Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

domingo, 27 de mayo de 2018

Frognerparken. Noruega. Oslo.





       Quien haya estado en Oslo no habrá olvidado este magnífico parque y, quien no lo haya hecho hará muy bien en no dejar de visitarlo y disfrutarlo.
  Algunas de las fotografías no son buenas pues el día lluvioso y la hora fueron  la causa de que hubiera que conformarse con algún desafortunado claroscuro.
  A pesar de la extensión del reportaje he de hacer constar que faltan bastantes detalles, rincones o elementos que por una u otra razón no pude captar.
  Así, la grandiosidad del Portal de entrada no aparecerá aquí.
  Todo en este parque es, o así se ha interpretado, simbólico. En este sentido o nos atenemos a que es este un asunto muy personal o intentamos buscar información y aceptarla. En todo caso sí es cierto que aparece la humanidad en toda su grandeza, a través de todas las etapas de a vida y de las diferentes situaciones en que el ser humano se puede encontrar.
  En lugar de seguir el orden de la visita, he optado por agrupar las fotografías atendiendo a temas. Por ejemplo, niños, juventud, deporte, etc.
  Empiezo por imágenes de niños que abundan y son las que, tal vez, más me impresionaron.
  Aunque no es lo primero que vemos, en el Puente, llama poderosamente la atención el encantador niño enfadado y llorón el “Sinnataggen (símbolo de la ciudad) 

Es una pena no haber podido captar su carita

  También encontraremos otros niños

Este no estaba enfadado

Dispuesto a jugar


    Dos niños corren alborozados levantando llenos de entusiasmo sus brazos, manos abiertas y rostros hacia el cielo 

Felices ¿verdad?

   En Las Fuentes Los cinco primeros grupos escultóricos arbóreos nos hablan de la infancia .Niño que, sentado en el árbol, dirige su indagadora carita infantil a la vida y al porvenir, mientras se chupa el pulgar

Siguen estando los niños presentes en todos los grupos que hacen referencia a la vida familiar. Así Veremos a mujeres con sus hijos.

Madre con niña
O que los levantan con dulce expresión maternal hacia el cielo 

Encantadora imagen

    Padres que juegan con sus hijos 

El padre juega con su hijita
  Otros  parecen hacer gimnasia con ellos, como ese que sostiene a los niños en cada uno de sus brazos y en uno de sus pies 
buena manera de conservarse en forma

Y ¿Qué decir de la ternura del abuelo lleva de la mano a su nieto y éste lo mira con cariño y admiración?

entrañable escena

   En la escalinata que hay alrededor del Monolito seguiremos encontrando referencias ,a veces simbólicas, a la vida familiar. La Madre Tierra reúne inclinándose a los pequeños en su regazo


Se puede apreciar en todos los grupos


Nuevamente nos encontramos al abuelo con sus nietos  y la madre tiene suficiente fantasía para jugar con sus niños, sin necesidad de juguetes. Se coloca como caballo y sus coletas sirven como riendas 


¿No es deliciosa??

   Hay otros espacios donde el tema es la juventud. Encantador es el grupo de las dos muchachas que cuchichean, juntando celosamente sus cabecitas, olvidándose de prestar atención a su hermanito que juega con una serpiente. 

Jovencitas

  O también el de dos muchachos que miran atentamente a un punto del cielo (foto escalera 4 blog)). ¿Miran un avión o un pájaro? ¿O más bien contemplan su futuro con un punto de mira elevado hacia le alto?

Los niños a la izquierda

   En cuanto a la ida adulta hay escenas de amor, de deporte, etc

Pareja joven

Otra imagen de la escalera

                                     
  Volvemos a Las fuentes. Constan de un grupo central de un enorme cascarón, sostenido por seis gigantescos hombres  símbolo de la vida. 

  Significa, se dice, las 383 - cargas que cada uno debemos sobrellevar  en nuestra vida. El agua cae con una fuerza que nos recuerda las gigantescas cascadas de los fiordos.

