Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

jueves, 15 de noviembre de 2018

Mallorca Del 5 al 10 de mayo de 2004




   Mi querida amiga: Esta vez, dos meses después y por múltiples razones el relato del viaje aún no está hecho. Esperemos que  no se me hayan olvidado muchas cosas. Este fue a Mallorca. Mi marido no ha ido y yo recuerdo con ilusión el que hice como viaje de estudios con mis compañeras del instituto.
   Salimos desde alicante, aeropuerto del Altet. En autobús desde Murcia (autosuficientes que somos nosotros) e igual a la vuelta.
  Despegamos, si no recuerdo mal, con puntualidad suiza. A las doce y diez; llegada a la una. Es un viaje muy rápido, no da tiempo a olvidar el despegue cuando ya se está aterrizando. Nos recogen en un microbús y nos dejan en el Hotel El Cid.  Habitación 314.Nos citan a las seis de la tarde para presentarnos los planes de excursiones.
  Salimos a comer. Como el hotel está en la playa, Can Pastilla, en la zona de El Arenal, encontramos muchos restaurantes. Comemos, nos vamos a descansar un poco y deshacer las maletas. Nos ha dado tiempo para contemplar la belleza de la zona. Además, la terraza de la habitación da a la playa y paseo.
   A pesar de llevar preparados nuestros itinerarios y haber preconcebido la idea de alquilar un coche, visto lo que nos ofrecen optamos por la comodidad de dejarnos llevar. Elegimos tres rutas que cubren casi todo lo que teníamos previsto ver. El cuarto día lo reservamos para la capital.
  Estas excursiones en grupo tienen varias ventajas: uno se ahorra conducir por carreteras desconocidas en las que perderse es fácil; el conductor puede relajarse y ver el paisaje como todos los demás; se convive un poquito con otra gente; lleven o no la comida incluida te llevan a un sitio concreto y no has de andar buscando con la consiguiente pérdida de tiempo.
 También, como es natural, tiene algunos inconvenientes. Van a los sitios típicos y el viajero se pierde alguna visita que podría haber sido interesante; se suelen hacer paradas en lugar de interés dudoso, etc.
  Elegimos tres excursiones: Cuevas Drach y Hams Con visita a fábrica perlas.
  Vuelta isla: tren y barco
  Puerto Pollensa y Formentor (barca y Green Planet)
  El jueves, primer día, las cuevas. La primera parada en Montuiri (monte de los altares) para visitar una fábrica de perlas de la firma Orquídea
 Después un ratito en Porto Cristo, paseo y fotografías. 
          

    En realidad es Port de Manacor, por la ciudad a la que pertenece. El nombre de Porto Cristo en realidad procede de una leyenda según la cual allí consiguió desembarcar una gente que llevaba unas imágenes de Cristo y la Virgen con el niño, les cogió una tremenda tormenta y prometieron dejarlas donde pudieran desembarcar si llegaban sanos y salvos. Llegaron al puerto de Manacor y al lugar donde las dejaron le llamaron Porto Cristo del latín portare y Cristo, o sea llevar a Cristo. Se ubica entre la Costa de los Pinos y Cala Murada.
. Por fin las cuevas del Drach. Describir esta maravilla de la naturaleza no está a mi alcance, al menos en este momento. Puedo decir que el paseo por su interior es sobrecogedor. Se trata de un conjunto de cuevas con un recorrido de 1.700 m.  y llegan hasta 25.m. de profundidad y 2,4 km. De longitud. 


   Cuentan, además, con uno de los lagos subterráneos mayores del mundo, el espectacular lago Martel. Tiene una extensión de unos 115 m. de largo por 30 de ancho.


  Es una de las salidas de las cuevas, se hace cruzándolo en barca tras escuchar un concierto de  música clásica. Es tan maravilloso que una desearía que no acabara nunca.
  El concierto dura 10 minutos y va acompañado de unos efectos luminosos que sugieren la salida del sol dentro del lago. Los instrumentos musicales que suenan son un cuarteto de chelo, clave y dos violines. La música que se escucha mientras se cruza es Barcarola de Los Cuentos de Hoffman.
 Inmediatamente fuimos a comer, creo que a Can Toni; comida incluida, muy bien. Después de comer otras cuevas, las de Hams (significa anzuelos porque en una zona de la cueva las formaciones de estalactitas tienen esa forma. A pesar de ser cuevas del mismo tipo no cansa verlas en el mismo día ni se tiene la impresión de haber perdido el tiempo viendo cosas repetidas. 


