Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

viernes, 31 de enero de 2020

.Demasiado tarde




    Una mañana al salir a andar, después de muchos años e inesperadamente, lo ve frente a ella.
¡Hola, Paula! He podido observar que paseas mucho, sigues pareciendo una gacela.
- ¡Una gacela!  ¿Qué pintas aquí? ¿Cómo has dado conmigo? No me gusta que me sigan.
-Perdona. Necesitaba hablar contigo. ¿Podríamos sentarnos y dialogar como dos adultos educados?
- ¡Ah! Ya eres adulto y educado. Bien, que no se diga que soy yo la grosera.
Se sentaron en la terraza de una cafetería.
 - Mujer, no seas tan dura. Todos tenemos derecho a equivocarnos y a rectificar. Sé que fui un idiota, pero piensa que era muy joven y cuando me vi comprometido me asusté.
Ya, y yo era la abuela de Caperucita ¿No?
No, pero eras más madura, estabas segura de lo que querías, estabas dispuesta a afrontar tiempos difíciles y yo…
Perdona, tú fuiste un cobarde, impresentable. Si te asustaste haber dado la cara, haber dicho lo que querías o necesitabas como hiciste cuando te interesó, o simple- mente decir la verdad y luego largarte. Pero desaparecer como el Guadiana ¡Venga, hombre!
Sí, tienes razón, fui cobarde, impresentable, idiota, todo lo que quieras, pero reco- nozco que me equivoqué.
Se atrevió a insinuar que sería bonito olvidar lo desagradable y recuperar algo de lo que hubo, envejecer juntos
¿Envejecer juntos? Tú no razonas. Yo no te necesito ya. Quizá tú lo que quieres es alguien que te cuide, y compartir los gastos de casa y cuidadora el día de mañana. Pues no. No se te ocurra volver a decir algo parecido. Es más, no se te ocurra volver a aparecer en mi vida.
Verdaderamente no te reconozco. No eres ni sombra. Pero ahora me doy cuenta de que fue un error. Tendría que haber formado una familia, llegar a la vejez en compañía de una amante esposa, hijos, nietos…
Pues has llegado bastante tarde ¿no crees? Como has dicho, yo estaba dispuesta, sencillamente, a afrontar la vida. Y eso es lo que he hecho siempre. Tú me fallaste y reorganicé mi existencia.
Necesito saber que me has perdonado, porque por tu forma de hablarme no lo tengo muy claro.
Pues mira. Por un lado, no te perdono que me engañaras, te burlaras de mí, destrozaras mi vida, mis ilusiones, mis sueños de crear una familia. La ilusión de mi vida no era precisamente vivir sola. Pero, por otro, observando el mundo que me rodea, he llegado a la conclusión de que, si bien no te perdono, sí te sí te agradezco que desaparecieras de mi vida. Quizá no habrías colmado mis expectativas, quizá no me habrías hecho feliz, quizá habrías intentado anularme. En fin, que quizá fue mejor así. Y espero seguir como he vivido hasta ahora.
-Tú y yo podríamos pasear juntos bajo el cielo estrellado, como entonces, dijo mientras intentaba acariciarle una mano que ella retiró bruscamente.
Como entonces, o sea, antes de que desaparecieras de mi vida sin dejar rastro, sin una explicación, sin siquiera un ¡por ahí te pudras! No. He aprendido a contemplar sola las estrellas y el reflejo de la luna llena en un majestuoso mar, desde mi ventana. He aprendido a entrar en casa y no encontrar a nadie con quien hablar, a quien preguntar cómo te ha ido el día, o sentarme a comer mirando al mar por la ventana de la cocina sin unos ojos frente a mí en el otro extremo de la mesa en los que mirarme. He aprendido a vivir sola y ya no te necesito para nada ni quiero volver a verte ni saber nada de ti. Ya es tarde. Me marcho. Y recuerda, no quiero verte nunca más. ¿Lo has entendido bien? ¡Nunca!
FIN
Nora Albátor

¿Os merece algún comentario? Gracias.

lunes, 20 de enero de 2020

Salvar el planeta (los cuentos de la abuela Toñi)




