Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

lunes, 18 de abril de 2016

Muerte súbita


Oscuridad. Silencio. De pronto un cuerpo extraño junto a ella. Le empuja, le presiona. Al tacto esa presencia extraña es  fría,  blanduzca, asquerosa, repugnante, repulsiva. Siente que casi le ahoga su contacto. Intenta alejar esa cosa de ella arañando en lo que parece una pierna. Le pide por favor que se aleje, que la deje tranquila. La única respuesta es mayor presión sobre su espalda. Intenta alcanzar el interruptor de la luz para ver si con ella (la luz) eso, lo que sea, se aleja; pero no lo consigue. Por fin, angustiada intenta gritar. De su garganta apenas sale un gemido. La cosa ahora pretende taparle la boca. Ella ladea un poco la cara y vuelve a gritar sin conseguirlo apenas. Por fin un grito, casi un alarido sale de su garganta rompiendo la paz nocturna.
   Otro posible final:…. Al día siguiente la asistenta la encontró muerta. En el rostro un rictus de terror. El médico forense determinó: parada cardíaca.
(Marzo del 2016)
 Espero que no fallezcáis de terror

viernes, 1 de abril de 2016

“En vías de extinción”

:
   Constantemente nos hablan de los animales en vías de extinción. Auténtico desastre ecológico producto de la mano del hombre. ¡Una pena!
   Hoy, se han agregado los que consideran, y no se privan  de crear la consiguiente alarma social, que como consecuencia, o a causa, del cambio climático también la especie humana está en vías de extinción. ¡Una tragedia!
   En lo que casi nadie se detiene a pensar es en “las lenguas en vías de extinción”. También esto es un desastre, si no ecológico, sí cultural. Y no me refiero solo a los cientos de lenguas del mundo  que están, no ya en vías sino completamente desaparecidas. Y esto ¿por qué? Por muchas razones.
   No tenemos más que echar mano a la historia para ver como cualquier pueblo dominador ha impuesto su lengua al dominado, haciendo que la que sus pobladores hablaban a su llegada desapareciera o, en el mejor de los casos, se transformara en una lengua nueva, distinta.
   ¿Qué hicieron los romanos? Ahí tenemos el origen de todas las lenguas románicas. Cuando llegaban a un nuevo pueblo, no es que obligaran directamente a sus habitantes a cambiar de lengua, es que si no aprendían la lengua del invasor no se podían comunicar con él, pasaban por ser rebeldes con el consiguiente riesgo para  sus vidas. ¿No habéis leído la novela “La voz de  Lug”? En ella se nos cuenta este hecho durante la conquista romana de lo que hoy es Gijón. Muy curioso.
   Pero acerquémonos en el tiempo. ¿Qué hicieron España, Inglaterra o Portugal en América?
   Y más cerca aún, incluso sin imperio. ¿Qué hizo el gobierno español durante muchos años? Prohibió a catalanes, vascos y gallegos hablar su lengua. Tres hermosas lenguas, como todas, que se han conservado gracias, por un lado, a las gentes sencillas de caseríos, masías, etc. que al no tener acceso a la cultura, a la nueva cultura, siguieron hablando su lengua y, por otro, a los intelectuales que supieron ver la aberración que supone prohibir a un pueblo hablar su propia lengua y con ello llevar a la desaparición del gran tesoro cultural que ella supone.
   En un artículo de Félix Layme Pairumani, en el periódico La Razón del 7 de mayo de 2013, leo  que tras la revolución de 1952 se quiso “castellanizar” a los indígenas.
   (Ahora, alguien dijo no hace mucho tiempo que había que españolizar a los niños catalanes. ¿Os suena?)
   Ellos querían realmente aprender la lengua castellana mas no querían hacerlo a costa de perder la suya. Pero, claro, su opinión no contaba, solo era válida la intención del dominador y utilizaron para lograr sus fines el peor de los métodos: la fuerza. Se les prohibía hablar su lengua madre, se castigaba a los niños que en la escuela se atrevían a hablarla  y lo que realmente consiguieron fue “un fenómeno de aculturación”
   Recuerdo haber oído a alguien ( no cito el nombre por prudencia)contar que siendo niño acompañó a sus padres a misa en un pueblo de Vizcaya y ,al salir de la iglesia el sacerdote que había oficiado, se le acercó un guardiacivil y le dio una bofetada. ¿Por qué? Sencillamente por haber dicho la misa en euskera.