  Como la hora de la cena era europea, de 7 a 9, volvimos pronto al hotel. Después de cenar un paseo por la playa, un paseo de más de un Kilómetro. Como es jueves, vemos “cuéntame”
  Viernes a las 9 nos recogen para la visita a Pollensa y Formentor.
  Sabido es el gusto por artistas y personalidades de toda índole por las islas Baleares. Sin ir más lejos, en Pollensa descansó una temporada Winston Churchill, Agatha Christie se inspiró para alguna de sus novelas y Peter Ustinov veraneaba. Verdaderamente no tenían mal gusto pues la zona es de una belleza espectacular.
  Como cabía esperar, en primera instancia nos paran en una bodega en la que se pueden probar hasta 20 licores. Probamos uno pues a las 10 más o menos de la mañana no es cosa de alegrase demasiado o dormirse, según los casos.
  No recuerdo por qué razón, hacemos la ruta al revés de lo que estaba previsto. Primero vamos al mirador de “Es Colomer” a 232 m. de altura desde el que hay unas impresionantes vistas de la costa, alta y recortada y de la sierra de Tramontana. Como es natural me vuelvo loca haciendo fotografías y mi marido graba hasta la última piedrecita. 

    Bajamos después al puerto de Formentor donde embarcamos en un catamarán que nos llevará a Pollensa. No es que no se pueda ir por tierra, se trata de ver la costa desde el mar. Estamos teniendo días de viento y el paseíto tiene su “gracia”. Menos mal que el chiclida ha sido mi salvación en estas locas aventuras en que nos metemos. Debería rezar cada noche un padrenuestro por el inventor. Porque el caso es que me cuesta hacerme a la idea de estar a dos por tres haciendo las maletas como si fuera un circo, pero una vez en marcha ya no es cosa de quedarme a medio camino “a lo hecho pecho”. En el puerto estamos un ratito paseando y haciendo fotos mientras llega nuestro barco. 
  

   Al llegar a Pollensa, comemos. Las fotografías ,aunque pocas porque el movimiento del barco no permite mucho, dan idea de lo espectacular de la costa.. Vale la pena, mirar, admirar y no pensar… 

  Por la tarde nos llevan a Green Planet, en Inca. Le llaman reptilarium, pero hay más que reptiles, aunque dominan, como por ejemplo conejos, aves, mariposas, ranas, etc. Interesante. De pasada, desde el autobús. Alcudia.
  Como llegamos pronto al hotel salimos a comprar un vestidito para mi nieta. Al salir de la tienda, mi marido lleva unas prisas locas, no me da tiempo a guardar el monedero, yo voy peleando con el cierre del bolso, él se equivoca de ruta, y en un minúsculo escaloncito ¡chaf! Constanza a tierra. Yo creí que sus prisas se debían a incontinencia senil pero no, es que quería grabar no sé qué antes de que se hiciera de noche. ¿Un viaje sin anécdota?
  Creo que fue esa noche la que me quedé dormida medio incorporada en la cama y con las gafas puestas. Lo mejor fue que mi marido no se enteró, apagó la luz, se acostó y así me encontré a las dos o las tres de la madrugada. ¡Yo qué sé!
  El sábado fue el día más completo en emociones. Primero en autobús al tren de Sóller. 

  Es un tren que viaja despacito, pero se mueve mucho y va por unos parajes preciosos. Es de madera, conserva la hechura de hace años. En un departamento pequeño íbamos todos los del hotel El Cid (4 o 5 parejas). A mitad del camino tiene una parada para ver Sóller desde arriba. 


   También fuimos desfilando por la cabina del conductor. Me recordó algo, remotamente claro, el tren de Flon en Noruega. La excursión se llama vuelta a la isla, pero no es del todo exacto.
  En el puerto se toma un barco catamarán que lleva a la Calobra. Dice el folleto: ” el puerto de Sóller abierto en el acantilado de la zona norte. Desde este abigarrado puerto, siempre que el estado del mar lo permita, navegaremos hasta la playa de la Calobra (culebra) bordeando una salvaje costa de impresionantes acantilados.” Pues sí ¿Qué se entenderá por siempre que el estado del mar lo permita? Porque el mar ponía espanto y si no que se lo digan a los chavales de un equipo juvenil de fútbol que no iban provistos como yo de chiclidas o similar y que llegaron verdes, pálidos y medio muertos. La verdad es que a veces no sé como sobrevivo a ciertas aventuras
  Lo que si es cierto es lo de salvaje costa. ¡impresionante, sobrecogedor y acongojante! .

