Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

lunes, 31 de diciembre de 2018

Gran Canaria, del 18 al 27 de mayo de 2005



   
  Esto de tener una amiga viajera y además tan comunicativa es una suerte. Esta vez Constanza me ha llevado a través de su relato a Gran Canaria. Es tan detallista que anota, a veces, hasta el número de vuelo. Yo lo transcribo todo por si alguna vez lo lee, salvo si hay algo muy personal que pienso que ella no querría airear.
Pues bien, empiezo a copiar.
  Después de la impresión positiva, favorable y agradable que me habían causado las otras islas del archipiélago canario que he ido conociendo, esta ha supuesto una pequeña decepción. Hay, quizá, dos motivos que pueden explicar este sentimiento. Uno, que es menos bonita y espectacular; otro que, evidentemente, cuantas más cosas se han visto menos nos impresionan las nuevas, salvo que sean verdaderamente extraordinarias.
   El vuelo salía de Madrid y decidimos ir hasta allí en avión desde Alicante. Por la hora debíamos hacerlo por nuestra cuenta para lo que necesitamos la colaboración de mi hija mayor. El día antes nos fuimos a la playa y desde allí salimos poco después de las cinco de la madrugada, con un café en el estómago.    
  Salimos a la hora prevista, siete y cincuenta y cinco, en los asientos cinco E y F. El F es ventanilla y yo me lo adjudico. Me veo, de nuevo, toda la Mancha desde el cielo.
  Llegamos a Madrid a las nueve y treinta. Recogemos maletas, las arrastramos hasta al Terminal 2 y facturamos en la ventanilla de Air Europa. Otro café con leche acompañado ahora por una palmera; nos dirigimos hacia nuestra puerta de embarque (¿la C 55?). El vuelo sale a las 11´30 y nos avisan a las 11´05. Me da tiempo a recorrer las tiendas y comprar un sacapuntas con la paloma de Picasso para mi hijo y un imán con la princesa de “Las Meninas” para mí. Esto de los imanes se está convirtiendo ya en vicio. Mi frigorífico empieza a estar muy decorado. Parece un documental de mis viajes.
  Esta vez los asientos son malos. Son los inmediatos a la clase primera y están tan próximos a la separación entre los dos espacios que resultan agobiantes. No sé si fue eso o qué, el caso es que empecé a sentirme mal, me desvanecía por momentos, mi marido me hacía aire, las azafatas me atendían con esmero y casi cariño. Yo no hacía más que mirar el reloj y pensar que si llegaba así saldría del avión en silla de ruedas, como aquella vez en Valencia (¡cuando se lo cuente a mi hijo!) ¡qué horror! Pero hubo suerte. Me recuperé y salí del avión no solo por mi propio pie sino feliz y saltarina.
  Nos recoge Travel Plan y nos lleva al hotel “Dunas Suite Maspalomas Hotel”. La guía nos avisa de que, a la mañana siguiente a las 10, nos informará de las excursiones.
  El hotel es bonito, original, acogedor y relajante. Las habitaciones como pequeños chaletitos con su porche con mesa y sillas y su jardincito cercado. En el interior una salita con sofá, sillones, mesa, frigorífico, TV, el dormitorio y el baño.

Una de las piscinas y ,al fondo, las casitas.

  Hay varias piscinas, mucho jardín, fuentes, tiendas y el restaurante que como iremos comprobando está muy bien dotado y atendido.
  Dejamos el equipaje y comemos en el bar de la piscina central. Volvemos a la habitación para colocar la ropa y echar una siestecita.
  Hacia las seis hacemos el primer acercamiento a las dunas por un paseo que pasa por delante del hotel y llega hasta el faro de la Playa melonera, bordeando la laguna y luego la playa de las dunas. Hacemos solo el primer tramo. Mi marido graba y yo fotografío. Es buena hora par los reflejos que tanto me gustan.

Reflejos

  Para cenar hay dos turnos: de 6 a 730 y de 8 a 9´30. Nosotros nos acogemos al asegundo que, debido a la diferencia de horario, nos coincide con nuestra hora habitual. Después de la cena, mensajes a los hijos y a dormir que nos hemos levantado a las cinco y yo llevo varios chiclidas, no sé cómo sigo despierta.
  Ahora empieza el viaje propiamente dicho. Jueves 19. Nos levantamos a 7´20 hora canaria y desayunamos a las 8´30. El bufet está bastante bien, se puede poner uno como el Kiko, pero una se controla.
  A las 10, con cierto retraso aparece la guía, Maribel. Tiene su punto de original. Despistada, atolondrada y con prisas. Dispuesta a marcharse sin ofrecernos excursiones. Por fin nos ofrece dos porque las otras que tiene no coinciden con nuestra estancia en la isla. De las cinco parejas que hemos acudido solo dos nos inscribimos. Una es Las Palmas, el viernes. La otra, gran tour, el sábado.
  Terminada la reunión nos vamos a las dunas y las recorremos. 


