Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

viernes, 15 de enero de 2021


Mamá sale del armario

-Buenos días. ¿Por qué no lleva puestos los audífonos?

-Es que solo los uso para la televisión y la vida social, que hoy tengo muy reducida. En la calle no me hacen falta. Y en la calle, si me pita un coche lo oigo.

-Pero debe llevarlos siempre. Como las gafas. Se levanta y se los pone.

_Ya, pero yo las gafas en casa no las uso porque de cerca veo perfectamente. Para pelar patatas, limpiar el polvo, leer, hacer ganchillo o punto de media no las necesito. Me las pongo para la televisión, el ordenador y la calle.

_ ¡Ay, Dios, ¡qué lío! Pues insisto en que debería llevarlos.

-A partir de este momento los llevaré a todas horas. Mi marido saldrá ganando porque no le diré que no me susurre. Y los vecinos, pues pondré el radio más bajito. El caso es que al principio me los ponía apenas salía de la cama y no sé qué me ocurrió que dejé de hacerlo. Tal vez fue un acto de rebeldía por aquello de que siempre me estaban preguntando si llevaba puestos los chismes. Mire, es que necesito hacer alguna travesura si no quiero que cuando llegue arriba, S, Pedro tenga que agarrarme de los pies para que no me pase de piso.

-Será como usted dice. Y otra cosa. Aun estando las cosas tan difíciles con la pandemia para la vida social, sus amigas y usted deben hacer pequeñas reuniones de tres o cuatro como máximo, se van a una terraza, se toman algo y hablan.es muy necesario.

-Tiene razón. Es que verá, mis amigas tienen hijos cerca que por gusto o necesidad las visitan y no necesitan tanto la vida social. Pero yo los tengo a todos lejos, ni sé cómo se presentará la Navidad.

-¡Hombre, alguno podrá acudir!

-Sí. Mi hijo porque tiene una revisión médica. Aunque no vive aquí no deja a su médico de toda la vida. Pero si viene su compañera, tal vez tengamos que excluir a mi  yerno porque seríamos siete. Claro que si no armamos jaleo nadie se enterará y no llamarán a la puerta para comprobar el número de comensales.

-Pues no creo. Pero si llaman, uno se esconde en un armario hasta que se vayan.

-Buena idea. Lo malo es que me tocaría a mí que soy la de menor tamaño de todos y luego, menudo cachondeo, perdón, el de mis hijos diciendo ¡la mamá ha salido del armario!

_Sea como sea, veo que usted le pone sal a la vida. Siga así. Esto está todo bien. Volvemos a vernos en mayo, si antes no nos necesita. Que todo vaya bien y feliz navidad. ¡Ah! Y hable con las amigas, aunque sea por teléfono

¡Pobre señor! Se quedó pensando que la “culpa” es del COVID

viernes, 1 de enero de 2021

 


   La tradición une Reyes Magos, Papá Noel, Santa Claus…

  Al aproximarse una de las fechas navideñas más queridas por los niños, los Reyes Magos, se me ha ocurrido no solo traer a colación recuerdos entrañables sino también establecer una relación entre los distintos personajes asociados a la Epifanía que la iglesia católica celebra el seis de enero. Hablaré, pues de Papá Noel o Santa Claus, del Olentzero vasco navarro, y de la Befana italiana.

  Empezaré por los Reyes Magos que es la tradición más arraigada en España y parte de Europa e Hispanoamérica.

  El único texto bíblico que cita a los Reyes Magos es el Evangelio de S. Mateo donde solo se habla de “magos” pero nada acerca de que fueran reyes ni tres. Tampoco da sus nombres. Con el tiempo, para remediar la parquedad de este relato en los Evangelios Apócrifos se desarrolló la historia de” Los magos de Oriente”.

A lo largo de la Edad Media, se fue completando la leyenda que hoy conocemos. Se decidió que eran tres, habida cuenta de que habían sido tres las ofrendas de que habla el Evangelio (oro, incienso y mirra), y tal vez por el simbolismo del número tres en el cristianismo. También se les adjudicó nombre: Melchor, Gaspar y Baltasar.

Su culto se extendió por Europa y sus reliquias se conservan en la Catedral de Colonia

  Como he dicho es una de las fechas que con más entusiasmo esperan los niños y a veces los no tan niños. Tengo los recuerdos más entrañables de mi infancia y más tarde de mis hijos incluso mis nietos.

  Aquello de dejar los zapatos junto a una ventana, o el balcón y discutir con los niños del pueblo que vivían las cosas de otra manera, acerca de la existencia real de los reyes magos. Ellos insistiendo en que eran los padres y nosotros que no. Recuerdo, creer incluso que durante la noche había oído los cascos de los caballos, o un ruido en la puerta del balcón. Lo cierto es que esos señores, fueran quienes fueran no fallaban, ni en las circunstancias más adversas.

 Con el tiempo, cuando vienen los hijos, la ilusión se trueca en hacer de rey mago, en contribuir a esa carita de gozo, a esa mirada ilusionada del niño.

Más tarde, si hay suerte, se puede hacer el mismo papel con los nietos. Recuerdo la primera vez que mi nieto tuvo reyes (fue Papá Noel, pero de eso hablaré más tarde). Había estado mostrando una ilusión casi impropia de su cortísima edad por una moto, en realidad un correpasillos. Al ver el paquete y quitar la primera parte del envoltorio que dejó ver el manillar supo lo que era y empezó a hacer Ruuuum, ruuum.

  Al principio, cuando yo era niña y vivíamos en el pueblo todo era más íntimo. Ya existían las cabalgatas de reyes, pero no llegamos a verlas hasta muy adultos y en televisión.

