Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

viernes, 15 de abril de 2022

 

 

. “Treinta años no es nada”

“Que veinte años no es nada” afirma el tango. Podría decirse que treinta tampoco. He encontrado un texto que escribí en el invierno de 1994 y cual no habrá sido mi sorpresa al comprobar que todo sigue igual. Tanto es así que lo voy a reproducir tal cual o casi

Mientras la humanidad siempre avanzando

No sepa a dó camina…

Habrá poesía

(G. A. Bécquer)

¿Se equivocó Bécquer, se equivocaba?

En efecto, la humanidad hoy no sabe hacia dónde camina; no obstante, no es hacia la poesía, sino hacia la destrucción de los valores humanos, de la naturaleza, del propio hombre; en una palabra. Hacía la autodestrucción más absoluta.

Violencia, falta de sensibilidad, odio, incultura, egoísmo y un largo etcétera que se esconden bajo los nombres de los más hermosos y tradicionales principios.

Bajo conceptos como virilidad, acción…  se enmascara la violencia.

Bajo la bandera del patriotismo, encontramos odio, xenofobia, racismo, crueldad, crimen más o menos organizado e indiscriminado…

Bajo la hermosa denominación de amor, se nos presenta el sexo por el sexo, a veces hasta en sus formas más degradantes…

Bajo el nombre de responsabilidad y sentido común, se enmascaran la cobardía y el deseo de una vida cómoda y muelle. Y un interminable etcétera.

Para completar este cuadro, vivimos en el mayor de los absurdos: guerras que nadie se explica ni entiende; corrupción donde más debería brillar la honradez; posturas contradictorias.

  Mientras por un lado los grandes países europeos quieren unirse en una gran Europa, otros no tan grandes, pretenden la autonomía.

  Mientras obras que son patrimonio de la humanidad se van a pique y/o son aniquiladas, otras que son patrimonio de unos pocos, se salvan…

  Celebramos el día de la mujer trabajadora como un logro del feminismo, no siempre bien entendido, como si en toda su vida la mujer hubiera hecho algo que no fuera trabajar.

  Y para colmo de los absurdos, instituimos el año internacional de la familia ahora que casi no queda familia o algo que se le parezca.

Como dijo Rosalía de Castro “Este barro mortal que envolve o esprito/ ¡quén o entenderá, Señor!

  Quizá no sea necesario instituir tantos “días de días”, sino actuar de forma distinta.

Estas reflexiones, no son añoranza de un pasado mejor. No. Cualquier tiempo

pasado no fue mejor, salvo en el sentido de ya vivido. Se deben a la observación de mis alrededores. Pienso, únicamente que el mundo podría ser mejor, más hermoso, solo con que los humanos nos lo propusiéramos. Pero, ¿Estamos dispuestos a sacrificar algo por algo o por alguien?

La misma impresión de inmovilidad a que he hecho mención al principio la recibimos al leer a Galdós, o Valle-Inclán, por ejemplo. ¿Qué pensarían o escribirían si levantaran la cabeza?

Efectivamente, no sabemos hacia donde caminamos y necesitamos muchos locos que no prefieran una mascota a un niño, que amen las flores, los animales, a sus iguales, la cultura, los libros…que sean capaces de ver poesía, hasta en el cubo de la basura.

viernes, 1 de abril de 2022

 

Un velero llamado VIDA.

Anclado en recoleto puertecillo. Limpio, radiante. Recogido su níveo velamen.

El nombre los paseantes miran. VIDA. Rojo sobre la albura del casco. ¿Cuál su bandera? Inidentificable. Azul celeste, en el ángulo izquierdo una humilde violeta.

Nadie, la razón de su inmovilidad pregunta. A nadie, la identidad de su dueño interesa .

¡Con soltar amarras, cuántas veces ha soñado! ¡Izar las velas, ¡levar anclas y zarpar! ¡Ponerse al timón sin nadie que le ordene a babor o a estribor! Entre dos azules, dos mares, dos cielos, navegar ¡A toda vela! En su velero llamado VIDA

FIN

Hasta la próxima travesía