murcianas la novedad de haber adquirido ciertos tintes regionalistas. Se incorporaron al texto dos personajes, Jusepe y Rebeca que son huertanos y hablan murciano. Este hecho supone un atractivo añadido para el gusto del público. De hecho, yo que vi representar el auto más de una vez en mi infancia, en Javalí Nuevo, casi lo único que recuerdo es a estos dos personajes y a los Magos llegando a caballo a la plaza de la iglesia, donde estaba el escenario, por cada una de las tres calles que iban a desembocar en ella.

Son muchos de los pueblos de la Comunidad en los que se sigue representando.

Posteriormente, aparecen los cancioneros y romanceros de Navidad. Más tarde los escritores místicos y muchos de nuestros grandes clásicos escribieron villancicos.

Son muy conocidos los de Lope y Góngora. Del primero recordamos “Pastores de Belén”, escrito en nueve estrofillas

Las pajas del pesebre,
niño de Belén,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel…”

Tiene la característica, que ya se vio en autores medievales de fundir el nacimiento con la Pasión, como si de una premonición se tratara.

 

Bellísimo es el más conocido aún de D. Luis de Góngora:” Caído se le ha un clavel” que se inicia con la estofa que se convertirá en estribillo”

“Caído se le ha un clavel

Hoy a la Aurora del seno

¡Qué gloriosos que está el heno,

Porque ha caído sobre él!

En este caso no se anticipa el dolor, todo es belleza. Es fundamentalmente descriptivo.

 Vamos a pasar al siglo XIX en el que muchos escritores dedicaron algún relato a la navidad. Muchos de nuestros más destacados atores, tal vez siguiendo el camino iniciado por Dickens, pero distanciándose del modelo, dedicaron algún texto al tema de la navidad. Recordaremos algunos cuentos de Pardo Bazán y Clarín.

 De Clarín: “El rey Baltasar”.

De Pardo Bazán:

Cuentos de Navidad y Año Nuevo: Nochebuena en el Infierno, en el Purgatorio, en el Limbo y en el Cielo. Cuatro deliciosos relatos de inspiración dantesca con reminiscencias románticas. Todo ocurre la noche del 24 de diciembre. Es lo único, prácticamente, que los convierte en cuentos de Navidad.

Cuentos de Navidad y Reyes. En general, al igual que el de Clarín, cuentos de corte social, con moraleja cristiana. En realidad, no son cuentos para niños, aunque, quizá en aquellos años se opinara lo contrario, tal vez por la moraleja o la presencia de algún detalle navideño.

  El inglés Charles Dickens escribió “Canción de Navidad”, cuento fantástico en el que, a un hombre rico y avaro, se le aparecen cuatro fantasmas en vísperas de Navidad, que lo hacen cambiar de carácter aprendiendo a sonreír. En su obra Dickens registra la condición social de la infancia en un mundo de avaricia y podredumbre.

Cuento de Navidad de Antón Chéjov: “Vanka” Consiste en la carta de un niño huérfano y maltratado a su distante abuelo, en Rusia

 Alphonse Daudet: “Las tres misas” Historia situada en el siglo XVII. Con cierto estilo de leyenda romántica. Un sacerdote tentado por el diablo que toma la figura de su monaguillo, pecará de gula en la cena de noche Buena, Tanto comió y bebió que aquella misma noche murió de una indigestión.

Relato corto de Colette: “Ensueño de año nuevo”. Recuerdos en Año Nuevo de una mujer sola que se ve envejecer. 

No podía faltar un “Cuento de Nochebuena” (Rubén Darío): “El hermano Longinos de Santa María era la perla del convento. Perla es decir poco, para el caso; era un estuche, una riqueza, un algo…” Nos recuerda la leyenda de Bécquer “Maese Pérez, el organista “con el que coincide, así como con los de Nochebuena de Pardo Bazán, en situar la acción en la hora de la misa del gallo, en Noche Buena.