  De hecho, la primera cabalgata que se celebró en España, fue en 1866 ¡ahí es nada!, y yo sin saberlo. Fue en Alcoy (localidad alicantina) y de ahí se fue extendiendo por el resto del país, incluso pasó a otros países en los que hay cierta cultura hispánica. Esta es la más mágica de las cabalgatas. Los reyes desfilan por las calles, los pajes, ayudados de escaleras de mano, suben a los pisos en cuyos balcones y ventanas esperan lo niños. La he visto muchas veces en televisión, pero me gustaría haber podido disfrutarla en directo. Es de esas cosas que emocionan, aunque se tengan setenta años o más.

 Hoy, hay variedad de estas cabalgatas. Los reyes magos llegan en camellos, caballos, avión, helicóptero, barco…depende de la localidad.

Una llegada muy bonita que he podido contemplar es la de Zumaia, (Guipúzcoa). Se apagan las luces de la ciudad. Los reyes entran por la ría del Urola en un barco del que se ve solo la silueta iluminada. Es absolutamente mágico. 


En el pueblo desembarcan y entonces lo recorren en carrozas tiradas por tractores, pero también a veces a caballo incluso alguna vez en camello, regalando golosinas a los niños.

  He hablado de que esta costumbre española se exportó a países de costumbres similares heredadas de nosotros. Así por ejemplo en Puerto Rico, los niños han de recoger césped y dejarlo en una caja junto con la carta para que los camellos puedan comer y recuperar fuerzas para la tarea que les espera.

En Perú, sin embargo, no hay regalos. Se trata de una fiesta familiar para desmontar el belén “Bajada de Reyes”.

 Cierta relación con los reyes magos tiene Santa Claus, llamado en algunas partes Papá Noel o S. Nicolás o, simplemente Santa. Es un personaje legendario que trae regalos a los niños por Navidad, la noche del 24 al45 de diciembre.

  Tal y como se cuenta el mito hoy, Santa Claus vive en las proximidades del Polo Norte con la señora Claus y ayudado por duendes en la fabricación de los juguetes que los niños habrán pedido en sus cartas.

Esta figura, en los países europeos suscitó cierta polémica porque se le asoció a un producto comercial por haber sido importada de Estados Unidos y que amenazaba las tradiciones locales.

  Si vamos a lo de producto comercial hoy también lo son los Reyes Magos, y San Valentín, el día del padre y de la madrea y cualquier acontecimiento que queramos celebrar.

También el halloween es importado y ha modificado nuestra forma de celebrar el día de las almas o difuntos

  En cuanto a la figura, hay que reconocer que resulta entrañable, tan gordito y coloradote, con cara de bueno …No se puede pedir más. Por otro lado, la fecha de sus visitas, ofrece grandes ventajas familiares. ¿Quién no recuerda tener que irse a la escuela al día siguiente de Reyes, cuando lo que le pedía el cuerpo era jugar, leer, disfrutar de los regalos? Al llegar Santa, o Papá Noel con sus regalos al principio de las fiestas navideñas, tenemos a los niños entretenidos todo el tiempo que no van a la escuela.

 De hecho, yo cambié la fiesta y mis hijos recibían los regalos el 24 por la noche. Mis nietos también. Algo no muy bien visto pero hay que ser realistas, No obstante, hay quien por no perder la tradición reparten las sorpresas entre los dos días. Es otra opción.

  Hay en España otros personajes relacionados con esta fecha y que forman parte de una tradición local. Son el Olentzero en Euskadi y navarra y el Tío de Nadal en Cataluña. En Galicia se ha recuperado la figura del Apalpador.

  El Olentzero es un personaje de tradición navideña vasca. Es un carbonero mitológico que trae regalos en navidad, cuyo origen se localiza en Lesaca (Navarra). Parece que su origen es anterior a la cristianización de navarra y correspondería a las celebraciones del solsticio de invierno. Con su aspecto desharrapado y descuidado podría simbolizar el fin del tiempo viejo, que muere y da entrada a uno nuevo, lleno de vida.

Hoy su función es similar a la de los reyes magos o Papá Noel. Los niños, también le escriben cartas en las que exponen sus deseos.

  Recuerdo un año, que no pudimos celebrar las navidades con mis nietos vascos, la pequeña después de pensarlo mucho expuso a su madre la solución para que se pusieran de acuerdo el Olentzero y papa Noel que llegaría de Murcia: se wasapearán. ¡Qué pena perder la inocencia de la infancia!

El Olentzero fue prohibido durante la dictadura.  ¿¡!?

  Podemos observar que algo común y no puede faltar es la carta.

  En Italia, existe la “Befana”, personaje de estilo y funciones miliares a Papá Noel, pero con apariencia diferente. Más bien recuerda a una bruja, mal vestida, con cierto temperamento pero que siempre sonríe y tiene cierto sentido del humor. Viaja en una escoba y lleva una bolsa con regalos para los niños. Su aparición es como la de los Reyes Magos del 5 al seis de enero.

  Parece que actualmente no goza de mucho prestigio.

  No sería justo cerrar este artículo sin mencionar el roscón de reyes. Parece que los humanos somos incapaces de celebrar algo sin comer. Las navidades son fechas en las que la comida es la protagonista. Comida abundante, rica en grasas y glucosa. ¡Calorías a tope! Para cerrar el ciclo navideño qué mejor que el famosísimo roscón. Eso sí. Sepamos que su origen no guarda relación con el nacimiento de Cristo o la llegada de los Magos a Belén.

  A quien lo deguste este año, suerte para que no le salga el haba y que sea quien sea le traiga algún regalito.

Supongo que algún curioso pensará que me he dejado mucho en el tintero, o la tecla del ordenador. Es posible pero no se trata de hacer una tesis doctoral, ni trasladar aquí todo lo que se pueda encontrar en internet, sino de recordar esta entrañable fiesta.