Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

martes, 30 de mayo de 2017

Viena



  Así pues, el martes 1, salimos para Viena en un autobús algo cochambroso. El viaje dura 5 horas y se hace algo pesadito. Cruzamos un paisaje, en general feo, por la parte agrícola y quizá pobre de la República Checa. 
  Llegada a Viena a las 2´50. Nos llevan a comer al Autoservicio Rossemberg, o algo así. Fue curioso que al intentar pedir un café en inglés nos dice la camarera que hablemos nuestra lengua que es muy hermosa y el que no la entienda que la aprenda. ¡Me encanta!
  Volvemos al autobús a las 4 e iniciamos una visita panorámica a la ciudad con la guía que es colombiana, se llama Fernanda, se explica muy bien, un estilo muy pedagógico, enlaza muy bien los datos. Es simpática, se ríe mucho y, a veces, parece que habla con sus antepasados. Va vestida de austriaca.
  Por fin llegada al hotel. La habitación parece un apartamento o una suite pobre.
  Nosotros no nos apuntamos a excursiones y nos vamos a patear Viena durante dos horas.
  Viena es una ciudad elegante, limpia, bonita y muy cara. No en vano es una ciudad imperial
  (Todo el viaje estoy durmiendo como un lirón. Tal vez influyen los chicles contra mareo.  Se me pasaron los mareos de las últimas semanas de clase. ¡Yo no vuelvo!)
  El miércoles a las 9 ya estamos en Shönbrunn. El entorno es precioso: magníficos jardines con ardillas, lagos o estanques, fuentes monumentales adornadas con grupos escultóricos magníficos, pero pocas flores por el frío. Creo que en primavera es una maravilla. (Como la lluvia en Sevilla)
  No es de extrañar que se le conozca como el Versalles vienés. Y no solo es la mayor atracción turística y cultural de Viena, es también uno de los más importantes edificios históricos de Austria.
  El Palacio era la residencia veraniega de la familia imperial. Verdaderamente pasar aquí un verano, aunque fuera en una tiendecita de campaña en el jardín tiene que ser casi pecaminoso de tan extraordinario.
  Arquitectónicamente es una impresionante construcción barroca. Impresionante en todos los aspectos; por la belleza, por la grandiosidad exterior e interior. No le apetece al visitante salir de allí.
  Aunque parezca un poco pueril no me resisto a contar que recordé aquellas románticas películas de Sissi. Todo en él la recuerda, sobre todo en el interior: habitaciones, objetos ,etc.



Dos bellas imágenes de Shönbrun

   (No sé por qué apunté esto: mi marido me coarta la inspiración. Seguro que estaba intentando recordar el viaje y escribir algo con sentido y me ha interrumpido. Bueno, lo perdono.)
  La visita, para mí, ha sido demasiado breve. ¡Es tan inmenso y tan hermoso! Pero ya se sabe que estos viajes organizados van así. Con tanta prisa creo que las fotos no me han salido como me hubiera gustado.
  Lo que decía. A las 11 en el Palacio de Belvedere. otro magnífico palacio de estilo barroco. En realidad se trata de dos palacios: Belvedere de arriba y Belvedere  de abajo. Están unidos por unos espléndidos jardines en tres niveles y que representan diversas alegorías.
  Hoy están convertidos en museos, uno de Arte Barroco austriaco y otro, de Arte Medieval
austriaco

Entrada al Palacio

Una de las monumentales fuentes con el Palacio al fondo 

Una de las fachadas del Palacio
-
  Como es natural, con las prisas no visitamos los Museos. Voy a tener que volver también a Viena.
  Nos queda otro palacio. El Palacio de Hofburg, que actualmente es la residencia oficial del presidente de Austria.
  Está situado en la parte antigua de la ciudad a orillas del Danubio, que dicho sea de paso ,no es azul.
  Es el más grande de la ciudad y fue residencia de la mayor parte de la realeza austriaca especialmente de los Habsburgo y de los Emperadores de Austria y Austria-Hungría. Sus más célebres ocupantes fueron el Emperador Francisco José I y su esposa Isabel de Baviera a la que conocemos más como Sissi.
  El palacio alberga el museo de Sissi y fantásticos salones imperiales.
Como todos sus ocupantes quisieron dejar su huella, en los palacios podemos admirar diferentes estilos desde el gótico al historicismo de moda en el siglo XIX.
  Entre los edificios que componen este complejo palaciego se encuentra la Escuela Española de Equitación que visitamos en honor a una de mis hijas muy aficionada a los caballos e incluso le compramos un video que le entusiasmó.


