Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

sábado, 15 de enero de 2022

  

Frederi Mistral

  Repaso ahora otra de mis lecturas veraniegas. ¡Otra agradable y gran sorpresa! Algo que me demuestra que he leído menos de lo que debería y me habría gustado. En esta ocasión se trata del Premio Nobel 1904, Frederi Mistral. Son tres de sus obras las que se incluyen en el volumen que leo de los Premios: MIREIO, NERTO, CALENDAU.

  Homero de la Provenza, le llamó Lamartine. Una frase que llegó a convertirse en un tópico con el que se nombraba al escritor. Un Homero que no era ciego precisamente lo que le llevó a “empaparse” de la vida, costumbres, paisajes, ambientes… de esa Provenza a la que amaba y admiraba. Esa Provenza que ha recogido algo del alma de cuantos pueblos la visitaron u ocuparon: Grecia, Fenicia, Cartago y Roma. Ha “vivido” ese pueblo amado y que le amó. A este respecto cantó Rubén Darío:

Provenza canta himnos para su rey de cantos

            Para su hijo inmortal

Y dice odas pindáricas, o dice salmos santos,

Griega y pontifical…

  Nació en Millane, pueblecito en el que vivió casi toda su vida. Todo lo de esa tierra, hasta el último rincón de su paisaje, de su cielo y, por supuesto, sus mujeres es lo más hermoso del mundo para Frederi. Y, tal vez lo más importante a ciertos efectos: su lengua la más cálida, emotiva e intensamente poética.

  En Aviñón donde hace sus estudios de bachiller y Derecho, se emociona ante lo nuevo, tan diferente de la naturaleza a la que está acostumbrado; le impresionan los monumentos, puentes y palacios de la ciudad papal.

  En aquellos años empieza a escribir versos en provenzal, esa lengua que es la suya, que es considerada innoble, bajo patois de campesinos. Pero él ya ha decidido cuidarla, reformarla, pulirla, hasta hacerla recobrar en lo posible el brillo antiguo, que vuelva a ser el hermoso material que trabajaron con primor y amor los viejos poetas occitánicos. ¿No nos suena bastante ese problema de las lenguas “no oficiales”?

  Sueña Mistral con una fusión espiritual de todos los pueblos latinos, algo así como una federación poética cuya hegemonía debería ostentar Provenza. Intenta anexionar Cataluña a ese “Imperio del sol” como lo llama.

  Centrémonos ya en su obra. A los 21 años escribe Mirèio, la primera obra que, aunque someramente, comentaremos.

  Inspirada, según declara el poeta en sus memorias, en la contemplación de  unas escenas campestres, agrícolas,  que le impresionan. Se siente sobrecogido por el cielo, el campo, los seres humanos que andan trabajando la tierra.  Todo lo irá modificando, idealizando bajo su mirada de poeta. De entre las figuras humanas va a destacar una humilde doncella, Mirèio, criatura delicada, grácil, efímera, que él desea llevar  a ocupar un lugar junto a Eloísa, Tisbe, Beatriz o Laura.

  La historia, distribuida en doce cantos y escrita en la llamada estrofa mistraliana, cuenta los amores de dos jóvenes de diferente clase social. Tema típico y recurrente en la historia de la literatura, pero tratado de forma tan exquisita y magistral que subyuga.

  Puede recordar temáticamente Romo y Julieta, Los amantes de Teruel, incluso La Celestina. Por ejemplo, al principio del canto noveno el llanto de los padres de Mirèio recuerda algo al final de La Celestina:” ... ¡Oh desdichada, ¡oh mal aconsejada! ¡Terrible y pesada juventud! Nuestra hermosa Mirèio, ¡oh desatino!, ¡oh llantos!” …

  También en bastantes aspectos a las novelas pastoriles que no en vano viven entre Virgilio y Mistral.

  Fácilmente encontraremos reminiscencias clásicas desde Homero a Virgilio o Dante.

  Vayamos por partes. Cabe destacar que el paisaje es bucólico. Este, supuestamente lo tomó Virgilio de la Arcadia de Teócrito- Este territorio acabó convirtiéndose en un paisaje literario de localización indeterminada. Tanto lo encontramos en la poesía renacentista de Garcilaso o Fray Luis, como en las novelas pastoriles de las que contamos con innumerables ejemplos.

  Mas la Arcadia de Teócrito estaba en su tierra siciliana; sin embargo, para Virgilio fue la Galia Cisalpina. Y para Mistral fue su Provenza amada. Un detalle curios de las reminiscencias virgilianas es la presencia del ruiseñor, ave muy presente en la naturaleza del poeta latino.

  Este paisaje estereotipado de ríos y arroyos de aguas frescas y cristalinas, de árboles frondosos que amena sombra  a unos personajes a los que casi nunca vemos trabajar. Lugar agradable, de reposo “locus amoenus” a fin de cuentas. El ganado casi como figura decorativa, como figuritas de un belén. Si exceptuamos que en Mirèio los personajes son mas reales, trabajan, hacen una vida normal de campesinos, el ambiente en que viven bien puede considerarse bucólico y descrito de manera magistra, poética, líricamente.