También encontraremos un cuento navideño” de Azorín “El primer milagro”: “La tarde va declinando; se filtran los postreros destellos de sol por el angosto ventanito del sótano. Todo está en silencio…” Con su peculiar estilo, nos relata Azorín una bonita e increíble historia relacionada con los milagros que según la tradición cristiana pueden darse en Navidad.

Los autores de algunos de estos cuentos parecen elegir la fecha navideña como pretexto para recrearse en las descripciones de los paisajes invernales.

  Agregaremos ahora los escritos específicamente para niños, aunque, a veces, con reservas. Son los de Hans Christian Andersen: “La pequeña cerillera” y “El abeto”.

  O el cuento navideño infantil de los hermanos Grimm: Los táleros de las estrellas

 Los protagonistas de los cuentos navideños, en la literatura tradicional, son niños pobres y vagabundos, abuelos sabios y entrañables, animales fieles que hablan, espíritus malignos y toda clase de personajes misteriosos. Se registran las costumbres, tradiciones e ilusiones de la Navidad, pero los escritores escribieron, tal vez, sus historias más allá de estos estereotipos, historias profundas y fantásticas, como El Cascanueces de Ernest Hoffman

Tal vez los cambios sociales y familiares llevan a introducir en estos cuentos navideños y de Reyes Magos, unos temas nuevos, como ocurre con el de Rafael Reig: “Noche de Reyes” en que se inserta el tema del adulterio.

“Ya había cumplido once, pero se negaba a aceptar la realidad. No existen los Reyes…” intentan explicar los padres. Ante la insistencia del niño de que los ha visto beberse el agua y comido los mazapanes los padres confiesan que son ellos. El padre se bebía el agua y la madre se comía el mazapán.

La hermana pequeña que prefiere seguir en la ilusión de la mentira acaba deduciendo algo que va a resultar peligroso…” No puede ser…porque … ¿entonces quién es el tercero?...el tío Julio ¿a que ´sí? Por eso viene cundo no está papá…” La situación se tensa pero el autor no quiere ir más allá y concluye:”… Julio era el hermano pequeño de Gerardo, el tercer rey mago…” (Gerardo es el padre)

Fin

martes, 1 de diciembre de 2020

 

   HIT. UN MUNDO DESCONOCIDO -                                           

  Acaba de terminar HIT, serie sobre la educación, la vida en las aulas etc., que ha ofrecido Televisión Española. Viéndola, he recordado mis tiempos de profesora y he recuperado un texto que escribí, allá por finales del siglo pasado.

  No era la vida de mi Centro, ni lo fue en ningunos de los otros en que impartí mis clases, ni sombra de lo que hemos visto en esta serie. Deseo de todo corazón que las cosas no sean exactamente así en ningún centro actual, sea del nivel que sea y que, como suele ocurrir con la ficción, se hayan reunido en uno varios casos esporádicos. No obstante, muestra un mundo que no se ve o no se quiere ver.

  Mi texto, escrito con motivo de un final de curso, decía más o menos lo siguiente:

 Difícil sería querer agradar por igual a todos los mortales sin caer en el más triste de los ridículos o ser un vulgar halagador.  Cuando llegan estas fechas (fin de curso) y hay que dar la despedida a los que se van es fácil caer en los típicos tópicos de todos los años y, a veces ni eso.

   Acuden entonces a la mente (no, no va de letra de tango) muchos de los momentos y experiencias vividos, de las voces escuchadas, y … ¡habría tanto de qué hablar! Pero ya no queda tiempo; ya solo queda salir cada cual, por su lado sin un adiós, sin un recuento de lo bueno y lo malo, como si fuéramos extraños que por casualidad se cruzaron por estos pasillos, incluso más aún, a veces, como enemigos que se felicitan por la separación. (Algo parecido hemos visto en el último capítulo de la serie)

  Evidentemente como no hay dos seres iguales no podemos esperar que los recuerdos que unos se llevan y otros se quedan sean absolutamente iguales. Quizá cuando cada uno nace asisten a tan feliz acontecimiento las hadas buenas que le otorgan toda clase de dones, pero parece que siempre, como en el cuento de la bella durmiente, a nuestros padres se les olvidó invitar a una y esa pondrá en nuestras vidas la nota discordante, ese detalle que hará que no le gustemos a…; siempre quedará alguien a quien no hemos podido agradar. A veces parece que el olvido dejó sin banquete a más de una pues hay personas poco gratas a sus semejantes.

