Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

viernes, 5 de octubre de 2012

Mi enésima relectura de “El lazarillo de Tormes” II



 


Se ha dicho hasta la saciedad que “El Lazarillo “es la primera novela picaresca en España. También que es la primera novela moderna y que es una novela de formación o aprendizaje. Esto último en el sentido de que el protagonista, a lo largo de la novela va creciendo como persona, haciéndose hombre y aprendiendo en la “escuela de la vida” a vivir, sobrevivir en el caso de nuestro personaje.
   Esta última interpretación es la que personalmente más me convence pero ahora se trata de analizar la postura más defendida que yo, muy osadamente, voy a desmontar intentando demostrar casi lo contrario. Veamos, pues:



                  Que trata de si Lázaro era  o no, verdaderamente, un pícaro.



     A los ocho años se acaba la bucólica y feliz infancia de Lázaro. Hasta entonces ¿qué sabia él de maldades, picardías y sufrimientos? ¿Qué de ciertas sangrías mal hechas de los costales de los que allí a moler venían?
   A los ocho años, la vida que quizá estaba soñando se le convierte en pesadilla. Él con toda sinceridad lo cuenta a ese Vuestra Merced a quien va dirigido el relato, y en ello, en esa sinceridad, encuentra los críticos el primer rasgo picaresco.
Hijo de padres sin honra, dicen. ¿Sin honra?¿Por qué?¿Porque un pobre hombre sisa algo de los que más tienen y no dan? ¿No es una atenuante que alguien actúe bajo la presión del hambre, de la drogadicción, la defensa propia y varias cosas más? Sí, es deshonroso caer en ello pero ¡ojo,  a la hora de juzgar. ¿Quién nos dice que aquellos que llevaban a moler no le regateaban hasta el último céntimo? ¿Y si la acusación fue obra de algún otro molinero, envidioso de su clientela, que veía en el bueno de Tomé una dura competencia? Tomé “confesó y no negó” se me podrá decir. ¡Ya, ya! Habría que ver en qué condiciones. Situémonos en la época.

   Por otro lado qué gran diferencia con el progenitor de Pablos. Éste sí es ladrón y bien ladrón, licenciado en la ciencia de Caco como diría, más o menos, Cervantes. El padre de Pablos roba a diestro y siniestro, roba por vocación y con placer; considera el robar como un arte y apremia a su hijo para que aprenda y sea su sucesor: “ Hijo, esto de ser ladrón no es arte mecánica sino liberal”…”Quien no hurta en el mundo, no vive….” Por eso, el padre de Pablos muere ahorcado y no así el de Lázaro, lo que hace pensar que no se consideró de tanta gravedad su acción. Tomé fue desterrado y luego acabó en una guerra en la que no le iba nada, como tantos otros.

   Hablemos ahora de las madres.La de Lázaro es una pobre mujer que se encuentra sola con un hijo; no será una santa pero tampoco, como le oí a un crítico de renombre, (no recuerdo si italiano,  alemán o de dónde) una puta.
La de Pablos es declaradamente bruja (“ Y si no temiera que me habían de oír en la calle, yo dijera lo de cuando entré por la chimenea y os saqué por el tejado”)  que, como el marido, aspira a que el hijo siga sus pasos;  muere en la hoguera. Además por lo que dice el hijo “todos los copleros de España hacían cosas sobre ella”. La frase se presta a interpretaciones.

   El segundo rasgo picaresco consiste en faltar al Cuarto Mandamiento declarando cínicamente los defectos y vicios de los padres, o sea, hablando mal de ellos.
Tampoco en el caso de EL LAZARILLO lo veo hoy tan claro. Lázaro justifica en todo momento a sus padres: “Achacaron a mi padre ciertas sangrías…” No dice que las hizo sino que lo acusaron de ello…
   “En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció su vida.”
   También la madre cuando se lo entrega al ciego hace hincapié en este detalle “diciéndole como era hijo de un buen hombre el cual por ensalzar la fe había muerto en la de Los Gelves”
   En cuanto a su madre también la justifica y no dice lo que cualquiera sin ser mal pensado pudiera interpretar de otra manera.”Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese, determinó arrimarse a los buenos por ser uno dellos, y vínose a vivir a la ciudad, y alquiló una casilla, y metióse a guisar de comer a ciertos estudiantes, y lavaba la ropa a ciertos mozos de caballos del Comendador de la Magdalena….Ella y un hombre de aquellos que las bestias curaban, vinieron en conocimiento”. Este hombre lleva a la casa comida y leña en el invierno. Esto se parece al amor. Cuando más tarde nazca el hermanito “continuando la posada  y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito el cual yo brincaba……”. Esto es lo más parecido a una familia.
   Pero la desgracia se cierne sobre ellos. Sí, la desgracia de la miseria, el hambre y nuevamente se recurre a los pequeños hurtos. Es ahora el Zaide quien sisa y es acusado y condenado al destierro, así como la madre. También Lázaro justifica a su padrastro porque “fuile queriendo bien”. La justificación la da un Lázaro adulto, un hombre maltratado por la vida y bien conocedor de ella, capaz de comprenderlo todo “no nos maravillemos de un clérigo ni un fraile porque el uno hurta de los pobres y el otro de casa para sus devotas y para ayuda de otro tanto, cuanto a un pobre esclavo el amor le animaba a esto…”