   Retomemos el artículo de Félix  Layme. Dice que al prohibir a un pueblo que hable su lengua en pro de una nueva, la del invasor o conquistador se produce un “fenómeno de aculturación”. Esto me lleva a nuevas y múltiples reflexiones.
   A) Echemos mano de Humbolt. Decía, entre otras cosas algo que viene a cuento con el aspecto a que hemos hecho referencia,   “toda lengua es la expresión de la concepción del mundo propia de la nación que habla a través de ella".  Esta es la razón por la que entre los indígenas de que habla Félix Layme se produjo el “fenómeno de aculturación”. Creo que podríamos seguir  aplicando aquí las teorías de Humbolt que opinaba que lo que caracteriza una lengua es que supone una determinada manera, muy concreta por otra parte, de ver el mundo. O sea que la lengua está estrechamente ligada a la cultura de cada pueblo.
   Esta idea nos conduciría a hablar de
B) El aprendizaje de las lenguas extranjeras y del bilingüismo en las aulas tan de moda hoy. Bilingüismo aplicado al inglés. Podríamos considerar aquí varios aspectos:
  a) Tal vez guarde relación, aunque quizá nadie haya caído en la cuenta, con estas ideas expuestas anteriormente el hecho de que a toda persona que llega a otro país, lo vemos en el nuestro, se le exija para confirmar su integración que aprenda nuestra lengua; pero no solo eso sino también que conozca, aunque sea mínimamente, algo de nuestra historia, nuestra cultura, literatura, costumbres, etc.
  Se hace en todo el territorio español para con los inmigrantes, pero también en Cataluña, Valencia, Euskadi con los no nativos que intentan vivir allí e integrarse en su nueva residencia.
   Esto está bien y es lógico siempre y cuando no implique que el nuevo hablante tenga que renunciar totalmente a su lengua materna porque supondrá renunciar a muchas cosas más que a una forma de expresarse.
  Dado que la lengua nos sirve para comunicarnos con los demás, no deberíamos olvidar que si bien tiende puentes entre individualidades, no es menos cierto que aumenta la diferencia pues lleva a aclarar como el ser humano “hunde sus raíces en el complejo originario de la cultura”.
  Ahora bien ¿es correcto el método utilizado para llevar a cabo este proceso de integración? Tengo la impresión de que no. He oído que en los exámenes que se realizan se pregunta por el significado de dichos y refranes de la tierra que han quedado obsoletos y olvidados por los parroquianos del lugar. ¿De qué le servirá ese conocimiento al inmigrante o al castellanoparlante que se incorpora al mundo catalán, vasco o gallego? Tengo entendido que también a los inmigrantes se les pregunta cosas como el autor de “La Celestina”. Pero ¡hombre! si se hace esta pregunta en la calle a españoles de toda la vida, incluso con un cierto barniz cultural no lo van a contestar.
   Ayudemos, pues, a que otros aprendan nuestra lengua pues les será útil para la comunicación pero respetemos que continúen hablando la suya cuando les plazca o lo necesiten y, sobre todo, ayudémosles a que no olviden su cultura. Ahora bien, un aviso a los que aprenden la lengua nueva: que no olviden ni desprecien  la suya.
   Todo esto nos lleva a un apartado
b) El bilingüismo
 1. Se entiende por bilingüismo el uso habitual de dos lenguas en la misma región. Esto implica conocer perfectamente las estructuras léxicas, semánticas y gramaticales de esas dos lenguas. Cuando una persona utiliza de forma alterna dos lenguas para usos similares y con familiaridad, se puede decir que esa persona es bilingüe.
Hay varios tipos de bilingüismo
Bilingüismo activo: cuando el hablante puede usar alternativamente las dos lenguas sin ninguna dificultad.
Bilingüismo pasivo: si el hablante entiende dos lenguas pero sólo utiliza una.
Bilingüismo natural: el hablante posee dos lenguas maternas
   Podríamos hablar del caso del bilingüismo en Cataluña, Euskadi y Galicia en donde los problemas se presentan a causa de la intolerancia de unos y otros, aunque no todos. Para los niños de estas tres comunidades el bilingüismo es una ventaja. En cuanto a esto dice Dyane Adam “El bilingüismo nos ha convertido en una sociedad más flexible". Es cierto pero, por desgracia, solo a parte de la sociedad. No hace mucho oí a una persona quejarse amargamente de que su nieta que vive, casi desde que nació, en Cataluña, escribe el castellano con faltas de ortografía. ¡Toma! Le contestamos, y los niños de aquí también. No entendía la señora que si la niña vive en Cataluña es normal que aprenda el catalán y que la obligación de que perfeccione el castellano no es solo de las autoridades culturales sino de sus padres. Ahora bien ¿Qué conocimiento del castellano tiene sus padres; cómo lo hablan? Pero esta es otra cuestión. También se quejaba la señora de haber tenido que oír una misa en catalán. Le dijimos ¿Cuándo de niña la oías en latín te enterabas de algo?