  He aquí que los alumnos, con sus dones positivos y negativos, acaban el curso llevándose cada cual un recuerdo distinto no solo del conjunto de los profesores con los que ha tenido la dicha o la desgracia de coincidir, sino que, de un mismo profesor cada cual tendrá su opinión según sean o no coincidentes los dones recibidos de las hadas. Quien a unos parece inteligente, docto, interesante, etc., a otros parecerá sabiondo, petulante, insoportable…

  Otro tanto ocurrirá, desde luego en el sentido contrario, es decir: el profesor ¿Podrá recordar con igual cariño (sí, cariño) a ese alumno que, aun conociéndolo solo de cruzarse por los pasillos, lo saluda siempre con una afable sonrisa o le cede educadamente el paso que a aquel otro que durante todo un curso lo estuvo mirando desde su mesa (cuando se dignaba hacerlo) con cara de asco y que no le ha dirigido en varios años ni un esbozo de saludo?

  Quizá pensará el alumno que estas cosas pasan porque el profesor no tiene en cuenta que él viene a clase con una carga de problemas propios de su edad, de su situación familiar etc. Podría ser cierto, Solo podría. Ahora bien ¿Qué alumno se plantea esto mismo respecto al profesor? (Situaciones que nos ha ofrecido la Serie.)

  Al llegar aquí, interrumpo mi texto para traer a colación algunas experiencias vividas. Recuerdo como una vez en un examen me sorprendió ver a una alumna llorando. Pensé que tenía problema con el examen y al preguntarle me contó que su novio había tenido el día antes un accidente con la moto, estaba en el hospital y ella no sabía cómo se encontraba, y que no conseguía concentrarse, además de que como es natural no había podido estudiar.

  Tuvimos un alumno que ocasionó ciertos problemas. Se le desplazó a otro centro, sin informes negativos, menos mal. Con el tiempo nos encontramos, me reconoció y estuvo educado y cariñoso. Me contó que, además, de problemas familiares sufría unas tremendas jaquecas que lo persiguieron hasta, al menos el momento en que conversábamos. Esos problemas fueron los causantes de su actitud en aquellos tiempos de adolescente estudiante de bachiller y que los profesores no conocíamos.

  Otra vez, hubo que interrumpir una obra teatral porque la protagonista que era una gran actriz en ciernes, de momento rompió a llorar y pidió que cerráramos el telón. Resultó que estaba viviendo un problema sentimental semejante al del monólogo que representaba. Se lo recordó un “buen amigo “desde el fondo del salón de actos.

 Y ¿Qué decir de los profesores? Había quien se tenía que desplazar a bastantes kilómetros de su casa dejando niños pequeños incluso enfermos, en manos ajenas. O quien acababa de perder a su padre o a su marido o esposa. O estaba en proceso de divorcio. O, simplemente tenía un problema conyugal que le absorbía. O ¿Quién sabe si una jaqueca, un dolor de muelas o a punto de dar a luz con el miedo a romper aguas en una clase…? Y allí estábamos todos, en nuestro sitio, intentando centrarnos en lo que debíamos. Unos y otros.

  Es lo que nos está mostrando esta serie de la que he hablado al principio.

  Volviendo a mi texto de antaño. Dejando a un lado estos aspectos humanos que podrían parecer sensibleros. Si el alumno asiste a clase haciendo uso de su derecho a ser informado, a que el profesor le enseñe todo lo que pueda (debería pedir siempre más y más) ¿No debería ser su actitud diferente a la que a veces tiene? Y si el profesor acude a su clase a cumplir con su obligación de enseñar ¿no tiene derecho a cierto respeto, a que se le permita hacerlo lo mejor que pueda?

