Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

miércoles, 13 de septiembre de 2023

 

 

La Brecha

Si hoy aún se sigue insistiendo en crear una brecha entre las ciencias y las letras, antaño hubo otra discusión célebre: Armas o letras/la espada o la pluma. O sea que nos encontramos ante dos dicotomías históricas.

Cervantes, que como otros muchos de nuestros grandes hombres de letras, fue soldado, y sin duda sabía de qué hablaba pone en boca de D. Quijote el famoso “Discurso de las armas y las letras”. Argumenta nuestro célebre hidalgo: “Alcanzar alguno a ser eminente en letras le cuesta tiempo, vigilias, hambre, desnudez, váguidos de cabeza, indigestiones de estómago y otras cosas a estas adherentes, que en parte ya las tengo referidas; mas llegar uno por sus términos a ser buen soldado le cuesta todo lo que al estudiante, en tanto mayor grado, que no tiene comparación, porque a cada paso está a pique de perder la vida…” “precisamente es este constante enfrentarse con la muerte lo que le brinda mayor prestigio a quien sigue el camino de las armas”. (Don Quijote , capítulo XXXVIII, I parte),

Evidentemente como reza el dicho popular hay gustos para todo. Un importante intelectual español del siglo XX de cuyo nombre no quiero acordarme llegó a afirmar que la milicia anula la vocación literaria en cuanto que las ordenanzas y la disciplina ahogan toda inspiración, sofocan todo alarde verbal y no permiten el vuelo libérrimo de la imaginación.”

¿Qué sabía de nuestra historia literaria? ¿Nunca se enteró de que muchos de nuestros mejores escritores fueron también soldados?: Jorge Manrique. Don Juan Manuel, El Marqués de Santillana ,Garcilaso de la Vega, Diego Hurtado de Mendoza, Alonso de Ercilla, Francisco de Aldana, Hernando de Acuña, Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la barca…o José Hernández autor de “Martín Fierro”.

O sea que, bien mirado la vida militar no tiene por qué bloquear la vocación literaria, pues desde el rey Alfonso X el Sabio, las virtudes militares armonizan a la perfección con el espíritu humanista y la buena literatura.

 

Algo parecido ocurre con la otra dicotomía, tal vez más moderna, Ciencias y /o Letras.

De la misma forma que hay quienes, tal vez, no se imaginan a un poeta armado hasta los dientes, luchando a brazo partido, hay quienes opinan que las letras y las ´ciencias no encierran  el menor parecido, no pueden siquiera convivir. Se oye con frecuencia eso de “es que eres de letras…” lo que viene a significar no tienes ni idea de nada. También se puede oír que un científico no piensa, no ve el mundo de la misma manera que una persona de letras. Evidentemente habrá casos, pero relacionados con la persona no con la materia. ¿Un científico no puede valorar el arte? ¿No puede tener también la sensibilidad necesaria para crear un mundo fabuloso, una historia de amor, para gozar de un paisaje…?

  Por ejemplo, Lewis Carroll conocido por la mayorá de lectores como el autor de Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, era además matemático

 Otro que dejó la ciencia por la novela fue Arthur Conan Doyle cuando descubrió que las historias de Sherlock Holmes le proporcionaban más ganancias que la profesión de médico.

Se me dirá que los guio la ambición, pero si no hubieran sido mejores o tan buenos en una cosa como en otra, no habrían podido cambiar de tercio.

Y ¿Qué decir de Gerald Durrell?. Escritor y naturalista británico. Mucho se ha disfrutado con la interesante y amena lectura de “Mi familia y otros animales”

 Isaac Asimov, uno de los nombres más reconocibles de la ciencia ficción. Sus obras más conocidas. FundaciónRobots e Imperio galáctico,

No acabaríamos con los ejemplos.

En nuestro tiempo:

Eva García Sáenz de Urturi, reconocida novelista, autora entre otras de” la trilogía de la ciudad blanca” se licenció en Óptica y Optometría, carrera y trabajos que dejó cundo descubrió que podía vivir de la literatura y disfrutar con ello.

 Hay quien opina que para estudiar ciencias es indispensable gozar de una memoria prodigiosa pues hay que aprender, entre otras cosas, nombres poco frecuentes y que es indispensable recordar. Por ejemplo, nombres en latín o griego.

Claro, para estudiar idiomas, que es asunto de letras y los estudian los científicos porque los necesitan, no hace falta memoria. Para aprender las declinaciones y los verbos de latín y griego, no hace falta memoria, Pare estudiar fonética, fonología, métrica etc. no hace falta memoria. Y, paradójicamente hay quienes pretenden que los alumnos aprendan incluso su lengua a base de retahílas memorísticas, sin razonar, sin pensar.