Las dunas
  Hay algún nudista tomando el sol o bañándose. Nosotros grabamos y fotografiamos el paisaje. Lo que más me divierte es la pinta de mi marido al que de momento he encontrado parecido con Woody Allen, con su nariz, sus gafas, su gorro, y sus gesto-guiños al sol y a la cámara.
  Comemos en un restaurante en la Dunas que tiene grandes ventanales sobre la playa, es muy acogedor y se come bien: plato combinado de pechuga de pollo a la plancha con guarnición variadísima, helado y café.
  Al hotel, siestecita. A las 5´30 mi marido se va de safari gráfico y quedamos en vernos a las 7`30 en el final de la playa. Yo me doy un paseo hasta el faro, hago fotos.

El faro
   Veo tiendas. Este paseo en solitario me relaja. Nos encontramos.
  Volvemos al hotel para cenar a las 8´30 y acostarnos temprano pues a otro día nos recogen a la 8´10.
  Como es natural al día siguiente, viernes, madrugamos, en realidad más de lo necesario, no hemos calculado bien y nos sobra tiempo. Resulta que nos recogen a unos metros del hotel en una carretera. Pasan con algo de retraso, una suerte porque la señora del matrimonio que nos acompaña va al baño después de desayunar y ha calculado también mal el tiempo, pero al revés que nosotros.
  Como siempre presentación de la guía. Se llama Maite, es una señora de edad difícil de precisar y con aspecto de agotada. Debió ser muy mona de joven. De camino hasta Las Palmas nos va contando algo de historia de la isla y la ciudad. Hacia las 9 llegamos a la capital y nos disponemos a visitar la ciudad antigua o barrio de Vegueta: catedral, calles y casas típicas; la casa museo de Colón y la casa donde nació Alfredo Kraus (dicho sea de paso, uno de mis favoritos. Ya podía haber amenizado el viaje con alguna de sus maravillosas canciones).
Casas típicas




Casa museo Colón


 
Después, en el autobús, pasamos a los barrios altos (Tafira, de las escaleritas) para desde un mirador contemplar la ciudad y el puerto. Luego vamos a la Playa de las Canteras y Auditorio Alfredo Kraus. 



Auditorio Alfredo Kraus

  Volvemos a la ciudad para aparcar en el Parque de Santa Catalina y desde allí recorrer la zona comercial. Comemos en la Strada (bufet libre aceptable).
  Al ir de un sitio a otro en el autobús vemos el Teatro Pérez Galdós, el monumento Lady Harimaguada, escultura de Martín Chirino y alguno de los castillos.
  Volvemos al hotel pasadas las 6´30 con la impresión de haber visto poco y de escaso interés. Nos sentimos algo vacíos. La prueba de esta decepción es que he vuelto a casa con solo cuatro carretes de fotografías, la mayoría detalles vegetales, de flores…
  La verdad es que la elección de esta isla fue error de mi amado esposo que vio La Palma de Gran Canaria y confundió con la isla de la Palma que es donde queríamos ir, pero se dio cuenta cuando ya no había tiempo de rectificar. Alguna anécdota habría de tener el viaje.
  Tras la experiencia del vienes el sábado retrasamos un poquito el madrugón. Volvemos a coincidir con los señores de León que también van al gran tour (más nombre que viaje). Viven en León, pero él es asturiano y se ha criado en Avilés (¡Horror! Aquí mi marido saca a relucir una historia que no viene al caso pero que siempre que aparece el dichoso pueblo asturiano, ha de contar). El buen señor sueña con el mar porque siempre tuvo cerca la playa de Salinas. Ella es salmantina. Tienen un hijo en Madrid y una hija que estudia o ha estudiado, no me enteré bien, en Pamplona. Son curiosos de observar. ¿Qué pensarán ellos de nosotros? Hoy hemos hablado más, sobre todo mientras esperábamos el autobús que se ha retrasado más de media hora.  A la vuelta dijimos al conductor que nos tenía que dejar en el hotel y no en plena carretera como el día anterior.
  No sé si es que la isla tiene poco que contar o las guías no se lo han estudiado aún porque van mucho tiempo calladas. Y es raro porque la mayoría se inventan cosas que contar para distraer al personal. Inma nos ha dado más información botánica que de otra cosa.
  La primera parada es en Ingenios. Se llama así porque es donde se instaló el primer ingenio o máquina para la elaboración del azúcar. Paramos, luego, en el llamado museo de las piedras y taller de bordado canario. Lo de museo es sacar de donde no hay; tiene una curiosa capilla ambientada con el Ave María. El taller, similar pero más pequeño que el de Orotava. Compro unos tapetitos y no hago fotos.
  La siguiente parad es en Telde, un pueblecito pintoresco, con cruces en todas las calles, sus iglesias, sus placitas y un mirador.