    Claro, que si el asunto de la lengua no estuviera en manos de los políticos otra cosa sería.
   En otra ocasión, leí en un periódico gallego la carta de una madre que se quejaba amargamente de que a su niño le impartían las clases en gallego. Otro lector contestaba dándole la razón. ¡Había que ver la calidad de los textos! Faltas de ortografía, de sintaxis… ¡un horror! Pensé: con defensores así la lengua castellana no necesita enemigos ni detractores.
  Vistas así las cosas ¿Es bilingüismo o diglosia lo que hay en estas tres Comunidades o regiones españolas?
Veamos: diglosia es el uso discriminado de dos variedades de la misma lengua, e implica que hay una lengua dominante que se ha aprendido y que tiene más prestigio y otra lengua que se practica menos; que tiene menos presencia en la sociedad.
Características:
- La lengua dominante se usa en contextos formales.
- Lleva, en algunos casos, a la negación de la lengua no dominante.
- Las obras literarias y documentos serios usan la lengua dominante.
- La lengua dominante se aprende, mientras que la otra se considera como lengua materna.
- La lengua dominante tiene gramática estable y normalizada.
  A pesar de mis conocimientos no me siento capacitada para discernir este asunto. Lo dejo para la reflexión de quienes lean este artículo.
   El problema en estas Comunidades ha estribado siempre en determinar cuál es o ha de ser la lengua dominante. Y lo peor es que eso implica que la otra se ve volcada a desaparecer o cuando menos caer casi en desuso. Esto es una aberración porque ninguna lengua es mejor que otra y ninguna debe desparecer en beneficio de otra
   A este respecto podríamos traer a colación lo que dice J. C. Moreno Cabrera en su libro “La dignidad e igualdad de las lenguas”. Dice que no se tiene conocimiento científico de que exista característica lingüística alguna que permita determinar si una lengua, dialecto, variedad lingüística o habla es mejor o peor que otra; ni total ni parcialmente, agrega. Rechaza, además, cualquier criterio que sirva para marginar a un hablante o comunidad lingüista por razonas de lengua; y mucho menos para inducirle a desprecio de su propia lengua.
   Podríamos añadir algo recogido también del artículo de Félix Layme: “Solo a partir de su lengua y cultura maternas, una persona puede ser creativa”.
   Es el caso que, por razones meramente políticas, las lenguas de las que hablamos sufrieron un ataque continuado durante un largo periodo de tiempo y ahora, por las mismas razones se busca algo así como una revancha, una venganza. Con todo esto hay dos perjudicados inocentes: los hablantes y las lenguas. Y con ellos parte de, si no toda, su cultura.
2. Veamos ahora otro tipo de bilingüismo, el que por obra y gracia del Ministerio de Educación se ha impuesto en las aulas.
  Naturalmente estoy de acuerdo en que los niños y jóvenes aprendan un segundo idioma. Y un tercero y un cuarto. Y no solo ellos sino todos.
  Pero centrémonos en los alumnos. Dijo un Ministro, para mí de triste memoria, que a partir de ahora los alumnos no solo van a estudiar inglés sino que van a estudiar en inglés. Esto después de afirmar que hay que españolizar a los niños catalanes.    ¡Vaya por Dios!  Soy consciente de la aceptación, tal vez desmesurada y yo diría que inconsciente, que ha tenido la idea. ¿Por qué me muestro tan en desacuerdo? Sencillamente porque con este método el alumno empieza a despreocuparse, olvidarse, de su propia lengua y, si me apuran, a menospreciarla.
   Se me partió mi alma lingüística el día que oí a una madre comentar orgullosísima que su hijo de diez años, matriculado en uno de esos cursos bilingües considerados la élite intelectual de los Centros educativos, incluso en casa hablaba en inglés; que, a veces, no conseguía encontrar un palabra castellana para lo que quería decir y entonces recurría al inglés. ¿No es doloroso?
   Hay otro problema. Para impartir ciertas materia en inglés, muchos profesores han tenido que aprender el idioma a todo correr, Esto es un doble disparate.