  Evidentemente, también hay quien habla de métodos de estudio absolutamente diferentes. Pues reflexionemos. El estudio de la Lingüística     (ciencia que estudia el lenguaje. Esto implica estudiar sus orígenes, su evolución, sus fundamentos y su estructura con el objetivo de comprender las dinámicas propias de las lenguas vivas (contemporáneas) y las muertas (las antiguas de las que éstas provienen) ¿no se lleva a cabo con métodos científicos?   ¿Qué métodos se usan para estudiar fonética y fonología? Hasta lo hemos visto en el cine. Recordemos “may fer lady”.

Tal vez sería conveniente reflexionar acerca de la insensatez que suponen estas divisiones. Si bien lo miramos, la mayoría de los escritores, de todos los tiempos no solo se han iniciado en la escritura tras otras opciones, sino que en muchas ocasiones las han compaginado. ¿Por qué? Tal vez para poder alimentarse y vestir, mantener una familia…tal vez porque el ser humano no es tan restringido.

En otro orden de cosas habría que tener en cuenta que cuando hablamos de letras, y de escritores, quizá con demasiada frecuencia pensamos solo en creadores o sea literatos. De letras son también los historiadores, los filósofos,

Sin ir más lejos, los cronistas que acompañaban a los reyes de todos los tiempos, a los conquistadores y que redactaban todos los acontecimientos que iban sucediendo. Muchos de ellos también soldados.

Tampoco deberíamos olvidar a todos los escritores, novelistas sobre todo que empezaron su andadura en el periodismo y muchos que hoy lo compaginan con la creación.

  Entre los primeros no deberíamos olvidar a Ernest Hemingway (1899-1961) Se entregó al periodismo en cuerpo y alma, y nunca abandonó esa dualidad, y afirmaba que cuando el periodismo lo asfixiaba, su otra pasión hibernaba.

Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) conocido por “El principito” fue aviador y desde 1932, se consagró al periodismo y la escritura

 Darío Villanueva, señala cómo sería difícil comprender a Delibes sin atender a su extensa etapa como periodista.

En cuanto al periodismo en general opina que aporta de por sí, una curiosidad global, el pulso de la actualidad contemporánea que luego demanda una prosa expresiva y eficaz a la vez, modelo no desdeñable para la buena escritura literaria (y pone como ejemplo el caso de Gabriel García Márquez).

  Otros ejemplos: Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Edgar Allan Poe y William Faulkner Arturo Pérez-Reverte, en algún momento de sus vidas también ejercieron el periodismo.

Quizá paradójicamente, el oficio menos ejercido por futuros grandes escritores ha sido el de Profesores, incluidos los de lengua y literatura: Algunos de la generación del 27, Machado, Unamuno, Bernardo Atxaga, Luis García Montero, Fernando Aramburu que En 2009, abandonó la docencia para dedicarse exclusivamente a la creación literaria.

Hoy quizá se haya abierto otro tipo de brecha: lo masculino y lo femenino.

 No obstante, en algún momento, acaso se puede adivinar el final de esa brecha abierta entre la actividad literaria y el resto.

Tal vez un ejemplo destacable sea el de la escritora Siri Hustvedt Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019. Sus palabras nos llevan a reflexionar “Se ha hablado mucho sobre la construcción de un hermoso gran puente a través del abismo. Por el momento, sólo tenemos una pasarela improvisada y tambaleante»

Ella misma es parte de ese puente. Es una entusiasmada y curiosa mezcla, poco frecuente, de narradora y ensayista, de científica y cuentista. Autora de un libro de poesía y siete novelas, sí, pero también de dos volúmenes de ensayos y un sinfín de conferencias, lecturas y otros trabajos de no ficción, una producción colosal en ambos mundos…

En su discurso de aceptación del premio dijo: “Ni la ciencia es elevada, intelectual y masculina, ni las artes y las humanidades son inferiores, emocionales y femeninas. Debemos aprender que la autoridad y la sabiduría vienen en muchos formatos, sexos, colores, formas y tamaños. Debemos aprender unos de otros y recapacitar…”

Hoy, entre nosotros se está extendiendo la novela ensay o el ensayo novela. Leemos un titular periodístico a propósito de dos de las últimas publicaciones “

El ensayo como novela (y viceversa). A continuación, leemos: Rosa Montero y Javier Cercas, cada uno en un género diferente y con su estilo personal, afrontan en sus libros más recientes la tarea de quitar el velo de la mentira con que se cubren las atrocidades más evidentes.

La obra de rosa Montero,” El peligro de estar cuerda” cuyo título quizá se preste a engaño, parece un ensayo psicológico, en que se insertan algunos momentos novelados. No siempre tiene el lector claro si lee ficción o realidad claramente científica. También, hasta cierto punto es un ensayo sobre la escritura, sobre el acto y la necesidad de escribir.

Sería este un asunto interminable e inabarcable. Además, carezco de los conocimientos e información necesarios para insistir y adentrarme en el tema como me gustaría. Por ende, mejor dejarlo aquí y que cada cual reflexiones, o investigue a su gusto.

En la inauguración de la feria del libro de Madrid, su directora dijo que se está intentando cerrar la brecha existente entre ciencias y letras.