El Palacio visto desde la Plaza de los Héroes

   Yo no sé por qué las comidas siempre ocasionan una pelotera. No sabemos encontrar el lugar adecuado, no nos ponemos de acuerdo, tenemos miedo de que nos claven…el caso es que comemos mal y con berrinche. Claro no tenemos costumbre y como no nos gusta ir en grupo…

 ¿Qué tal si nos vamos ahora de iglesias? Empecemos por la Catedral.
  La Catedral de San Esteban o Stephansdom está situada en la Plaza de San Esteban en pleno centro de la ciudad. Como ocurre en tantos casos, está edificada sobre las ruinas de una iglesia románica dedicada a San Esteba. De aquella se conservan la Puerta de los Gigantes y las Torres de los Paganos.
 Está coronada por una gran torre gótica que como ocurre con casi todas las torres de catedrales puede verse desde diferentes puntos de la ciudad. Se puede subir a ella e imagino que habrá unas vistas espléndidas, pero no teníamos tiempo.

Detalle de la torre
   Una curiosidad es el tejado de mayólica, azulejos o tejas esmaltadas de diferentes colores.  Al sur del tejado del Coro se puede observar el escudo del Imperio austriaco y el monograma F I (Francisco I) Al norte ,los escudos de la ciudad de Viena  y de la Segunda República.


Dos detalles del curioso y bello tejado

   En el interior conviven diversos estilos arquitectónicos. Así el gótico lo encontramos en la nave central, capillas laterales y el coro. Sin embargo, hay edificios laterales que son barrocos.
También en el interior cabe destacar el púlpito de Pilgram, gótico y profusamente tallado. Está formado por tres bloques de arenisca. Se cuenta que el autor se autorretrató asomándose por una ventana, como observando todo y a todos, al pie del púlpito. Es la figura a la que se llama Mirón.
 La base de la que arranca tiene forma de flor. Se dice que todos los detalles que podemos observar en el púlpito son simbólicos.
 Parece ser que con el tiempo se descubrió que no era su autor Pilgram y, por  tanto, el Mirón no es él sino un maestro de púlpito anónimo  . Y el que casi se sale por la ventana es el geómetra Mirón
  Entre los denominados Padres de la Iglesia se encuentra San Jerónimo con el sombrero y el libro representando al anciano colérico -


Vista casi completa del púlpito

San Jerónimo
   Veamos otras iglesias.
  Me llamó la atención, por ser diferente a todo lo visto y muy bonita, una iglesia ortodoxa griega. La iglesia ortodoxa griega de la Santa Trinidad. Del siglo XVIII, situada en el centro de la ciudad. Fue construida por un arquitecto danés afincado en Viena que había estudiado en Atenas. Esta es la primera iglesia de Viena de estilo bizantino, así como uno de los primeros templos no católicos construidos en esta ciudad.

Un detalle de la Iglesia Ortodoxa
   Otra hermosa e interesante iglesia es la de San Carlos Borromeo. Está considerada una obra maestra del eclecticismo barroco. Así, la fachada central representa un pórtico griego.  El frontón está coronado por la estatua de San Carlos. Hay relieves de Giovanni Stanetti en los que se describen los sufrimientos de la ciudad durante la peste de 1713.
  Las columnas a su lado son de inspiración barroca; están inspiradas en la Columna Trajana de Roma. La decoración en espiral presenta escenas de la vida de S. Carlos Borromeo. En la de la izquierda el tema es la constancia y en la de la derecha el valor.
Sobre la entrada, una gigantesca cúpula. Los dos pabellones laterales presentan influencias del barroco romano y decoración oriental.
La escalera de la entrada está flanqueada por dos ángeles que representan el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Por sus dimensiones es el segundo templo de Viena, tras la Catedral de S. Esteban. Está considerada como símbolo del poder religioso y político de la dinastía imperial de los Habsburgo.