  Es lógico, hasta cierto punto, que el adolescente no dé importancia a una hora perdida en su vida, pero al profesor, si es responsable, si está poniendo el alma (mejor o peor esto es culpa de las hadas) en su trabajo y si además ya ve estrecharse la franja que lo separa del final ¿no le dolerá bastante haber tirado por la borda una hora de su vida?

  No obstante, y a pesar de todos los pesares, en uno y otro lado puede ser que aún haya quien siga creyendo en el ser humano y en sus relaciones de mutuo respeto y afecto y quien como la loca del poema de Rosalía siga “soñando con la eterna primavera de los campos…”

 Esto es lo que pensé entonces. Hoy, como he dicho, la serie televisiva acerca al espectador a estos problemas que desde fuera nadie ve. No obstante, hay que hacer notar que los problemas que nos ofrece tanto en un lado como en otro, son descorazonadores. ¿Es esta la vida que viven hoy alumnos adolescentes y sus profesores? Quiero pensar que los problemas que arrastran hasta la clase sean menos novelescos, más reales, menos dramáticos, e incomprensibles…

 Cuando acaba la serie hay un coloquio interesante en el que se deduce que hay en ella más realidad de la que sería deseable.

¿Cómo es posible que vivamos unos y otros tan ajenos al sufrimiento de los demás? ¿Ha sido siempre así, aunque las situaciones fueran otras? O ¿Cuándo ha empezado? ¿Ha sido el cambio en la vida familiar, el tipo de familia, el cambio de la sociedad en general?

Lo cierto, y es un problema muy serio, es que si no prestamos atención a nuestros adolescentes estamos creando un mundo desastroso.

El último capítulo deja clara esa idea. Un grupo de alumnos rebeldes acaba comprendiendo que son el futuro y que han de labrárselo ellos y labrarlo para los demás.

  El último coloquio no giró en torno a este capítulo sino, por la novedad, en torno a la Ley Celaá. Solo me interesó la primera parte que versó sobre la polémica que se ha desatado en torno al problema de la lengua o las lenguas. Como es natural hubo opiniones para todos los gustos. Desde quien casi con odio hacia las otras lenguas, defendió el uso exclusivo del castellano, hasta quien se limitó a leer los tres puntos que un artículo de la Constitución dedica a este asunto. ¡Con hacerlos efectivos, todo resuelto!. Pero no, el problema, como bien hicieron notar algunos, se ha politizado y así no se resuelve.

Alguien apuntó que, en realidad lo justo y razonable sería, y estoy de acuerdo, que en todo el país se estudiaran todas las lenguas ya que suponen una extraordinaria riqueza lingüística y cultural.

 Algo que se citó muy de pasada y que yo siempre me he planteado es cómo preocupa tanto que un alumno estudie además de en castellano en catalán o euskera o gallego (es curioso que nadie citara el gallego)y nadie se sorprende del disparate que supone lo que propuso y se llevó a cabo con entusiasmo por muchos profesores y padres: que los niños estudien ,no inglés, sino en inglés( Ley Wert)O sea que es cruel que un niño catalán estudie en dos lenguas que son suyas, porque como algún presente apuntó puede tener una madre catalana que le habla en catalán y una padre de Jaén que le habla castellano, pero no que tenga que estudiar en inglés Naturaleza o matemáticas cuando aún apenas si domina su propia lengua.

  Había una señora vasca que presumía de hablar cinco idiomas, pero no habla euskera o vascuence como ella le llamó todo el tiempo. Hubo alguien que se lo reprochó.

Lo cierto es que desde la noche de los tiempos se viene utilizando la lengua, el idioma como arma de dominio, de destrucción masiva, a veces; y al parecer, por desgracia, así seguimos.

Tal vez deberíamos tener como libro de cabecera “ La dignidad e  igualdad de las lenguas” de Juan Carlos Moreno Cabrera.

domingo, 15 de noviembre de 2020

    

   METALITERATURA.

  No pocas veces nos ha sorprendido encontrar en una novela ideas sobre la novela, el arte de novelar o escribir en general, en una palabra, sobre la literatura. Es lo que se llama hacer metaliteratura.