 -Buenos días, chicos.
- Buenos días, Alba. (casi gritan unas veinte vocecitas infantiles)
-Hoy vamos a dedicar la clase a buscar palabras que nos sirvan para aprender a salvar nuestro planeta. Vosotros sabéis que el planeta tierra está en peligro. Habéis oído hablar del cambio climático ¿verdad?
-Sí. (Responden casi a coro).
-Pues bien. Vamos a ir eligiendo letras del alfabeto, con ellas formaremos palabras y con esas palabras formaremos frases que sirvan para animar a todos a proteger nuestro planeta, a limpiarlo de todas esas porquerías que están apareciendo y, a no ensuciarlo nosotros más. ¿Qué os parece?
- ¡Bieeen!
-A ver, ¿quién elige una letra?
-La M, (dice Lur, una niña rubia de ojos azules con cara de angelito travieso)
-Bien. Ahora una palabra con la M
-MAR. (agrega ahora un niño, Rasmi.) Entonces ahora tendremos que ver cómo limpiar el mar. Y cómo no ensuciarlo y matarlo.
-Muy bien. Pues id pensando frases como si fuerais a salir en la tele diciendo a todo el mundo que hay que salvar el mar.
Los niños fueron inventando frases:
El mar es la casa de los peces. Si está sucio se morirán.
El mar es muy bonito y si lo ensuciamos se volverá feo.
En el mar nos bañamos en el verano. Hemos de tenerlo limpio como nuestra habitación.
Si el mar está sucio, los peces comen porquería y luego nos la comemos nosotros.
-Muy bien. Ahora otra letra.
-La A. AGUA. Cómo ahorrar agua.
-Muy bien Dunia. A ver qué frases inventáis.
-Hay poca agua. Necesitamos ahorrar el agua. Por ejemplo, cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes.
-O mientras nos lavamos las manos
-Mi mamá dice que el lavavajillas solo se pone cuando está muy lleno, cuando ya no le quepa un alfiler, para ahorrar agua. Y también la lavadora, claro.
-La R. Reciclar. Dijo ahora Coloma.
-Perfecto. ¿Frases?
-Hay que reciclar el vidrio. Las botellas de vino, los botes de conservas y esas cosas
- Y también el papel y el cartón. Mis padres compran para la impresora folios de papel reciclado.
- A mí me compran las libretas de papel reciclado.
-También hay que reciclar los plásticos, las latas y los tetrabriks.
-Mi abuela dice que a ella también hay que reciclarla. (risas generalizadas. Hasta la profesora tuvo que reír). Es que dice que así saldrá una más nueva. (Más risas)
No olvidemos que estamos en una clase de primaria con niños y niñas de seis o siete añitos.
Otro niño eligió la letra F de fuego.
-Pues a ver qué inventáis con el fuego.
-El fuego es muy peligroso porque hace los incendios. Hay que llevar mucho cuidado y no hacer fuego en el monte.
-Ya, pero los incendios, dice mi abuelo que hay que … ¿cómo se dice? Pre…
-Prevenirlos, apuntó la maestra.
-Eso. Prevenirlos. Que hay que tener limpio el monte y no hacer hogueras para guisar. Que al monte se va con bocadillos.
-Un día paseando por un monte con mis padres vimos una familia que había hecho fuego para hacer la comida al lado de  un árbol que tenía en el tronco pinchado un letreo que decía PROHIBIDO HACER FUEGO. Mi padre se lo dijo y dijeron que era una tontería que ellos llevaban cuidado. ¡Qué barbaridad! Digo yo.
-Y dices bien. La gente no es consciente muchas veces del peligro. Y me alegra ver que en vuestras familias os educan en el cuidado de la naturaleza. Eso está muy bien. No solo vale que aquí lo hablemos, tenéis que vivirlo en casa y en la calle, en todas partes.
-Claro, apostilló ahora Pepe. Porque solo con gritarles a los políticos no vale. Tenemos que poner todos nuestro granito de arena como dice mi hermana mayor que estudia Biología.
-Además, cuando hay fuego tienen que acudir los bomberos y se juegan la vida. Eso también hay que pensarlo ¿No? Dijo ahora Adela.
-Me alegra ver, dijo la profesora, que estáis muy concienciados con esto de salvar el planeta. Ahora pongo ya la última letra por hoy. La C de contaminar.
Se armó un pequeño revuelo. Todos hablaban a la vez. Yo vengo al cole andando; yo en patinete, yo en bici, a mí me trae mi padre en la bicicleta porque vivo lejos y no se atreven a dejarme solo.
Fue reconfortante ver que ya no los llevan al cole en coche. De hecho, el aparcamiento del colegio suele estar vacío u ocupado por las bicicletas y los patines. Incluso, como es natural, los profesores llegan ahora en bicicleta o andando.
Fin, por hoy
Ánimo, chicos y chicas (según la RAE debo decir chicos) ¡A salvar el planeta!  

miércoles, 1 de enero de 2020

Trasplante de cerebro



 
  Sala de espera en el hospital. Una bata verde, unos ojos verdes, un pelo rizado, una mirada amable, una voz suave: Lo siento. No hemos podido salvarlo.
  Otra bata, otros ojos, otra voz, toda amabilidad. ¿Han pensado en donar los órganos pertinentes? - Toda la familia tiene decidido desde hace tiempo donar cualquier órgano que pueda ser útil. – Hemos visto que incluso el cerebro… Se miran unos a otros, rompen a reír. La psicóloga piensa que son los nervios consecuencia de tantas emociones de última hora y espera a que se tranquilicen. Al fin, uno de ellos: el cerebro, mejor a la ciencia para la investigación.
Fin