La Iglesia en su conjunto



Aunque no se pueden apreciar todos los detalles ,la fotografía da una imagen bastante

completa de la iglesia.                                                                                                           


   Una vez que hemos terminado con palacios e iglesias daremos una vuelta por la ciudad, por el denominado Anillo. O sea, La Ringstrasse, calle que circunvala la ciudad y en la que se encuentra gran parte de los mejores edificios.                                               
   Así, entre otros:
    
La Universidad, de estilo neorrenacentista.

Dos edificios neogóticos: la Iglesia Votiva y el Ayuntamiento. 



Panorámica del Ayuntamiento
El Parlamento, neoclásico



El Parlamento 

El Burgtheater (neobarroco)

 La Ópera Estatal de Viena, neorrenacentista, obra de los arquitectos Sicadsburg y van der 

Nüll. El edificio fue inaugurado el 25 de mayo de 1869 con la ópera Don Giovanni de Mozart

Se cuenta que, en un principio fue muy criticado el edificio por ser menor que la Ópera de 

París y que, por estas críticas uno de sus arquitectos se suicidó.


Un ´ángulo del dificio
   Es uno de los mayores símbolos de la ciudad. Está considerada entre los teatros más prestigiosos del mundo

  Y nos queda otra curiosidad: otro de esos relojes con figuritas que se pasean por el 

 exterior al dar las horas: el reloj Anker. Responde este artilugio al estilo Art Decó. 

Las figuras. Simbólicas, representan el paso del tiempo. Cuentan que cada hora, con 

 puntualidadlidad suiza, desfila una figura que representa algún personaje histórico de 

Austria. Pero a las doce del mediodía, la gente se agolpa frente al reloj, porque desfilan 

todas juntas las doce figuritas, como cabe esperar, al son de una música clásica vienesa.

 Algunas teorías apuntan que estas doce figuras son los doce signos del Zodiaco, alumbra -

dos por el sol que sirve de cabecera del reloj.

  Son casi las ocho de la tarde y estamos en las últimas. A la hora de cenar, ya agotados, quisimos entrar a un restaurante que nos pareció adecuado. Nos ocurrió algo curioso Estaba en un sótano y al iniciar el descenso nos llegó un olor, más bien pestazo, hedor, a cordero muerto como si allí hubiera una zona de matanza de tales animales. Tan fuerte y desagradable era aquel olor que nos tuvimos que volver y yo creo que nunca ya voy a poder comer cordero. ¡Con lo que a todos nos gustaba la pierna mechada que yo hacía por Navidad! Está visto que con las comidas llevamos la negra. El caso es que ya no recuerdo dónde ni qué cenamos, pero seguro que lo hicimos. Luego, en una confitería nos compramos dos porciones de la tarta Sacher, típica vienesa, muy rica, dicho sea de paso, y unos bombones. Así pertrechados de glucosa nos fuimos al hotel a degustarlos y descansar. Mis pies ya gritaban.

Dos datos curiosos. En Viena a las seis de la tarde todo cierra y empiezan las limpiezas de las calles. Todo es carísimo. Los escaparates deslumbran, pero ¡todo intocable, incomparable! Con todo, nos han sobrado chelines. Claro, si no se compra…
-FIN VIENA Parece que al final algo se ha rebelado y no sale bien la escritura.
Hasta el próximo que será Budapest.