 Empezaré por intentar definir la metaliteratura. Podríamos decir que es literatura sobre literatura. También se define como un discurso autorreferencial que se manifiesta de varias formas, como iremos viendo.

  Suele Llamarse también a este gesto del autor, metaficción, metanovela, metanarración, metateatro, metapoesía.

  Hay quien establece cierta diferencia entre metaliteratura y metaficción. Así esta sería un término más amplio que el de metaliteratura y podría referirse a cualquier arte, es palabra más inclusiva. Mientras que metaliteratura sería cuando el escritor hace referencia a su persona.

No obstante, encuentro un término u otro, en cierto modo como sinónimos. Me voy a inclinar por utilizar solo metaliteratura con el fin de no resultar confusa.

  He señalado antes que la metaliteratura se manifiesta de varias formas.

  Así hay casos en que el autor interrumpe el argumento, se introduce en él para aclarar algo sobre la elaboración de la obra, sobre asuntos relacionados con el género novela en general, las técnicas narrativas, etc. Es lo que hace, por ejemplo, Pérez-Reverte en su novela HOMBRES BUENOS. La inicia confesando que es muy difícil expresar por escrito lo que se quiere contar, lo que se ha ideado, imaginado, visto. Piensa que lo importante es que el lector vea lo que el autor ve o imagina. El autor debe convertirse en los ojos del lector. A lo largo de la novela, inicia los capítulos interrumpiendo la historia principal para explicar el proceso de la creación narrativa. Hablará de cómo en sus novelas le gusta cuidar los escenarios porque facilitan el ambiente adecuado para los personajes y la trama. Es importante, por ejemplo, a la hora de establecer los diálogos que el día sea gris o luminoso, que se esté en espacios abiertos o cerrados…Al mismo tiempo va explicando los paso que siguió para captar los espacios, las situaciones, la información que recabó. Explica, a fin de cuentas, cómo se escribe una novela, como la escribe él, al menos. Habla incluso de enfrentarse con algún problema de índole técnica.

  Algo parecido encontramos en Estatuas con palomas de Luis Goytisolo, según notas recogidas de un interesante artículo sobre el tema que nos ocupa de José Antonio Hernández Guerrero: «metaficción» en la narrativa española. 

  He seleccionado algunos ejemplos de los recogidos por Hernández Guerrero. Goytisolo expone haber descubierto que la piedra de toque de la escritura residía, no en lo que se contaba -la intriga, la anécdota, el argumento-, por muy correctamente que estuviera escrito, sino en la forma en que lo contaba.

  En otro momento apunta que el valor de un texto depende, sobre todo, de su poder significativo, de su capacidad, más que de informar, de expresar y de significar, por su fuerza evocadora y connotativa. Para él «el objetivo no es contar una experiencia personal, sino utilizar esa experiencia aparentemente personal para contar otra cosa» 

  Escribir es concebir y dar a luz una criatura nueva, un ser original …

Como lectora, estas ideas me ayudan a entender mejor lo que leo y a comprender la labor del escritor, el novelista.

 Para Luis Goytisolo, la escritura parece ser un conocimiento transformador del mundo y liberador de la persona.

  Según el autor del ensayo citado, esta obra ilustra el servicio que la «metaficción» presta a la literatura. Es una ayuda para que comprendamos el papel que la imaginación y el arte pueden desempeñar en el mundo de hoy. Nos estimula y nos convoca para que, al menos como lectores, nos impliquemos en la construcción misma de la novela.

 ¿Tal vez podríamos incluir en este grupo la rima III de Bécquer? Aquella que se inicia “sacudimiento extraño…” donde el poeta reflexiona sobre la   dificultad que encierra escribir. La lucha que en él o el escritor en general, se produce entre inspiración, razón y genio creador. Tal vez habría que hablar en este caso de metapoesía.

  En otros casos, es un personaje quien aborda estas cuestiones. O el autor se vale de los personajes para para exponer sus ideas sobre la novela o el hecho de escribir. El texto se vuelve autoconsciente y difumina la barrera entre la ficción y la realidad.   