  En primer lugar, como dice Félix Layme. Para aprender un segundo idioma, primero hay que saber bien la lengua materna. ¿Cómo pretender que alumnos que aún no conocen a fondo su lengua estudien en una distinta?
   El alumno debe aprender una segunda lengua, sí, pero con profesores especializados y con métodos apropiados.
   Escuchemos de nuevo la voz de algún sabio lingüista.  Según Humbolt la lengua en que cada uno nos movemos nos aporta una visión concreta del mundo. Con la lengua expresamos hasta los rincones más recónditos del alma pero esto solo se consigue con la lengua que se ha usado desde la infancia.
   Por tanto debemos entender que aprender una lengua no consiste en adquirir una serie de palabras aprendidas de memoria o una serie de reglas gramaticales que hay que aplicar. Hay que bucear también en la cultura del pueblo al que pertenece esa lengua, su historia, sus costumbres etc. ¿Se consigue esto haciendo que los alumnos de 10 o 15 años estudien la Reconquista o la época de Los Reyes Católicos, o el mundo natural, en inglés?
   Es innegable que el estudio de una lengua extranjera acarrea muchos beneficios porque permite ver el mundo desde otro punto de vista. Y esto es lo que debe procurar el profesor de esa segunda lengua. Es decir, no solo enseñar a los alumnos la gramática con todas sus reglas, si no también hacerles conocer las costumbres, la Historia, la Literatura de ese país cuyo idioma pretenden aprender y dominar.
   Habría mucho que decir a este respecto, sobre métodos de enseñanza, sobre esa clasificación de alumnos en excelentes  y menos, en lo referente a la traducción… pero me saldría de la idea que me ha llevado a escribir este artículo.
   Centrémonos en la desaparición de una lengua. Siguiendo a Moreno Cabrera, diremos que  “hay una forma que lingüísticamente podría considerarse natural y es cuando la lengua madre se disuelve en sus descendientes como ocurrió con el latín y las lenguas románicas.” Pero hay otras maneras en las que puede morir una lengua, entre otras “por cuestiones de domino cultural y de menosprecio inducido de la lengua propia…”. Recordemos el ejemplo anterior del niño que no encuentra la palabra en su idioma y recurre al inglés. Otros ejemplos sangrantes podemos observar a diario. Por ejemplo en la publicidad se usa del inglés con una frecuencia inusitada. He oído en un anuncio a dos madres que hablan de llevar a sus hijos a uno de esos centros comerciales en que hay actividades para niños mientras las mamás compran y dice una de ellas: estupendo mientras ellos se lo pasan bien nosotras de shopping.
   No hablo de  renegar de  los neologismos. Siempre hemos estudiado la diferencia entre neologismo y barbarismo (neologismo innecesario). Si los primeros contribuyen a enriquecer la lengua en la que se introducen, los segundos la van desplazando. El  caso del inglés en nuestra lengua es casi doloroso. Hace ya muchos años que se ha impuesto una enorme cantidad de anglicismos que han desplazado y llevado al olvido infinidad de palabras que definían muy bien el objeto al que nombraban.
   Hoy ya estamos cayendo en el error de que es más culto y elegante utilizar anglicismos con cualquier motivo. Que cada cual, en conciencia, repase su vocabulario. No voy a hacer aquí un listado que, por otro lado sería demasiado extenso, de los más utilizados.
   Por si no teníamos bastantes problemas en este sentido, aparecen las redes sociales. Salvo honrosas excepciones ¡se lee cada cosa!
   Por desgracia no hay que recurrir a las “Redes”. En los Medios de Comunicación, en boca de locutores, presentadores y personalidades de todo rango y tipo oímos cosas que al profesor Lázaro Carreter, si levantara la cabeza, le llevarían a volverse a morir o a componer otro volumen de “Dardos”.
   Así:
-“Evitar que no nos equivoquemos” (por evitar que nos equivoquemos)
-“Una de las mejores pagadas” (por una de las mejor pagadas)
-Concordancias de complemento directo con verbo en oraciones impersonales: “habrán lluvias los próximos días”. Por habrá lluvias....
-“Un minuto más añadido”. Si es un minuto más, seguro que es añadido. O más o añadido.
-“Ese ayuda” por esa ayuda
-Uso del infinitivo como imperativo: “Dejarme decir, quedaros un momento” (Podría dar el nombre del usuario pero  lo callo)
-Ahora resulta que los fenómenos meteorológicos son culpables de innumerables accidentes. Nunca podrán ser culpables sino causa.