martes, 16 de mayo de 2017

Praga


-Primera entrega de viaje a  Praga, Viena y Budapest marzo de 1997

   Cada vez que reviso papeles para ver que puedo tirar ya por viejo o inútil, encuentro  alguno de los  relatos olvidados de los viajes de mi amiga Constanza Mopas. Con el fin de que no se pierdan definitivamente, se me ocurre seguir incluyéndolos en este blog.
Con el fin de completar algo tan interesante viaje,me he tomado la libertad de agregar alguna información de tipo cultural y artístico. Espero que me perdone.
  Como siempre, hay una introducción en la que me comenta cómo surgió la idea y ciertos pormenores de los preparativos.
  Empieza disculpándose por lo resumido y escueto del relato debido a que regresó del viaje el último día de vacaciones y no ha tenido tiempo de extenderse más; pero con el fin de que no se le olvide hace este resumen del que me regala una copia ,así como algunas fotografías.
  En primer lugar, me dice, no me entusiasmó la idea pues suponía dejar a mis hijos solos durante casi quince días. Sí, ya sé que ya no son unos niños, pero va a ser la primera vez que se van a encontrar sin mamá a la hora de irse a dormir. Últimamente es la mamá la que se está teniendo que acostumbrar a irse a dormir sin que estén todos en casa. Como es natural, cuando se lo comentamos les pareció estupendo. Ya me los imaginaba yo haciendo planes para sus días de libertad.
  Al fin me animé. Íbamos a ir un grupo de amigos, todos de la profesión y la perspectiva era halagüeña. No obstante, seguía con ciertas reticencias: mucho autobús, mucho avión, el idioma. Pero me convencieron en cuanto al idioma con que llevábamos guía español desde aquí y también en todos los países que íbamos a visitar. La verdad es que era tentador: Praga, Viena y Budapest.
  Por otra parte, iba a ser ¡mi bautizo viajero! Fuera de España. Sin hijos de los que cuidar y conocer ciudades que tienen tanta fama de bellas.
  Perdona tanto preámbulo ya te cuento el viaje.
  Y efectivamente empieza el relato del viaje.
  Sábado 29 de marzo se inicia el viaje. En autobús de Murcia a Manises. Durante el viaje se produce una vuelta al pasado a través de la música. (música de los 60 y 70) ¿De quién sería la idea? ¿Del conductor o el guía acompañante al ver la edad media de los viajeros o de alguno de los compañeros de viaje? Da igual. Lo cierto es que todos cantamos recordando viejos tiempos.
  Yo no conocía a casi nadie o los conocía muy poco pero no importó.
  Vuelo Valencia- Frankfurt. Muy bien... Anécdota: al subir al avión en Valencia la azafata va saludando. Cuando llega a mi marido: ¡Hola! Él: ¿cómo? La azafata: ¡Hola! Él: ¡Ah, hola!
  A mí me entusiasmó la idea de tener el mundo a mis pies, algo muy difícil en mí se mire por donde se mire.  Me volví loca haciendo fotos desde el avión: nubes y más nubes. Te mandaré alguna.
Y me mandó, de forma que podré ilustrar este relato viajero.

Qué belleza


Llegando a Frankfurt

   Cuando llegamos a Praga hace frío y está lloviznando, pero no importa.  La boca del metro está muy cerca del hotel . Salimos a dar un paseo y cenar.¡ Hace mucho frío!.
  Amanece ligeramente nevado. Tampoco eso impide que realicemos la visita de la ciudad con la guía. Luego, tiempo libre y nos largamos solos. La ciudad es impresionante. Tal vez lo primero que vimos o nos llamó la atención fue el puente de Carlos sobre el río Moldava que cruza la ciudad. El puente une la Ciudad Vieja llamada Staré Mésto con la Ciudad Pequeña o Malá Strana. Treinta estatuas distribuidas a ambos lados del puente parecen vigilar a los transeúntes.
  A lo largo de él se sitúan artistas y vendedores de todo tipo. Uno se quedaría allí pero hay que seguir pues queda mucho por ver. 
Torres del Puente de Malá Strana

 Es impresionante la
Torre del Ayuntamiento, en la Ciudad Vieja, en la que se encuentra el curiosísimo Reloj astronómico. Procuramos estar en la plaza a las doce que es cuando más tiempo se disfruta. Es un reloj medieval y cuando da las horas desfilan por una ventana los doce apóstoles. Yo no había visto antes nada parecido.

Este es el famoso reloj

  Otras torres llaman poderosamente la atención. Así la Torre de la Pólvora, que constituye la puerta de entrada a la Ciudad Vieja. Es la más impresionante, aunque hay otras también muy bonitas. He leído que a Praga se la llama la ciudad de las cien torres.

Aquí la magnífica  torre de Pólvora

  Es imposible describirte todo lo que vi y me gustó. La ciudad es todo un monumento. Palacios, torres, islas, fachadas de las casas totalmente decoradas con pinturas preciosas y esculturas. Ya te digo, no hay palabras. 

Una de las magníficas fachadas que recorren la ciudad



Una maravilla
  A las 7 hicimos una merienda-cena y nos fuimos al hotel pues ¡hacía un frío! Tanto que a mi marido se le congeló la cámara  y tuvimos que arroparla al llegar al hotel para que reaccionara.
¡Qué cansancio!