     Es lo que encontramos en EXPIACIÓN de Ian McEwan. La protagonista, Briony, irá destilando a lo largo de la novela una serie de ideas sobre el arte de escribir, de narrar y sobre la literatura en general. Recojo algunos ejemplos. Briony, que siendo muy niña había escrito su primer libro, años más tarde descubrió que estaba desprovisto de ese conocimiento vital de las cosas del mundo que inspira respeto a un lector. En su afán por escribir y hacerlo bien se plantea que es   una tonta al simular que conoce las emociones de una criatura imaginaria. Al describir la debilidad de un personaje, piensa, era inevitable exponer la suya propia, algo que lector podría conjeturar fácilmente.

  Tenía razón. Es algo que el lector está presto a imaginar, con más motivo si el texto está escrito en primera persona.

 Reflexiona constantemente sobre el hecho de escribir. Por ejemplo, piensa que podía expresar el hecho de enamorarse con solo una palabra “mirada”. “Se podía hacer que una crisis en la vida de una heroína coincidiera con granizo, vendavales, y truenos…” et.

 Para Briony, escribir era un proceso mágico, en el que nadie se detenía a pensar…” “Veías la palabra castillo y allí estaba, a lo lejos, con bosques…” 

  Está convencida de dominar el diálogo, pero le preocupa cómo hablar de sentimientos. … ¿Cómo se describía la tristeza misma?, ¿Cómo se pintaba de tal manera que se sintiese su cercanía enervante?”

 Ojalá lograra, piensa en otro momento, reproducir la luz clara de una mañana de verano. Cree que la novela del futuro sería distinta de todo lo que se había escrito en el pasado. Había leído tres veces Las olas de Virginia Woolf…”

  Otro tanto sucede en LOS MONEDEROS FALSOS de André Gide, en donde el protagonista, Eduard, escritor, inserta en los diálogos con otros personajes sus ideas sobre literatura, novela etc.

  Por ejemplo, al referirse a la creación de los personajes dice que cuando un novelista los describe con demasiada meticulosidad está trabando la imaginación del lector al que habría que dejar que se los figure como quiera. Es en la imaginación del lector donde debe conseguirse la precisión, solo a través de dos o tres rasgos colocados donde convenga. También refiriéndose a ellos dice que él nunca los buscó, que le salieron al encuentro y que una vez que están ahí el novelista se debe a ellos

También se hablará de la dificultad que supone la creación de los diálogos.

En cuanto al trabajo, al proceso creador, comenta que él lleva siempre un cuaderno en el que va anotando todo: “el cuaderno. Es el espejo que paseo conmigo. nada de lo que me sucede cobra existencia hasta que lo veo reflejado en él “(recuerda lo de la novela es un espejo a lo largo del camino).

  Recordemos que también Carmen Martí Gaite llevaba un cuaderno, o varios a lo largo de su vida, con esta función. Y he leído que Galdós llevaba también uno o unas cuartillas en donde anotaba lo que veía o escuchaba que pudiera servirle más tarde.

En cuanto a escribir una buena novela opina que hay que empezar por creer lo que se cuenta y narrarlo con sencillez.

 

  Otro ejemplo, lo encontramos en El Quijote, donde, según Jesús Camarero Cervantes estaría elaborando su propia teoría literaria a través del diálogo y las acciones de sus personajes. También en las historias intercaladas que aparecen en la obra ya que, en cierto modo, remiten a los diferentes géneros literarios que estaban en boga en su tiempo: novela pastoril, novela bizantina... 

El ejemplo que con más facilidad recordamos a este respecto es el del escrutinio de la biblioteca de D. Quijote con los comentarios que los escrutadores realizan sobre las obras que van apareciendo. No obstante, llama la atención que Cervantes introduce un comentario sobre una obra propia, su Galatea. En este caso podríamos hablar de lo que Gérard Genette llamó intertextualidad

 Quizá, en este sentido el ejemplo más significativo sea el de  "Niebla"  de Miguel de Unamuno. En ella, el personaje Víctor habla de una nivola que está escribiendo. Nivola es un género que creó Unamuno para diferenciar su obra Niebla de la novela. En el capítulo XXV, Víctor le dice a Augusto:

"Suelo dudar lo que les he de hacer decir o hacer a los personajes de mi nivola, y aun después de que les he hecho decir o hacer algo dudo de si estuvo bien . . . ".