   A veces parecía que acabaríamos estrellados en la costa. ¡Qué miedo y emoción!
  Una vez en la Calobra fuimos al Torrente de Paréis. Se va por un sendero muy bonito que, a veces se convierte en pasadizo. Valió la pena el crucerito. 




    ¿Había terminado la aventura del día? No. Había que volver por la carretera que culmina en el famoso “nudo de corbata”. Dicen que el ingeniero que la diseñó siempre tenía en su mesa una botella de wiski medio vacía; no me extraña. Hay que estar borracho o loco para hacer esas carreteras y peor para meterse en ellas. Tiene alago bueno, los autobuses hasta una hora determinada van en una dirección (por la mañana) y luego (por la tarde) en la contraria. Sería imposible cruzarse dos autobuses en cualquier tramo. Una vez pasado lo peor ¡qué largo se hizo! para descansar un poco fuimos al monasterio de Lluch.

   Esa tarde al volver fuimos a comprar una camiseta par mi nieto. Ya no me caí.
  Por fin el domingo fue un día tranquilo. Nos fuimos, por nuestra cuenta a   Palma.  La ciudad, capital de la isla, se ubica en el centro de la Bahía de Palma, a unos 13 m sobre el nivel del mar. La cruzan varios torrentes como la Riera o Gros que desembocan en el Mediterráneo.
  ¿UN poquito de historia? Fundada por el cónsul romano Quinto Cecilio Metelo Baleárico en el año 123 a C. con el nombre de Palma, se supone que su asentamiento actual se corresponde con las ruinas romanas que se encuentran bajo el casco histórico. Sufrió varias invasiones y fue reconquistada el 31 de diciembre de 1229 por Jaime I de Aragón. Se convirtió en la Ciutat de Mallorca capital de su propio reino.
  Como en cualquiera de nuestras ciudades no puede faltar su Plaza Mayor edificada durante el siglo XIX
  Tampoco puede faltar su Catedral gótica, La Seu, situada a orillas de la bahía de Palma junto al parque del mar. Parece que es la única catedral del mundo que proyecta su reflejo sobre el agua del mar. Recuerdo que cuando fui en viaje de estudios con el instituto, al llegar en Barco la vista de la catedral reflejándose en el mar, además al amanecer fue un espectáculo que nos fascinó. Esta vez, la llegada en avión no me permitió verla igual. Además, tras siglos de evolución y ampliación de la ciudad la Catedral quedó separada del mar y en los años 70 se consiguió recuperar este magnífico y único efecto construyendo un lago de aguas salada en el que hoy se refleja. 
    


   Como ya he apuntado es gótica, pertenece al gótico levantino con claras influencias del norte de Europa. Tiene la nave más alta de España y la segunda de Europa, así como uno de los rosetones más grandes del gótico levantino.

  Dos curiosidades más. La planta es basilical, con tres naves sin girola ni crucero.
  La puerta principal está en la fachada sur, la que da al mar, por lo que recibe el nombre de “el Portal del Mirador”.
  En el interior se pueden apreciar diferentes estilos arquitectónicos y decorativos.
  Si puede parecer que se omite algo reciente es por dos razones: este viaje se hizo en 2004 y además no se debe hablar, en los relatos de viajes, de lo que no se ha visto o vivido.
  El Castillo de Bellver, el único castillo medieval y redondo de España, esta vez lo vimos de lejos.
  La Lonja (Sa Llojta), otra muestra de la arquitectura gótica mallorquina.
  Otros edificios de interés y magníficas construcciones son el Palacio March, junto a la Catedral y La   Almudaina.


  Pasamos pues el día en la ciudad, compré los consabidos   imanes, comimos y a media tarde al hotel.
  A otro día nos dio tiempo a dar un paseíto por la laya antes de ir al aeropuerto. Allí mientras esperábamos la salida del avión comimos. Por fin a las dos a volar y a las 3 en el Altet. Tuvimos que esperar algo más de una hora al autobús de Murcia, pero cenamos en casa ya relajados y tranquilos.
¡Hasta pronto!