Casa típica con bonito balcón


Una de las múltiples cruces

Placita

  Seguimos para ver la Caldera de Bandama. Pasamos por Santa Brígida, pero no paramos. Lo hacemos en San Mateo donde no salimos de la zona del mercadillo porque mi marido se dedicó a grabar los roques y otras piedras que se veían desde allí.
  A continuación, nos dirigimos a ver el Roque Nublo 

Roque Nublo

al que acompañan La Rana y El Fraile. Es la zona que Unamuno definió como paisaje de “tormenta petrificada”. A pesar de la neblina se vislumbraba al fondo el Teide.
  Se acerca la hora de comer y por la misma endiablada carretera nos dirigimos a Valleseco. (Se observará que la manía con las carreteras es casi un leitmotiv en los relatos de viaje de mi amiga Constanza). Comemos en plan comandita, en una mesa larga, con los señores de León enfrente y otra pareja muy agradable al lado. Se habla de todo un poco: del puerto de Mogán a donde pensamos ir el domingo, de la cámara de fotos que compró en las Palmas el señor de León, de los testamentos sobre los que la señora de León que trabaja en hacienda me informa, y un largo etcétera.
  La siguiente y última visita será en Teror, un pueblecito muy pintoresco, con su iglesia, el ayuntamiento y una calle principal con balcones típicos canarios muy bonitos.




   También vemos un árbol que hace flores como tulipanes.
  Aún quedan curvas y le comento a la guía que podríamos ir andando. Dice que me he portado muy bien que tengo pinta de escaladora. ¡Si ella supiera! En eso comentarios notos que me van viendo mayor. Yo como no me siento tan mayor me olvido. Eso sí, con estas carreteras me paso el viaje preguntándome por qué cuando el diablo se emborracha lo condenan a hacer carretera y luego los infelices viajeros las sufrimos. Así, hoy, al principio del viaje hemos cruzado un puente con curva que ha habido que hacerlo con maniobras de marcha atrás y avance porque el autobús “la guagua” de 13 metros no cabía. En otro momento, al cruzarnos con otra guagua ha habido que echar marcha atrás y el conductor se valía de un nuevo dispositivo, una cámara que le permite ver las ruedas traseras y la carretera o el precipicio que es lo que en realidad teníamos detrás. ¡Qué estrés, santo cielo!
  Si al bajar del Nublo hemos visto de pasada la Cruz de Tejeda, al volver desde Teror hemos visto de lejos la iglesia en neogótico gaudiano de Arucas. La enanita que iba en la excursión estaba interesada en verla. Estaba enteradísima de lo que teníamos que ver y se le notaba culta e inquieta y con una gran vitalidad y alegría de vivir.
  Curioso ha sido oír algunos comentarios sobe el viaje. Una señora enorme, vestida de rojo, con zapatos de cuña, muy peripuesta y con pinta de algo que sin duda no era decía por teléfono a una hija o hermana que era la excursión más asquerosa que se podía hacer, todo el día viendo iglesias, cruces y geranios…
  La verdad es que no ha sido como para entusiasmar, pero menos da una piedra. La culpa no es de nadie y en todo caso de los que nos empeñamos en que no se nos quede nada por ver en el mundo.
  Mañana domingo no hay que madrugar que vamos a nuestro aire.
Efectivamente no madrugamos, si se puede llamar así a levantarse a las 8. Algo después de la 9 salimos por la orilla del barranco-canal que arranca prácticamente en la puerta de nuestra habitación, en dirección a la Playa del Inglés, a la noria en donde hemos de tomar el Bus para Puerto Mogán. Como no podía faltar la nota característica de nuestros viajes nos equivocamos de camino y, naturalmente, miramos el mapa cuando ya es demasiado tarde. Por fin llegamos al sitio adecuado y tras esperar unos 30 minutos tomamos la guagua nº 32 que nos llevará directamente a nuestro destino. También la carreterita es para olvidarla.
  A Puerto de Mogán le llaman la Venecia de Canarias porque tiene dos canalitos con sus puentecitos. Un poco exagerado el nombre. El pueblecito, puerto y playa resultan atractivos y pintorescos. Muchas flores, variedades de plantas, etc. pero nada del otro del otro mundo. 