Se ven los grupos de los árboles

   
Hombres luchando
  Volviendo a la escalinata encontramos todos los temas restantes.
  Hemos aludido ya al Monolito y su entorno:36 grupos de granito colocados de forma radial.
Está formado por 121 figuras humanas apelotonadas. Trepan unas, se aplastan otras, se ayudan son ayudadas; unas se rinden ante la imposibilidad de lograr su empeño otras parecen dirigirse alegres hacia a luz. 



Impresionante

En definitiva. Este parque nos hace sentirnos como tal vez lo hicimos un día frente a Las meninas, El Guernica, la catedral de Milán o los fiordos. Fascinados,

Muchas más imágenes quedan pero ya reza el dicho que "lo bueno si breve ,dos veces bueno"
Espero no haber agotado la paciencia de nadie.



domingo, 13 de mayo de 2018

Dos novelas de H. Melville




    No soy partidaria de decir que algo no me gusta si no lo conozco, aunque sea someramente. 
Pero no suelo leer lo que no me atrae. 
No obstante, mi curiosidad lectora me lleva a veces a encuentros fortuitos con obras cuya lectura acaba confirmándome que tal o cual tema o estilo no me agradan. Es lo que me ha ocurrido últimamente que han caído en mis manos casi por azar tres novelas de aventuras localizadas en el mundo marinero, barcos, marinos, motines…
 Primero intenté leer una novela de Poe que llevaba años en mi biblioteca: “Las aventuras de A. Gordón Pim”. Decididamente no me entusiasmó, tanto término marinero y tantas situaciones que encontré absurdas. Se me hizo pesada. Eso sí, la leí entera.
Hace unos días, se me ocurre volver a esos libros olvidados que duermen el sueño de los justos en los estantes de mi biblioteca personal y me doy de bruces con Herman Melville. No había leído nada suyo. Ya, no me acusen de inculta por no haber leído “Moví Dik “, con la película tuve suficiente.
Ahora se trata de una edición que contiene “Benito Cereno” y “Billy Budd, marinero”
Antes de iniciar este artículo busco alguna información sobre ambas obras para cotejar con mi opinión personal lo que otros, tal vez más entendidos o expertos en la materia que yo, piensan.
  En este caso no pretendo hacer un artículo de crítica literaria en toda regla, sino más bien reflexionar sobre el problema que a veces nos lleva a dejar de leer algo por prejuicios extraños o a la inversa seguir algún consejo que nos acarrea una decepción. Incluso como no todos los momentos de nuestra vida son los propicios para según qué lecturas.
  Los he leído en el orden que aparecían en la edición. Primero BENITO CERENO y a continuación BILLY BUDD MARINERO.
  Sobre la primera leo que el autor la publicó a modo de folletín en una revista. Sin embargo, continúa la publicación, el estilo no es folletinesco sino reconcentrado, denso, ambiguo y de tono épico. ¡Doctores tiene la Iglesia!
 Pro yo no diría tanto. Sí me ha parecido algo folletinesca la novela y, tal vez, es eso lo que más me ha decepcionado. Se observa este tono, sobre todo, pienso, en los personajes. Tan absurdamente ingenuos unos (los dos capitanes) como malvados e hipócritas otros
  Se publicó en 1855, y está basada en la historia real del español Benito Cerreño, de cuyo buque, el Tryal, se apoderaron en 1804 los esclavos que llevaba por aguas del Pacífico rumbo a Lima, donde esperaba venderlos.
  Se divide la obra en dos partes. En la primera, más extensa se nos cuenta la historia desde la perspectiva del capitán Amasa Delano aunque en tercera persona. En la segunda, a través de un informe judicial.
  En la primera parte, el autor nos lleva de la mano del capitán Delano a presenciar no solo unos hechos sino la interpretación que la mente del capitán un hombre ingenuo y bondadoso les va dando, aunque a veces ante la evidencia de ciertas circunstancias no puede por menos que dudar. También  el lector se ve tentado a dudar, a pensar que allí pasa algo que no se ve, algo sucio, tal vez delictivo. Dudas que se verán confirmadas en la explicación de la segunda parte.