  Al final de este capítulo Unamuno interrumpe la historia con el siguiente párrafo autorreflexivo: "Mientras Augusto y Víctor sostenían esta conversación nivolesca, yo, el autor de esta nivola, que tienes, lector, en la mano y estás leyendo, me sonreía enigmáticamente al ver que mis    nivolescos personajes estaban abogando por mí y justificando mis procedimientos . . .".

   Un ejemplo que no imaginé encontrar y citar pues se trata de un autor que no conozco ni me ha atraído jamás. Pero en mis pesquisas sobre el tema lo he encontrado y me parece oportuno agregarlo. Se trata de S. King. Leo que sus personajes discuten sobre distintos géneros literarios, y lo apropiado o no de hacer pastiches de los mismos. Parece que estos pasajes de metaficción no son esporádicos, sino una parte integral del mundo literario de Stephen King. El autor los utiliza reiteradamente para reflexionar acerca del oficio de escritor, del proceso creativo, y de las características únicas de la narrativa como forma de expresión artística.

También, a veces, se presenta como un «dios» que da a luz otros mundos sin saberlo. Algo que no todos sus personajes se toman muy bien, al sentirse marionetas en sus manos. (Nos recuerda a Unamuno)

   He dejado para el final el caso de una novela que prácticamente es toda ella metaliteratura. Se trata de “LOS NARRADORES CAUTIVOS” de J Mª Merino. Ya desde las primeras páginas sabemos que se va a hablar de literatura, que nos vamos a encontrar casi con una historia de la literatura junto con ciertas lecciones de teoría literaria.

  En la novela se presenta a un grupo de personas relacionadas con el mundo de la literatura que se ha reunido en un hotel de El Cairo para debatir sobre “la historia, la sustancia y las formas de la ficción literaria”.

Un grupo de acción militar los mantendrá secuestrados durante un tiempo que nueve de los personajes de la novela dedicarán, como en el Decamerón a ir contando cada noche un cuento relacionado con alguna época y autor. Después de la lectura del relato de cada uno habrá un coloquio sobre el autor, la época, el arte de escribir etc.

El primer texto se remonta a la tragedia griega. Comentarios: ¿La Literatura disfraza o afronta la realidad? La Literatura vuelve a ser un espejo situado en el camino de nuestras vidas. Y en ese espejo se reflejan nuestros vicios y virtudes, toda nuestra historia. La Literatura no se reduce al realismo.

  Se afirma que tanto la tragedia como la comedia cumplen un papel que hoy llamaríamos educativo. O sea que se supone a la literatura, en este caso al teatro griego, no solo la función educativa y ética.

  En literatura podemos identificarnos con seres concretos y con seres abstractos, incluso simbólicos (Metamorfosis, el señor de los anillos…) Lo grande de la Literatura es su amplitud. La Literatura es a la vez un monstruo de cien cabezas y un dios o una diosa soñada que todos queremos alcanzar.

Acabaron profundizando en el cómo, porqué y cuándo del mensaje literario. Entre la obra y el lector debe establecerse un diálogo sempiterno.

El segundo tema, siguiendo siempre un orden cronológico será La comedia. Tragedia y comedia coexistieron en Grecia y Roma; también en Shakespeare y Lope o Calderón y en La Celestina, Coexistencia. Cada género va siendo una conquista sin anular al anterior igual que el cine no anula el teatro. Esos enredos tan complicados de la comedia son el antecedente de lo que luego se llamará comedia de enredo, que también tendrá su influencia en la novela.

La comedia ocupa así un papel semejante al que ahora se desarrolla con programas televisivos en los que el espectador se identifica con la burla de los famosos, de los políticos.