-“El principal arma”. El arma, sí. Pero con el adjetivo intercalado: la principal arma
“El mismo agua”. No. La misma agua
-“La policía científica ha sido inveraz para no asociar ETA con el 11M” (portada del Mundo)¿?
-“El único superviviente de los nueve que fallecieron” ¿?
-“De los catorce muertos, nueve eran niños que se vieron obligados a tirar al mirar”. ¿Antes o después de morir?
-“Uno de los presuntos policías involucrados”. En lugar de: uno de los policías presuntamente involucrados.
-Alguien dijo que los refugiados sirios son terroristas; en lugar de: algunos podrían ser terroristas. Claro, la frase levantó ampollas.
-Usar oír y escuchar indistintamente como sinónimos absolutos. Por ejemplo, se oye el sonido que nos avisa de una llamada o un mensaje; pero es escucha a la persona que nos habla. Una explosión se oye, no se escucha. Este uso de dichos verbos, a veces da qué pensar. Un ex presidente nuestro dijo en una ocasión, al preguntarle qué opinaba sobre algo que se decía constantemente a cerca de su actuación: "no he escuchado nada en ese sentido". ¿Quiso decir que no había oído? O ¿la realidad es que no escuchaba?.
   En la mayoría de estas frases no sé dónde colocar los signos de puntuación pues al escucharlas era imposible deducirlo. ¡Para colmo mal leídas!
   Se me dirá que son errores producidos por la obligada improvisación. No. Son errores producidos porque no prestamos atención al uso correcto de nuestra lengua.
   Somos muy atrevidos por aquello de “si es la lengua que hablo desde niño, para qué preocuparme”. No querría pecar de arrogante pero recordemos el dicho “la ignorancia es atrevida”.
   Debemos amar y mimar nuestra lengua y respetar todas las demás.
   Voy, por último, a transcribir algunos artículos de la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS LINGÜÍSTICOS proclamada en Barcelona el seis de junio de 1996 y que recoge Moreno Cabrera en su libro citado.
 Artículo 23./ 3 :La educación debe estar siempre al servicio de la diversidad lingüística y cultural, y las relaciones armoniosas entre diferentes comunidades lingüísticas de todo el mundo.
 Artículo 30. La lengua y la cultura de cada comunidad lingüística deben ser objeto de estudio y de investigación a nivel universitario
 Artículo 41.Toda comunidad lingüística tiene derecho a usar su lengua y a mantenerla y potenciarla en todas las expresiones culturales.
  Creo que estas ideas son aplicables perfectamente a la defensa de esta lengua castellana que estamos empezando a despreciar, olvidando que es la segunda lengua más hablada en el mundo, mientras pretendemos que lo hablen en detrimento de  la suya los catalanes, gallegos y vascos.
  Precisamente el académico D. Víctor García de la Concha recordó ese detalle de que mientras en el resto del mundo se habla cada vez más, aquí, paradójicamente, cada vez se habla peor.
  Y para terminar el artículo tres del TÍTULO PRELIMINAR  de la CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA
1. El castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus estatutos
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.
  Me gustaría tratar muchos más aspectos de este tema pues la lengua, las lenguas, me apasionan pero no me considero con los conocimientos suficientes y no querría incurrir en la falta que observo con frecuencia: hablar de lo que se sabe poco solo porque es algo que tenemos cerca. Y, por desgracia, de la lengua, del idioma habla más gente de la que debiera. Por tanto, yo ya guardaré silencio.
Además porque no querría parecer prolija.

BIBLIOGRAFÍA
-El valor de la lengua materna
La castellanización entre los indígenas ha bloqueado el manejo digno de su lengua materna
La Razón / Félix Layme Pairumani 00:05 / 07 de mayo de 2013
 -Juan Carlos Moreno Cabrera, “La igualdad y dignidad de las lenguas”. Muy interesante.
-Nota.
El Día Internacional de la  Lengua Materna fue proclamado por la Unesco el 21 de febrero de 2000, y se celebra en la misma fecha cada año en los Estados miembros y en la sede de la organización para promover la diversidad lingüística y cultural y el plurilingüismo.
   Si tenéis curiosidad, podéis leer el poema “Sin lengua” de Celaya.
   Creo que este tema puede suscitar muchos comentarios. si tenéis a bien incluir alguno lo leeré gustosa pues me supondrá aumentar mis conocimientos.