  Lo que yo destacaría es el uso del diálogo a través del cual vamos intuyendo el problema en que se encuentra el capitán Cereno.  También las reflexiones del capitán Delano, sus dudas y remordimientos mediante los que descubrimos el talante de este personaje.
  Tal vez las digresiones son excesivas, se hacen algo pesadas. Si bien no podemos olvidar a qué época y literatura pertenecen estas obras.
 Algo parecido se puede observar en la historia del “marinero bonito” Billy Budd
 Hay una película de 1967, basada en esta novela y con su mismo título.
Melville debió escribir “al correr de la pluma”, como decían antiguamente, dice un    comentarista, dado el volumen de su obra en relación con el tiempo transcurrido entre una y otra publicación (cinco novelas en cuatro años).
 Esta costumbre parece más frecuente de lo que creemos, incluso o más en la actualidad
 No obstante, parece que cambió de rumbo con Billy Budd, considerado su texto   más elaborado del que se dice que empleó menos de dos años en la escritura y revisión de esta obra que, aunque no muy extensa, tampoco es breve,
 Billy Budd es la extraña historia de un marinero de unas características físicas y morales poco comunes. Físicamente es una especie de Adonis y moralmente, un ángel.
“, desnudo podría haber posado para una estatua del joven Adán…” (¿Cómo lo vio Milton?)
Pero un joven navegante de las disposiciones de nuestro atlético naviero es una especie de niño-hombre. Y no obstante, la absoluta inocencia del niño no es más que vacía ignorancia, y la ignorancia se desvanece más o menos al crecer la inteligencia…” Lo malo es que en Billy la inocencia no cedía con la edad…
  Por necesidad de tripulación en un barco de guerra lo alistan sacándolo de un mercante. Allí es querido por sus compañeros, se descubre que tiene un incierto y misterioso origen, pero no se insiste en ello.
  “Sí, Billy Budd era un expósito, bastardo al parecer, y, evidentemente, nada innoble. Su noble origen era tan evidente en él como en un caballo de pura sangre”
  El maestro de armas la toma con él, no queda muy claro por qué aunque, a veces, se intuye algo deducido de las miradas que le lanza. Al final lo delata con una mentira y esto provoca un desenlace fatal para ambos.
Esa mirada (la del maestro de armas) seguía al jubiloso Hiparión marino con na quieta expresión meditativa y melancólica…”
“Pero en cualquier encuentro repentino e imprevisto, un fulgor rojo brotaba de sus ojos como una chispa en un yunque en una oscura fragua…”
Aparte de, al igual que en la anterior, un exhaustivo aunque necesario uso de términos marineros que agotan dado el lógico desconocimiento del lector, en este caso yo, abundan las alusiones a hechos históricos contemporáneos o no, y batallas; mitológicas y literarias; de la literatura clásica incluso la Ilíada y la Biblia.
También bastantes digresiones, alguna señalada por el autor como un pecado literario.
Algunas perlas de su estilo:
“El viejo Quirón marino, creyendo quizá que por el momento había instruido bastante a su joven Aquiles…”
“manifestaciones délficas…”
 “juveniliad”
“Pero, como el profeta al desaparecer en su carro por el cielo, dejando caer su manto a Eliseo, la noche al retirarse cedió su pálida túnica al día que irrumpía…”
  Una breve nota sobre el autor:
 Nació en Nueva York el 1 de agosto de 1819. El segundo de los varones y el tercero en total. Cuando su padre murió contaba doce años. La muerte del padre supuso una debacle familiar que obligó a los hijos mayores a dejar los estudios y al traslado familiar desde Nueva York a Albany, donde Herman Melville fue empleado en un banco local. Pasó luego a desempeñar diversos oficios, entre ellos el de maestro rural. Parece que a pesar de haber dejado los estudios tenía una cierta cultura. Aunque, sabido es, que no se necesitaba un altísimo nivel para ser maestro rural.
 Varios años de su vida los pasó  embarcado en balleneros, barcos mercantes y de guerra. De todo esto fueron surgiendo sus novelas de aventuras marinas.
  Espero no haber desanimado a quien pensara leer estas novelas. La mía es una opinión personal. Solo eso.