Canal con su puente

Otro canal y la característica decoración floral


Panorámica

  Lo recorremos un par de veces, grabamos y hacemos fotos y volvemos al autobús. Al dejarlo al pie de la noria, en un restaurante que hay en la zona de recreo comemos un plato combinado, nuestro helado y café. Ahora un paseíto por el sol de casi media hora bordeando el barranco (en el puentecito descubrimos el punto en que nos habíamos equivocado) hasta el Hotel.
  Después de descansar otro paseíto hasta la Playa Melonera, pasado el Faro.
En la cena, un poco más tarde que otros días nos despedimos de los señores de León y otras dos parejas.
 Conviene acostarse temprano. A otro día hay que levantarse a las 4. Tomar un café y esperar que nos recojan a las 4´40. ¡A casa!


El viaje bien. Al entrar en España se ve perfectamente la desembocadura del Guadiana y la marisma de Huelva. Llegamos a alicante con retraso. Mi maleta sale la última y con desperfectos. Nos recoge mi hija. Llegamos a la playa, cogemos nuestro coche y nos volvemos a Murcia pues el martes por la tarde estoy citada con un grupo de amigas. No hay que descuidar la amistad. Es lo más bonito que tenemos.
  No guardo las maletas pues el día 6 nos vamos a Albarracín
Llevo una temporada que parecemos un circo. No paramos en casa.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Recuerdos navideños




