Abro este blog con la intención de mantener un ameno diálogo con todo aquel que se acerque a él. Creo que lo más bonito de las relaciones humanas es esa comunicación que consiste en un intercambio de emociones, conocimientos, ideas….Esa comunicación que enriquece el espíritu.

"La relevancia de la comunicación humana, pues del contacto verbal surge un intercambio que aminora el dolor, palía la soledad y estimula el contento de vivir” Carmen Martí Gaite

miércoles, 5 de junio de 2013

Cuentos de la abuela III: Eneko y la diéresis

   Son las diez de la noche. La abuela de Eneko acaba de llegar después de un viaje muy largo. Él y sus hermanas están muy felices por su  llegada. Se abrazan a ella y no la dejan ni soltar la maleta. Cuando vuelve la calma Eneko dice: abuela cigüeña lleva  diéresis.

Cigüeña lleva  diéresis.

  Es que Eneko, como habréis descubierto por su nombre, es un niño vasco que está empezando a estudiar el castellano. Él habla bien tanto el euskera como el castellano pero este curso ya lo estudia.
   En clase han empezado por ver las cosas que diferencian las dos lenguas y él estaba loco por demostrarle a su abuela que ya sabía algo nuevo.
   En espera de la próxima clase iba haciendo una lista de palabras con diéresis y llevaba locas a su madre y a la abuela pidiéndoles todo el día que le dijeran todas las palabras que supieran.
  Después de decirle varias, la abuela dijo: ya la última, Sigüenza.
− ¿Qué es Sigüenza, abuela?
−Una ciudad muy bonita.
− ¿Has estado?
−Sí, claro, si no ¿cómo iba a saber que es bonita?
− ¿Qué tiene?
 −Una Catedral, Palacios, un castillo, casas antiguas, lo que yo llamo piedras humanas.
− ¿Piedras humanas? ¿Qué son esas piedras?
−Pues mira. Existen las piedras esas que tú conoces de ir con tus papás al campo. Son maravillosas. Por ejemplo te puedes sentar frente al Naranjo de Bulnes y pasarte horas contemplándolo. Es una maravilla de la naturaleza.
Pero luego están los palacios, las catedrales, las iglesitas, las casa, los castillos (tú ya has visto castillos, creo); son cosas hechas por los hombres con piedra y son también una maravilla pero humana y artística.
−Yo quiero ver más piedras humanas, abuela.
−Di  a tus padres que os lleven.

Piedras humanas más o menos

 −Yo quiero ir contigo.
−De acuerdo. ¿Cuándo empezamos?
− ¡Ya!
   La abuela le dio un besazo y le dijo que tan de repente no podía ser.
   Al día siguiente, ya en clase, la andereño preguntó: ¿cómo va esa lista de palabras con diéresis?
Todos contestaron a la vez y, claro, no se entendía nada.
−Uno a uno, por favor, que hay tiempo de sobra. De momento veo que habéis trabajado pues parece que todos tenéis algo que decir. A ver, Nerea
Desagüe
−Muy bien. Y la escribió en la pizarra.
−¿Otro?
Pingüino − dijo Imanol
Paragüero.
− ¿Qué es eso? Preguntó un despistadillo
−Hijo, pues ese cacharro que ponen en las tiendas y en los bares para dejar los paraguas cuando llegamos y está lloviendo − dijo Haizea que era muy observadora.
−Pues yo creía que era algo para el Kun Agüero ese del Atlético de Madrid.
−Ya salió el futbolero, rieron varios a la vez.
   Y así siguieron diciendo palabras y la profesora escribiéndolas en la pizarra. Cuando parecía que se habían agotado los conocimientos de la clase dijo Manu que aún no había hablado.
Lingüística
−¡Jope! Se oyó como una exclamación unánime. ¿De dónde has sacado esa palabra?
−Del diccionario y significa el estudio de una Lengua
−Muy pero que muy bien. Qué alumnos más majos tengo. Pero veo, Eneko, que estás muy callado, no has dicho ninguna palabra, creo.
−Ya; casi todas las que han dicho las tengo. Pero también tengo una diferente: Sigüenza.
   La maestra no salía de su asombro al comprobar el entusiasmo de sus alumnos.
Entonces Eneko explicó qué es Sigüenza y todo lo que había hablado con su abuela. Al final todos querían ir de excursión a Sigüenza y la profe tuvo que explicarles que estaba un poco lejos para eso, pero que piedras humanas y muy hermosas las tenían también cerca.

Con esto terminó la clase y el cuento y Eneko volvió a casa muy feliz.

   Espero haber contribuido con este cuentecillo a que algunos niños aprendan el uso de la diéresis. 

2 comentarios:

  1. Jamás podría argüir semejante trama para explicar lo que es una diéresis. Debería sentir vergüenza por tan poca imaginación.
    Me gustan estos cuentos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hombre!Precisamente la imaginación no es mi fuerte. Este cuntecillo parte de una situación absolutamente real,luego ya ,se me ocurrió el resto. En realidad yo soy,creo,demasiado realista. Estoy muy pegada al mundo circundante,a la realidad vivida y viviente. Ya me gustaría,alguna vez,despegarme,desligarme,volar un poquito. No sé si llegaré a conseguirlo.
      Gracias por tus comentarios.

      Eliminar