Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

jueves, 22 de noviembre de 2012

El nombre del blog



Explicación del nombre del blog.
  
 


    No caí en la cuenta cuando puse este nombre a mi blog en lo que casi todo el mundo pensaría. Me fui cerciorando cuando al dar la dirección, el receptor, normalmente receptora, repetía el nombre en forma de interrogación y con entonación de sorpresa. ¡Ah, cielos! Piensan en la Encíclica papal:”con la Iglesia hemos dado amigo Sancho”. 
    Pues no. El nombre responde a algo más cercano, más real y nada metafórico. ¿Por qué en latín? Por gusto, porque soy un poco latiniparla. Y el resto se debe a mis dos facetas, oficios o como se les quiera llamar, en mi vida.
     MATER. En el sentido literal de la mujer que gesta, pare, cría, pasa noches en vela con un bebé en brazos que llora y no se consigue saber por qué: ¿le dolerá el oído, tendrá gases, tendrá hambre, qué diablos le pasa?. O bien noches junto a la cama del o la que no ha digerido bien la cena, atendiéndole, cambiando sábanas…..Y más tarde, al llegar la adolescencia se debate entre darles un poquito de libertad o atarles un hilito como hicieron o quisieron hacer con ella. Luego, vienen las horas de espera cuando empiezan a llegar tarde, primero para abrirles con sigilo la puerta para evitar que el pater familas se despierte, y más adelante aguzando el oído para oírlos cuando son ellos los que abren sigilosamente intentando que no te despiertes---Y así sucesivamente hasta que llega la hora de los novios y/o novias; y las bodas o no bodas;  y las oposiciones y el trabajo. Hasta que por fin llega la hora de los partos de las hijas y los vive como propios y recibe en sus brazos al nieto, otra de las mayores alegrías de su vida.


Hay que estar en todas partes


   Si además es una mujer “liberada”, es decir que tiene un trabajo extra hogareño y familiar y  su profesión es magistra, o sea maestra, profesora, esa persona que se ocupa de transmitir conocimientos a los alumnos, se verá a las doce de la noche repasando con alguno de los hijos las subordinadas sustantivas o las estrofas; o bien a las siete de la mañana, sentada ante el primer café e intentando abrir los ojos aún cargados de sueño a causa de las pocas horas dormidas, explicando la dichosa “transcendencia literaria del Quijote”. Y la tarde entera de un domingo intentando localizar un ablativo absoluto o entender qué quiere el profesor de Filosofía con ese trabajito que ha mandado. Es más, aún puede andar entre pucheros y desde la cocina explicar a su hijo, universitario ya, las semejanzas entre “Los viajes de Gulliver” y “El Quijote”

    Y no sigo porque ser madre es el cuento de nunca acabar y es lo único en esta vida que “imprime carácter”



¿¡Qué remedio!?


   Ahora la otra parte, la de MAGISTRA. Maestra o profesora que para el caso da igual. Es algo muy parecido a ser madre. Porque no solo hay que transmitir conocimientos sino también dar cariño y ejemplo en cuanto al comportamiento. ¿Cómo vas a castigar o reñir al alumno que llega tarde si tú eres la primera en retrasarte? ¿Cómo inculcarles el deber y el derecho que tienen de asistir a clase si tú faltas por cualquier nimiedad? Además, hay que intentar comprender a esas criaturas que están en la edad más problemática. Una maestra debe ser madre, no madrastra.

     Luego vienen las alegrías (igual que con los hijos)  de ver que has conseguido algo. O que pasados los años te aborda en la calle un joven que te pregunta ¿No te acuerdas de mí? Soy fulanito y ando años queriendo localizarte para hacerte llegar un libro de poemas que me han premiado. Y llega el libro con una dedicatoria que te emociona:
Para mi querida Mª Antonia.
   Te mando este libro con la ilusión de que te guste, de que me veas en estos versos, y que de alguna manera te pueda compensar por los conocimientos transmitidos, la paciencia en las aulas y la simpatía compartida.
Sinceramente guardo tu recuerdo con agrado, como aquella profesora siempre dispuesta a sonreírle a la vida y la que era feliz subiéndose a un avión para ver el mundo a sus pies. Que puedas seguir pasándome consejos de sabiduría e ironía en la vida”
Espero que el autor, si alguna vez ve este blog, no se enfade por haber hecho públicas estas palabras suyas. Lo hago con todo el cariño del mundo.
   También está la antigua alumna que te felicita todos los años en tu santo y en Navidad y que te llama para comunicarte que ha entrado en televisión española por oposición, que tiene resuelta su vida. O el que te llama maestra y que ahora que es profesor en tu misma materia y te envía los textos, novelas, poemas etc. que escribe. Y las que te llaman para comunicarte que van a ser mamás lo que significa que vas a tener “nietos pedagógicos”.