  No faltará, como es lógico un acercamiento a la Biblia: Se parte del sacrificio de Isaac, pero con una versión distinta y a propósito, se recuerda el soneto de Quevedo …” cerrar podrá mis ojos…” Escribir como tener un hijo y plantar un árbol es una manera de perpetuarse. -…No se podría entender el Ulises sin el concurso implícito de la biblia y el explícito de la Odisea. Ambas son dos modelos para todos los escritores actuales. También tiene la Divina comedia su deuda con la Biblia

El guardián de los secuestrados también quiso contar su historia. HISTORIA DE LA BELLA ZUMURRUD. Que servirá para hacer algo de Literatura comparada. Aparece el tema del espejo identificándolo con el símbolo mágico propio de los cuentos populares. La madrastra de Blancanieves, Narciso (agua-espejo), en Alicia. Siempre subyace el tema de la incógnita del individuo sobre su propia personalidad.

 El siguiente, sobre Dante. La literatura nos está ayudando a sobrevivir. Se parte de una historia de amor. Comentarios. Realidad y deseo. Dante, Petrarca, Garcilaso, los románticos, nos están diciendo con bellas imágenes que la ilusión siempre es superior a la concreción de esa ilusión. Se recuerda los tres tipos de mujer en Bécquer que se queda con “vano fantasma de niebla y luz…Esa contradicción entre el atractivo que ejerce lo conocido y aquello que no hemos podido alcanzar, se manifestará en toda la literatura…El autor no solo crea su obra sino que también da vida real a sus personajes hasta hacerlos inmortales (recuerdo de Pigmalión y Galatea.)

Tocará el turno, otro día, al arcipreste de Hita. A propósito, surge la comparación con las otras artes. Así como ocurrió con la escultura que pasó de la rigidez del románico a la sonrisa cálida del gótico. Se habla del lento transcurrir de los cambios de época a época. Todo se utiliza y se transforma creativamente. Eso es la literatura. Ensamblar vivencias leídas, escuchadas, vividas o deseadas. Recrearlas. No podía olvidarse la relación Trotaconventos y Celestina

En cuanto a El Lazarillo de Tormes, el problema planteado es el del realismo.  ¿Es esta una novela realista? Lo más importante desde el punto de vista novelesco no es la trama, la historia, sino la creación de personajes. Lázaro ya no es un ser plano sino redondo desde el punto de vista novelesco.

  Al hablar en torno a un poema de García Lorca, se plantea el tema de por qué un texto es un poema ¿Por el tema? No. Los mimbres están ahí, para todos, pero hay que saber utilizarlos. En definitiva, el poeta consigue que la palabra sea la protagonista porque significa mil cosas.  La poesía, el arte, han de reflejar no solo la apariencia de la realidad, sino lo que está debajo de ella. Lo extraordinario de la poesía es que nos sugiere, nos abre caminos.

  En cuanto a las obras de Shakespeare y Cervantes, los comentarios se encauzarán en el sentido de qué son abiertas porque permiten al lector, al hacer el proceso de descodificación del mensaje, añadir sus conocimientos o experiencias propias para que le resulte más cercano. El escritor se sirve de cuanto tiene a su alcance. Pero crea también sus propios mundos utilizando esas herramientas.

 Los comentarios sobre Calderón llevarán inevitablemente al tema del sueño en la literatura.

  Robinsón Crusoe servirá para determinar como la técnica del diario y primera persona acerca al lector al personaje.

  Un acercamiento a Pardo Bazán, conduce al tema de la mujer en la literatura. La mujer ocupa gran protagonismo en la novela del siglo XIX (como personaje novelesco). La novela realista empieza donde acaba el cuento de hadas. Es un código creado por hombres.  Otra cuestión ¿hasta qué punto toda novela es una autobiografía más o menos encubierta? El autor del Realismo vivió lo que describe. ¿Lo que vio y vivió o lo que no pudo ser o vivir?

A propósito de Machado, se dogmatiza sobre los géneros literarios. Las divisiones de géneros son más académicas que reales.

  Infinito sería el número de autores y obras que podríamos aportar; razón por la cual es prudente una selección que ha podido o no ser acertada.