    Hoy, desde mi atalaya, tras la primera que celebramos sin nuestros padres, recuerdo otras navidades, casi todas iguales, casi todas al final tristes. Esta ha sido muy distinta. Al volver a casa, dos días después, he recordado justo la primera tras mi regreso junto a mi familia.
   Me levanté temprano, comí poco pues sabía que cuando Marisa, que es la anfitriona este año, prepara comidas tira la casa por la ventana.  Hacia las siete, dejé la tarea y me arreglé. ¡Qué me puse? ¡Ah, sí!  Un conjunto de pantalón verde oscuro y jersey verde manzana con cuello semi alto, moño italiano que siempre me ha gustado con unas guedejas a cada lado de la cara, detalle que rejuvenece y favorece. ¿Joyas? Collar, pendientes, sortija y pulsera de nácar. Abrigo, zapatos y bolso negros. Llamé a mi madre
- ¿Quieres que vaya un poco antes para ayudarte en algo?
− No, hija. Esta mañana fui a la peluquería y Adela, antes de irse me ha preparado la ropa y me ha puesto las medias que es lo que más me cuesta. También me ha pintado un poquito; algo muy discreto ya sabes que no me gusta parecer un cuadro, pero sí ir  arreglada.
−Eso está muy bien. Lo último es perder la coquetería y el gusto por verse bien. Entonces ¿os recojo a las ocho y media?
− Sí. Porque dice Marisa que quiere que a las nueve estemos cenando para que no se haga muy tarde y hagamos bien la digestión. Es que esta hija está en todo. − Claro, es normal. Pues enseguida voy para allá.
Cuando llegué mis padres estaban ya junto a la puerta esperando, como dos niños impacientes. Realmente ya salían poco y, sobre todo, las reuniones familiares eran cada vez más escasas.
− ¡Caramba, que guapos os habéis puesto! Parecéis una pareja de novios. Pues vamos que tengo el coche aparcado en la misma puerta.
− ¿Sabes que Miguel no viene?
−Claro, mamá. Y tú sabes que él siempre viene a comer el día de Navidad, . Ellos cenan con los padres de Beatriz y mañana pasan el día con nosotros. Es así desde que se casó.
− Ya se lo he dicho yo, dijo mi padre, pero ella todos los años con la misma cantinela.
  Al llegar a casa de Marisa, ya estaban allí Alejandro y su mujer. Él fue quien salió a abrir y recibirnos. Ayudó a los padres a entrar en casa mientras yo cogía los paquetes de los regalos y metía el coche en la cochera de Marisa y Adrián, pues en una noche como ésta, mejor dejarlo a buen recaudo. Al entrar, fui derecha a colocar los regalos al pie del árbol, donde ya estaban todos los demás ocupando un buen espacio. Todo estaba perfectamente preparado, la mesa puesta, la calefacción a la temperatura justa, y las dos mujeres muy bien arregladas.
 Marisa llevaba un vestido largo, rojo. Un fino hilo de perlas al cuello, pendientes y sortija con un pequeño brillante. Se había peinado con un moño español, pero cuidando de no estirar demasiado el pelo, de forma que quedaba algo flojo, mucho más favorecedor e informal. Marta, pantalón negro y blusa de seda blanca. Los complementos de coral. Su eterna media melena ondulada en un bonito recogido. De la indumentaria de los hombres no merece la pena hablar, siempre igual como catedráticos de Universidad  y notarios de día y de noche, en invierno y en verano.
− ¿Y los chicos? - preguntó Doña Elena.
−Mamá los chicos tienen ya su familia. A Carlos hoy le toca con la familia de Fuensanta. Marta Luisa sí viene, pero con los peques tiene mucho lío y puede que se retrase. ¡Mira, ahí están! Dijo al oír el timbre y las voces de los niños.  Y hablando de todo un poco ¡venís los tres guapísimos!
− ¿Habéis visto? Ya les he dicho que parecen unos novios.
− Pues tú no te quedas atrás, hermanita, dijo Alejandro. Cada día estás más joven y más guapa.
-Sí, yo hago la vida al revés. No te fastidia el guasón.
−Que es cierto, estás muy bien, dijeron todos a coro.
-Bueno, me estáis poniendo colorada. ¿Puedo ayudar en algo o ya no soy necesaria?
−Sí, vente a la cocina y nos ayudas a servir. Vosotros id sentándoos y servid el vino.
-¡Tita, qué alegría! Qué guapa vienes. ¿Y los abuelos?
− En el comedor -dijo su madre- anda diles algo y cuida de los niños a ver qué se le ocurre a la abuela. ¿Los vas a acostar?
− Chicas, veo que no evolucionáis. Ya sé, van a servir el vino, pero … ¿Han evolucionado los jóvenes o los habéis entregado como una calcomanía de sus padres?
-¡Qué va! Contestaron las dos cuñadas al unísono. ¡Tendrías que verlos!
−Tienes razón, dijo Marta. Yo lo he intentado, pero con tu hermano no hago carrera.
¡Hombre, hace alguna cosita ahora que estamos solos, pero…
− Sí, dijo Marisa. En mi caso lo peor ha estado en mí; mi educación me lleva a querer mantener las cosas como siempre, soy demasiado conservadora, lo reconozco y aunque lo intento apenas me descuido estoy actuando como toda la vida, como mi madre, como mi abuela.
− Es cierto, dijo su hija, que acababa de entrar en la cocina. Ya verás como si oye respirar a un niño correrá antes que su padre o yo.
-Me imagino que es normal con las mujeres de esta generación; quizá si yo tuviera una familia actuaría de forma parecida. A fin de cuentas, nos educaron así y hemos de hacer un esfuerzo considerable para cambiar. Pero las generaciones más jóvenes, tenéis que dar un vuelco a todo esto.
-Y lo estamos haciendo, tita.
− A todo esto, dijo Marisa, se nos está olvidando a qué habíamos venido a la cocina.
  Rápidamente nos pusimos en marcha: tú llevas esto, tú aquello, yo lo de más allá.
  En la mesa los hombres y la abuela estaban perfectamente situados, con las copas de vino servidas, y sonaba una agradable música de fondo. Música clásica, como es natural, y muy apropiada: “El Mesías” algo de lo que los jóvenes hicieron entre ellos comentarios jocosos. Y no solo ellos; también Marisa hizo notar a quien se le hubiera ocurrido la idea que quizá era demasiado.