  La mañana siguiente, la dedicamos a visitar el Castillo, en compañía de otro matrimonio. Ya la entrada la deja a una boquiabierta. ¡Qué maravilla!

Patio en la entrad del castillo

   Dentro vamos a ver la Catedral de San Vitus, el Palacio Real, el Callejón del Oro
, la Basílica y el Monasterio de S. Jorge , varias  Torres -
Luego un paseo por los miradores de los jardines del Sur y con suerte un cambio de guardia.
  No responde este al concepto que tenemos de castillo. Se trata de un  conjunto arquitectónico impresionante que reúne palacios y edificios administrativos y religiosos.
   Ahora es la residencia oficial del presidente de la República Checa. Si se encuentra allí se sabe porque la bandera ondea.
 En  el antiguo Palacio Real,  destaca la Sala Ladislao.
  La Catedral,  imponente, es la mayor muestra de arte gótico de la ciudad.

Parte superior de la fachada principal de la Catedral

Detalle de una de las puertas de la Catedral
La magnífica torre
   Me explica Constanza que algunas fotografías no tienen la calidad que a ella le gustaría a  causa de la luz pues no siempre podía hacerlas en el momento adecuado.     

Detalles góticos

Bella imagen del interior

  No podemos olvidar las torres: la Blanca, que fue prisión de nobles y aristócratas; la Negra ,llamada así por su color debido a un incendio; y la Daliborka, prisión para los presos comunes. ¡Claro ,no iban a estar todos juntos!
 Curiosa es la callecita llamada El Callejón del Oro que debe su nombre a que en el siglo XVII la habitaron los orfebres. Ya en el siglo XX se ha convertido en un conjunto de tiendecitas de todo tipo. Pero si es famoso el Callejón del Oro es porque en el número 22 vivió Franz Kafka. 

El Callejón del Oro
La casa de  Kafka

  Las guías recomiendan visitar estas casitas, sobre todo la de Kafka, por dentro, pero ¿crees que es posible? Habría que hacer cola no solo de varios minutos; por tanto, me conformé con el exterior.
  Una indicación que no seguimos, como hacemos con tantas otras, es que se debe subir al castillo andando por unas escaleras que te conducen allí desde Malá Strana y que permiten ir intuyendo lo que te vas a encontrar al llegar. Nosotros subimos en el tranvía y bajamos a pie por las escaleras lo que tampoco fue tan malo pues las vistas de la ciudad son impresionantes. 
Panorámica de Praga desde el Castillo

   Luego, ya solos, seguimos pateando Praga. Cada vez me gusta más. Hemos bajado a la orilla del río, isla. Hemos vuelto a sitios donde estuvimos ayer y que mi marido no pudo fotografiar  porque se le congeló la cámara. Menos mal que al volver al hotel y entrar en calor se arregló sola. -
  De las comidas, mejor no hablamos.
  Por la tarde tomamos un café en una cafetería que, al parecer, frecuentaba Kafka. Nos clavaron bien. Como nota exótica servía y cobraba una especie de hurí rubia con aires de nosequé
  De regreso, en la estación del metro (ese al que se bajaba como a un pozo y luego me enteré que estaba bajo el cauce del río ¡qué miedo!) nos encontramos con un grupo de los nuestros. Al entrar en el tren, tuvieron un conato de atraco. Al ser solo eso, conato, todo quedó en risas. Nosotros nos libramos porque al subir yo me encontré con una especie de muralla humana formada por tres fornidos jóvenes y por miedo a quedarme en tierra me colé a toda velocidad por debajo de sus brazos (ventajas de ser bajita). Mi marido que me ve al otro lado pega un empujón y pasa él también. Entonces aquellos se dedicaron a intentar robar a nuestros amigos.
¡Ah! He comprado gatitos de cristal de Bohemia. No podía faltar.
  Para terminar, dos fotos de despedida.
Iglesia gótica de la Madre de Dios al atardecer.

También la naturaleza nos sorprende en Praga


Antes de las 9 ya estábamos en la habitación. A la mañana siguiente salimos para Viena. Se pasó la noche lloviendo y por la mañana hacía menos frío.                                               
  Como veo que a causa de las fotografías se me hace muy extenso el relato, lo haré, como otras veces, por entregas. Viena será la próxima. 
Si os apetece podéis comentar algo.