Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

lunes, 8 de julio de 2019

Conducción







-Doctor, estoy como una chiva
-¿? ¡Caramba! Eso es muy duro, demasiado tajante; yo no me atrevería a decirlo.
-Espere a oír mi caso y ya, ya me dirá.
-Cuando quiera
-Doctor, yo no conduzco
-Bueno. Y ¿qué?
-Pues que soy una inutilidad, una frustración con piernas, un desastre, una…
-Y… ¿sabe hacer alguna de las otras muchas cosas que en este mundo se suelen hacer?
- ¡Hombre, sí! Sé, por ejemplo, coser, cocinar, engendrar, parir, criar, trabajar, y un largo etcétera.
-Entonces ¿para qué quiere conducir?
-Todo el mundo lo hace, y tal vez me daría una cierta libertad ¿No cree?
-No crea. Hay gente que no conduce. ¿Libertad? Depende…
-Pero es que me ocasiona una terrible obsesión. No duermo, no descanso.
-Eso es otra cosa. Y ¿Cree que es a causa de la conducción? O mejor, ¿de la no conducción?
-Sí. claro
-Dígame algo más.
-Son los sueños, doctor, los sueños. Sueño que conduzco aspiradoras, cochecitos de bebé como si fuera un coche normal, autobuses, el coche familiar… A este paso voy a terminar conduciendo un tanque, una yunta de bueyes, un gusano de seda ¡¿Yo qué sé?! ¿Qué hago? ¿Qué me aconseja?
-Sáquese el carnet de conducir.

Es una opción. Ya me dirán.