-No iba a poner “El tamborilero”-contestó Adrián.
- Alejandro, dijo Doña Elena, ¿tus hijos tampoco vienen? ¡Qué desapego a la familia!
-No, mamá. No es eso es que sus parejas también tienen familia y tienen que alternar. Mañana en la comida los verás a todos. Nosotros nunca celebrábamos la Navidad con los abuelos.
-Bueno, dijo D. Alejandro. Los tiempos cambian y hay que asumirlo y adaptarse. La cena está riquísima.
 La cena, en atención a los padres, que ya van siendo muy mayores, no fue como antaño. Ahora, ya en los últimos años, se hacía más frugal.
 Durante la cena (esto era obligado todos los años dada mi condición de ausente, más hoy que saben que he cambiado forzada por las circunstancias) se interesaron por mi nueva vida. Cómo me iba en el nuevo Centro, si me encontraba a gusto, cómo iba la venta del piso de Gijón……
− Pueeeees, me voy adaptando. El piso como ya habéis visto lo tengo bastante acondicionado a mis necesidades y gusto. Lo de la venta va despacio pero no tengo, de momento, ninguna prisa; y en el Instituto estoy fenomenal. La gente es estupenda; hay un ambiente extraordinario tanto a nivel humano como de trabajo. Acogen a los nuevos con los brazos abiertos y en mi Departamento, a pesar de ser la jefa, creo que voy a hacer buenas amigas. El día 22 hubo un sinfín de actos con masiva participación de alumnos y profesores y luego, nosotros nos reunimos en una comida, en el mismo Centro, que duró hasta el anochecer. Fue un día excepcional.
− ¿Es que solo hay mujeres? Preguntó mi madre
−No. Hay de todo. Hombres, mujeres, jóvenes, menos jóvenes, casados y casadas, solteros y solteras. De todo. Me abstuve de nombrar los divorciados y divorciadas por respeto a mi madre
− Como has dicho que puedes hacer buenas amigas.
− Es lo normal. Las mujeres se hacen amigas entre sí. Además, si hubiera dicho amigos ya habría saltado tu resorte de la alarma.
−No, hija, si ahora ya estoy más tranquila pues dices que hay solteros y solteras.
− ¡Ay, abuela! Qué casamentera eres.
-¡Que va! Si a esta ya no la quiere nadie ni envuelta en celofán
- ¡Qué mona quedaría yo encelofanada! (y con un lacito rojo y una tarjetita en que se lea ¡peligro, muerde!)
- ¡Esta es mi hermanita inventora de palabras!
- Bueno, pero ¿te está gustando la cena? -terció Marta Luisa
−Claro que me está gustando, es deliciosa como todo lo que hace tu madre que es una cocinera extraordinaria; menos mal que no se parece a mí en eso. Bueno, Marta también cocina como los ángeles.
−Y tu morriña del mar, ¿se va calmando? Preguntó Adrián
− ¡Ay! Eso está ahí. Me cuesta mucho no ver el mar cada mañana al abrir la ventana de mi cuarto, ni cada noche al ir a acostarme. Y menos mal que tengo el piso en un lugar privilegiado; he tenido mucha suerte. Pero, por favor dejad de hacerme hablar que me estoy quedando la última y voy a tener que devorar la cena sin poder saborearla con lo rica que está. Y, hablando de todo un poco, Marisa, me tienes que dar la receta del flan de verduras, es una delicia para el paladar.
-Oye-dijo Marta, -volviendo a lo del piso a mí me encantó, bueno, a nosotras. Tenéis que verlo, chicos. Amplio, luminoso y con unas vistas espléndidas: el río, la Glorieta, la fachada del Ayuntamiento y, al fondo, la torre de la Catedral.
-Sí. Y por las noches, cuando iluminan esos edificios, es una delicia mirar por la ventana. Aun así, echo de menos el mar. En cuanto a lo de verlo los chicos, podríais ir una tarde antes de que acaben las vacaciones, lo veis, tomamos un café y me ayudáis a terminar con los dulces de Navidad.
  No quisieron hurgar más en la herida, por lo que cambiaron de tema.
Así siguieron durante el resto de la cena, entre risas y bromas. No podía acabar ésta sin que mi padre se interesara por asuntos de indudable y auténtico interés. Es decir, la situación económica de las familias, incluidos sus nietos
−Todo va fenomenal, querido suegro, contestó mi cuñado que casi no había abierto la boca en toda la noche más que para comer. Los asuntos de trabajo, excelentes
 − Ya veo que puedo estar tranquilo.
−Eso, ya podemos morirnos tranquilos - apostilló mi madre.
− ¡Mamáááá!
  Terminada la cena casi todos arrimaron el hombro a la hora de quitar la mesa. Estaban impacientes por ver los regalos.
  Sentados aún en torno a la mesa fuimos abriendo los regalos que los chicos habían colocado en el centro. Cada paquetito llevaba una etiqueta con el nombre del destinatario y una dedicatoria que daba a conocer al que regalaba. “Para mamá Elena de Irene”, Para la abuela un bonito pañuelo de seda, unos guantes y unos pañuelitos de batista con sus iniciales bordadas. Para el abuelo, una bufanda Burr Berry, unos guantes y una colonia. El resto de los regalos fue como casi todos los años un intercambio de libros, música, películas, cómics…A mis padres ya se les cerraban los ojos.
-Nos tenemos que ir. Se me van a dormir por el camino.
- ¡Qué pena, tita, no poder quedarnos a dormir juntas como antaño!
-Ahora tienes otra compañía, tal vez mejor.
Todos rieron. Me ayudaron a introducir a los abuelos en el coche y nos despedimos hasta el día siguiente.
  Cuando llegamos a casa ya estaba esperándonos Adela que me ayudó a acostar a mi madre. El bisabuelo, como ya le encanta llamarse, aún se defiende muy bien solo. Les di las buenas noches y me marché a mi casa. Sola, otra vez sola, como siempre. Como hoy.
Al menos este año, dentro de lo malo, no he tenido que soportar los puyazos de mi madre.
Feliz Navidad.