   Se ha dicho también que la madre de Lázaro lo abandona a su suerte” criado te he….:válete por ti” le dirá al despedirse de él. Pero, una vez más es el mismo Lázaro quien nos saca del error:”... la triste se esforzó cumpliendo la sentencia”. Nuevamente sola y con dos hijos se va a servir al mesón de la Solana. “Y allí padeciendo mil importunidades, se acabó de criar mi hermanico hasta que supo andar y a mí hasta ser buen mozuelo…”

   Precisamente en ese momento crucial aparece el ciego “vino a parar al mesón un ciego….el cual pareciéndole que yo sería para adestrarle, me pidió a mi madre…”  Y ella ¿qué iba a hacer? No le queda más remedio que entregarlo al ciego.” Ella me encomendó a él…..le rogaba me tratase bien y mirase por mí pues era huérfano”.  Contemplemos la situación situándonos en el entorno social de la época. El niño debía tener unos diez años y esa edad, hasta no hace mucho, incluso en países de los que ahora nos llamamos desarrollados, civilizados, defensores a ultranza  de los derechos de los niños, se consideraba apta para que el niño trabajara y ayudara a la manutención de la familia. Es más, curiosamente mientras escribo esto leo al principio de la novela de Fernando Aramburu AÑOS LENTOS:”….mi pobre madre, desamparada por aquel mal hombre que fue su esposo….no podía mantenernos ni a mí ni a mis hermanos; buscó ayuda en el pueblo, no la encontró y en consecuencia no tuvo más remedio que darnos a la Casa de Misericordia de Pamplona,….” Esto ocurría en la década de los sesenta (siglo XX) Pero este  es un tema que daría mucho de sí y no es el lugar.
   Se va con el ciego y aún viven un tiempo en Salamanca pero cuando ya van a iniciar sus correrías  yo fui a ver a mi madre y ambos llorando me dio su bendición y dijo. Hijo sé que no te veré más. Procura de ser bueno….”

Escalona .Plaza mayor. Aquí tuvo lugar el episodio de la longaniza.

     Empieza ahora ese peregrinar de Lázaro de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad y de amo en amo. Otro de los considerados rasgos de la picaresca: criado de varios amos. Ante éste, no tengo nada que objetar.

   Da comienzo para nuestro muchachito un duro aprendizaje que, por desgracia, le va a servir de poco. Ahora bien, eso de que Lázaro es ladrón (cuarto rasgo picaresco)……merece un análisis detallado. Lázaro solo roba, mejor cabría decir sisa, cuando tiene hambre y habiendo comida no le dan; cuando se siente engañado y casi robado. Le quita alguna moneda al ciego, se le come la longaniza que debía vigilar mientras se asaba y de la que sabía no probaría bocado; se las apaña para beber vino del que el ciego protege y guarda solo para él; come las uvas de tres en tres a pesar del acuerdo al que habían llegado de comerlas de a una, porque se da cuenta de que el ciego las come de dos en dos “…mas luego el segundo lance, el traidor mudó propósito y comenzó a tomar de dos en dos….”

   Del ciego pasará al clérigo de Maqueda “toda la lacería del mundo estaba encerrada en este…” lo mataba, literalmente, de hambre y a él no le queda otro recurso que el pequeño hurto: unas migajas de pan.
Con el resto de los amos no robó. Tendrían sus defectos pero le daban de comer y si los dejaba no era el motivo el hambre. Con el hidalgo todo era distinto. No le daba porque no tenía ni para él pero si había algo lo compartían como hermanos. Lázaro a veces pedía, y en su ayuda llegaban las vecinas que conocían su situación.

   En cuanto le fue posible optó por un trabajo remunerado y así es como llegó a “la cumbre de toda buena fortuna” con un oficio real “que no hay nadie que medre sino los que le tienen….: pregonero, hablando en buen romance.”

Tras estas reflexiones, me atrevo a pensar aunque solo sea para mí, que Lázaro no es tan pícaro como lo pintan.

Pinares en las cercanías de Almorox


1 comentario:

  1. Cuando leí la novela una de las cosas que más me conmovió fue cuando la madre de Lázaro se despidió de él diciendole que sabía que ya no lo vería mas y que fuera bueno. Esto para mí, (y coincido contigo) indica muy a las claras que la familia de Lázaro era gente honrada y muy trabajadora. Sólo que el contexto era muy duro. Más que Lázaro fuera un pícaro yo diría como muy bien reflejas en tu comentario que hacía lo que podía por la supervivencia hasta que finalmente consiguió esstablecerse. Más que pícaro un buen ejemplo de superación de adversidades.

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