   Cuando comenté que me jubilaba, no se lo creían. Me decían que cómo iba a vivir yo sin dar clase;  qué iba a pasar con el periódico. Y recuerdo con emoción el último día, la última clase con cuarto de ESO. Les puse un examen final para evitar que me pidieran pasar la hora hablando. No rechistaron y luego, conforme me iban entregando el examen me daban un beso y me deseaban suerte.
Aún durante algún tiempo estuve acudiendo al Instituto para las fiestas de Navidad y Santo Tomás; fui hasta que ya no quedaron alumnos de los que conocía y la mayor parte de mis compañeros habían salido por traslado o jubilación.
   También hablar de esa vida sería el cuento de nunca acabar. Recuerdos y anécdotas tengo para hacer un libro.

   Ahora como abuela vuelvo a actuar también como maestra, un poquito o todo lo que me pidan.


Los cuentos de la abuela Toñi

Cuentos ortográficos y divertidos para mis nietos




    Ya se ve qué sencilla es la razón por la que puse este nombre a mi blog. Es como me siento después de una, ya, bastante dilatada y llena vida. Y confieso que si volviera a nacer y me dieran la opción de elegir, volvería a ser mater et magistra y abuela.



¡Pobres criaturas!
Espero haber dejado calro el asunto. Hasta la próxima semana.
Espero vuestros simpáticos e interesantes comentarios .

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La caída



Caída, participio del verbo caer que según el dic. De la RAE significa  acción y efecto de caer.
Busco el verbo y el mismo diccionario da como acepción 1: perder un cuerpo el equilibrio hasta dar en tierra o cosa firme que lo detenga. Una caída de este tipo me tuvo varios días con síndrome agorafóbico pero  inspiró mi siguiente osadía:

La caída
  ¡Qué plancha! Iba ella tan bonica, tan pizpireta con su equipo azul marino que la hace más delgada, que estiliza su diminuta y rechoncheta figura. Había quedado para tomar café. Pensó que el pantalón le quedaba un poco largo. ¡Esta manía de las vendedoras  de que el pantalón debe cubrir el zapato! Y para colmo lo tiene ya varias temporadas lo que supone que lo compró antes de disminuir casi dos centímetros. Tengo que meterle un poco, pensó, pues como me lo pise me mato. Hoy andaré con cuidadito.
   Se maquilló un poquito, sólo con polvos suelto, como hacía su abuelita de Alicante, un poco de color en los mofletes, una chispita de rímel para que se le vean las pestañas que ya casi han desaparecido y los labios. Había queda-do bastante presentable. De hecho no aparentaba la edad que tiene. Buscó unos complementos sencillitos: collar, pulsera y pendientes de nácar con diseño informal, regalo de una de sus hijas en su aniversario de boda. (Los pendientes no le convencen mucho, son un poco largos para su edad y estilo pero habrá que usarlos antes que sean una osadía).
   Pues como decía, iba ella tan pizpireta, ya de regreso a casa, cruzando la Gran Vía en obras por aquello del “Plan E “cuando de pronto : ¡PLASFFFF!

  ¡SSSSHHHHH!,    ¡TOOOOOMAA! ,    ¡PENALTI!             ,¡No. piscinazo!, 

¡¿MIS GAAFAAAAAS?! , ¿MI PELVIS!,  ¡MI MÓVIL!   ¿Mis piernas!  
            
…Señora ¿se puede levantar? Sí. Creo que sí. Se levanta, puede andar, sigue su camino, A su lado una joven amabilísima:¿Se encuentra bien? ¿Necesita algo? No, no, gracias. Estoy bien; no sé lo que ha pasado.  Sí lo sé, piensa. Ha sido el maldito pantalón.  Llegó a casa andando como un pato para evitar volver a pisarse el dichoso pantaloncito.
   Ya en casa se dio cuenta de que tenía una raspadura en el codo izquierdo. Suerte que ha sido solo eso. No le duele nada pero está muy nerviosa. Se hace una infusión relajante y al ser preguntada por su marido contesta que ha tomado un blanco y negro que estaba cargadísimo de café y tiene unos nervios en el estómago que no la van a dejar dormir. Al día siguiente ha aparecido un moratón en la rodilla izquierda.
   Por suerte todo quedó en el susto. El pantalón , no volverá a pisárselo.

¡Menudo batacazo!
 Espero comentarios,si os place.