domingo, 2 de diciembre de 2018

Ríos. Naturaleza y arte.




  Vamos a pasar revista a algunos de los ríos que tienen historia o los acompaña alguna curiosidad.  -
Arga
Runa fue llamado en la antigüedad. Es el más navarro de los grandes ríos pes su 145 km transcurren por la comunidad foral.
Es el río de Pamplona donde da lugar a un hermoso paseo fluvial.

El Arga a su paso por Pamplona

  Arlanzón (foto a su paso por Burgos ciudad río Arlanzón en burgos
  Parece indudable que es desde el siglo XII un aumentativo del Hidrónimo celta Arlanza para indicar que es mayor o más grande que el Arlanza.
  Pasa por la ciudad de Burgos dividiéndola en dos. Río y ciudad parecen amarse, necesitarse mutuamente. No es posible imaginar una sin el otro.

Río Arlanzón a su paso por Buegos

 Bernesga 
  Es  afluente  por la margen derecha del río Esla. El Bernesga pasa por la ciudad de León En su margen se ha creado un parque recreativo y de paseo magnífico y muy agradable, poblado de imágenes de animales.

El Bernesga cruzando la ciudad de León

 Danubio
 Conocido por el vals El Danubio azul de Johann Strauss (hijo) en 1866, que tenemos el placer de escuchar todos los años en el concierto de Año Nuevo.
Tuvo letra de la que recojo algún fragmento:
 Danubio tan azul, tan bello y azul,
a través del valle y el campo te desplazas hacia abajo aún,
Nuestra Viena te saluda, tu cinta de plata,
une todas las tierras y la alegría del corazón
golpea la hermosa ribera.
  La letra sigue haciendo referencia a los castillos que pueden contemplarse en un paseo por sus aguas.
  También cruza, majestuoso el río, la ciudad de Budapest 
Magnífica imagen del Danubio a su paso por Budapest

 
Nuestro gran poeta Garcilaso de la Vega también cantó al Danubio en su Canción tercera
Con un manso ruïdo 
De agua corriente y clara,
Cerca el Danubio una isla, que pudiera
Ser lugar escogido
Para que descansara
Quien como yo estoy agora no estuviera….
………..
        Danubio, río divino,
        que por fieras naciones
        vas con tus claras ondas discurriendo,
            …….
 Siento no haber podido fotografiar el Danubio a su paso por Viena.
 Duero
 Río que cruza casi toda la península Ibérica y penetra en el País vecino, Portugal, donde tras cruzarlo desemboca en el Océano Atlántico en el estuario de Oporto, bajo el nombre de Douro (buscar foto en viaje a Portugal)
  Parece que su nombre procede del latín Durius Flumen, derivado del griego que a su vez derivaría del celta “dubro” y este del prot-celta Dur cuyo significado podría ser agua. Quizá los romanos adoptaron este nombre de las tribus celtas que vivían a lo largo de su curso y que adoraban al dos Durius, personificación del Duero.
 En nuestro país destaca su paso por las ciudades de -Zamora, Toro, Soria
El Duero en Zamora

 
No dejaron los poetas de cantarle Así Gerardo Diego le dedicó el famoso romance “
Río Duero, Río Duero”
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
………………………..
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
……………
O Antonio Machado en Campos de Castilla

Tal vez lo que cantó Machado como "Curva de ballesta"
En Soria se ha creado un espléndido paseo en torno al río.

   Ebro.
  Su nombre deriva de Hiber (Hiberus flumen) que dio nombre a la península Ibérica.
  Es el río más caudaloso de España, y tras el Duero el segundo de la península.
También el más largo de España y segundo de la península tras el Tajo.
Discurre totalmente por España. Y de los ríos que desembocan en el Mediterráneo es el segundo en longitud tras el Nilo.
  Desemboca en la provincia de Tarragona formando un delta que ocupa la isla de Buda que da lugar a dos brazos llamados Golas Norte y Sur.
  La ciudad del Ebro por antonomasia es Zaragoza. Lo cruzan varios puentes ,a  cual más bonito. Una canción popular rezaba:
El Ebro guarda silencio
Al pasar por el Pilar.
 La virgen está dormida
No la quiere despertar.

A ciertas horas la Basílica se refleja en el río.

Guadalquivir
  Ha recibido varios nombres a lo largo de la historia. Primero fue llamado Baetis o Baitis, de origen prerromano incierto.
  Hacia el siglo VII antes de Cristo, los griegos lo llamaron Tharsis, por el reino de Tartessos, aunque los propios tartesios lo siguieron llamando Baetis.
   En el siglo XI los árabes lo llamaron río Grande o sea Wad al Kabir. Cuando en el siglo XIII llega a Sevilla Fernando III el río ya es conocido como Guardalquebir o  Guadalquibir.
  Nacido en la Sierra de Cazorla desemboca en el océano Atlántico formando un amplio estuario entre Almonte (Huelva) y San Lucar de Barrameda (Cádiz)
  No olvidaremos las marismas del Guadalquivir (entre Sevilla y el estuario) y el Parque Nacional de Doñana (maravilla de la naturaleza digna de visitar) 

