Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

martes, 15 de diciembre de 2020

 

  La Navidad en la Literatura

  La Navidad es un tema que ha atraído a escritores de todos los tiempos y lugares. Relatos, cuentos, poemas, piezas teatrales. Todos los géneros literarios están representados en obras con este tema.

  Podemos empezar por la literatura de la época medieval y renacentista. En el caso de España, algunas de las piezas teatrales más antiguas que conservamos son autos de Navidad. Así, el anónimo Auto de los Reyes Magos, de hacia 1200 o, unos siglos después, las piezas de Gómez Manrique “La representación del nacimiento de Nuestro Señor”; de Juan del Encina o Gil Vicente. Generalmente aparece un ángel anunciando el nacimiento de Cristo a unos rústicos pastores, que expresan su sorpresa y su alegría en un convencional dialecto literario denominado sayagués.

  Precisamente en la región de Murcia el Auto de los Reyes Magos goza de una tradición bien lejana. Parece que el texto de Aledo pertenece a finales del siglo XIII. En Churra esta tradición se remonta al siglo XVIII.

 Tiene este Auto que se representa en las tierras murcianas la novedad de haber adquirido ciertos tintes regionalistas. Se incorporaron al texto dos personajes, Jusepe y Rebeca que son huertanos y hablan murciano. Este hecho supone un atractivo añadido para el gusto del público. De hecho, yo que vi representar el auto más de una vez en mi infancia, en Javalí Nuevo, casi lo único que recuerdo es a estos dos personajes y a los Magos llegando a caballo a la plaza de la iglesia, donde estaba el escenario, por cada una de las tres calles que iban a desembocar en ella.

Son muchos de los pueblos de la Comunidad en los que se sigue representando.

Posteriormente, aparecen los cancioneros y romanceros de Navidad. Más tarde los escritores místicos y muchos de nuestros grandes clásicos escribieron villancicos.

Son muy conocidos los de Lope y Góngora. Del primero recordamos “Pastores de Belén”, escrito en nueve estrofillas

Las pajas del pesebre,
niño de Belén,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel…”

Tiene la característica, que ya se vio en autores medievales de fundir el nacimiento con la Pasión, como si de una premonición se tratara.

 

Bellísimo es el más conocido aún de D. Luis de Góngora:” Caído se le ha un clavel” que se inicia con la estofa que se convertirá en estribillo”

“Caído se le ha un clavel

Hoy a la Aurora del seno

¡Qué gloriosos que está el heno,

Porque ha caído sobre él!

En este caso no se anticipa el dolor, todo es belleza. Es fundamentalmente descriptivo.

 Vamos a pasar al siglo XIX en el que muchos escritores dedicaron algún relato a la navidad. Muchos de nuestros más destacados atores, tal vez siguiendo el camino iniciado por Dickens, pero distanciándose del modelo, dedicaron algún texto al tema de la navidad. Recordaremos algunos cuentos de Pardo Bazán y Clarín.

 De Clarín: “El rey Baltasar”.

De Pardo Bazán:

Cuentos de Navidad y Año Nuevo: Nochebuena en el Infierno, en el Purgatorio, en el Limbo y en el Cielo. Cuatro deliciosos relatos de inspiración dantesca con reminiscencias románticas. Todo ocurre la noche del 24 de diciembre. Es lo único, prácticamente, que los convierte en cuentos de Navidad.

Cuentos de Navidad y Reyes. En general, al igual que el de Clarín, cuentos de corte social, con moraleja cristiana. En realidad, no son cuentos para niños, aunque, quizá en aquellos años se opinara lo contrario, tal vez por la moraleja o la presencia de algún detalle navideño.

  El inglés Charles Dickens escribió “Canción de Navidad”, cuento fantástico en el que, a un hombre rico y avaro, se le aparecen cuatro fantasmas en vísperas de Navidad, que lo hacen cambiar de carácter aprendiendo a sonreír. En su obra Dickens registra la condición social de la infancia en un mundo de avaricia y podredumbre.

Cuento de Navidad de Antón Chéjov: “Vanka” Consiste en la carta de un niño huérfano y maltratado a su distante abuelo, en Rusia

 Alphonse Daudet: “Las tres misas” Historia situada en el siglo XVII. Con cierto estilo de leyenda romántica. Un sacerdote tentado por el diablo que toma la figura de su monaguillo, pecará de gula en la cena de noche Buena, Tanto comió y bebió que aquella misma noche murió de una indigestión.

Relato corto de Colette: “Ensueño de año nuevo”. Recuerdos en Año Nuevo de una mujer sola que se ve envejecer. 

No podía faltar un “Cuento de Nochebuena” (Rubén Darío): “El hermano Longinos de Santa María era la perla del convento. Perla es decir poco, para el caso; era un estuche, una riqueza, un algo…” Nos recuerda la leyenda de Bécquer “Maese Pérez, el organista “con el que coincide, así como con los de Nochebuena de Pardo Bazán, en situar la acción en la hora de la misa del gallo, en Noche Buena.

También encontraremos un cuento navideño” de Azorín “El primer milagro”: “La tarde va declinando; se filtran los postreros destellos de sol por el angosto ventanito del sótano. Todo está en silencio…” Con su peculiar estilo, nos relata Azorín una bonita e increíble historia relacionada con los milagros que según la tradición cristiana pueden darse en Navidad.

Los autores de algunos de estos cuentos parecen elegir la fecha navideña como pretexto para recrearse en las descripciones de los paisajes invernales.

  Agregaremos ahora los escritos específicamente para niños, aunque, a veces, con reservas. Son los de Hans Christian Andersen: “La pequeña cerillera” y “El abeto”.

  O el cuento navideño infantil de los hermanos Grimm: Los táleros de las estrellas

 Los protagonistas de los cuentos navideños, en la literatura tradicional, son niños pobres y vagabundos, abuelos sabios y entrañables, animales fieles que hablan, espíritus malignos y toda clase de personajes misteriosos. Se registran las costumbres, tradiciones e ilusiones de la Navidad, pero los escritores escribieron, tal vez, sus historias más allá de estos estereotipos, historias profundas y fantásticas, como El Cascanueces de Ernest Hoffman

Tal vez los cambios sociales y familiares llevan a introducir en estos cuentos navideños y de Reyes Magos, unos temas nuevos, como ocurre con el de Rafael Reig: “Noche de Reyes” en que se inserta el tema del adulterio.

“Ya había cumplido once, pero se negaba a aceptar la realidad. No existen los Reyes…” intentan explicar los padres. Ante la insistencia del niño de que los ha visto beberse el agua y comido los mazapanes los padres confiesan que son ellos. El padre se bebía el agua y la madre se comía el mazapán.

La hermana pequeña que prefiere seguir en la ilusión de la mentira acaba deduciendo algo que va a resultar peligroso…” No puede ser…porque … ¿entonces quién es el tercero?...el tío Julio ¿a que ´sí? Por eso viene cundo no está papá…” La situación se tensa pero el autor no quiere ir más allá y concluye:”… Julio era el hermano pequeño de Gerardo, el tercer rey mago…” (Gerardo es el padre)

Fin

1 comentario:

  1. En toda esa relación de cuentos no as incluido los "Cuentos de la abuela"
    Toñi, que, aunque no los he leído, no dudo que estarán a la altura de todos esos literatos a los que aludes. Muy buena la investigación del tema navideño a través de la literatura en narrativa, en poesía o en el teatro. Recuerdo el Auto de los Reyes Magos en Aledo con una gran participación popular, al aire libre y con el frío de enero.

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