  A lo largo de la obra recorreremos todos los trabajos y costumbres del campo. Como en Las Geórgicas de Virgilio, la agricultura en general, los animales, ovejas, caballos. También las fiestas típicas, los bailes, los trajes…

Los personajes

Principales: Mirèio y Vicente (cestero). Los enamorados.

Secundarios  :   Maese Ramón y Juana María, padres de Mireio

Maese Ambrosio, padre de Vicente

Ourrias, (el boyero, que mantiene con Vicente una lucha que recordará a David y Goliat); Alari,(el pastor, que en algún momento puede recordar al Polifemo galanteando a Galatea);y Verán (guardador de caballos) pretendientes desdeñados a pesar de ricos y agradar al padre.

Taven, bruja, hechicera, curandera

Los duendes.

  Es curiosa la aparición de seres como una bruja y unos duendes, hadas…Podría ser la intervención en la vida de las gentes de esos seres relacionados con creencias,supersticiones etc ,de los pueblos primitivos.

  También llama la atención la mezcla de cristianismo y paganismo. Uno de los elementos que confieren cierta magia a este relato.

  Y, mientras los pastores de Virgilio no son criaturas rústicas e ignorantes, sino seres refinados, aquí se presentan más reales; algunos, como tres de los pretendientes de la joven, bastante brutos. Sin embargo, a Alari, pastor que la pretende hay un momento en la obra en que lo oímos decir, o pensar “¡ni en la llanura, ni en las alturas, ni en pintura ni en la realidad, he visto a ninguna que le llegue a la cintura…” y, a continuación, como aquellos caminantes de nuestras serranillas, le pide que lo oriente para cruzar el monte pues podría perderse.

  Ya dijimos que la idea del relato le vino de presenciar unas escenas reales que el poeta va a idealizar, modificar y convertir en literatura, en obra de arte.

  En cuanto a la huella de Homero él mismo, al principio de la obra, se declara humilde discípulo de gran Homero. También el principio “Canto a una muchacha…” me ha llevado “El dulce lamentar de dos pastores…he de cantar”.

  Para terminar, cabría recordar que Charles Gounod compuso una ópera Mireille con este tema en 1863.

  De esta obra dijo Lamartine: “Desde los homéridas del Archipiélago, no había surgido semejante chorro de poesía primitiva.”.

  Es el poema del campo

 CALENDAU le sigue en el tiempo. Vuelve al tema de los enamorados de nivel social diferente, lo que dificulta el amor. Calendau pobre pescador se enamora de la princesa de Baux. Aquí la figura femenina recuerda a las de la antigua poesía trovadoresca donde la mujer representa una belleza esquiva, distante. La dama es de origen cortesano, lo que convierte al enamorado en un vasallo que sufre por un amor por el que luchará, realizará proezas, pasará por numerosas pruebas.

   Al final vence, triunfa el valor de Calendau y el amor.

  En general, podría alegarse a favor del valor de la obra todo lo que se dijo de la anterior comentada. Aunque aquí la vida que se conoce es la del mar.

  Esta obra dividida en doce cantos sería el poema de la costa. Hay quien la ha considerado una metáfora de la historia de la Provenza.

  Se ha dicho que estas dos obras hacen de Mistral el épico más grande de su siglo.

  Quizá como Virgilio, a juzgar por el resultado, intentó crear un universo exclusivamente poético en donde lo más más importante fuera la consecución de la belleza formal

  Es casi inevitable, tras leer estas dos obras, recordar a nuestro a nuestro Pereda con sus dos novelas “Peñas arriba” Y “Sotileza” de la montaña y del mar respectivamente. No obstante, salvando este detalle y que el autor recoge, hasta cierto punto, el habla de sus personajes, aunque sin ánimo de elevarla de nivel como hizo Mistral, no hay otros parecidos.

 En 1884, publica NERTO, leyenda en verso en la que a la sencillez se une una gran habilidad poética.

Curiosidad.

·       Su apellido fue tomado por la escritora y Premio Nobel chilena Gabriela Mistral como seudónimo.

·       Actualmente, Frederic Mistral es también una escuela en Barcelona. Aquí también tiene una avenida dedicada, l’Avinguda de Mistral.

·       El asteroide (5033) Mistral es nombrado así en honor al Frédéric Mistral

sábado, 1 de enero de 2022

 

TERRIBLE DECISIÓN

La bala en la sien. El revólver en la diestra.  AMOR en el corazón. En el rictus, dolor.

(microrrelato recuperado del 12 de enero de 2011. Para un concurso, que evidentemente no ganó)

Aquí acaba otro año raro. Esperemos que el 22 nos traiga mejores días, alguna alegría y paz.