Guadalquivir al pie de la Mezquita en Córdoba

También este río tuvo su poeta, el gran Federico García Lorca del que recojo este breve ejemplo:
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
…………………………..
Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques,
 Guadiana
  Como ocurre con numerosos casos de toponimia e hidronimia en nuestro país, su nombre se debe al continuo paso de civilizaciones por la península. Así, los romanos le llamaron Ana (flumen Anas, o sea río de los patos, por el nombre de una familia de patos)
  Los árabes sustituyeron flumen por wadi, río y mantuvieron Ana. Hay una teoría que supone que se ha mantenido no Anas, sino Ana que significa agua o río con lo que el significado de Guadiana vendría a ser río -río.
  Nace en el Campo de Montiel, lagunas de Ruidera, desaparece cerca de Argamasilla de Alba para reaparecer en Ojos de Guadiana. Es curioso como este hecho ha dado lugar a la frase “desaparecer como el Guadiana” cuando alguien lo hace de forma similar.
  Desemboca en el Océano Atlántico por Ayamonte entre España y Portugal.
  Las ciudades españolas más importantes por las que transcurre son Mérida y Badajoz.
El Guadiana en Mérida bajo el puente romano

 
 Segura
  Los romanos le llamaron Thader. Más tarde los árabes, Wadi al. Abyad,” río Blanco”. No he conseguido el significado del nombre latino que por otra parte es el que hoy se recuerda y da nombre a complejos comerciales, por ejemplo. Verdaderamente lo de blanco es difícil asimilarlo en la actualidad en que parece estar pidiendo una elegía
  Nace en la Sierra de Segura, discurre por las provincias de Jaén, Albacete, Murcia y Alicante y desemboca en el Mediterráneo en la localidad de Guardamar del Segura (Alicante)
No es fácil ver hoy este aspecto de del Segura a su paso por la ciudad de Murcia.

 
Regó durante, tal vez siglos, la ubérrima huerta murciana hoy casi desaparecida. También ha sido siempre un río aficionado a salirse de madre, Las inundaciones fueron el pan nuestro de cada otoño.
 Recuerdo haber oído antaño que este nuestro Segura es el más caudaloso de todos los ríos pues recibe las aguas del Mundo
Es este el principal afluente del Segura.  Nace en la Sierra de Alcaraz en Albacete como rebosadero del acuífero que nutre el Calar del Mudo.
Parece que su nombre procede del adjetivo latino” mundus”, antónimo de inmundo; o sea que significaría limpio, claro. Visitar su nacimiento, la zona llamada Los Chorros del Mundo tendría que ser obligatorio, tanta es su belleza.
 Tajo
  Los romanos lo llamaron Tagus. Según Silio Itálico Tagus podría haber sido un rey ibero asesinado por Asdrúbal. En “Las antigüedades de Lusitania” el historiador portugués André de Resende cita este episodio.  En portugués recibe el nombre de Tejo
Es el río más largo de la Península Ibérica. Nace en los montes Universales, sierra de Albarracín (Teruel) y tras recorrer 1007 km.  Desemboca en el Océano Atlántico Lisboa formando el estuario llamado Mar de la Paja (Mar da Palha, en portugués)
A su paso por Aranjuez, riega los famosos jardines.
El Tajo en Aranjuez

 Es el río de Toledo en donde ha sido tradicionalmente tema para pintores y poetas. ¿Quién no ha admirado “Vista de Toledo”   de El Greco? .
  Podríamos también recordar un soneto de Quevedo
 Tú, rey de ríos, Tajo generoso,
que el movimiento y cálida hurtase
al cuerpo de alabastro que bañaste,
gentil en proporción, gallardo, hermoso; ….
Un tramo del Tajo a su paso por Toledo 
  A su paso por Alcántara (Cáceres) podemos contemplar el puente romano que lleva el nombre de la ciudad.
El Tajo bajo el puente de Alcántara

 
Continúa hacia Lisboa donde atraviesa el puente Vasco de Gama, considerado el más largo de Europa.
 Para terminar un recuerdo a Garcilaso de la Vega, un bello fragmento de su “Égloga tercera”.
……………
    Con tanta mansedumbre el cristalino
Tajo en aquella parte caminaba,
que pudieran los ojos el camino
determinar apenas que llevaba.
Peinando sus cabellos de oro fino,
una ninfa, del agua, do moraba,
la cabeza sacó, y el prado ameno
vido de flores y de sombra lleno.
  Más ríos merecen que los visitemos pero no querría resultar prolija.